Como encontre a mi hombre

Me ocultaron mi verdadera identidad sexual hasta los 20 años

COMO ENCONTRE A MI HOMBRE

Esta es mi historia, la historia de una mujer que después de pasar por muchas vicisitudes llega a encontrar a la persona que le haría feliz.

Mi nombre es Cristina, pero no siempre fue ese, antes me llamaba, Cristóbal. Nací en una familia

muy normal, no pudiente, pero sí que cada mes llegábamos económicamente a cubrir nuestros gastos y nos quedaba algo para una emergencia que mi madre se preocupaba de guardar.

Mi padre era capataz en una empresa de ingeniería civil, eso nos perjudicaba un poco, ya que estaba sometido a constantes cambios de lugares de trabajo y por eso faltaba de casa largas temporadas incluso en una ocasión estuvo ausente 2 años, se comunicaba con nosotros atreves del Skype.

Vivíamos en una pequeña ciudad de provincia, en un principio antes de nacer yo, a mi madre no le importaba cambiar de residencia con una relativa frecuencia, pero llego un momento en que ya estaba cansada de tanta mudanza.

Cuando quedo embarazada, y como el embarazo fue de riesgo, por la edad de ella, los médicos le aconsejaron que no viajase tanto, y si fuese posible permaneciesen en una ciudad con buenos servicios médicos. Como ya estaban en una, decidieron no viajar más.

A mi padre un día la empresa lo mando a Brasil, tenían una construcción muy importante en proyecto y necesitaban una persona de completa confianza, lo asignaron como jefe de obra, con un sueldo que triplicaba el actual, eso les venía muy bien a mis padres pensando que en estado en que estaba mi madre, todo dinero era poco. Se sacrificaron y el marcho a Brasil, mi madre quedo sola en la ciudad, pero con todos los servicios que pudiese necesitar en su estado cubiertos por la empresa.

Mi madre, deseaba que el hijo que esperaba, fuese una niña, ya que así la cuidaría y le enseñaría todos los secretos de la vida, no solo tendría una hija, sino una amiga.

Cuando llego la hora del nacimiento, se encontraba sola, mi padre no había podido venir para el acontecimiento, pero no le falto de nada. Solo la alegría de que fuese niña, pario a un niño de 3,800 kg. Sano y completito, como decía ella.

Cuando se lo comunico a mi padre, no le dijo la verdad, le dijo que era una niña, y le había puesto el nombre de Cristina. Pero me había inscrito en el registro oficial como niño con el nombre de Cristóbal, a efectos legales era un varón.

El tiempo fue pasando, mi padre venia con una relativa frecuencia, cada seis meses, nunca me llego a ver desnuda, ya se preocupaba mi madre de que no me viese los genitales cuando era un bebe, según crecía, ya era más difícil pues tenía que respetar mi intimidad.

Cuando empezó a vestirme como una niña, tenía 3 años, y me llamaba Cris, me llevaba de compras a ver los vestidos y mis calzones con pequeños bordados, mis enaguas y todo aquel vestuario de una niña de 3 – 4 – 5 y así hasta los 10 años, en el colegio me inscribió como niña con el nombre de Cris., desde muy pequeña, me acostumbro a que siempre tenía que hacer mis necesidades como ella, sentada, incluso, cuando ella tenía que orinar, me llevaba al baño, para que aprendiese como lo hacía, sentada y con las piernas juntas, limpiándose después con un papel sus partes intimas, como yo no había visto nunca a un niño desnudo, creía que lo mío era normal, y un día le pregunte.

Mama, porque tú no tienes esto que tengo yo, tú tienes una rajita y yo no, yo quiero tenerla como tú.

Me dijo, que algunas niñas, las tienen y otras no, que ella cuando era pequeña como yo era igual que yo, también tenía esa colita, pero después me desapareció y en su lugar se abrió la rajita, y que le había quedado un recuerdo de lo que tenia y me lo enseño, ella le llamaba clítoris, que era grande, media como 1cm, y que de vez en cuando se escondía y quedaba pequeñito y otras veces crecía y se ponía como cuando lo vi, (como habréis comprendido me estaba mintiendo en lo que se relacionaba a mis genitales y a los suyos), aprovechándose de mi inocencia. Lo tome como una verdad y creí que todo lo que me decía era normal.

Mi feminidad, aumentaba, hablaba como una niña, jugaba con las niñas del barrio, me gustaba las revistas de moda, los grupos musicales de la juventud y gritaba con mis amigas cuando acudíamos a algún concierto, yo tomaba unas medicinas que eran para ocultar mi voz, que siempre fuese atiplada. Un día le pregunte porque algunas de mis amigas tenían unos bultos en el cuerpo que ellas le llamaban pechos o tetas, algunas eran pequeñas y otras eran más grandes. Me dijo que eso era los pechos que en algunas chicas salen antes que en otras y que no son siempre del mismo tamaño, ella me enseño los suyos y me invito a tocarlos, eran grandes, pero estaban un poco caídos, en su extremo tenían un botón de color marrón y me explico.

Cuando una niña crece, poco a poco le crecen los pechos los botones que tenemos, se llaman pezones y su función es que por ellos salga la leche que se forma en el interior de las tetas cuando las mamas han tenido un hijo. Asombrada le pregunte:

Mama, entonces cuando yo nací, por tus tetas salía leche, y yo la bebía,

Si Cariño, cuando naciste, para darte de comer, yo te ponía mi teta en tu boquita y tu instintivamente succionabas de ella y me sacabas la leche.

Y como naci?

Bueno hija, muchas veces cuando hemos ido de paseo o a comprarte ropa, te acuerdas de que hemos visto a algunas mujeres con una barriga muy grande, recuerdas?

Si mama, algunas eran grandes y otras no.

Bueno hija esas mujeres tenían dentro de sus barrigas a un niño, que estaba creciendo poco a poco y cuando ya creció lo suficiente entonces salía.

¿Y por donde salen, mama?

Bueno hija te acuerdas de que yo tengo una rajita, esa rajita en el fondo tiene un agujero, pues salen por ese agujero, que aunque parece pequeño, cuando nacen los niños se hace más grande y el médico ayuda a las mamas a que nazcan.

¿Cómo es que crece dentro de la barriga? ¿Por qué?

Bueno pues los papas con su colita, la meten en ese agujero y cuando se están besando los papas y las mamas el papa deposita en el fondo de ese agujero una semilla que ellos tiene, y después crece en la barriga de las mamas, como si fuese una planta, tú la pones en el tiesto, dentro de la tierra y la cubres, y la riegas todos los días, y poco a poco, debajo de la tierra, empieza a crecer, hasta que sale, y con el tiempo se convierte en una flor muy bonita y en un árbol, entendiste hija.

Si mama que bonito.

Y a mí cuando me van a crecer las tetas

No te preocupes que eso lo arreglamos pronto dentro de unos días iremos de compras.

A los pocos días, fuimos de compras a una corsetería, mi madre le pidió a la dependienta unos formadores con un poco de relleno para que me fuese acostumbrando a llevarlos y al peso que después tendrían mis pechos. Le enseño unos muy prácticos, ya que aunque eran un poco grandes para mi, podrían regularse el tamaño de la copa, al mismo tiempo que cambiar el relleno para lavarlos y poner sucesivamente unos mas grandes por si la niña se acomplejaba de que sus amigas se burlasen por tener los pechos pequeños, era los perfectos, se llevo dos con dos juegos de rellenos. Cuando llegamos a casa estaba muy nerviosa, deseaba que me los pusiera quería verme con un sujetador puesto.

Me enseño a ponérmelo, me puso primero el relleno más pequeño, y según pasasen los meses se pondrían los de mayor tamaño progresivamente, me dijo que el médico le había indicado que el retraso en el crecimiento de los pechos era una pequeña anomalía que se subsanaría con el tiempo. Al verme como mi madre con un sujetador, me encontré mayor, me gustaba verme al espejo con mis braguitas puestas y el sujetador.

Pasaba el tiempo, yo crecía físicamente, pero mi inocencia con respecto al sexo seguía como a los 10 años, mi padre vino varias veces y veía en mí a su hija Cris y me trataba como a tal. Termine mis estudios como una señorita, y como quería tener una pequeña independencia económica, me busque un trabajo como secretaria de una empresa. Tenía un buen sueldo, y amigas, de vez en cuando salíamos de paseo o nos reuníamos en una cafetería a tomar algún refresco, un día, en las conversaciones salió el tema de los chicos, yo les dije que no conocía a ninguno, que mi madre no le gustaba que saliese con chicos en plan de enamorarlos, pues era muy joven, ellas se rieron y me preguntaban que para que quería ese cuerpo tan estupendo que tenia, efectivamente mis medidas no es que fuesen espectaculares eran dentro de lo normal con respecto a una chica de mi edad, mi madre me había tenido siempre a un régimen alimenticio muy severo y mi cutis gracias al maquillaje que me enseño ella, era suave y juvenil

Mis pechos con los rellenos que le ponía eran muy semejante a los normales de una chica, mi madre había comprado unos implantes de travestis que daban el pego a cualquiera, los sujetadores que utilizaba eran sugestivos y mi pene, me había enseñado como ocultarlo, en si no tenia problema, en lo que respecta a mi aspecto físico de rostro, tampoco, ya que mis facciones, sin haber tocado nada, eran completamente femeninas, en si era andrógino, un varón con aspecto de mujer a excepción de mis genitales ya que al no saber nada de sexo, no provocaba erecciones solamente por la noche y de tiempo e tiempo tenía alguna eyaculación nocturna, que al principio me asuste y le pregunte a mi madre y fue entonces cuando me conto toda la verdad.

Ella siempre había deseado tener una hija, pero nació un varón, como mi padre siempre estaba fuera le oculta mi sexo, y me educo como una mujer, parte de las historias que me había contado en si eran ciertas, otras no como la definición de mi sexo, yo ya me había acostumbrado a ser mujer, pero en realidad era un travesti. Caí en una depresión que me tubo en cama varios días, puse la excusa en la oficina de que me había tenido un cólico de riñón, que eran muy dolorosos, según mi madre más que un parto,

y el médico me había recetado una medicación además de reposo, ya que no era muy grave en un principio.

Le dije a mi madre, con los ojos llenos de lagrimas, que yo lo que quería es ser una mujer, me había educado como tal, y no cavia en el mundo de los hombres como un hombre, me dijo que buscaría la solución pero para no levantar sospechas tenía que seguir como hasta ahora.

Cada vez que salía sola a pasear, me paraba ante los escaparates de tiendas de corsetería a ver los modelos de ropa interior, cosa muy normal en una chica y en las tiendas de premamá, para ver la ropa de futuras mamas, se estaba despertando en mi el deseo de la maternidad. Mi madre se intereso por el tema de transexuales, y en si no le gusto, ya que la mayoría de ellos se dedicaba, a la prostitución o al espectáculo, me prometió que buscaría una solución.

Un día, con mis amigas, seguía saliendo con ellas, para no levantar sospecha, nos fuimos a una discoteca, nos sentamos, tomamos unos refrescos y salimos a bailar todas juntas. En una mesa contigua, había una serie de jóvenes, que al parecer estaban celebrando alguna fiesta, había uno que me llamo mucho la atención, nos cruzamos miradas, yo rehuía las de él, pero no dejaba de seguir sus pasos. El se dio cuenta y cuando nos sentamos, se levanto y se dirigió a nuestra mesa.

Con mucha educación se dirigió a mí y me invito a bailar, me sonroje, mis amigas me animaron, ya que nunca me habían visto con un chico, me levante un poco avergonzada y me acompaño a la pista, bailamos un buen rato, luego al retirarme a la mesa, me pregunto si podía sentarse con nosotras le dimos la conformidad y se sentó a mi lado.

En eso uno de sus amigos le dijo:

Eh Arturo ya nos dejas, claro esa chica es más guapa que yo.

Indiscutiblemente, yo era más guapa que su amigo.

Así me entere de su nombre, seguimos charlando y bailando, pero el solo quería bailar conmigo yo accedí a ser su pareja en el baile.

Me indico que estaban celebrando el fin de carrera, era medico, se había especializado en Cirugía, Ginecología y Obstetricia. Y que en un par de meses se incorporaría a una fundación llamada CIDE para trabajar en ella, se lo había prometido a su madre que era la directora y además que pronto tendría trabajo, ya que su madre, estaba embarazada y salía de cuentas en cuatro meses.

Me pidió permiso, para acompañarme a mi casa, su presencia me reconfortaba, me sentía a gusto con él, me acompaño y me pidió permiso para poder llamarme al día siguiente, se lo di al mismo tiempo que mi teléfono, nos despedimos, con un apretón de manos, unas manos fuertes, bien cuidadas, se notaba que era cirujano, se hacia la manicura masculina, al mismo tiempo que se acercaba y rozaba mi mejilla con la suya, me ruborice, me pidió perdón, por el atrevimiento y se lo di.

Entre en casa, y lo primero que hice fue decírselo a mi madre, había conocido a un chico maravilloso, le dije:

Mama creo que me he enamorado, es guapísimo, educado, considerado con las chicas, hay mama que chico.

Ella sonrió, y me dijo: Hijita es tu primer amor no te precipites si es EL lo sabrás, dentro de tu corazón.

Continuara: