Como encontre a mi hombre - 7

Primera extracción de esperma a Cris y Ingrid se pone de parto

COMO ENCONTRE A MI HOMBRE – 7

Me levante un poco nerviosa, me puse una ropa deportiva en base a un chándal una camiseta y un short, Ingrid, me había dicho que no era necesario que ocultase mi pene, ya que la holgura del chándal disimularía su existencia debajo del short.

Después de desayunar, Ingrid me indico si estaba preparada, le dije que sí, pero los nervios se me notaban.

No te preocupes, hija, yo voy a estar a tu lado y te voy a ayudar, haz tolo lo que yo te diga y saldrá todo a la perfección.

Llegamos a la sala de extracciones, Estela nos estaba esperando, me dijo.

Cariño, desnúdate y ponte sobre esa mesa de rodillas y mirando hacia esa pared.

Así lo hice, entonces, Ingrid, se acerco, con sus manos, agarro mi pene y comenzó a masajearlo muy suavemente al igual que mis testículos, estaba un poco violenta, ya que era la primera vez que unas manos que no fuesen las mías cogían mis órganos sexuales.

Relájate, me dijo Ingrid, estoy tratando de que se produzca una pequeña erección para poder comenzar, piensa que el que te esta acariciando es Arturo, fue decirme eso y como si hubiese dicho las palabras mágicas mi pene comenzó a engordar y a mirar hacia el infinito.

Muy bien Cris, decía Estela, ahora te agachas y lo metes por esa apertura que tiene la mesa, una vez lo hagas, te vamos a atar para evitar que te muevas, y saltes yo estaré debajo de la mesa e Ingrid estará a tu lado, no tengas miedo.

Me pasó una correa por la espalda, otra a la altura de los glúteos y una tercera por las piernas, los brazos me los sujetaron al borde de la mesa. Cuando ya estaba amarrada, Ingrid aviso a Estela que se había colocado bajo la mesa.

Note, que me cogía el pene, y retiraba el prepucio hacia atrás, para ver si estaba bien lubricado, como así era, me acerco el terminal de la ordeñadora, que en un momento absorbió el pene y comenzó a masajearlo.

Me asuste, la succión de mi pene me produjo una agradable sensación, que poco a poco aumentaba, y también poco a poco la velocidad también aumentaba, me daba la sensación de que no era la maquina la que tenia conectada a mi pene, pensaba que era Arturo, y pensaba que tenía que decirle, “Así, cariño, muy bien es toda tuya, sácame todo el jugo de la vida”.

Ingrid, que me estaba viendo, sonreía de satisfacción al ver que ponía los ojos en blanco, pensando en Arturo, y pensaba que todo estaba marchando muy bien.

Yo pedía mas cada vez hasta que llego un momento en que di un grito y el esperma que tenía guardado fue absorbido por la maquina, me relaje de tal manera que casi perdí el conocimiento. Era la primera paja, que me hacían, detuvieron la maquina y me dejaron descansar, casi una hora, me dieron un refresco a base de zumo de frutas y una pastilla para reponer fuerzas.

Ingrid, me dijo, poniendo sus manos en mi espalda.

As estado perfecta, cariño, pensaste como mujer en tu amado y la cantidad es suficiente en esta vez, pero haremos otra extracción, ahora vas a pensar como hombre, que se quiere tirar a una mujer, yo te voy a excitar.

Se puso delante y se bajo el vestido, aparecieron sus pechos, grandes y duros, sus pezones apuntaba hacia mi cara, los rodeaba una areola de un color marrón oscuro, comenzó a masajearlos y a frotarlos sobre mi cara, de sus pezones comenzaron a salir unas pequeñas gotas de calostro que yo recogía con mi lengua, ella me decía. “Si toma este jugo que ayuda a vivir, es tuyo, chúpalo lo tengo guardado para ti,” a cada momento me iba calentando mas y mas, Estela lo notaba y le hizo una señal a mama, indicando de que ya esta erecto, cuando de repente, note que mi pene era nuevamente absorbido por la maquina y comenzaba a masajearlo lenta pero continuamente.

La velocidad aumentaba, yo le decía a una persona con la que estaba jodiendo, “toma mi pene, es todo tuyo, te lo voy a meter en tu concha y a vaciarlo dentro de ella, te saldrá mi esperma hasta por las orejas, gózalo, siéntelo dentro de tu vagina” y así sucesivamente hasta que di un grito y eyacule nuevamente con una fuerza que ni yo misma sabia que tenia.

Caí, rendida, estaba realmente agotada. Me desataron me senté en la mesa y Estela me lavo, mientras Ingrid se arreglaba el vestido, me dieron otro zumo de frutas y con tranquilidad comenzamos a comentar las extracciones.

Ingrid, me decía, hija no sabía que eras tan apasionada follando a una mujer y cuando te follan.

¿Por qué lo dices, mama?

Por tus expresiones, dijo, eran autenticas palabras de lujuria.

Cuando me conto lo que había dicho, ya que yo ni me entere, no sabía lo que decía, me habían salido de mi subconsciente, me puse roja como un tomate, me daba vergüenza pensar que eso lo había dicho yo.

Pero era verdad, la pasión que me llevo a decir esas palabras, era fruto de mi doble personalidad (hombre-mujer) que estaban saliendo de mi interior, yo tenía desde ahora que mi personalidad femenina, fuese superior a la masculina, en dichos momentos. Comentamos entre nosotras las anécdotas de mis palabras y nos reíamos con su significado y los gestos que ponía Ingrid al imitarme.

Estela, se llevo las extracciones, para analizar y hacer el correspondiente recuento de espermatozoides, ya nos daría el resultado.

Cuando salimos del edificio era casi la hora de almorzar, y directamente nos dirigimos a casa.

Durante el almuerzo, Arturo pregunto cómo había ido la sesión, Ingrid le dijo que estupendamente, incluso comenzó a contar lo que había pasado, cuando le dije:

Mama, eso no por favor, ya se lo contare yo en su día.

Ingrid, callo la boca y con una sonrisa cómplice dijo. “No sabes lo que te espera, hijo, vete preparando”

Mama, le dije, por favor, que va a pensar de mi, guárdame el secreto, son conversaciones de mujeres.

Tienes razón, hija perdona, se cayó pero sonriendo.

El almuerzo era especial para mí, tenía que reponer fuerzas y lo había ordenado Arturo, en base a proteínas, sales minerales y vitaminas.

Muy Bien, dijo Arturo, dentro de dos días te toca la segunda extracción, tenemos que ponerte fuerte.

Le pregunte que harían con mi esperma, y la información que recibí fue: Después de los análisis correspondientes y según los resultados, será clasificado y según los mismos, se congelara y se pondrá un nombre clave, para saber el donante. Si en alguna ocasión, se solicita un esperma cuyo donante tenga unas características especiales, se retirara del banco de almacenamiento y se enviara para su implantación en la receptora. Nadie excepto nosotros, La Casa Madre, sabrá quien ha sido el donante.

La tarde la pase relajada, estaba sola en casa, pero pensaba en lo que había sucedido por la mañana, me había gustado, recordaba, en mi imaginación, como Arturo, durante la primera extracción, me cogía mi pene y me masturbaba que lo metía en su boca y me hacia una mamada haciéndome descargar en ella. Los recuerdos de la segunda no se quedaban atrás era yo el que penetraba a una chica, pero no le veía la cara, tal vez ese yo era Cristóbal y estaba follando a Cristina, si efectivamente así era. Ya deseaba que pasaran esos días de descanso para tener otra extracción.

Esos dos días tardaron en llegar, me levante de la cama con alegría y en cinco minutos ya estaba preparada, cuando me vio Ingrid, me dijo:

Hija, que prisa tienes en que te ordeñen, relájate que tenemos tiempo, desayuna bien mientras me arreglo.

Quince minutos más tarde, Ingrid ya estaba arreglada para irnos a la sala de ordeño.

Al llegar, Estela, se extraño de que nos hubiésemos adelantado, no obstante no tenía importancia ya que los donantes habían terminado su sesión y la sala estaba vacía a nuestra disposición.

Mama, le dijo a Estela, es que está deseando repetir, la experiencia le gusto y así se encuentra con Arturo que le hace una mamada.

Las dos se rieron pícaramente y comenzamos a prepararnos. Fue maravilloso nuevamente la extracción, casi no hizo falta que Ingrid me masajease el pene y los testículos, al bajarme el short ya casi estaba empalmada, esperando que la boca de Arturo comenzase a mamarme mi polla.

La sesión se me hizo más corta que la anterior, pero los resultados fueron superiores, las cantidades extraídas habían superado a las del día anterior, estaba demostrando que deseaba que llegase el día de estar a solas con Arturo y me penetrase realmente.

Como esta extracción, fue superior a la primera, no hizo falta una tercera, por lo que fue suspendida y adelantábamos en una fecha las aplicaciones hormonales.

Me encontraba feliz había ganado un día en estar a solas con Arturo.

Cuando regresábamos a casa, Ingrid, comenzó a encontrarse mal, le pregunte.

Mama, que te pasa, ¿Ya?

Creo que si hija, vamos a la clínica, aun me da tiempo.

A los cinco minutos estábamos entrando en la clínica, indique inmediatamente que avisasen a Arturo, mientras subimos a una de las habitaciones preparadas para ella.

No habían pasado 5 minutos cuando Arturo entraba en la habitación, se acerco a mama y le dijo:

Tranquila, mama, ya estoy aquí, la tranquilizo dándole un beso en la frente, mando que preparasen el quirófano mientras la revisaba.

Si, este machote, está llamando a la puerta quieres que te ponga la epidural, para el dolor.

No, hijo, quiero que Cristina este a mi lado, y que vea que las mujeres de esta familia sabemos parir con dolor, pues así querremos mas a nuestros hijos.

Me tenía cogida la mano, y en cada contracción, me agarraba con más fuerza, me dieron una bata y como pude me la puse, ya que Ingrid no me soltaba de la mano, entramos en el quirófano, la subieron a la mesa de partos y esperamos a que Arturo comenzase con su labor.

Con cada contracción, me decía. Hija, nunca le digas a tu marido que no, nosotras estamos aquí para hacerles felices, aunque tengamos que sufrir para conseguirlo.

Gritaba cada vez que Arturo le invitaba a empujar, yo no podía apartar los ojos de la escena que estaba viendo, era el amor de una madre hacia sus hijos, con la mano que tenia libre, le limpiaba el sudor de su cara que la tenia desencajada pero se la veía feliz por el esfuerzo.

En eso Arturo dijo: Ya está aquí, se le ve la cabeza, venga mama, un último esfuerzo y terminamos.

Y respirando fuerte, dio el último empujón, la cabeza ya había salido, Arturo la cogió y dijo: Venga hermano que mama te está esperando y girándolo lo saco y se lo dio a la enfermera.

Cuando levanto la cabeza y me vio, yo estaba llorando de alegría y mama de felicidad, y dijo:

Es otra niña, mas trabajo para mí. Y se puso a reír, sin levantarse espero unos momentos a que expulsase la placenta, le dio un par de puntos y se acerco a mama.

Te dije hace 6 años, que hoy estaría aquí contigo, sabes que cumplo lo que prometo, te quiero mama, te portaste muy bien.

Yo, seguía llorando de lo feliz que era, me acerque a él y le dije, Cariño te quiero y le di un beso, después la enfermera, me dio a mí la niña, no puedo describir ese momento, tenía en mis brazos a mi futura cuñada, no sabía lo que tenía que hacer, se la enseñe a Ingrid y ella me dijo.

Quiérela, como a sus hermanos, tu serás en su día su hermana mayor y el ejemplo que tienen que seguir.

El ejemplo eres tu, mama, le dije, yo estoy siguiendo tus lecciones y aun falta mucho para que sea yo la que tenga que darle consejos, me acerque a Ingrid, le di un beso en la frente y le puse a la niña en los brazos.

En eso llego James, un poco sofocado y preguntando por Ingrid, Arturo lo freno un poco diciendo que estaba bien y que la niña también.

Otra niña, dijo, tendré que tomar lecciones para hacer varones.

Nos reímos y Arturo le dijo, no pongas tanta prisa, déjala descansar ya llegara el varón.

Cuando Ingrid escucho la sentencia de su hijo, dijo.

Arturo, por favor déjame descansar, quieres que parezca una coneja.

Las risas invadieron la sala de partos.