Como empezó todo: En el trabajo

Maria quiere aprovechar su despertar sexual con su jefe

María salió de casa muy cachonda después de ver a su marido masturbarse en las bragas que le había lanzado a la cara. Se sentía guapa y capaz de todo para conseguir sus objetivos. Su jefe era un hombre de unos 50 años bastante normal con su barriguita ni guapo ni feo que en más de una ocasión lo había pillado mirándole el escote y el culo. Cuando llegó a la oficina empezó a trabajar esperando la oportunidad de poder entrar en el despacho de su jefe para poner en marcha su plan de su aumento de sueldo y más tiempo para poder disfrutar de su nuevo vicio.

A media mañana el despacho del jefe quedó libre de visitas y ella entró para decirle, enseñando bien su escote que tenía que hablar con él y le gustaría que,a la hora de comer la acompañara. A cualquier hombre le encantaría comer con un bombón como ella así que no dudó en aceptar su propuesta porque, además le había picado la curiosidad al haberle hablado de forma muy diferente a como lo hacía normalmente. Se fue a su puesto de trabajo y siguió con sus papeles. Cuando miró su teléfono vio que tenía un montón de mensajes y fotos de su marido y se fue al baño encerrándose en él para empezar a ver si Juan y Ana estaban obedeciendo sus órdenes.

La primera foto era de Ana desnudándose para ponerse en uniforme que ella misma le había comprado, la siguiente foto era con la colita de zorra que le había comprado en un plug anal y su sujetador donde se le salían esas enormes tetas que la ponían muy cachonda, también había un video donde Juan le estaba obligando a comerle la polla mientras ella estaba pasando el trapo por toda la casa. Había muchísimas más fotos y ella en el baño terminó teniendo dos orgasmos mientras que se metía sus dedos hasta el fondo de su coño. Estaba más cachonda que nunca y se había tirado en el baño tanto tiempo que ya era la hora de comer.

Se fue con su jefe al bar de enfrente de su trabajo y allí se sentaron en una mesa a parte para poder hablar mejor. María no iba a perder el tiempo porque estaba como una moto después de ver lo que le había mandado su marido y directamente le dijo que quería un aumento de sueldo. El jefe empezó con excusas de que ahora no podía ser ya que la empresa estaba en crecimiento etc. Ella se puso a su lado y le metió mano agarrándole la polla y le dijo que estaba dispuesta a todo por conseguir ese aumento. El jefe lo flipaba y ella le dijo que había pedido una habitación en un hotel a media hora de la ciudad para que el no tuviera problemas de que alguien los viera.

Salieron del bar sin comer y se montó en el coche con su jefe en dirección al hotel. Ella se levantó la falda para que viera que no llevaba bragas y en el mismo coche el jefe empezó a meterle los dedos bien adentro mientras ella se dejaba encantada. Llegaron a su destino y subieron a la habitación muy rápido y nada más entrar ella se desnudó y le bajó los pantalones sacando su polla de los calzoncillos y comenzando a chuparla. Era una polla pequeña y olía incluso mal, pero ella quería ese aumento y que le bajara las horas de trabajo. Comenzó a mamársela metiéndosela entera en la boca mientras que el jefe le decía que era una zorra y una puta. Cuando estaba a punto de correrse  paró de mamarla y le lo tiró en la cama para ponerle el coño en su boca que estaba super mojado y aplastó su cara contra él haciéndolo que se lo comiera con fuerza y dejándole la cara empapada, cambiaron de posición y ella se puso a perrito para que se la follara lo más profundo que pudiera y en dos embestidas le llenó el coño con una corrida. María no se iba a quedar con las ganas de tener su orgasmo así que se abrió de piernas y cogió la mano de su jefe para que empezara a masturbarla a lo bestia y terminó con el puño de su jefe metido en su coño hasta que se corrió.

El polvo había sido una mierda, pero había conseguido lo que quería. Acostados los dos en la cama del hotel el jefe le dijo que ese aumento lo tenía seguro y que podía salir todos los días una hora antes, pero que tenía que follarsela a menudo. Estaba encantada, pero le comentó una cosa que había pensado mientras que se la follaba y la llamaba puta, Sabía que había una reunión esa semana con unos clientes importantes y que las negociaciones no iban como ellos esperaban, le propuso a su jefe de quedar con los clientes a cenar antes de la reunión y si ella conseguía cerrar el acuerdo tendría un incentivo económico importante. El jefe que sabía que estaba todo casi perdido con ese cliente no vio ningún problema en que si conseguía el acuerdo se llevara un porcentaje y María selló el acuerdo con una comida de polla a su jefe para que se empalmara y así comenzar a follar de nuevo.

Se ducharon en el hotel antes de salir y la dejó en la puerta de su casa despidiéndose de dándole un beso en la boca, llegó a casa casi a la hora de cenar y su marido la estaba esperando ansioso por saber que había ocurrido. Ella le contó todo lo que había hecho con su jefe indicándole que no follaba muy bien, pero que había conseguido todo lo que se había propuesto a parte de una comisión si conseguía retener a un cliente. El marido se estaba dando una paja mientras ella se lo contaba y María se puso de culo para dejar que se la metiera hasta el fondo y la hiciera correrse como a ella le gustaba porque con la polla de su jefe no lo había conseguido y la polla de su marido era grande y gorda. Esa noche su cabeza no paraba de dar vueltas como todo el mundo le decía ahora que era una puta y le encantaba que la llamaran así, le dijo a su marido que quería cobrar por follar con alguien para así ser de verdad una puta ya que eso la ponía extrañamente cachonda. Su marido, sorprendido, le dijo que buscaría algo para que lo disfrutara y se fueron los dos a dormir abrazados, nunca se hubieran imaginado que sus vidas iban a cambiar tanto en menos de una semana.

Continuara.