Como empece a ser infiel (2)

Tenía serios problemas porque había estado con Santi y Eduardo, pero no sabía con quien quedarme esa noche, aunque los deseaba mucho a los dos.

Hola cómo se encuentran, espero que muy bien

Gracias por todos los mensajes por la publicación de la primera parte de este relato, y como me lo han pedido, pues aquí sigo con lo que sucedió los siguientes días.

Cuando despertamos, nos bañamos juntos y estaba tan maltratada, que no le permití que en el baño me penetrara, entonces me encargue de complarcerlo con una buena mamada de verga bajo la ducha.

A él le encantaba abrir las piernas para que yo metiera mi cabeza debajo de las piernas y así pasar mi lengua desde las bolas hasta el anito y terminar lamiendo los testículos. Le encantaba también ver como me metía una de sus bolas en mi boca y lo miraba a los ojos, y como me pasaba su verga por mi cara (mejillas, cuello y frente).

Todo terminó, casi una hora después de iniciar el baño, con un nuevo baño para mi rostro de su semen.

El salió para su habitación y yo me vestí y me fui para las charlas, el cuarto día de ellas.

Allí, al mediodía llegó nuestro compañero enfermo. Debo aclarar una cosa, a los dos por separado les dije que no quería que lo nuestro en la noche se mezclara con las charlas, pues soy una apasionada de mi carrera y este evento me interesaba demasiado. Ya habría tiempo para el sexo en la noche.

También debo aceptar una cosa, a la hora del almuerzo no tenía hambre y me fui sola por Cartagena y allí pense en una cosa. Santi y Eduardo querrán repetir hoy. Será que se han dicho algo mutuamente. Ya sabrán que el martes y el miércoles me entregué a cada uno de ellos??

Era una especie de dudas, temor, pero también excitación, porque díganmelo ustedes señores: Qué harían en esa situación?? Cuando tienen una última noche con una mujer que ya se les entrego. No quisieran con ella tener más sexo.

El problema no era ese, sino que son dos hombres. Hasta ese momento no se me había pasado la idea de hacer un trío, y menos con dos hombres negros como ellos, tan bien armados como Santi y Eduardo.

Porque quiero dejar algo en claro, una mujer en mi situación, siente ese temor con calentura, al pensar que gozará mucho con ellos, pero que también la pueden lastimar. Señores por favor no crean en los relatos de mujeres que afirman que dejaron de ser vírgenes con un pene de 25 cm que se lo clavaron de un solo empujón. Esos son solo cuentos de fantasía.

Para el sex anal, por más chiquito que lo tenga, es el triple el proceso que el inicio del sex vaginal, porque recuerden que el ano es más estrecho y no lubrica.

Debo estar aburriéndoles, pero la verdad me molestan los relatos de mujeres que dicen que el sex anal es fácil. Es duro, doloroso, lento, paciente pero placentero.

Ya era hora de retornar a las charlas. Decidí llegar minutos después del inicio de la charla para no tener que explicar donde me encontraba. Mis amiguitos se sentaron juntos, los dos me miraban con lujuria, pero yo no les puse mucha atención.

Al terminar paso algo curioso. Salí y me dirigí a mi habitación, donde apenas llegué sonó el teléfono:

Sonia: Aló?

Santi: Hola

Sonia: Hola

Santi: Qué harás esta noche

Sonia: Pues vamos a salir a Quiebra canto con todos los del evento (Este es un lugar para bailar).

Santi: Por qué no nos escapamos los dos a otro lado

Sonia: La verdad prefiero ir allí y luego miramos para donde vamos... Te parece??

Santi: Ok, como quieras, nos vemos abajo a las 8 p.m. listo??

Sonia: listo un besito

Apenas colgué volvió a sonar el teléfono

Sonia: Aló?

Eduardo: Hola

Sonia: Hola, no tuve oportunidad de preguntarte cómo estás

Eduardo: Bien, nada grave, sólo que esa noche he hiciste mover y esforzarme al máximo. Fue una locura

Sonia: Perdóname

Eduardo: No para nada, me encantó lo que paso esa noche

Sonia: Y a mí

Eduardo: Por qué no lo repetimos hoy... no vayamos con el grupo a bailar y hacemos cositas en tu habitación

Sonia: mmmmmmm mejor vamos un ratico y miramos a ver que pasa

Eduardo: Acaso no quieres volver a estar conmigo??

Sonia: Si, claro que si, lo que pasa es que le dije a Santi que iría

Eduardo: Por él no te preocupes, si quieres hablo ya con él y le explico, el entenderá

Sonia: Noooooo, mejor vamos un ratico, bailamos tomamos algo y luego ya veremos

Eduardo: Ok

Sonia: Nos vemos a las 8 entonces??

Eduardo: Listo

Sonia: Besitos

No sabía como iba a salir de ese lío

Sólo quería una buena noche de pasión, pero no sabía con cual de los dos y como salir del paso del otro.

La verdad, y analizando bien las cosas, yo quería que sucediera cualquiera de dos cosas: O que uno le contara la verdad al otro y todo saliera a flote para que ellos decidieran qué hacer o que alguno se indispusiera o se cansara y se fuera.

Creo que la idea de ir a bailar era esa, dejar que pasara el tiempo para ver que ocurría.

Estando en el lugar bailaba con el uno y luego con el otro después, casi no me dejaban bailar con nadie más. Mientras bailábamos siempre me decían cosas al oído. Eduardo era el dulce: "Te vez encantadora con ese vestido, levantas las pasiones más ocultas de los hombres". Santi era más morboso: No sabes cuanto deseo poner mi verga nuevamente entre ese jugoso por de tetas tuyas".

Total, ninguno de los dos me disgustaba, los dos me calentaba, pues periódicamente iba al baño y tenía que secarme mi cosita, pues jamás, y es en serio, la había tenido tan húmeda y caliente.

Durante toda la noche, cada vez que bailábamos, ellos me insistían, por separado que nos fuéramos ya, que me deseaban, que le llegábamos al hotel y cada uno para su habitación y luego me caía a la habitación. Realmente los hombres sin proponérselo, siempre tienen las mismas ideas.... muy originales.

A Santi le decía que no, que me daba vergüenza con Eduardo, que se veía que la estaba pasando bien en el lugar. A Eduardo le decía lo mismo de Santi. Pense que eso salvaría la noche y que alguno terminaría por molestarse e irse. Muy equivocada estaba.

Cerca de las dos de la mañana, salí al baño, al regreso los encontré con una cara de morbo y malicia que me llegó a asustar.

Resulta que Santi, desesperado le confesó la verdad a Eduardo, y este le dijo pues lo que había sucedido entre nosotros.

Cuando llegué me sentaron en una silla entre los dos y esta fue la conversación que sostuvimos.

Eduardo y Santi (los coloco así porque no recuerdo exactamente que dijo cada uno): A qué juegas Sonia

Sonia: De que me hablan

Eduardo y Santi: Ya hemos hablado y sabemos lo que hiciste con nosotros

Sonia: No sé, sólo se dieron las cosas

Eduardo y Santi: Pero hoy a dónde quieres llegar

Sonia: No sé

Eduardo y Santi: Si debes saber, porque toda la noche has jugado con los dos

Sonia: No ha sido mi intención

Eduardo y Santi: Y entonces qué hacemos

Sonia: No sé

Eduardo y Santi: con quien quieres pasar la noche

Sonia: No sé

Eduardo y Santi: Quieres pasarla sola???

Sonia: no

Eduardo y Santi: Entonces con quien

Sonia: Pues no sé

Eduardo y Santi: Quien te gusta más

Sonia: No me hagan decidir muchachos

Eduardo y Santi: Quieres que decidamos nosotros

Sonia: Pues........si

Eduardo y Santi: Entonces no te importa con quien estar

Sonia: Pues no sé, sólo que con los dos la pase muy bien

Eduardo y Santi: Pues entonces vamos los tres

Sonia: Noooooo

Eduardo y Santi: Por qué

Sonia: Pues porque eso esta mal y jamás lo he hecho

Eduardo y Santi: Nosotros tampoco, pero ninguno de los dos quiere dejar de estar contigo

Sonia: Me da vergüenza con ustedes

Eduardo y Santi: Anda, paguemos la cuenta y en el hotel lo conversamos.

Sonia: No sé muchachos

Eduardo y Santi: Tranquila, si no quieres nada pasara

Sonia: ok vamos

He leído muchos relatos donde las mujeres fácilmente dicen si a un trío en su primera vez. La verdad a mi me costó, porque una cosa es ser infiel con un hombree. Otra es serle infiel con dos hombres que no volveré a ver, pero otra muy distinta es ser infiel con dos hombres a la vez.

Pasa por la cabeza el esposo, la familia, la madre que le da consejos a uno para ser decentes..... etc.

Estaba a punto de pasar un límite en el campo sexual y no sabía si al pasarlo habría retorno. En fin

Llegamos al hotel y me acompañaron a mi habitación con respeto total.

Cuando me senté en el sofá Santi se me sentó al pie mío mientras que Eduardo servia algunas copas y empezó a acariciarme y a besarme.

Pense que hablaríamos del trío primero pero no, el se dio a la tarea de acariciarme y besarme. Con los ojos cerrados empece a sentir una segunda mano en mi pecho, era de Eduardo, quien buscaba mis tetas para empezar a mamármelas.

Yo la verdad no sabía que hacer, sólo me dejé llevar por el momento y dejar que todo lo que tenía que ocurrir.

Al ver que no ponía resistencia alguna, decidieron desvestirme total. Eso si, mientras uno me quitaba alguna prenda el otro no dejaba de acariciarme de manera muy caliente. Creo que en un primer trío donde la mujer tenía las dudas que yo tenía eso es básico, que la calentura no deje pensar para que una no salga corriendo.

Cuando abrí los ojos, Santi ya se encontraba desnudo listo para colocarme su pene en mi boca. Todo siempre en el sofá, por eso se subió en los brazos del sofá para que su pene quedara a la altura de mi boca.

Eduardo por su parte de dedicó a darme dedito en mi coño mientras se terminaba de desnudar.

Ellos sabían bien que antes que una verga me penetre abajo, me encanta mamársela un rato.

Así que después de mucho tiempo de chupársela a Santi, como a el le gusta (recuerden la mamada en la ducha), me tiraron al piso para ahora mamársela a Eduardo, quien se hizo arriba de mi cabeza, mientras Santi se masturbaba con mis tetas que en verdad estaban como una roca por la calentura.

Fue una total locura. En ese momento no pensaba en nada mas que en el placer.

Ya con las dos vergas bien mamadas, me colocaron de pie, cada uno se dedico a mamarme una de mis tetas. Gracias a Dios tengo suficientes como para que queden satisfechos dos machos con una sola.

Luego se arrodillaron y mientras uno jugaba con la lengua y los dedos en mi coño, el otro hacía lo propio con mi anito. Creo que es uno de los placeres más grandes en el campo sexual. Creo además que alcanzaba a perder algo del conocimiento de tanto placer que sentía.

Hasta que llegó la hora, cuando abrí los ojos y recupere un poco el sentido, mientras que Santi me abrazaba por detrás restregándome su verga por detrás y manoseándome las tetas, Eduardo estaba acostado bocarriba con su pene erecto. No se necesitaban las palabras, me subí encima de él y me penetró, la penetrada más sencilla de mi vida, pues mis jugos y la saliva de los dos hicieron que el pene se resbalara en mi literalmente hablando.

Santi se puso de pie encima de la cama para que se la mamara (luego me confesó que jamás en la vida había estado con una mujer que lo chupara tan rico). Mientras se la mamaba, el seguía manoseándome las tetas y Eduardo colocó sus manos en mis nalgas para ayudarme a subir y a bajar.

Luego cambiaron, Santi abajo y la verga de Eduardo en mi boca. La verdad el placer era máximo. El sudor corría por todo mi cuerpo, el aroma a sexo se apoderaba de toda la habitación y los gemidos de los tres no sé si se escuchaban en otras habitaciones, pero era lo que menos importaba.

Pero hasta que llegó el momento. Eduardo se acostó en las sudorosas sabanas, su pene ocupó el lugar que minutos antes tenía la verga de Santi, pero él no busco mi boca, sino que detrás mío sentí como colocaba la cabeza de su pene en mi culito.

No sé que tiempo paso, sólo cerré mis ojos. Creo que los tres nos concentramos y nos convertimos en una máquina sexual coordinada, porque con Eduardo logramos un ritmo perfecto, mientras sentía que Santi me la clavaba por detrás, poco a poco. Lo único diferente que alcanzaba a percibir, porque no lo sentía, era que Santi se escupía las manos y esa saliva la conducía a su pene para mantener mi ano lubricado (eran grandes cantidades de saliva). Gracias a Dios así lo hacían, porque él era un verdadero hombre vergon.

Aunque sentía ese tipo de placer que te hace desmayar, sentía que podía seguir toda la noche así, pero Eduardo quería probar mi ano. Sólo atine a decirle: hazlo como Santi, y así lo hizo.

Cuando tomamos ritmo, Eduardo por el culo y Santi por mi coño, todo se empezó acelerar, los hombres ya no podían más y me anunciaron que se venían. Les dije, como la más puta de las putas, que todo lo quería en mi rostro.

El primero fue Eduardo, a quien se la mame también que todo cayó en mi boca. Luego se la limpie con mi lengua, mientras seguía cabalgando a Santi, quien se derramó minutos más tarde en mi boca, cara y algo en mis tetas.

Los dos machos tirados en mi cama mientras yo le lamía la polla a uno y luego al otro.

Cuando ya estabamos totalmente agotados salí rumbo al baño y al verme en el espero pense en lo que hice.

Pero como mis relatos son tan largos. Lo que paso después se los contaré en una segunda entrega

No dejen de escribir