Como empece a ser infiel

Pasé de ser una fiel esposa joven, a ser la putita de dos hombres negros que sólo se dieron cuenta de ello cuando llegó mi marido.

Hola cómo están todos

Como siempre, al ser el primer relato que escribo, paso a contarles un poco de mí. Todo, para que tengan una clara idea de quién es la mujer que cuenta sus experiencias en el campo del sexo.

Les cuento que soy una bogotana de 23 años que hace dos terminó sus estudios de publicidad, tiempo desde el cual se dedica a esta profesión en una agencia española para América Latina.

De mi físico les puedo decir que mido 1.67 de estatura. No soy ni gorda ni flaca, utilizo talla 36 en mi pecho y tengo un buen trasero, según me lo hacen saber muchos hombres.

Cuando estudiaba quinto semestre empece a salir con un hombre, en ese entonces de 40 años. Como para probar que tal eran los maduros. Fue tanto el apego que termine casándome con él, hace ya tres años.

Debo reconocer que he tenido más de una aventura cuando éramos novios, pero nada importante. Nunca pase de los toqueteos, los besos y decirnos morbosidades.

Pero el cuento de este relato, y creo que de los futuros, si los hay, comienzan dos años atrás, cuando celebramos nuestro primer año como marido y mujer y empece a ver todo lo que estaba perdiendo por el amor que yo le tenía hacia él.

Sabía bien que un hombre de 42 años en la cama no se puede comportar como un chico de 25, pero lo que ocurrió en ese año de casados me hizo cambiar totalmente.

Mientras que en los dos primeros meses tuvimos mucho sexo, en los siguientes esa llama se fue apagando. No me mal entiendan, no se fue el amor, sólo la pasión, y eso me tenía atormentada. Luego, decidí que para volver a encender la llama, debía proponer, pero encontré una pared fría en él.

Yo, había probado el sexo oral con algunos novios, incluso cosas como la leche en mi rostro y senos. También una gran cantidad de poses en diversos lugares poco usuales y las caricias con la lengua y los dedos en el anito, pero con mi marido nada.

¿entonces por qué me case con él? Se preguntarán ustedes.

La razón es sencilla, yo pense que era cuestión de conocernos más en la cama, lo que daría pie hacer cosas más y más morbosas. Pense que dejar cosas para hacer en la cama haría que la llama quedara encendida por años y años.

Jamás llegué a pensar que en sólo unos meses, él no tuviera ganas ni de tocarme.

En fin.

Pense ¿Será una amante?

Así que me di a la tarea de seguirlo, pero nada. Una vida totalmente monótona era la que tenía él.

Pero a lo que vamos

Cuando cumplimos el año, yo llevaba dos meses trabajando, y me salió un viaje a Cartagena de Indias, para asistir a un Congreso Euroaméricano de Publicidad. Como era de lunes a viernes, le propuse a mi marido que llegara allí el viernes en la noche y pasáramos en esa hermosa ciudad el fin de semana.

Al principio me dijo que si, pero cuando yo ya tenía todo preparado, tiquetes y alojamiento para los dos en esos días. Me dijo que sería una semana agotadora, que mejor se quedaba en Bogotá.

Eso me enfureció, no perdería el dinero del alojamiento y el cambio de tíquete. Me quedaría yo sola descansando.

El lunes en la mañana me fui sin despedirme de él.

Llegué a Cartagena y de inmediato me cambie de ropa (cabe anotar que Bogotá tiene un clima frío, mientras que Cartagena es puro trópico).

Así, llegue, me registre en el hotel y me coloque un vestidillo enterizo azul de tirantes que me llega a medio muslo (espero que me entiendan la descripción), y claro unas sandalias.

Así fui a recepción y pase rumbo al lugar de encuentro con los más de 70 asistentes al evento.

Me encontré con algunos colegas de Bogotá, realmente pocos, y uno de ellos me presentó con la representación de República Dominicana, unos hombres negros de más de 1.80 de estatura, no sé cuantos kilos y bien presentados, pues como saben en la publicidad la imagen es un punto esencial.

Con ellos nos sentamos para escucharlas primeras conferencias, luego el almuerzo para hablar sobre nuestros trabajos y en la tarde más conferencias.

En fin

Ya en la noche, como es habitual, en la noche siempre se programa actividades recreativas. Esa noche era un paseo en chiva (unos autobuses característicos de Colombia), para conocer más la ciudad, con buena música y alcohol.

Allí, Santiago y Eduardo, los dominicanos me esperaban al frente de la chiva, para que subiéramos a la chiva. Yo, me había cambiado, un vestidito rosa, igual de corto al anterior. La verdad no tuve en cuenta lo difícil de subir a las chivas (es como subirse a un gran camión o tractomula). Ellos dos me ayudaron a subir, agarrándome de los brazos y al terminar de subir, seguro ellos vieron mi tanguita blanca hilo dental y mis nalgas desnuditas, por la cara que hicieron cuando los voltee a ver.

De ahí en adelante empezaron a coquetearme, a darme mucho alcohol e incluso a bailar en la chiva. Todo eso con el fin de poderme acariciarme.

Cuando bailaba con Santi, por el movimiento del bus, siempre me tropezaba con Eduardo que estaba sentado. El siempre me colocaba las manos en el culo para que no me callera, según él. Yo estaba tan mareada que no le daba importancia. Luego ellos cambiaban de lugar.

Al terminar el paseo, ellos insistieron en que fueramos a tomar algo sólo los tres, pero sonó mi movil, era mi marido, y decidí subir a mi habitación para charlar con él claramente.

Me arregle con mi marido por teléfono, y me dijo que haría lo posible por venir a Cartagena. Cuando colge, me desvestí, sentí que mis bragas estaban mojaditas, y mi concha aún caliente.

¿Qué pasó? Mi marido me calento?? No para nada, con él sólo discutimos y ni siquiera un cariño por el movil.

Fueron mis amigos dominicanos

No se que paso, pero ellos me calentaron y yo no me di cuenta, tal vez por el calor, el alcohol o la música. Pero tenía claro que ellos dos me habían puesto cachonda.

Me acoste desnudita tome un hielo y me lo pase por todo el cuerpo, y aunque empece a pensar en mi marido o algún amor platónico que siempre existe en uno, termine masturbandome con mis dos amiguitos negros.

En fin

A la mañana siguiente la misma rutina hasta la tarde. No hablamos con ellos para nada de lo ocurrido la noche anterior. Cuando nos anunciaron que la reunión en la noche sería en la Plaza Botero, en pleno centro amurallado, Santiago dijo que no iría, que se encontraba muy mal, que tenía comienzos de migraña y que para eso tenía que quedarse a dormir. Que al siguiente día se desquitaría.

Entonces fuimos con Eduardo.

Los dos, con los demás publicistas, pero apartados en una mesa, pedimos una botella de vino y empezamos a charlar de todo un poco, hasta que pasamos al plano personal

Los dos casados, según él ninguna infidelidad, yo tampoco.

Hasta que me hizo la pregunta: Nunca has fantaseado con un hombre negro?

Tal vez por los tragos, le respondí rapidamente que sí.

De inmediato me dijo, pues aquí a la orden e intentó besarme

Yo lo detuve

Le dije que muchas personas me conocian allí que no querían que me vieran en esas.

Entonces me propuso que me fuera supuestamente para el hotel, y nos encontraramos allí.

Le dije ok

Ya en el hotel, subí a mi habitación y a los 5 minutos llegó el

No era el caballero de esos dos días

"Ahora si te voy a comer bien rico", fue lo primero que me dijo

pero no me molesto, me calentó aún más

porque me dije a mí: estos tipos tal vez no los voy a volver en la vida. Tengo muchas ganas de tener sex. Que importa si dejo salir por un par de días lo puta que soy si nadie se va a enterar.

Así que llegó me desnudo completa y le ordene que se desnudara

Luego, me arrodille ante él, y le coji su verga

No tenía un metro para medirla, pero es la más grande que me he comido hasta hoy. Y vaya que si he comido.

Se la empece a mamar

Tambien las bolas

Lo rico es que el se quitaba todos los pelos de su zona íntima, así que era rico mamarsela con bolas y todo

Se pueden imaginar como mama una mujer que después de casi dos año no mamaba una??

Era como si de mi mamada dependiera mi vida.

Tanto así que cinco minutos más tarde el me estaba pidiendo que parara porque se iba a venir. Así que le dije entonces tendrás que mamarmela a mí.

Vaya lengua tan larga, como la sentia dentro de mi coño. Y sus dedos perforandome el culo.

Le empece a decir muchas vulgaridades: Te gusta el coño de perra??

Ese tipo de cosas

Todas las cosas que por mucho tiempo no había podido decir.

Hasta que me dijo ya te la quiero clavar y me la metio

Que delicia, pero mejor cuando me la metio en cuatro y el dedo gordo de su mano firme dentro de mi culo

Que delicia

No sé que tiempo paso

Pero fue un polvo interminable

Hasta que me dijo que se iba a venir y le dije

Solo te vienes en mi cara y mis tetas

Entonces me voltee y le hice la cubana hasta que me mojo toda la cara

Se la limpie con la boca

Y el quedó satisfecho, por media hora mientras tomabamos una copa de champaña.

De ahí me empezó a decir que me deseaba desde que me vio el culo en la chiva, que hace tiempo no tenía un polvo así

Que jamas había comido blanquita

Y yo le dije que me encantaba su verga, que me encantaria seguirsela mamando

Entonces me subi encima de el e hicimos un 69

Tenia el firme proposito, por placer, colocarlo a mi para un nuevo polvo

Soy sincera, aunque el segundo polvo fue rico, el primero fue mejor.

Eran las 5 de la mañana y le pedi que se fuera para su habitación, que no quería que nadie se enterara.

Al siguiente día me encontre con Santi, quien ya estaba aliviado y no sabía nada de lo ocurrido entre Eduardo y Yo.

Cuando le pregunte por Eduardo me dijo que no había amanecido bien

Pense que estaba cansado por la follada, pero cuando no lo vi en la tarde me preocupe.

Resulta, Santi me contó, que Eduardo tiene una serie de hernias y una de ellas le molestó anoche, y se está haciendo un chequeo en el hospital.

Al terminar la jornada de seminarios, a Santi le pregunte que sabía de Eduardo, y me dijo que lo dejaron en el hospital y que saldría al siguiente día.

Lo llamamos y nos dijo que sólo era por observación, tener algo de cuidado.

Así que Santi me invitó a comer

No sé que pasa con muchos hombres, pero tienen la misma forma de caer que sus amigos, pues en el inicio de la conversación y la conducción de la misma. Pero sabía bien que era lo que quería y pues me dije: que más da, porque no estar con este negrito también.

Le dije que los negros eran mi debilidad

De inmediato para el hotel

Santi era más morboso que Eduardo

Me hizo lamerle el ano

Me encanto, aunque no tenia la verga de Eduardo, que me trataba como una perra

Incluso al terminar, me hizo dormir con su pene en mi boca

Lo que me encanto

El olor del semen de los negros es más fuerte y rico que de los blancos

Y me alcanzo a meterme dos dedos en el culo algo que me dolio pero me encanto

No quiero aburrirlos más

Si desean saber más de lo que ocurrió en los siguientes días

No duden en escribirme