Como hacer que tu secretaria se trage tu semen

Esta es una experiencia real en la que hice que mi secretaria tragara mi lefa. Tu también puedes hacerlo.

Hola:

A diferencia de otras muchas, esta pequeña historia que os cuento sí es completamente real; os lo aseguro. Después de leerla me reconoceréis que, por su simplicidad tiene que serlo. Incluso os animo a probarlo.

El caso es que trabajo en una oficina con una secretaria joven, de 24 años, que físicamente está bastante bien: Sobre 1,65 m de altura, pelo largo rizado, un culo bien puesto, una carita agradable pero, sobre todo, unas pedazo tetas de esas que quitan la respiración.

Y es que esas tetas redondas, grandes, voluptuosas, plenas, exageradas, son mi debilidad y las del resto de compañeros. Aunque ella nunca viste excesivamente provocativa, todo el mundo se las queda mirando, y entre nosotros hacemos todo tipo de comentarios obscenos. Muchas veces me he corrido con mi mujer pensando en ellas. Alguna vez me ha rozado con una de ellas sin querer al pasar a mi lado, y me he sentido en el cielo.

La chica se ha casado este año pasado (dichoso su marido y los magreos que la debe pegar). Por supuesto, nunca se me ocurriría liarme con ella o pedirle algo tan simple como ¿Te importa si te toco las tetas?

Bueno. No me enrollo más. El caso es que el otro día estaba al mediodía solo en la oficina, navegando por esta web de relatos (los No Consentidos son mis favoritos), cuando a última hora (poco antes de que entrara la gente) me entran ganas de mear. Tras la excitación de la lectura, saco la chorra y descubro que la tengo completamente mojada de lefa que me ha ido destilando mientras leía relatos. Y el caso es que, mientras intento sacarla sin mancharme el pantalón, se me ocurre la gran idea, que es:

Me mojo los dedos con el semen que hay alrededor del capullo (bastante abundante), me guardo la polla en el interior y, aprovechando que todavía no hay nadie en la oficina, me dirijo a la mesa de la secretaria. En ella cojo con la otra mano el bolígrafo que tenia sobre la mesa, que era un BIC de lo más normal (aunque rojo, lo que me pareció extraño) y me dedico a esparcir por la superficie del capuchón una capita de mi viscoso y aún entonces calentito semen que llevaba pegado entre los dedos.

A continuación vuelvo a mi sitio y espero ...

Al comenzar la tarde llega mi querida tetona y, al de un rato de ponerse a trabajar ¿qué es lo que hace? Meterse el capuchón del bolígrafo en la boca, poniéndose a chuparlo de forma distraida. En ese momento yo la veo y la polla me pega un brinco. La miro sonriendo y ella, sin sospechar nada me devuelve la mirada sonriente, mientras yo se que en ese momento mi viscosa lefa pasa por su boca dirigiéndose a su garganta. ¡Se está tragando mi asquerosa lefa!

Y en ningún momento pareció notar nada raro en el sabor, lo que me conduce a pensar que o bien no se la quiere mamar a su marido y no conoce el sabor, o bien se la traga tan a menudo que está completamente acostumbrada.

Y esto es todo. Os animo a probar la misma experiencia que he probado yo y que me contéis vuestras impresiones a la dirección de mail:

luisng33@hotmail.com

Aunque podéis escribirme para cualquier comentario.

Saludos,

Luis.