Como follar a Lucia

Si eres virgen, ten cuidado de que te ocurra como a Lucia. CON FOTOS

COMO FOLLAR A LUCIA

Era la clásica calientapollas del instituto. A sus diecisiete o dieciocho años coqueteaba con todos los chicos. Vestía y se comportaba como una auténtica pija: la ropa más exquisita y cara, que ensalzaba un cuerpo increíble. No muy alta, pero con unos pechos preciosos, una cintura increíble, un culo que se movía provocadoramente al caminar... pidiendo guerra.

Aquella tarde quedamos en mi apartamento, con la excusa de cambiar unos apuntes... Una vez allí, nos dedicamos a oir música. Vestía un top ajustado, cubierto con una blusa cerrada con dos o tres botones, y una falda amplia. Aunque no era un vestido provocativo, a mi me volvió loco.

Transcurrido un rato, debió pensar que yo no iba a tomar ninguna iniciativa.

--¿Bailamos un poco? – me dijo con una sonrisa maliciosa

Sin dejarme reaccionar caminó hacia mí y puso sus brazos alrededor de mi cuello. Entrelazamos nuestros brazos y sentí el contacto de su cuerpo. Sus pechos presionaban mi tórax y me encantaba sentirla apretada. Bajé mis brazos a sus nalgas, sin que ella protestase. La sostuve firmemente, disfrutando de su magnifico cuerpo bailando apretados. Notaba la forma de sus pechos, y comencé a excitarme. Con cierto temor apreté la dureza de mi pene que comenzaba a erguirse contra su muslo. Lucía mantuvo el contacto, apretándose aún más. Apartó un poco la cabeza, y sonriendo dijo:

-- ¡Vaya!... te estás calentando...

Sin responder la besé en el cuello

--Perdona... – dije en un susurro

Ella me sonrió y dirigiendo sus labios hacia los míos me besó. Mientras lo hacía, torpemente, deslicé mi mano sobre su pecho, palpándolo sobre la blusa. Ella no opuso ninguna resistencia, ni mostró ninguna señal de alarma. Mi mano se ajustó suavemente al tamaño del pecho, notando la redondez firme de su carne y la elasticidad de la punta de su pezón, bajo la tela del sujetador. Lucía susurró algo, y noté cómo detenía la respiración. Parecía dudar, y su mano se dirigió a la mia, apartándola

--Creo que ya está bien... cuando os empalmais ya no hay quien os pare… --- dijo sonriéndome con gesto malicioso de niña acostumbrada a calentar a los chicos.

--Bueno... es lo normal ... – dije y la apreté fuertemente, besando su cuello, mientras ella intentaba separarse sin mucha fuerza. La sostuve apretada a mi cuerpo, mientras comencé a desabrocharle lentamente los botones de la camisa.

--Oye, déjalo ya...

Sin hacerle caso volví a colocar mi mano sobre su top.

--Quítatelo...

Y entonces hizo algo que nunca esperé. Mirándome fijamente a los ojos, se apartó de mí y comenzó a quitarse, primero la blusa, y luego, deslizó sobre los hombros las hombreras del top y lo bajó lentamente, mostrando la esplendidez de su busto cubierto con un sujetador rosa. Me quedé atónito.

--Sigue, por favor... un poco más...

--Bueno... pero sólo un poco – dijo, con una extraña sonrisa, sin apartar su mirada fija en la mía.

Se giró y soltó la hebilla del sostén. Lentamente se volvió hacia mí, con los brazos cruzados sobre el pecho, tratando de esconderlos. Parecía tensa, quizás excitada, mirándome fijamente.

--Vaya... ¿sabes que estás muy buena?......

Sonrió y trato de mostrarse más relajada

--Bueno, vale ya... – se volvió, y recogiendo el sostén comenzó a colocárselo.

Mi polla estaba ya completamente rígida, y notaba su temblor lleno de ansiedad sexual. Mientras la contemplaba, apreté mi mano sobre ella, tratando de aplacar mi deseo.

--¿En qué ... en qué estas pensado? – dijo con voz algo temblorosa, dándose cuenta de mi erección

--Sabes en lo que estoy pensado...

Lucía mantenía los brazos cubriendo sus pechos. Sonriendo, le cogí las muñecas, y con dulzura, pero firmemente, le bajé los brazos, dejando que las tetas apareciesen libres ante mí. Eran magníficas, redondos, firmes,...las aureolas rosadas mostraban los pezones centrados, firmes, erguidos... Avancé mi mano derecha y toqué uno de sus pezones, luego el otro. Ella encogió un poco su cuerpo y cerró los ojos, mientras su respiración se hacía mas honda. Entonces, coloqué las dos manos sobre sus pechos y comencé a acariciarlos con ansiedad.

--Ohhh ...

--¿Te gusta?...

--Déjame... déjame ya... --- susurró

Mis dedos cercaron sus pezones y comencé un movimiento circular, lento, luego más rápido... Sin detenerme los así y comencé a ordeñarlos... Rápidamente crecieron de tamaño y se pusieron completamente rígidos.

Estaba completamente excitado, deseando tirármela... El sofá estaba detrás de ella.... Mantuve la insistencia de mis caricias, y lentamente, sin dejar de acariciarla empujé su cuerpo sobre el sofá. Lucía se resistió débilmente, tratando de impedirlo, pero seguí con insistencia mis caricias sobre sus pechos, mientras besaba con pasión su cuello ...

Cuando quedó tumbada, le subí la falda hasta su cintura. Notaba cómo su cuerpo se retorcía y trataba de escapar. Eso me excitó aún más.

--No... por favor... no... déjame... por favor... por favor...

Ansiosamente, mi mano se deslizó hacia los pantis. Lucía se retorció y apretó las piernas tratando de evitarlo. Conseguí bajárselos, sin que ella ofreciese una resistencia fuerte. Entonces, comencé a bajarme los pantalones y saqué mi polla. Apareció rígida y tiesa delante de su rostro

Lucía se quedó contemplándola con los ojos fijos y tras un instante de sorpresa, intentó levantarse para huir.

--No... No... déjame o grito... —amenazó con voz entrecortada

Sin hacerle caso, la volví a tumbar sobre el sofá mirándola fijamente a los ojos. Noté como mi polla, ya libre, contactaba con su vientre

--Por favor...no... no... ¿qué quieres? ...¿qué quieres? ...– su resistencia crecía por momentos

La mantuve inmovilizada contemplando su cuerpo desnudo.

--Tranquila... tranquila...

--¿Qué me vas a hacer,? ... ¿qué me vas a hacer? –ahora parecía realmente asustada

Por toda respuesta comencé a frotar mi polla sobre su vientre, mientras contemplaba ansiosamente sus pechos

--No... no... – decía retorciéndose – Escucha… soy virgen... no lo he hecho nunca... soy virgen... ¿no lo entiendes? ...no puedo... no puedo... por favor... por favor...

Eso me enloqueció aún más. ¡Era virgen!. La tía más pija del instituto, la más cachonda...¡era virgen!

Me incorporé sobre ella y dejé que mi polla, dura y larga como nunca, oscilase ansiosa delante de su cara, mientras Lucía la miraba fijamente

--Oh no... por favor... no... no me lo hagas... no.

Tratando de escaparse, se retorcía salvajemente. La tenia fuertemente asida entre mis piernas y comencé a volver a frotar mi polla sobre su pubis. Al principio lo hice despacio, para que notase todo su tamaño y su dureza... luego coloqué la punta de mi miembro sobre su vulva, empujando un poco, solo un poco... conteniendo mi ansia de metérsela entera de golpe

--No... no. no..... ---Lucía intentó evitar el contacto, y bajando la mano me asió la polla. Notó su dureza, y la mantuvo asida, sin soltarla.

---No... ¡oh Dios mío!... estas tan duro... estas duro...

Despacio comenzó a frotármela, deslizando su mano a lo largo de mi rígido tallo con movimientos rítmicos

--¡Que grande... qué grande... – decía en voz baja manteniendo su ritmo que aumentaba por momentos.

--Sigue... sigue--- le dije al oído – y comencé a ordeñarle los pezones siguiendo su ritmo

En pocos segundos, mi polla comenzó a notar el hervor del semen...

--Te voy a follar... te voy a follar...

Ahora ella estaba completamente excitada, llena de deseo...

---No...no....no me hagas nada...no.... – dijo con voz entrecortada ajustando su pelvis contra la mía

Le separé las piernas y coloqué mi polla en su sexo. Estaba húmeda. Apreté un poco, primero despacio, luego con más fuerza notando su resistencia. Era virgen, era virgen... ¡no había follado nunca!... ¡me la iba a cepillar el primero!...

Lucía mantuvo apretado su pubis contra el mío, y entonces, con un empujón decidido metí todo mi miembro en su interior. Noté cómo desgarraba el himen... mientras toda la polla se deslizaba con fuerza hasta el fondo y sintiendo cómo me envolvía la presión de su vagina.

--OOOOOhhhh... ooooh....... – Lucía inició un grito y abrió la boca tratando de emitir un gemido, pero quedó quieta mirando firmemente al techo con los ojos abiertos....

Comencé a moverme, hacia dentro y hacia fuera, hacia dentro y hacia fuera... Sus ojos estaban abiertos y fijos.. notando cómo era follada por vez primera en su vida... Con cada movimiento, Lucía comenzó a retorcerse y a gemir, siguiendo el mismo ritmo que yo mantenía

---Uaaaa...uaaaa... uaaaa.....

Seguí mantenido mi ritmo, mientras ella, ansiosamente, apretaba más su sexo contra mí, tratando de seguir el frenético movimiento ...

--Ohhh...ohhhhh.....ouaa.....— Lucía subió los brazos cubriéndose el rostro... Luego los bajó y se apretó a mi espalda... Sus piernas se retorcieron alrededor de mi cintura y comenzó a mover las caderas, primero casi nada, y luego cada vez más alocadamente dejando escapar unos sonidos guturales cada vez que yo hincaba mi miembro en su interior con fuerza

--Uaaa...uaa..... sigue...sigue... sigue....más....más....más.....

Seguí el ritmo con locura, notando cómo se aproximaba el espasmo del orgasmo

Lucía apretó sus piernas alrededor de mi cintura y ajustó su pubis fuertemente contra el mío. Noté cómo su cuerpo aumentaba el ritmo, y entonces cómo el placer explotaba en mi interior y corriendo a lo largo de mi polla, se proyectaba en espasmos de placer, mientras ella tensó el cuerpo.

--Uaaaaaa......aouaaa... que buenaa... que buena…... uaaaaa….

Con mis últimos espasmos de placer proyectando el semen en su interior, Lucía se tensó en la convulsión de su propio orgasmo, luego nos relajamos

--Nunca creí... nunca creí que fuera así... –dijo mientras mantenía asida mi polla, que aun seguía rígida dentro de ella.

Horas más tarde , ya vestida con todo el aspecto de niña pija, me dijo , al despedirse:

--¿Sabes? ... Me ha gustado... Quizás lo volvamos a hacer...

Y ví cómo caminaba, provocadoramente, de vuelta a su casa.

Tenía que volver a follarla… Algún día la volvería a follar con locura

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