Cómo empezó todo
De cómo fue que empezó mi gusto por el sexo y sus placeres.
Hola a tod@s mi nombre es Melisa, actualmente tengo 26 años y soy madre soltera. Mido 1.70 m y aunque soy flaca creo que tengo un cuerpo atractivo. Soy una chica bien portada en sociedad, pero tengo oculto un lado perverso. Desafortunadamente por mi apego a la religión (por presión de la familia, claro) debo vivir reprimiendo mis más bajos deseos.
Por mucho tiempo he estado queriendo liberarme de muchas cosas, pensamientos, deseos y hechos del pasado que necesitan ser expresados. Al no poderlos compartir con la familia o amigos, se los quisiera compartir a ustedes.
A pesar de que no tengo mucha libertad para dar rienda suelta a mis instintos, procuro, de vez en cuando, encerrarme en el baño o en mi cuarto para desahogar un poco todo ese deseo, ese fuego que me quema por dentro. Viviendo en un departamento pequeño con mis padres mi hermana y mi hijo, comprenderán que no es tan fácil; más aún con esto de la pandemia.
Quiero ponerlos un poco en contexto para que me vayan conociendo. Desde mi adolescencia fui un poco precoz en cuanto a mis pensamientos sobre la sexualidad. Siempre tuve mucha curiosidad y con ello desaté mi imaginación. Me gustaba (aun me gusta) observar a los chicos altos, son como una obsesión, no tanto por sus cualidades estéticas sino por lo que pudieran tener justo ahí entre las piernas. Con eso que dicen que el tamaño de su pene es proporcional a la estatura, pues ya se imaginarán. En mis pensamiento generaba imágenes de los chicos y su pene; y todo lo que yo pudiera hacer y que ellos me harían a mi. Disfrutaba imaginar ponerme de rodillas frente a ellos y darles una rica mamada, sentirlos venir en mi cara. Después venía el cargo de conciencia y me reprimía a mi misma diciéndome que eso estaba mal. Pero bien dicen que toda regla se hizo para romperse.
Como toda familia, la vida se fue entre ratos buenos y malos, discusiones por las tareas del hogar, por las notas de la escuela, etc. Mis papás se pasaban el día trabajando y mi hermana siempre tan cumplida era totalmente lo opuesto a mi. En mi etapa de preparatoria el mundo se abrió totalmente para mi, pues tuve un poco más de libertad y dispuse de tiempo para ir conociendo un poco más mi cuerpo, mi mente y mis deseos. Fue entonces que el sexo se convirtió en un pensamiento constante que me llevaba, cada vez más, a desarrollar pensamientos y deseos más profundos. Fue en esa etapa cuando tuve mi primer acercamiento al alcohol, la sexualidad práctica (¡vaya! Un buen cachondeo), revistas eróticas, etc. Aprovechaba cada oportunidad para ir experimentando poco a poco todo eso que me habían dicho “es malo”.
Como todo, comencé por actuar con cierta timidez, pues eso de la reputación pesa mucho en la sociedad (más si eres mujer y estudias en Conalep, jajaja), por lo que trataba de ser la niña bien y dar buena impresión a los chicos. Pero cuando se trataba de cachondeo… uuufff me liberaba por completo. Pasó el tiempo y en mi mente crecía el deseo de coger. Si, de coger de la forma como lo había imaginado. Cada vez iba buscando la forma de llegar a ese momento, hasta que por fin sucedió.
Después de la primera vez todo cambió para mi. El sexo se convirtió en parte de mi día a día, no tanto en la práctica, pero si en mi pensamiento.
Es así como comenzó todo.
Deseo les haya agradado mi confesión y espero pronto poder contarles como sucedió cada una de mis aventuras. Espero no haberles aburrido. Por favor dejen su comentario, los leeré con gusto.
Besitos cachondos a tod@s.