Como estreno, una pincelada (1)
Una sumisa novel inicia su andadura en la D/s de la mano de un Amo experimentado, Su esclava switch y Su sumisa
Como estreno: Una pincelada
Capitulo 1 El encuentro
Aquí estoy; un par de años de chat, siempre soñando con poder estar al menos un ratito con un Amo y ahora estoy aquí esperándolo en una elegante cafetería estilo inglés en madera, con una barra señorial, un piano para interpretar música en directo, una hilera de mesas a un lado (pequeñitas y bajitas y, más, con lo grande que soy yo) con tres o cuatro sillas y una entreplanta también en madera.
He escogido la mesa del fondo del todo pues tiene 4 sillitas y, además, estoy más segura de que será más discreta y me he pedido una coca-cola mientras les espero.
El Sr. Txiria vendrá con Su esclava, María de Txiria, para mí la Sra. María; curiosamente, eso hace que no me encuentre más nerviosa sino, curiosamente, más clamada; Ella siempre se ocupa de cuidar de las personas sumisas, quizá sea una herencia de Su naturaleza switch.
Soy tremenda, inmensamente consciente de que no estoy bien pues llevo todo el día dando vueltas por Madrid pero he tenido que escoger entre arreglarme o llegar a tiempo y he elegido eso último. Voy vestida con unos pantalones piratas, una camisola, sujetador y unas sandalias cómodas y de tacón bajo; sé que es una imagen bastante peor de la que puedo llegar a dar, pero es lo que he elegido así que no tiene solución.
He llegado unos 20 minutos antes de la hora a la que hemos quedado y he pedido a mi pareja que esté atento para venir a recogerme cuando me llame; espero no tener que hacerlo pronto y que no sea antes de las 12 ó la 1.
Oigo unas voces y levanto la vista; ya están aquí, mi corazón da un vuelco en el pecho, no vienen dos sino tres personas; el Sr Txiria y dos mujeres bien vestidas. El Sr Txiria es mucho más guapo de lo que creía; la foto del Messenger no Le hace justicia para nada.
Él mira hacia Mi, sonríe y se dirige hacía mi; noto como mi garganta se reseca y esbozo una sonrisa presa del nerviosismo; las dos mujeres que vienen con Él lo siguen con tranquilidad charlando animadamente entre ellas.
Hola cielo, ¿qué tal estás???.- se dirige directamente hacia mi.- a ver déjame verte bien
Mi garganta ya estaba seca y se pone aún más seca cuando Él me mira y frunce el ceño. Yo me empequeñezco en mi interior, no sé donde meterme.
Hola, Sr Txiria.- contesto con voz atropellada.- ahora que Le veo estoy mucho mejor. Lamento que no me haya dado tiempo para arreglarme un poco pero es que hemos estado todo el día andando por Madrid y el tiempo se nos ha echado encima y
Tranquila.- me corta con un gesto imperioso con Su mano derecha.- ahora nos lo explicas todo; espera que te presento a Mis niñas. Mira, ^nectar_sometido^, esta es Mi preciosa maría.- Me dice mientras Me presenta a la mujer de mayor edad que va vestida con un conjunto en colores blancos con pinceladas de negro y sandalias de tacón altísimo.
Sra. María, todo un placer conocerla.- La digo al tiempo que la doy dos besos.
El placer es Mío, niña. ¿Cómo te encuentras???.- responde Ella.- Me parece que estás en exceso nerviosa y debes recordar que no sucederá nada que tú no desees, pero absolutamente nada.
Eso es lo que me da un poco miedo, Sra.- la contesto con una sonrisa a la Suya tranquilizadora.- que por un lado deseo que sucedan tantas cosas y por el otro me da tanto miedo lo que puede llegar a pasar
Pero bueno, una mujer grande y fuerte ¿de qué tiene miedo??? Porque como no sea de ti misma no lo entiendo pues vamos a estar todo el rato en lugares públicos.
Bueno, bueno.- tercia el Sr. Txiria en la conversación.- ahora seguís que no Me habéis dejado presentar a firebird{} a ^nectar_sometido^. A ver, Mi niña firebird{} esta es ^nectar_sometido^ la sumisa que quiere conocer un poco de cómo va este mundo y con la que te había comentado que íbamos a quedar; ^nectar_sometido^, cielo está es firebird{} una niña que lleva con nosotros unos pocos días y que tampoco sabe mucho pero que demuestra mucha capacidad de aprendizaje.
Hola ¿cómo es el nombre???.- digo al tiempo que me pongo más colorada aún si cabe.- es que me resulta un poco complicado.
Sí, lo es.- me contesta ella con una amplia sonrisa en la boca.- es que mi Señor es un poco caprichoso y le ha dado por bautizarme en Inglés; "fa" "y" "berd"; significa "pájaro de fuego".
Ahhhhhh.- digo yo con la boca abierta.-procuraré acordarme porque me parece difícil.
Jajajaja.- dice ella.- y a mí pero como Él me lo llama constantemente se me hace más sencillo.
Sí.- tercia la Sra. María en la conversación.- es que le da por poner cada nombrecito que
Mientras las tres hablamos, mi nerviosismo decrece y me atrevo a levantar la cabeza y a observar al Sr Txiria; está, simplemente, mirándonos, como evaluando la situación creada y con cara de satisfacción reflejada en una sonrisa que ilumina sus ojos preciosos.
Me mira al mirarlo yo y mis ojos quedan atrapados en los Suyos. No soporto mucho la mirada y, al tiempo que mi cara vuelve al color que parece que la va a acompañar toda la noche, bajo la mirada hacia el suelo.
¿Qué, nos sentamos??.- pregunta el Sr Txiria una vez que ha hecho que mi mirada esté fija en el suelo nuevamente.- que aquí en medio no dejamos pasar a nadie para el servicio. maría, tu y firebird{} pasad al fondo a menos que queráis ir al baño; ^nectar_sometido^ siéntate enfrente de mí.
Me quedo indecisa un momento y observo aliviada como rápidamente las dos mujeres se sientan en la mesa que yo había escogido en el orden que ha dicho el Sr. Me voy a sentar cuando levanto la cabeza y veo que el Sr me hace un casi imperceptible gesto de negación con la cabeza; me quedo paralizada y me empiezo a dar cuenta que dará igual los propósitos que me hubiera hecho antes de estar frente a Él; esta noche haré lo que Él desee.
Se sienta y señala el asiento enfrente del Suyo; me siento sin decir una palabra; Él sonríe y yo siento que todo va bien. La Sra. María y firebird{} están en una animada charla en su lado hablando de las experiencias que han tenido; la verdad es que soy incapaz de descifrar lo que están diciendo.
¿Qué vais a tomar, Mis niñas?? ¿dos cervezas?.- pregunta el Sr. Txiria, mientras ellas le contestan con la cabeza.- Que estoy seguro que ^nectar_sometido^ estará encantada de servírnoslo. ¿Verdad, cielo?
No se me pasa ni por la imaginación el negarme a hacerlo; con voz débil e insegura, contesto:
Por supuesto que lo estaré; será todo un placer para mí; aunque yo ya tengo mi bebida.
Bien pues tomaremos dos cervezas para ellas y una tónica Schweppes para Mi.- dice el Sr Txiria.- pero una cosita ¿te gustaría servírnosla de manera más servicial????
Sí, por supuesto.- contesto animadamente.
Pues vete al WC, quítate las bragas y dámelas para demostrar que esta noche vas a ser Mía.
No esperaba semejante petición y el rubor cubre mi cara de tal forma que si fuera de noche no haría falta la luz eléctrica. No llevo las bragas puestas pues me molestan con los pantalones piratas.
Lo lo siento, Sr.- contesto con mi mirada nuevamente fija en el suelo.- pero es que no llevo puestas las bragas.
Se hace un El Sr Txiria esboza una amplia sonrisa, coloca Su cabeza ligeramente ladeada, me mira intensamente y me dice:
Bien, pues entonces descálzate para ir a pedir y para traer las bebidas. Trae primero las de ellas dos y luego la Mía.- Su sonrisa se amplía.- así veremos cómo crees tú que se sirve a un Señor, ¿no crees???
¿Qué me descalce???- contesto con un pequeño susto.
Sí, claro.- me contesta manteniendo la sonrisa en Su cara mientras Sus ojos me dicen que espera que no desobedezca.- nadie se va a dar cuenta, y si se dieran cuenta no importaría, ¿no crees??? pues nadie te conoce. Por cierto, no permitas que lo traigan a la mesa, tráelo tú.
Me quedo un poco sorprendida, miro a mi alrededor y veo que a pesar de que siguen con su conversación tanto la Sra. María como firebird{} me miran expectantes.
Hazlo, cielo; no va a pasar nada.- interviene firebird{} mientras la Sra. María me anima con una sonrisa.- es que a mi Señor Le gustan estas pequeñas humillaciones.
No lo pienso más y con un movimiento rápido desato ambas sandalias y me quedo descalza.
¿Eran dos cervezas y una tónica Schweppes, verdad??
Sí, así es y recuerda traer primero las cervezas y luego la tónica, ¿de acuerdo, cielo?.- recalca el Sr. Txiria.
Asiento con un rápido movimiento de cabeza y me levanto. Voy a la barra sintiendo la tarima del local bajo mis pies y, con un nudo en la boca del estómago, le digo al camarero:
Por favor, ¿me pone dos cervezas y una tónica Schweppes?
Vale, señorita; no se preocupe que ahora mismo las llevo yo a la mesa.
No, no se moleste ya las llevo yo misma.- contesto rápida y con el corazón acelerado.
Bien, como desee.- me contesta y siento un gran alivio al oírlo; no sabía que le diría si, por lo que sea, llega a insistir en llevar él, las bebidas.
Cojo las bebidas y me doy cuenta que, inconscientemente, he cogido primero la tónica (la primera que ha servido). La dejo y tomo las dos cervezas.
Voy hasta la mesa y dejo los botellines y los vasos delante de las mujeres; uno delante de cada una. Ellos tres están hablando con tranquilidad como si no sucediera nada extraño. Al colocar la cerveza delante de ella, la Sra. María levanta la cabeza y me dirige una sonrisa que interpreto como de ánimo.
Como en una nube, voy a por la tónica; por las palabras que me ha dirigido "así veremos cómo crees tú que se sirve a un Señor" es evidente que espera algo especial de mí.
Tomo la tónica de la barra y me dirijo hacía la mesa; sin pensarlo, me arrodillo, a pesar de lo que cuesta para mis rodillas, según llego y digo en voz baja:
Su tónica, Señor; espero que esté a su gusto.- mi cara arde mientras digo estas palabras pero es lo que ha nacido de mi interior.
Vaya, que tonto que estoy; perdona, pero ¿podrías pedir que te echaran un chorrito de zumo de limón?? Es que Me refresca más.- dice el Sr. Txiria, mientras me tiende nuevamente el vaso.
Yo Lo miro desde mi posición y percibo el movimiento de cabeza de firebird{} que parece decir "ya sabía que la haría algo más"; me repongo y contesto:
Por supuesto, Señor; no tengo el menor inconveniente.
Me levanto desde la posición de arrodillada y me dirijo a la barra de nuevo; creo que no he estado más roja de vergüenza en toda mi vida y, sin embargo, sin embargo, nunca me he sentido más completa y más plena. Siento que el poder que emana de Él me envuelve y me llena que da igual lo que me mande, lo haré; como si se Le ocurre decir que me quite el pirata
Por favor, ¿podrían poner un poco de zumo de limón en la tónica?.- digo con una voz extrañamente firme.
Mis pensamientos anteriores han servido para que esté totalmente calmada; al fin y a la postre no me conoce nadie y las sensaciones que estoy viviendo son las que siempre he deseado vivir, según me doy cuenta ahora mismo.
Echa el chorrito de zumo sin un comentario y, mucho más firme y decidida, vuelvo a la mesa. Según llego me arrodillo, levanto la cabeza, sonrío y digo con mi voz normal:
Deseo que ahora sí que se encuentre a Su gusto, caballero.- no sé si me ha oído alguien a parte de nosotros cuatro, pero me da igual.
Mi recompensa es la sonrisa que ilumina la cara del Sr. Txiria.
Anda siéntate que vas a llamar la atención de alguien.- me dice el Sr. Txiria.
Por Su sonrisa deduzco que he pasado la primera prueba de forma adecuada.
Hablamos animadamente, poco a poco, y a lo largo de la tarde, me somete a ligeras pruebas de las que voy saliendo airosa; contesto por donde se halla mi pareja y como he quedado con él, de lo que he sentido al servir, de cómo me siento y encuentro, de las emociones que me atropellan, de
En estas estamos contestando yo a las preguntas de los tres, anquen hablando más animadamente con el Sr. Txiria cuando mira su reloj, sonríe y dice:
¿Has pagado, niña?
No, no lo he hecho pero no se preocupe que ahora mismo lo hago.- contesto mientras saco mi cartera.
Levanto la cara en cuanto la tengo en la mano y veo delante de mis ojos un monedero que sujeta Él a escasos centímetros de mi cara. Menea la cabeza en un signo de negación:
Paga con lo que hay en esta cartera. ¿Vas a venir a cenar con nosotros?
Sí, si no les importa esa era mi idea.
Bien; entonces bien en la terracita, bien en local al que vamos a ir luego si tu quieres venir te permitiremos invitarnos a algo.- me dice como si fuera Él el que me hiciera un favor permitiéndome invitarles y no fuera yo la que lo hiciera al pagar.
Lo más gracioso del caso es que, mientras me dirijo a pagar con Su cartera a la barra, así es como lo siento; que Él me hace un favor por cada cosa que me permite hacer, como si mi voluntad no valiera nada y solo importara lo que Él deseara; como si yo estuviera unida a Él mediante un imperceptible e invisible hilo que no me permitirá librarme pues yo no deseaba hacerlo.
Llego a la barra y pago la cuenta, de forma inconsciente me he dado cuenta de que el camarero se ha fijado en mis pies descalzos pero la verdad es que ya no me importa, estoy volando en una nube y lo que, a los demás, les parezca bien o mal no me importa en tanto en cuanto no sea molesto para ellos.
De vuelta a la mesa, me siento y dice el Sr. Txiria:
Bueno, vamos aquí al lado a esa terracita que conocemos.
De acuerdo.- dice la Sr. María.- los chopitos, los mejillones y las raciones que tienen en general están bien puestas y con un precio más que aceptable.
Se levantan las dos y yo veo que cierro el paso a firebird{}; no sé bien que hacer, ¿querrá que salga descalza a la calle?; por supuesto, estoy dispuesta a hacerlo pero me gustaría que me dijera algo. Pasan menos de 10 angustiosos segundos cuando Él dice dirigiéndose a mi:
Puedes calzarte, niña; pero no te ates las sandalias, ni metas la cartera en el bolso y el bolso no lo colgarás del hombro.
Me calzo mientras no acabo de entender Sus instrucciones; "¿por qué esa manía de hacerme sentiré incómoda?"
Bruscamente me percato de la verdad.
Quiere hacerme sentir incómoda para que me dé cuenta con pequeños gestos, pequeñas muestras, de que lo que realmente importa es que haga lo que Él diga, lo que Él decida; para que demuestre mi estado de sumisión y obediencia.
Reconfortada por esta idea que se va abriendo paso en mi cabeza, me levanto, me calzo como me ha indicado, tomo la cartera en la mano derecha y el bolso en la izquierda y me dirijo hacía la calle con una postura fuera de lo corriente; ridícula probablemente para una persona que no viva lo que estoy viviendo yo pues mi bolso casi roza con el suelo y tengo que esforzarme para llevar las sandalias como las llevo.
Nos dirigimos hacia la puerta; el Sr. Txiria y la Sra. María hablando entre ellos, detrás firebird{} y yo la última. Al llegar a ella, veo como mi compañera se apresura a adelantarse, abre la puerta y se esfuerza por mantenerla abierta mientras los Sres. pasan.
Llego yo, me sonríe y deja que la puerta se deslice de forma que tengo que sujetarla con la mano del bolso con una cierta dificultad.
Cuando estamos en la calle noto sorprendida que los dos Sres. van delante nuestro, abrazados y charlando y que firebird{} se ha quedado a esperarme. Nueva sonrisa por parte de ella y me dice:
No te preocupes, pone pruebas un poco incomprensibles pero hace que sientas que te deslizas suavemente como por un tobogán hacia donde deseas.
Sí, así es.-contesto y, de repente, me animo.- ¿qué crees que me pasará esta noche?
No tengo ni idea.- me contesta.- mi Sr. es bastante impredecible. Solo sé que lo que te suceda lo estarás deseando y que te llenará el cumplirlo. ¿Puedo preguntarte yo una cosa?
Sí, por supuesto
¿No deseas ser Suya?
Sí, lo deseo.- afirmo con rotundidad.- lo deseo pero ambos sabemos que, debido a las circunstancias eso es imposible. No tengo libertad para viajar y, además, Ellos no van a venir a mi tierra cada mes y más teniéndote a ti aquí, así que solo me queda aguantarme.
Es una pena; Él es un gran Dom. de lo mejor que puedes encontrar y te puedo asegurar que lo que haces con Él te trasporta y te eleva.
Sí, sí.- respondo animadamente.- ¿tú crees que de otra forma iría con esta pinta???? ¿La cartera en una mano, el bolso casi rozando el suelo y las sandalias a modo de chancletas????
Nos reímos las dos a mandíbula batiente cuando llegamos a la terraza en la que cenaremos.