Como encontre a mi hombre - 12
Regreso a la casa madre, preparativos de boda y presentación de las familias
COMO ENCONTRE A MI HOMBRE – 12
El retorno a la casa madre fue esperado por ambas partes. Yo deseaba estar nuevamente en brazos de Arturo, y la familia de Arturo, deseaba que la hija mayor retornara para alegría de todos.
Arturo me estaba esperando en el aeropuerto, lo encontré feliz sus ojos demostraban la alegría de que volviese a estar a su lado. En cuanto cruce la puerta de llegada, me estrecho entre sus brazos y me beso apasionadamente. Fuimos directamente a casa, los pequeños ya habían regresado del colegio, tan pronto me vieron se echaron a mis brazos, demostraban que me había echado de menos. Ingrid, me recibió con un abrazo de madre, indiscutiblemente era el abrazo que había sentido tan solo hace unos días de mis padres biológicos, y lo primero que me dijo fue.
Bienvenida a casa, hija, como están tus padres, cuéntame de ello.
James me abrazo y me dijo, “Te veo estupendamente, el cambio de aires te sienta muy bien”, guillándome un ojo, por los niños.
Si le dije, me encuentro más YO.
Les informe, que mis padres acudirían a la boda, y que sería mi padre, el que me llevaría al altar. Todos aplaudieron la decisión.
Sofía estaba muy crecida, con 2 meses y medio comenzaba a esbozar las sonrisas inocentes de su edad sus ojos comenzaban a explorar el mundo que le rodeaba. Tras entregar los obsequios que mis padres mandaban para todos ellos, las risas dieron paso a bostezos de cansancio.
Cada uno comenzó a retirarse a su dormitorio, Raquel, cogiendo de la mano a Felicidad, se fueron las dos al suyo, ya compartían dormitorio, Alfredo, muy orgulloso se retiro al suyo, quedamos solo los mayores tomando unas copas, quería contarles las reacciones de los míos.
Cuando les indique, que en un principio mi madre no me reconoció, no se lo podían creer, que solamente fue capaz de hacerlo, cuando me vio a los ojos directamente, como cuando me abrió la puerta no sabía quién era, me había presentado como una amiga mía que le traía unos saludos de su hija.
Mi padre, como a lo largo de su vida me había visto muy pocas veces y mi madre siempre me pintaba tal como era ahora, tan pronto me vio me reconoció como Cristina, su hija, esta era la figura que tenía en su mente de su hija.
Mis amigas me decían que tenía una suerte envidiable ya que mi futuro me haría los arreglitos necesarios cuando los niños me estropeasen.
Cuando mi madre me vio desnuda, casi le da un infarto, me preguntaba que me habían hecho y quien había sido. Le explique el proceso a grandes rasgos y que me lo había hecho la persona que más quiero en el mundo, que era mi Pigmalión y yo su Galatea, pero no le dije lo que vendrá después, así la tengo en ascuas si ve que los niños no vienen, le diré que vendrán cuando tengan que venir, ¿Verdad cariño?
Claro, me contesto, de momento no tenemos prisa y para la próxima semana comenzaremos con modificación cromosomatica.
A propósito mama, quiero que me ayudes con el asunto de la boda, tenemos que empezar a organizar, pero no quiero dar fechas no vaya ser que se interrumpa por el quirófano.
Entendido hija para la semana comenzamos con el plan.
Dicho esto, comencé a despedirme de James, Ingrid, Arturo me acompaño hasta el dormitorio, y muy silencioso, mientras acariciaba mis nuevas tetas me susurro al oído. Me dejas pasar cariño.
¿Quién me lo pide, el médico o mi prometido?, Tu prometido, me dijo.
Entonces no primero me tiene que ver el médico para ver cómo me encuentra y si me da autorización para hacer cosas feas.
Otra vez se quedo con las ganas, tenía que hacerme desear, para que cuando llegase el momento, fuese inolvidable.
Ingrid, que nos veía desde abajo, se partía de la risa, y James ponía una cara de resignación al mismo tiempo que levantaba los hombros indicándole que tenía que tener paciencia.
El descanso fue reparador, cuando baje a desayunar, Arturo ya lo estaba haciendo, me miro con unos ojos de venganza, como diciendo, ya te cogeré, Ingrid, se reía por lo bajines y yo como si no hubiese pasado nada, me acerque a él y con toda tranquilidad le puse mi mano en la nuca y diciéndole, “Buenos días Cariño” le di un beso, estaba tan enfadado que si le ponía un fosforo a su lado explotaba. Se levanto saludo a todos y me dijo, “Cariño, te espero en la consulta para hacerte una revisión pásate a eso de las 12”
Allí estaré mi amor.
Fui a ver a Estela y a Jennifer, y les conté mi odisea, me encontraron estupenda, mis pechos estaban causando sensación, eran proporcionados a mi altura me pesaban un poco, ya que no estaba acostumbrada a ellos, me aconsejaron que fuese por el gimnasio para hacer un poco de ejercicio a fin de fortalecer los músculos de la espalda y que si después Arturo me lo autorizaba también para fortalecer los músculos pélvicos y glúteos.
Cuando llegue a la consulta, Yurena,
me saludo diciéndome, Buenos días Srta. Cristina que bien se la ve, esta estupendamente, ahora le aviso al Dr..
Al momento salió Arturo, me acerque y le di un pequeño beso en la boca.
Hola cariño ya estoy aquí.
Vamos a ver, como se encuentra esta Srta. tan guapa, haber. Desnúdate y ponte sobre la mesa.
Obedecí al Dr... Con su profesionalidad, me vio los pechos, los palpo, midió la distancia entre pezones, están muy bien, apenas puedo encontrar la cicatriz.
Veamos el resto, pon los pies en los estribos y échate un poco más hacia mí, no mucho sino me vas a poner tu chici en mi cara, y eso no está bien.
Yo pensé, eso es lo que quieres pillo.
Reviso la dilatación, me pregunto si los dilatadores los había aplicado como me había dicho mama, le dije que sí y que cada vez que lo hacía, yo con los ojos cerrados estaba viendo al hombre que más quería en el mundo. Aunque ese hombre a veces no sabe esperar, ¿no le parece Dr.?
Cierto, se tiene que hacer respetar, aunque esto está completamente bien y listo para funcionar, mejor será que lo deje descansar hasta una fecha más en consonancia con lo que desea. Se lo diré a ese señor que tanto quiere,¿ no le parece?.
Bueno bájese y vístase, vamos a comenzar con el tratamiento para la modificación cromosomatica, sabes lo que es.
Bueno tengo una pequeña idea, tú tienes XY y yo también, tenemos que cambiar mi Y por una X, no es así?
Efectivamente, pero que lista es mi paciente, tomaras estas pastillas tres veces al día, cada 8 horas y cada 10 días análisis de acuerdo.
A la orden capitán.
La sonrisa volvió a su rostro, le dije, Ves cariño, los ojos del médico me pueden ver las veces que quiera pero los de mi prometido deben esperar, lo dijo mi médico, me colgué de su cuello y nos morreamos un buen rato, el solo decía.
Te eche de menos cariño, no te supones lo mucho que te quiero.
Si lo sé, le dije: mucho, mucho, mucho y soltamos una carcajada, termine de vestirme y salimos los dos.
Rumbo a casa, paramos en la cafetería a tomar una copa de vino antes de almorzar, estuvimos charlando como dos enamorados que éramos, agarrados de las manos y besándonos en el aire.
Al llegar a casa, Mama, nos vio, y nos dijo.
¿Qué ya se acabo la batalla de Waterloo? ¿Quién fue el vencedor?
Hubo armisticio, dije las aguas han vuelto a su cauce.
Ella tenía razón, afirmo Arturo.
Hijo, con nosotras las mujeres, siempre tendrás las de perder, vete acostumbrando.
Durante el almuerzo, comenzamos a hablar de la boda, yo no quería muchos invitados, solamente la familia y aquellos amigos más allegados, pensando que la mayor parte de los amigos serian por parte de Arturo, dije.
Me gustaría que mis amigas asistiesen son solamente 4 y me haría mucha ilusión, además como no se celebrara aquí, en la casa madre, para evitar la curiosidad de la gente, que se pueda escapar y perderse por ella, prefiero que sea fuera, tendremos que buscar un lugar bonito. ¿Podemos hacerlos mama?.
Bueno, dijo, pensando que eres mi hijita querida, y que todo este tiempo te portaste muy…podría decir que…. Acepto. Di un salto y me abrace a Ingrid, te quiero eres un sol, le dije.
La fundación, tenía una finca apartada de la casa madre en la que relativamente no se usaba, no había edificación alguna, se podría montar en ella una pérgola para la ceremonia y unas mesas donde servir un Buffet frio del que se encargaría el servicio de restauración de la casa.
El acceso, estaría
restringido a los curiosos, de eso me encargo yo, dijo James, como jefe de seguridad de la fundación, “también quiero poner mi granito de arena, si me permites, Cris”
Claro papa, le dije, al mismo tiempo que lo abrazaba.
Jennifer, como encargada del personal de la casa, se encargaría de los preparativos y adornos del evento. Estela se ocuparía del buffet, dirigiría al personal de cocina y comedor para escoger el menú. Y yo si mi hija quiere, le ayudaría a escoger el traje de novia más bonito que una niña como Cris, pueda imaginar.
Sin darme cuenta, comencé a llorar, estaba experimentando, que todo lo que hacían por mi, para ese día en realidad no lo merecía.
Mama, papa, pero yo no merezco que hagáis todo esto por mí, yo no hice nada para que me deis esto, mis ojos, no dejaban de soltar lagrimas.
Ingrid, dijo: Hija, dices que no has hecho nada, que equivocada estas, mira a tu alrededor, dime lo que ves. En esta casa, desde que tu llegaste nadie puede decirte que no, Arturo cuando esta a tu lado, brilla de felicidad, los niños siempre están pendientes de ti, porque tu quieres a Arturo y quieren que los dos seáis felices, nosotros hemos encontrado en ti el complemento de nuestras vidas. Desde que Arturo regreso y me dijo que se casaba, en lo mas profundo de mi corazón deseaba que la mujer que se lo llevase de mi lado fuese merecedora de su amor. Tu me cogías de la mano mientras Sofía venia al mundo, tu me has dado las fuerzas necesarias para saber que si algún día falto yo me podre ir tranquila ya que no se quedaran solos el resto de la familia. Cuando pusiste los pies en esta casa, comencé a llamarte hija, y que no hacen unos padres para que sus hijos sean felices. Pues adelante y no se hable más.
Me acerque a Ingrid y James y abrazándoles, les daba mil gracias dejando su ropa llena de los lagrimones que me salian.
Arturo veía la escena, sus ojos también brillaban todo se estaba cumpliendo.
Dos días antes de la ceremonia, Arturo y yo fuimos a recoger a mis padres al aeropuerto, Arturo no conocía a mi padre, al verlo me dijo, has heredado la elegancia de tu padre y su porte al caminar.
Mi padre a pesar de los años, aun se mantenía con muy buena figura, su estatura de 1,80 dejaba a mucha juventud con la boca abierta, siempre había caminado con la cabeza levantada, no solo físicamente, sino también psicológicamente, aunque de cuna humilde, se hizo un camino en la vida a base de su trabajo y privaciones todas ellas para dar a mi madre
y a mí un mejor bienestar.
Los alojamos en el mejor hotel de la ciudad a donde iríamos después con Ingrid y James a buscarlos para cenar los seis, y donde el resto de la familia, Estela y Kevin, Jennifer y los pequeños se unirían para presentárselos, ya que no quería que el día de la boda estuviesen más perdidos que un guardia en el desierto.
La cena, transcurrió en un ambiente de alegría, mis padres no se cansaban de dar gracias por las atenciones que tenían para con ellos y sobre todo por la acogida que me habían dispensado
desde que aparecí en la vida de Arturo.
A los postres, comenzaron a aparecer el resto de la familia. Estela con Kevin que se habían encargado de traer a los gemelos y a Felicidad, Sofía, motivado por su edad se había quedado en casa cuidada por una de las enfermeras y Jennifer, se hizo las consabidas presentaciones y los elogios consabidos de una y otra parte.
En la víspera comenzaron a aparecer mis amigas y los compañeros de Arturo de carrera, aquellos que celebraban con el el fin de carrera cuando nos conocimos. Y llego el día.