Como inicié a mi mujer en el sexo anal
Aunque algunas veces lo habíamos comentado una noche me pidio que lo intentaramos.
Mi mujer y yo nos conocimos después de cada uno finalizáramos nuestra relación estable. Cuando uno ya tiene algo de experiencia no tontea en exceso con el tema del sexo y toma decisiones rápidas así que enseguida nos acostamos y nos fuimos a vivir juntos. Los primeros polvos fueron distintos pues eran exploratorios, intentando cada uno saber cuáles eran los gustos del otro, cual es la posición que más nos gustaba, por ejemplo y así descubrí que ella disfrutaba a cuatro patas, en la postura del perro y ella descubrió como me gustaba que jugaran con mi culo metiendo algún dedo.
Poco a poco fuimos conociéndonos mejor en todos los sentidos así que unas de las noches en la que jugábamos en la cama, Eva, que es como se llama mi mujer, empezó a meterme e dedo por el culo pues sabía que me gustaba.
-Cariño sigue así, mientras ella me hacía una mamada, me metía el dedo en el culo y yo le comía el coño.
-Pero que guarro eres me dijo.
-De guarro nada que en el sexo todo vale.
Yo en una ocasión le había preguntado si había practicado sexo anal y me dijo que nunca, que no le había llamado la atención y le daba algo de miedo. Yo le comenté que era un placer distinto siempre cuando uno lo hiciera libremente. No habíamos vuelto hablar del tema hasta que esa noche le propuse, sin esperanza, que lo intentáramos.
-Eva no te gustaría probar, que yo jugará con tu culo, que te la metiera por el culo.
-No lo sé, me da miedo que me hagas daño aunque viendo lo bien que te lo pasas, guarro, he pensado en pedírtelo en alguna ocasión pero no me decidía, me comenta tras dejar de chupármela y con su dedo aun metido en el culo.
-Te prometo que si lo intentamos en cuanto tú digas lo dejo.
Se quedó pensativa y no me contesto volviendo a chupármela, suavemente al principio, mordisqueándome los huevos, metiéndosela hasta el fondo de la garganta, hasta que no pude más y me corrí en su boca. Se tragó todo mi semen y se acurrucó a mi lado abrazándonos durante un rato.
-Te atreves a intentarlo, me dijo al cabo de un rato.
-Eres tú la que te tienes que atrever. Si lo hacemos es porqué a ti te apetece, no lo hagas por mí.
-Adelante
Entonces túmbate, déjate llevar y cuando tú digas yo me paro.
Eva se tumbo de espaladas y cogí aceite para masaje de la mesilla y empecé a darle un masaje empezando por el cuello.
-Relájate cariño, no hables, le decía mientras acariciaba su cuello, masajeaba su espalda metiendo mi mano por los lados acariciando sus tetas hasta llegar a sus pezones. Ella empezó a relajarse, a retorcerse siguiendo mis movimientos. Me acerqué a la raja de su culo y con mucho aceite empecé a pasarle mi mano por su raja, sin forzar, sin meter el dedo, pasando por encima finalizando en los labios de su coño escondido. A continuación me tumbe y empecé a comerle su coño recién depilado.
-Pero no íbamos a hacerlo por el culo.
-Relájate y déjame a mí.
Seguí comiéndola el coño hasta que comprobé por sus gemidos que estaba excitada así que sin dejar de lamerla me acerque hasta su culo y empecé a jugar con mi lengua al rededor de su ano. Primera alrededor, luego introduciendo ligeramente la lengua.
A continuación cogí el bote de aceite y abriendo la raja de su culo empecé a echarlo sobre su ano para a continuación empezar a meterle un dedo, hacia adentro, hacia fuera…. Luego otro dedo….
-¿Qué tal te gusta cariño? ¿Te hago daño? No, sigue así.
Tras un rato de jugar con su culo, metiendo y sacando los dedos, y viendo lo excitada que estaba le dije Eva ponte a cuatro patas, como a ti te gusta y cogí mi polla y con cuidado fui empezando a metérsela. Primero el capullo, luego un poco más y viendo que ellas no decía nada seguí metiéndola hasta que un leve quejido salió de su boca.
-Cariñó te he hecho daño, paro. No es que he sentido como un escozor pero sigue, no pares si no te digo nada.
Así poco a poco avanzando retrocediendo conseguí metérsela toda y empecé a meterla y sacarla con más rapidez, siguiendo el ritmo de sus gemidos hasta que no pude más y descargue todo mi semen dentro de ella. Ella vencida por el placer se dejo caer y yo encima de ella abrazado hasta que habló.
-Me ha dolido algo al principio pero cuando has empezado a follarme no me salían las palabras ni para decirte que lo dejarás, pues aunque sentía algo de escozor, estaba disfrutando como una loca. Me dijo antes de volverse y quedarnos unidos por un beso.
Lo hemos vuelto a hacer en otras ocasiones y con más morbo, pero nunca como esa primera vez.