Como empezó todo: Dominando a su marido

María está desatada y deseando poder hablar con su jefe y conseguir mejorara su situación laboral a cambio de dejarse follar.

Dominando a su marido

Disculpar por los errores en los relatos, intentaré mejorar la calidad de estos.

Encendió el móvil y empezaron a llegarle mensajes, eran más de 50 de su marido que no paraba de preguntarle qué hacía y por qué le había dicho eso, incluso acabó llamándola zorra. María lejos de ofenderse pensó que en eso si que iba a tener razón era una buena zorra. Se fue a la ducha no sin antes despertar a su amiga y llevársela con ella. Las dos tuvieron sexo lésbico juntas, para María era la primera vez y le gustó muchísimo, las dos estuvieron lamiéndose sus coños limpiando sus agujeros y metiéndose los dedos teniendo un increíble orgasmo para terminar la fiesta. Cuando salieron los chicos seguían durmiendo y  antes de que ellos despertaran ellas se fueron a sus casas sin dejarles teléfonos ni nada porque, lo que había pasado no se iba a volver a repetir, con ellos. María le contó a Gloria que todo lo que había hecho fue porque pilló dos días antes a su marido follandose a la chica de la limpieza. Gloria le dijo que le había sorprendido lo que había visto pero que le gustaba mucho la zorra de su amiga y comenzaron a reír. El sábado al medio día llegó a casa y su marido la estaba esperando para hablar con ella. empezó a pedirle explicaciones, pero se dio cuenta que ella era la que estaba más enfadada porque lo pilló follandose a Ana. María primero le preguntó por qué le había engañado y cuánto tiempo llevaban follando con Ana, Juan le dijo que un mes y que follaban todos los días que iba a limpiar. Se defendió diciéndole que se la había follado porque ella nunca quería tener sexo porque siempre estaba con sosas del trabajo y que lo sentía muchísimo. Le pidió que le contase lo que había pasado esas dos noches y ella comenzó a relatarle todo sin dejarse nada por muy fuerte que fuera. Vio que mientras ella contaba lo ocurrido él se estaba poniendo cachondo y recordó que a ella le pasó lo mismo cuando lo vio follándole el culo a la zorra de Ana. En realidad, quería a su marido era muy bueno y se llevaban bien, aunque no sabía si mandarlo a la mierda o quedarse con él. También ella al haber probado ese mundo de perversión y sexo, ni podía ni quería dejarlo y al recordar sentir dos pollas dentro de su cuerpo hizo que otra vez se pusiera cachonda. cogió a su marido y comenzó a comerle la polla diciéndole que iba a seguir siendo una puta y que si el quería ser un cabrón que seguirían juntos. Le dio permiso para follar a la que quisiera, pero no en su cama y por supuesto siempre sabiéndolo. También le dijo que ella iba a haer lo mismo y que no se preocupara que iba a estar informado de todo lo que hiciera ya que se había dado cuenta de lo bien que se lo paraba cuando se lo relataba. El no se podía creer lo que escuchaba porque parecía que habían cambiado a su mujer. Lo aceptó todo y comenzaron a follar como locos durante todo el día. Era una situación surrealista pero esos días habían sido de todo menos normales.

Al día siguiente le dijo a Ana que se pasara para hablar de las tareas de la casa y Juan no sabía lo que iba a pasar. Pensaba que María le iba a dar dos ostias, pero no fue lo que pasó. Antes de que Ana llegara, María salió y tardó como dos horas en volver y cuando apareció por la puerta traía una bolsa de la compra que había hecho. Cuando Ana entró en la casa le dijo que se sentara en el sofá y directamente le contó que sabía que se follaba a su marido en su cama. La chica no sabía dónde meterse y empezó a disculparse, pero María tranquilamente le dijo que no se preocupara. Se levantó la falda y se bajó la bragas diciéndole y sabiendo la situación económica de Ana que si no quería perder su trabajo empezara a comerle el coño. Ana no sabía qué hacer, se había quedado petrificada y vio a juan que estaba en la orilla del salón con su polla en la mano meneándosela. Se dejó llevar por la situación y comenzó a comerle el coño a María que disfrutaba dominando a Ana como si fuera una puta. María pensaba que a lo mejor la puta era ella ya que se había follado a tres tíos y les había dejado que le hicieran de todo, pero quería mucho más. Se habían desatado una tormenta dentro de ella y quería disfrutar con Ana como una zorra. Ordenó a su marido que empezara a comerle el culo y sacó de la bolsa que había traído un arnés con una polla negra enorme y se lo puso. María teniendo esa polla en la mano se quedó pensando que tenía que buscar un negro con una polla como esa para pasarlo bien. Salió de sus pensamientos y sin cortarse un pelo quitó a su marido y empezó a follarse a Ana que no paraba de gemir de gusto mientas que María le decía que iba a convertirla en su perra haciendo que Ana no parara de gemir de gusto escuchando a María diciéndole lo guarra y lo puta que era. Después se quitó el arnés y se lo dio a Ana para que se la follara a ella y esta empezó a metérsela disfrutando de su ahora ama. El marido se había corrido una vez y María le ordenó que se pusiera a perrito y le dijo a Ana que le comiera el culo que le iba a gustar mucho a Juan.  Empezó a meterla la lengua hasta el fondo mientras María sacaba un consolador que tenía dentro de la misteriosa bolsa que era un poco más pequeño que el que había en el arnés y se lo metió en el culo a su marido y se puso por debajo a mamarle la polla mientras que Ana jugaba con el consolador metido en el culo de Juan. Terminó corriéndose en la boca de su mujer que había succionado toda la leche de su polla. Cuando terminaron, le dijo a Ana que mañana fuera a limpiar y que le había preparado un uniforme para que su marido la disfrutara siempre que le tocara ir a su casa. Juan se levantó flipando de lo que había pasado y le dio un beso a su mujer con pasión diciéndole que era increíble y que le encantaba estar casado con una puta como ella.

Al día siguiente María iba a ir al trabajo y le dijo a su marido que esa misma noche había pensado que llevaba tiempo queriendo que su jefe le diera un aumento y siempre estaba lanzándole piropos y lanzándole unas miradas como queriendo comérsela. Le dijo a su marido que iba a intentar follarse a su jefe para que le subiera el sueldo y le bajara las horas de trabajo para así poder follar con más tíos. Él no dijo nada, solo le dio un beso, se puso un vestido apretado que le quedaba espectacular y se dirigió a la pueta de su casa, pero antes de salir por la puerta se paró, se quitó las bragas diciéndole que hoy no las iba a necesitar y se las tiró a la cara. Juan se puso muy cachondo y se sacó la polla mirando a su mujer y empezó a pajearse con las bragas hasta que las llenó de leche mientras María sonreía viendo como su marido estaba loco por ella. Le recordó que ese día iba a ir Ana a limpiar y que quería que la reventara con todas sus ganas y le mandara algún video de como lo hacía. Su mujer era otra distinta, pero eso ponía muy cachondo a Juan.

Continuará...