Como entrar por la puerta de atrás

No va de bricolaje

Como tratar la puerta de atrás (no es bricolaje)

En mi experiencia sexual todos mis amantes han tenido fijación por el sexo anal. Quizás porque tengo un culo generoso y apetecible. No sé, nunca lo he observado con detenimiento, a mí me parece de lo más normal. Realmente, es una zona que tiene poca lubricación natural, así que no admite un "aquí te pillo, aquí te mato"

A veces, he de recordarle a mis amados que mi anatomía consta de una vulva compuesta de labios, pliegues, orificio de la vagina y el clítoris. Todo ello acondicionado con lubricación abundante solo con escuchar la voz de mi amante. Vamos, un jardín de las Delicias, o bosque (dependiendo de cuando me haya depilado). Toda esta maravilla de la naturaleza se abre como una flor si se sabe tocar correctamente el timbre o clítoris antes de cualquier invasión, educación ante todo, por favor. Y a veces, ni siquiera hace falta que se toque ese maravilloso timbre, que como cualquier timbre, si se toca de manera insistente y torpemente puede cerrar cualquier camino.

Pero si se sabe envolver y succionar como un caramelo abre las puertas del mismo paraíso para una servidora y para el que me sirve.

Cualquier intromisión sea delantera o trasera debe ser mimada y acompañada de caricias, besos y un buen cunnilingus, no pretendo presumir de culta, simplemente me parece una palabra preciosa. Aunque en momentos de excitación solo surga un "cómeme el coño" de lo más soez y vulgar pero efectivo. Si, en la puerta delantera se admiten "aquí te pillo, aquí te mato" dependiendo de quién entre a matar, claro está. En la puerta trasera se exige como mínimo un beso negro, largo y profundo. Caricias deshonestas que abarquen desde mis nalgas, pasando por mis labios y jugando con mi clítoris. Pero la manera más "fácil" de entrar es pasar antes por toda mi anatomía, desde el cuello, perdiéndose en mis pechos para acabar concentrado, muy concentrado en mi clítoris. Seguidamente, continuamos con mi clítoris ( no, no es una errata. Tú sigue ahí) Para acabar invadiendo mi vagina con lengua, dedos o pene.

Y si después de todo esto, sigues deseando mi culo ¡Santa paciencia! Reza para que un largo beso negro te abra las puertas.