Como fui Celeste
Es un pequeño relato del inicio de un tv, pronto pondré la continuación
Abro los ojos, me siento algo adormecido aún, todavía no he despertado totalmente, hay algo raro en mí una especie de resaca que no había sentido antes, pero debo despertar, levantarme, sé que tengo que ir al trabajo, es lunes y además de gran carga, intento levantarme, pero me cuesta hacerlo, siento al incorporarme un dolor en todos mis músculos, como cuando haces mucho ejercicio y no tienes condición adecuada, además estoy mareado, me causa extrañeza, pero al fin logro levantarme, al hacerlo viene un dolor de mis nalgas como si hubiera estado sentado por muchas horas, después de lidiar con todos estos dolores voy a la ducha, desayuno, me cambio, y me voy al trabajo, aunque en todo el camino intento, no logro recordar lo que hice el domingo, solo recuerdo parte del sábado, intento durante todo el día, pero no recuerdo nada, solo este dolor intenso en todo el cuerpo…
Abro los ojos, veo algo borroso, agudizo la mirada, siento el frío del piso, logro ver bien finalmente y me doy cuenta de que estoy en el piso enfrente de mí cama, seguramente llegué en mal estado y no pude acostarme, intento pararme, pero tengo dolor en todos lados, cuando finalmente lo consigo, voy por algo a la cocina, tomo agua y siento la misma resaca de la otra vez, veo la hora, es de mañana, llegar al trabajo ya es imposible, trato de recordar lo que hice la noche anterior, pero también me resulta imposible, busco ropa cómoda, y voy a ducharme, aunque lentamente, los dolores en todo el cuerpo son algo fuertes, me ducho y esto me relaja, me recuesto en la sala y prendo la tv para dejar de pensar, empieza el noticiero de la mañana, escucho sin poner realmente atención a lo que dice el locutor, de repente sin pensar mi mirada se centra en la fecha ¡no puede ser es miércoles! Tenía la idea de que era lunes, ¡entonces que hice desde el domingo! ya que solo recuerdo parte del sábado como la vez anterior…
Llegué a casa muy triste y deprimido, no sé qué me ha pasado, nunca me había ocurrido, fue penoso y con gran dolor tuve que dejarla ir, ella se comportó muy amable, trató de consolarme diciéndome que a muchos les pasa y que ya sería otra vez, pero sé que nunca se volverá a repetir. Ya llevaba mucho tiempo rondándola y finalmente me atreví a proponerle una cita, todo estuvo muy bien, la cena, el paseo, la aceptación de buscar algo más íntimo, pero a la hora de intentar, nada, absolutamente nada, ni excitación, ni erección, y he de reconocerle que intento todo lo que se le ocurrió, pero nada sirvió…
Vengo de ver al doctor, no me dio ninguna solución, me ha mandado algunos antidepresivos, y me dice que mis lagunas de mentales y la falta de lívido son a causa del estrés de mi trabajo, pero que se irán como llegaron, aun así, yo no me creo nada, hay veces en las que no recuerdo todo un fin de semana, sé que algunas veces salgo con algunos amigos a tomar algunas copas y se me va la mano, pero nunca me había perdido tanto, al grado de no recordar lo que hice, luego están estas dolencias en todo el cuerpo y mi tendencia a redondearme, el doctor dice que es mi mala alimentación, pero yo me veo más que gordo, un tanto más nalgón, más suave, mi deseo sexual disminuido es algo que me preocupa mucho, nunca había sido así, no tuve muchas parejas, pero no fallaba con ninguna, seguiré las instrucciones del médico y veré que pasa…
Estoy muy asustado, no sé qué hacer, nervioso me tomo más pastillas de las que me receto el especialista para las lagunas de memoria, esta mañana desperté, como siempre que despierto después de estos episodios reviso la fecha y hora, marco en el calendario cada día, donde si tengo recuerdos, así me lo indico en doctor, y observé que me fui por tres días, pero además de las dolencias, la falta de memoria, ahora hay algo más, cuando desperté, había ropa de mujer en mi cama esto, me hizo pensar con que chica había estado y porque ya no estaba, aunque he cambiado mucho físicamente, soy más gordito y he notado cierto crecimiento en mis senos y a veces duelen al rozar con algo, en una ocasión me pegue en uno con un mueble y el dolor me duró varios días, los compañeros del trabajo me molestan, con este cambio en mi cuerpo, pero ya no tengo la fuerza de discutirles, soy más tranquilo, no busco pelea y ya nada de lo que antes hacía me llama la atención.
No sé qué hacer, hoy después de mi acostumbrado despertar con dolencias y sin memorias, al ducharme y rasurarme, creí verme las pestañas algo redondas como se las ponen las mujeres, pero imagine que era por que quedaron aplastadas al dormir y tomaron esa forma, hay algo que me tiene preocupado y es que he encontrado un sobre en uno de los buros de mi cama, tiene escrito mi nombre y debajo de este el de una mujer (Celeste) imagino que es la que lo ha dejado, me apresuro a abrirlo y ver que es lo que dice.
“Querida , te preguntaras cual es el motivo de esta carta, quién la ha puesto en tu cuarto y quien es Celeste, bueno comenzaré por decirte que descartes toda posibilidad de que estés enfermo o que te estés volviendo loco, todas tus lagunas mentales, no lo son, son solo drogas que yo te he puesto para mantenerte dócil y receptivo, que muchas de esas drogas te han cambiado la estructura y desarrollo de tu cuerpo, ahora tienes un cuerpo que busca ser más femenino, la ropa que encontraste al despertar es tuya, el cuerpo adolorido y todos los síntomas son reflejo de tu vida como Celeste, sé que no me creerás, pero para que lo hagas, te he dejado un video cargado en tu laptop, en una carpeta oculta que se llama Celeste, búscalo y obsérvalo y te convencerás, además te aviso que esto te seguirá pasando aunque no quieras, y seguirás así hasta que dejes de ser hombre y te transformes en toda una señorita, ya tendrás noticias mías.
Atte. Tu admirador número uno.
Fui por mi laptop y busqué el archivo “Celeste” y cuando di con el me temblaban las manos lo empecé a reproducir y entonces me vi tirado en el medio de mi sala, no paso mucho tiempo y un hombre que no conocía entro a mi departamento era como de mí edad y algo corpulento, me cargó y me llevó a mi recamara, la filmación continuo allí; me dejó en la cama, me desvistió, me colocó boca abajo y me inyecto algo, luego después de un rato desperté, pero como adormecido, me sentó en la cama y me ordeno que me pusiera algo que traía en un maletín, yo dócilmente procedí a hacerlo, ¡era ropa de mujer! Desde los calzones, brasier, medias, falda, blusa, una peluca y hasta unos zapatos de tacón, me sorprendió la forma en la que caminaba con ellos, cuando estaba totalmente cambiado, me dio a tomar algunas pastillas y me hizo modelarle, me corregía la forma de andar de pararme, de sentarme, me enseñaba como debía comportarme en tal o cual circunstancia, hasta que finalmente satisfecho, me sentó en la cama y me tomó de la manos, se acercó a mí y comenzó a decirme algo al oído, a besarme las manos, los brazos, yo solo lo dejaba hacer, quedé horrorizado, cerré de golpe la laptop y comencé a llorar desconsoladamente, no sabía cómo reaccionar, como enfrentar esto, eran tantas emociones, así estuve no sé cuánto tiempo…
Nuevamente desperté, con lo ya acostumbrado cada vez que me perdía, aunque con dos cosas que me llenaron de horror y miedo, una fue que al mirarme tenía puesta un pijama de algodón de mujer y por debajo un calzón muy lindo y un sostén, me quité lo más rápido que pude, y los arrojé lejos de mí, al ver que en el buro de mi cama había otro sobre y mi laptop. Tomé el sobre y lo rompí arrojando los trozos al cesto de basura, todo el día estuve pensando en lo que me estaba ocurriendo, en lo que ese hombre me estaba haciendo, en como aceptaba eso que me hacía y el por qué me lo hacía. Ya por la noche después de mucho meditar decidí terminar de ver el video, fuera lo que fuera que viera, estaba dispuesto, con el fin de encontrar alguna respuesta o indicio que me permitiera desenmarañar todo esto, abrí mi laptop y busqué el video, cuando lo encontré, vi que había otro más con el nombre de Celeste II, y no pude más rompí a llorar otra vez, pero continué en lo que había planeado, con lágrimas en los ojos abrí el primer video, lo llevé hasta donde me había quedado y muy a pesar de la repugnancia y dolor continué mirando, el hombre me besaba las manos, los brazos, la cara, aunque he de decir que lo hacía muy delicadamente, así siguió por un rato, hasta que me abrazó muy fuerte, aunque con delicadeza, por un largo rato y luego me volvió a pedir que continuara caminando y posando, luego me indico que hiciera una especie de ejercicios con la voz, según dijo para hacerla más femenina, me sorprendía su trato, era casi reverencial, cuando fue más tarde decidió que era suficiente, me ordenó cambiarme de ropa y me proporcionó una pijama (la misma yo que me había quitado en la mañana), me pidió que me recostara y que durmiera que mañana seguiríamos, la grabación se interrumpió y comenzó poco después, él estaba sentado junto a mi cama, se veía entrar el sol por mi ventana, supuse que era de mañana, me despertó y yo desperté, pero como somnoliento, sin estar plenamente, me llevó a bañar, o al menos eso dijo, la grabación siguió en la cocina, supongo que colocó una cámara ahí también, yo tenía puesta ropa de mujer a la usanza de una ama de casa y estaba preparando algo, creo que huevos, el me indicaba como hacerlo, pero de una forma especial, tratando de que fuera lo más femenina posible, en cada movimiento, cada acción, y si no lo lograba me hacía repetirlo hasta que me saliera, finalmente terminé de preparar el desayuno y nos serví a ambos, desayunamos y el me platicaba sobre los planes que tenía para el día, me dijo que iríamos de compras y que me llevaría de paseo, al terminar de desayunar, me ordenó que me cambiara por algo de mi guardarropa de hombre que saldríamos ya que aún no estaba preparada para salir en público de nena, así terminaba el video.
Quedé muy sorprendida, de lo que había visto en el video, yo esperaba encontrar un hombre que abusaba de mí, que me torturaba y que me violaba, pero contrario a eso no había sexo, nada de violencia, y el trato que me profería era muy educado, casi tierno, pero aún a pesar de ello, era un abuso y me estaba haciendo cosas que yo no pedí, ni que quería, tendría que buscar la manera de detener esto y hacerle pagar por todas las cosas que me había hecho, así que empecé a planear como hacerlo, durante algún tiempo no perdí días; después de pensarlo finalmente me ganó la curiosidad y busque el segundo video, pensé en tantas cosas que vendrían, desde, ahora sí, una violación, hasta traer a más gente, o inclusive algún chantaje, así que lo abrí, preparado según yo para lo peor…
El video comenzaba conmigo sentado en el baño frente al espejo, el me acompañaba y me daba instrucciones, me estaba enseñando a maquillar, me indicaba como hacer, como sacar ventaja de mis facciones, de mi color y tipo de piel, el tipo de peluca que debía usar mientras me dejaba crecer el cabello, yo solo seguía sus órdenes sin chistar, cuando finalmente acabamos, me pidió que volteara a la cámara y me llevé una impresión enorme, lo que volteaba a verme era completamente una mujer, bella y muy femenina, el se acerco a ella y le susurró algo al oído, ella sonrió a la cámara y guiñó un ojo, algo dentro de mi surgió, una emoción que nunca había sentido, algo de alegría, felicidad, no podía creer que la mujer que estaba frente a la cámara era yo, que podía ser tan linda, de repente me sorprendí, pensándome como ella, y muy, muy dentro de mi anhelando estar de esa forma y no como me encontraba ahora, el video continuo con más consejos, retoques, cambios de ropa, pasarela con tacones, que según me decía, era para que me acostumbrara a traer zapatos de mujer en todo momento, siguieron clases de vocalización para mi nueva voz, me daba algún beso en la frente cuando todo salía como el quería, la llevaba del brazo, la saludaba y ella (o mejor dicho yo) respondía con saludos muy femeninos, y sonriendo, era algo que no había hecho yo hacía mucho tiempo, me llevó a la cocina y prepare comida para ambos, después fuimos a la sala donde el trajo juegos de mesa y jugamos, note algo muy interesante, aunque aún me mantenía algo rígido, algunas veces sonreía, y decía alguna cosa, y parecía en general gustarme lo que hacíamos, eso me hizo desear solo por un momento estar ahí. Después me llevó a la cama me desvistió y me ordenó ponerme algo para dormir, me acostó, me arropó, me dio un beso en la frente y me dejo dormida, yo estaba ahí frente a la laptop, con muchas emociones encontradas, me di cuenta de que tenia mi cara llena de lágrimas que habían rodado por mis mejillas sin que yo me diera cuenta, pero no eran lágrimas de dolor o de algún sentimiento negativo, eran lágrimas de un gozo que nunca había experimentado al sentirme tratada de esa forma, y por primera vez desde hacía mucho tiempo dormí sin miedo a perderme en ese sueño que ya no parecía tan malo y que me proporcionaba aquel extraño…
Cuando desperté sentí las señales de que había pasado otra vez, que aquél extraño me había secuestrado nuevamente, miré debajo de mis cobijas y tenía puesta la pijama de algodón (que la última vez me quite con tal premura) un calzón de encaje muy lindo y un sostén que por cierto ya llenaba (aunque poco y que por un momento desee tener más para llenarlo plenamente), pero contrario a lo que yo esperaría, me la dejé puesta, mire en mi buro y vi mi laptop y un nuevo sobre, pero esta vez no lo rompí, me sentía con hambre y fui a la cocina a prepararme algo, un café, algún pan tostado y como llevaba el sobre decidí leerlo en la sala disfrutando de mi desayuno.
La carta empezaba así:
Hola, bonito y feliz día hermosa Celeste, espero que los malestares de los días anteriores no sean ya tan molestos, hoy quiero pedirte dos cosas, la primera es que no vuelvas a romper las cartas que te dejo, son de vital importancia para comunicarme contigo, la segunda es que me des permiso de sacarte a pasear como la mujer que eres, tu podrás pensar que puedo hacerlo sin que nada me lo impida, pero te he observado y veo que de alguna forma has llevado mejor de lo que esperaba estos cambios, así que en reciprocidad me veo en la obligación de darte (aunque por el momento solo es un poco) el control en estos episodios así que si estas de acuerdo, solo deja un “sí” escrito en el sobre y yo lo haré, si no estas de acuerdo, solo estaremos en tú departamento, yo grabaré toda tu salida, para que sepas como te fue y te llenes de orgullo como me siento yo de ti, te dejo otro video, pero esta vez, el que sale soy yo y es para explicarte quien soy y el por que hago esto, sin mas por el momento, te mando besos y abrazos…
Esto me dejo pensativa, no sabía que hacer, por un lado, me sentía abusado, ultrajado, pero había una parte que despertaba y que quería saber en que acabaría todo esto, así que tome mi carta y me fui a mi cuarto a ver el video que según prometía me aclararía muchas de las incógnitas.
Puse el video, y ahí estaba este hombre, sentado frente a la cámara, en mi cuarto, yo estaba a su espalda en la cama dormida, el tenía una expresión un poco triste, melancólica diría, y empezó su relato…
Mi nombre por ahora no importa, lo que importa es decirte de donde te conozco, yo vengo de tu pasado, un pasado muy lejano, de cuando eras solo un niño de apenas unos siete años yo era tu mejor amigo de la escuela, siempre estábamos juntos, comíamos juntos, éramos inseparables, nuestras familias eran vecinas y eso no permitía estar más tiempo juntos, tú eras muy pequeño de talla, mientras que yo era mucho más grande, nuestros padres veían con gusto nuestra amistad, íbamos juntos al colegio, nos protegíamos, íbamos a las reuniones de nuestros padres, en fin tuvimos días muy felices, por aquel entonces, había como siempre los hay, niños que querían maltratar a los más débiles, y tú eras uno de esos niños, yo como tu amigo siempre te defendí, al no poder agredirte físicamente, lo hacían con la boca y empezaron a decir que eras mi novia, que por eso te defendía tanto, tu solo llorabas, y yo los intentaba golpear, ellos se reían y corrían, repitiendo una y otra vez lo mismo, cuando los ahuyentaba, corría a consolarte y tú solo llorabas más, yo te abrazaba y te pedía que fueras fuerte, algunas veces me pedias que no te dejara, que siempre estuviera a tu lado y me abrazabas muy fuerte y me decías que me querías, yo te decía que también te quería y que siempre estaría a tu lado, conforme paso el tiempo, esa amistad se estrechó mucho, pero nuestros gustos y desarrollos se fueron alejando, mientras que a ti te gustaba estar más con chicas, yo era de chicos, juegos rudos y tú todo lo referente a lo femenino, aunque era así seguíamos siendo muy amigos, en una ocasión jugando en broma forcejeábamos y me percaté que traías puesto un calzón de niña, te pregunte el motivo, pero te tapaste la cara y saliste corriendo sin esperar a nada, yo solo me quedé ahí, sin saber que hacer o pensar.
Días después pudimos conversar y te volví a preguntar sobre aquella vez, entonces empezaste a llorar y me dijiste que tú no eras igual a todos los chicos que sentías diferente, que todas las cosas de mujeres te gustaban y por el contrario lo de los chicos no, yo no sabía que hacer o decirte, lo único que atine a decirte fue que yo te quería así como eras y que siempre seríamos amigos, entonces me abrazaste muy fuerte y me diste un beso en la mejilla, te separaste rápidamente y echaste a correr, yo me quedé ahí pensando en el beso y me alegre de que ya te sintieras mejor.
Al discurrir de nuestros encuentros me fuiste platicando más respecto a lo que te gustaba, me contaste que te gustaba la ropa que las mujeres usaban, que la ropa de hombre te quedaba incomoda, que te gustaría andar todo el día vestida de chica, que algunas veces lo hacías con la ropa de tu mamá y que te encantaba, me preguntaste si me gustaría verte algún día así, a lo que asentí, y entonces me dijiste, ya está, el sábado mis padres salen a una fiesta y podemos aprovechar, que te parece, yo te dije que si y el sábado me escabullí a tu casa con el pretexto de estudiar para un examen, cuando toque a la puerta, nadie me abrió de momento, yo algo nervioso, volví a tocar y entonces me abrió una chica, al menos eso fue lo que vi, luego me di cuenta de que eras tú, en ropa de mujer, me saludaste con un beso en la mejilla y me pediste que entrara, estabas radiante, sonreías mucho, me preguntaste como te veías y te dije que estabas muy bonita, tú dabas vueltas y al hacerlo tu vestido se elevaba dejando ver un poco tus piernas, me invitaste algo de tomar, platicamos mucho rato de lo que te estaba pasando, y me contaste que siempre te gusto la ropa y los modos femeninos, que tu deseabas ser mujer y no hombre, y yo te preguntaba como lo ibas a hacer, tú me decías que no sabías, pero que lo lograrías algún día, me contaste que querías tener novio y que había alguien que te gustaba, yo en algún momento sentí celos de esa persona (aunque no supe el por qué), luego platicamos más, creo que bailamos porque me dijiste que nunca lo habías hecho, y cuando se hizo tarde me despedí de ti, cuando estábamos en la puerta de la casa me preguntaste si me podías contar un secreto y yo te dije que sí, entonces te acercaste a mi oído y me dijiste muy bajito: La persona que me gusta y que quiero que sea mi novio eres tú… Y cerraste la pueta dejándome afuera como un tonto, solo alcance a oír tu risa y a ti subiendo las escaleras hacia tu habitación. Pensé en ello muchos días, y al fin en uno de esos me decidí a hablar contigo, tu estabas algo seria y triste, yo con mucho miedo y nervioso, te conté lo que había pensado y decidido, entonces te dije que tu también me gustabas y que quería estar a tu lado y te pedí que fueras mi novia, tu me abrazaste muy fuerte, tan fuerte y no me soltabas, cuando finalmente lo hiciste, vi que llorabas y te dije lo mal que me sentía por hacerte llorar, entonces me dijiste que era un tonto que llorabas de felicidad, y entonces me dijiste que si querías ser mi novia, me volviste a abrazar y luego me diste el beso más hermoso que alguien me hubiera dado jamás, a partir de ahí supe que siempre te amaría. Aunque mantuvimos nuestro noviazgo en secreto, fuimos muy felices, aprovechábamos para estar juntos, los días en que tus padres y los míos salían, tu te vestías de chica y algunas tardes aprovechando la oscuridad salíamos de la mano a dar pequeños paseos.
Un día llegaste llorando a mi casa y me contaste que tus padres te habían descubierto vestido de chica y que te había pegado, que buscaron en tu habitación y que habían encontrado ropa y algunas cartas que nos habíamos enviado, entonces tus padres decidieron mudarse de ciudad en busca de alguna cura para ti, me pediste que te llevara a un lugar muy lejos de ahí y que te ayudara a ser la mujer que querías ser, te dije que sí, te prometí que yo te ayudaría a hacerlo sin importar lo que pasara, en ese momento llegaron tus padres por ti y te llevaron, mis padres no supieron los motivos reales, ya que los tuyos les contaron que se iban de esa ciudad por un mejor trabajo, vi a lo lejos cuando se fueron, vi cuando llorabas desconsolada atrás del coche en que se fueron y me prometí buscarte cuando fuera grande y te ayudaría a ser mujer y me casaría contigo.
Pasaron los años y finalmente me volví independiente de mi familia, me mude a la ciudad en la que me enteré te habían llevado y empecé a buscarte, llegue a la casa en la que habías vivido, pero ya no estabas ahí, ni tus padres, supe que habían muerto y que tu habías quedado en una clínica psiquiátrica, que te habías curado y te habías mudado de ciudad, me costo mucho que los de la clínica me dieran tu nueva dirección, también averigüé de que te habían curado y como lo habían hecho, me informe todo lo que encontré del tema y me hice tan experto como pude, me prepare para buscarte y ayudarte, cuando finalmente di contigo, encontré que no recordabas nada de esos años, entré a trabajar en la empresa donde estabas, averigüé todo sobre tu vida después del sanatorio, supe que vivías solo, que eras poco sociable, que tus compañeros no sabían nada de tu pasado y que te creían solo un excéntrico, tu vida era triste, estabas solo, casi no sonreías, parecía que te faltaba algo, empecé a seguirte a conocerte, mejor dicho a reconocerte, algo que me llamó la atención cuando caminabas por las tiendas, mirabas las de prendas femeninas, te quedabas mirando un poco más, solo un instante pero lo hacías, así que mis esperanzas aumentaron, temí que tantos años en la clínica habían matado totalmente esa parte de ti pero al parecer no había sido así; siguieron meses de preparación, para hacer lo que había decidido y era darte otra oportunidad, soborne a tu casero para poder colocar cámaras, le dije que eras un paciente psiquiátrico y que requerías atención de 24 horas, eso y un dinero hicieron el resto, conseguí las drogas para poder tener un mejor control de ti, busque las que me permitieran ayudarme en tu transición a mujer, aunque lo he hecho lentamente para que en dado caso que no lo aceptes sean posible regresar, y entonces esto es lo que he estado haciendo estos meses, preparándote para la vida que siempre quisiste, pero se acerca el día en que decidas por ti mismo y te conviertas en la mujer que siempre quisiste ser, así habré cumplido mi promesa y podré dejarte en paz…
Sin palabras, estaba sin palabras, no sabía que pensar, recordaba los choques eléctricos que me daban en la clínica, las duchas de agua fría, pero no recordaba la enfermedad de la cual me habían curado, cuando finalmente me dieron de alta me ayudaron a conseguir trabajo y me dedique a la rutina de todo hombre normal, si bien es cierto que ver alguna prenda femenina o alguna película la protagonista me hacía sentir algo muy dentro, pero no sabía que, solo venían a mi mente las curaciones de la clínica y se me pasaba…
En el sobre fue puesto un “si” y tuve muchos días perdidos, aunque en realidad ya no era así, además el procuraba dejarme videos de todo lo que hacíamos, cuando me vi en la calle, de mujer, del brazo de ese hombre tan varonil y correcto me alegre mucho, pero después de varias sesiones, en uno de los sobres deje escritas dos palabras, antes de la que finalmente había decidido fuera mi última sesión de aprendizaje con drogas, las palabras eran:
ESTOY LISTA…