Como empezó todo.

Como mi vida cambió para siempre

Como empezó todo.

María abrió los ojos lentamente mirando hacia el techo, en la habitación había un olor inconfundible a sexo y en su boca tenia un ligero sabor amargo sin ninguna duda de haberse tragado una corrida. Ella estaba un poco confundida ya que, aunque sabía perfectamente que había hecho no entendía como había podido llegar a esa situación.

Miro hacia un lado y hacia el otro y tenía totalmente desnudos a dos chicos espectaculares y ella se miró y vio que encima de su precios cuerpo tenía varias corridas de esos machos.  En los pies de la cama estaba su amiga Gloria con la cabeza cerca de la polla de uno de los chicos y también con la cara llena de leche. María no se movió de la posición en la que estaba y empezó a recordar cómo había ocurrido todo.

Se levantó junto a su marido como todos los días con mucha prisa, llegaba tarde al trabajo y precisamente ese día tenía una reunión importante a la que tenía que llevar unos informes a su jefe para afrontar con éxito esa reunión. Ella estaba super nerviosa y empezó a vestirse. Se puso su ropa de trabajo que es seria pero muy sexy con su chaqueta negra su camisa blanca y una falda que le quedaba espectacular. Era una joven preciosa con un cuerpo espectacular ya que todos los días iba al gimnasio y era muy constante. Juan, su marido, entraba un poco más tarde al trabajo se quedó mirándola, diciéndole que estaba preciosa como siempre y le dio un beso en la boca antes de que se marchara. Antes de salir de la casa se puso a abrocharse bien un zapato dejando varias carpetas de los informes que tenía que entregar en la entrada y cuando las cogió no se dio cuenta que se dejó una de las carpetas allí. Salió corriendo y viendo que llegaba tarde en vez de coger un autobús se montó en un taxi.

Estando a medio camino del trabajo se dio cuenta que le faltaba la carpeta que se había dejado olvidada en la entrada y le pidió al taxista que diera la vuelta para ir a recogerla. Estando cerca de su casa recibió la llamada de su jefe diciéndole que la reunión se había aplazado para la semana siguiente y ella, ya que estaba casi en su casa recogería lo que se le había olvidado. Cuando se acercó a la casa vio que el coche de Juan estaba todavía en la puerta y recordó que ese día iba a casa la limpiadora que tenían contratada. Era una chica joven con un cuerpo que no estaba nada mal. Ella tuvo un mal presentimiento y en vez de entrar por la puerta principal se fue por la parte de atrás donde estaba su habitación y cuando se asomó no podía creer lo que veía.

Su marido estaba totalmente desnudo y la Ana la limpiadora estaba a perrito encima de su cama recibiendo pollazos de Juan como una loca mientras sus enormes tetas se meneaban y ella no podía parar de gemir. Ana no atrancaba por nada y se dejaba hacer de todo. María no podía dejar de mirar a los dos follando como locos viendo como le daba por el culo a la zorra de Ana y cuando se vino a dar cuenta tenía la mano dentro de sus bragas masturbándose como una loca llegando a correrse mirándolos.

Estaba confundida y sin decir nada se fue a su trabajo y allí intentó pasar el día intentando que fuera lo más normal posible. Su cabeza no estaba centrada pero cuando empezó el jefe a preguntarle sobre la reunión que se había aplazado ella se recuperó y se centró como siempre teniendo momentos donde no sabía si gritar o llorar.

Al final de la jornada su amiga Gloria le dijo como cada jueves que si se iban de fiesta esa noche pensando que le diría que no como siempre, pero María pensó lo que pensó y le dijo que sí que se iba a ir con ella a pasar un buen rato que lo necesitaba y llamó a su marido para decirle que se iba con su compañera de copas hoy. Antes de que el marido protestara ella le colgó y apagó el móvil y se fueron a pasarlo en grande juntas. Las dos llegaron a un bar de copas y como eran mujeres que estaban de buen ver no tardaron algunos moscones en acercarse a coquetear con ellas. A las dos les gustaba esa situación y Gloria le comentó a María que no sabía que le había pasado, pero le gustaba su actitud.

Ella no podía contarle que le había ocurrido con su marido, pero ya le daba igual todo. Dos hombres atractivos de unas treinta y pocos se acercaron a ellas y empezaron coquetear. Gloria que no tenía pareja no tardó mucho en irse a uno de los reservados del local a pegarse el lote con uno y María estaba un poco más cortada, hablaban de cosas banales y de pronto se le vino a la cabeza la imagen de Juan clavándole la polla a Ana en su culo y le dijo directamente al hombre que quería que se la follara. Él la sacó del local y se fueron al coche del chico comiéndose la boca como adolescentes. Ella se dejaba tocar por ese desconocido y era la primera vez que otra persona que no era su marido le metía mano y le estaba gustando.  Cuando ella metió su mano por el pantalón vio que lo que tenía entre las piernas era una cosa espectacular, mucho más grande que el de su marido y empezó a mojar las bragas en ese momento. Llegaron a un hotel que había cerca y cuando subieron a la habitación hizo algo que nunca se hubiera imaginado y sabiendo que a su marido no se la chupaba lo primero que hizo nada más cerrar la puerta fue bajarle los pantalones a ese desconocido y comenzar a hacerle una mamada como nunca se lo había hecho a su marido. El chico se quejó un poco y le dijo que se notaba que no comía muchas pollas entre risas, y le dio instrucciones diciéndole que no le clavara los dientes y aconsejando que dejara que le metiera la polla bien a dentro de su garganta y ella aprendió muy rápido ya que el chico le pidió que parara porque se iba a correr en su boca y ella no paró y se tragó por primera vez en su vida una corrida sin dejar caer ni una gota al suelo. Le dio un poco de asco, pero solo pensar en las veces que su marido se lo había pedido y ella le había dicho que no la ponían super cachonda. El chico del que María no sabía ni su nombre la cogió y la desnudo por completo quitándole esa ropa seria pero sexy que llevaba puesta y después de quitarle las bragas comenzó a comerle el coño mientras tenía su camisa desabrochada con el sujetador al aire. Estaba disfrutando como nunca de una comida de coño y el tío sabía lo que se hacía dándose cuenta que su marido no era un gran amante.

Estaba super cachonda y a punto de correrse cuando él terminó de desnudarla y le quitó el sujetador dejándola totalmente denuda encima de la cama. Vio que el tío estaba otra vez empalmado y parecía que ahora era incluso más grande. Le cogió las piernas y comenzó a penetrarla como un loco haciéndola gemir de placer. Se corrió a lo bestia como nunca le había pasado pero el no dejaba de bombear su coño. María estaba en éxtasis y otra vez le vino la imagen de su marido metiéndosela por el culo a la zorra de Ana. Le dijo al chico con la voz entrecortada que se la metiera por el culo y el chico, con voz autoritaria quería que se lo dijera mas fuerte. Ella se puso super cachonda al escuchar cómo se lo ordenaba y gritándole le pidió que le follara el culo. Nunca empleaba esas expresiones y nunca se había imaginado pedirle a un perfecto desconocido que le reventara el culo. le dolió mucho cuando empezó a follarla, pero cuando llevaba un rato bombeándoselo empezó a correrse. Una extraña sensación de dolor y placer recorría su cuerpo y él terminó corriéndose sobre sus tetas. Le dijo que se tenía que marchar y le pidió el teléfono, pero ella no quiso diciéndole que había sido una noche maravillosa y que no se repetiría. Se quedó sola en la habitación y se duchó ya que olía a sexo y su boca tenía el sabor de la primera corrida que se había tragado en su vida. Se quedó pensando que no habían utilizado condones y menos mal que empleaba métodos anticonceptivos porque no quería que su carrera no se viera cortada por un embarazo ahora que estaba despegando en su carrera profesional.

Cuando llegó a su casa cerca de las tres de la mañana de un jueves el marido se quedó sorprendido porque María nunca había sido de las que se iban de fiesta y cuando se acostó y el intentó meterle mano ella le dijo que estaba muy cansada y que quería dormir.