Como dos gotas de agua
La historia de dos gemelas, que estan unidas por algo más que por el parentesco.
___Como dos gotas de agua____
Hola soy Laura, tengo veinticinco años y una vida que contarles, vengo de una familia media, mi familia esta formada por mis padres y mi hermana Luisa.
Habíamos nacido en primavera, la estación más florida, la mas hermosa, un 21 de Marzo de hace 25 años, yo soy la más pequeña de las dos, somos gemelas, somos tan parecidas físicamente que todos nos confunden, aunque nuestro carácter y formas con el tiempo han ido cambiando, y se nos puede distinguir si nos lo proponemos, cosa que en principio no hacemos porque nos gusta el juego y jugamos con nuestro parecido según nuestros intereses.
Luisa mi hermana, siempre ha sido como le digo yo "una cabra loca", desde pequeña, siempre era ella la que dominaba la situación, así que ella hacia las travesuras y yo la que me comía el marrón. En mi inocencia siempre la dejaba hacer, y aunque a veces me enfadaba y lloraba siempre salía ganando ella. A mis padres siempre los traíamos locos, los pobres a veces no sabían quien era la una y la otra, porque si nos ponían un lazo de color distinto para reconocernos, nosotras nos lo cambiábamos y después nos reíamos a solas. La verdad es que teníamos mucha complicidad.
La niñez, la pasamos entre travesuras normales de la edad, en la pubertad fuimos compañeras en descubrir nuestra sexualidad, entre juegos y risas, todo nos parecía una aventura, y nos volcábamos en ella, descubriendo un mundo de placeres que comenzamos conociendo, como casi todas las niñas en el colegio, hablando con las compañeras que nos contaban cosas, y después nosotras experimentábamos a solas en nuestro cuarto. Mirábamos nuestros sexos como iban cambiando, como se vestían con sus primeros vellos nuestros pubis, y como nuestros pechos iban creciendo.
Jugábamos a los novios, unas veces me tocaba a mi ser el hombre y otras veces a ella, y nos besábamos en la boca como veíamos en las películas, y nos abrazábamos, claro que de ahí no pasaba la cosa, pero yo fui desarrollando un cierto atractivo por el sexo femenino, en cambio ella siempre quería conocer al sexo opuesto; sentía una gran curiosidad por saber mas y sentir nuevas emociones. Un día cuando estábamos tocándonos solas en nuestro cuarto, ella tuvo su primer orgasmo, mientras yo me quede muy excitada sin llegar, me quede quieta mirándola.
Estaba preciosa su rostro estaba sonrosado y en sus labios había, una sonrisa de placer, de felicidad, de sosiego y relax. Me quede aquietada a su lado mirándola como jadeaba, con el jersey subido por encima de sus hermosos pechos, y sus braguitas bajadas entre los muslos, su mano derecha sobre su pubis y su dedo medio metido entre los labios vaginales, sus piernas juntas y apretadas, así se fue dejando caer relajándose y quedando dormida.
No quise molestarla, pero al día siguiente hablamos de ello, ella estaba maravillada por lo conseguido y yo no sabia más, que preguntarle que había sentido, ella decía que era inexplicable, que tenia que sentirlo para comprenderlo. Yo lo intentaba cada noche en mi cama, pero nunca llegaba sin embargo siempre la oía gemir y llegar a ese placer que ella tanto sentía.
A los quince años empezamos a tontear con los chicos, que si me gusta fulano que si mengano, en fin lo normal en esas edades, y empezó a salir con un chico compañero de instituto, se llamaba Juan y era muy guapo, alto y atlético, formaban una buena pareja, claro que eso la hizo separarse de mi y solo me tenía como su cómplice para las salidas, y me utilizaba para encubrirla, salíamos juntas pero después ella se quedaba con el mientras yo estaba en la biblioteca o con amigas, hasta la hora de volver a casa.
Ella llegaba a recogerme y nos íbamos juntas de nuevo, para que nuestros padres no sospecharan, ya que mi padre era muy rígido con eso de los horarios y los chicos. Siempre nos decía que lo primero los estudios y después ya tendríamos tiempo de novios y de tonterías, esas eran sus palabras, su sermón cada vez que se terciaba el tema, por eso que mi hermana lo llevaba en secreto.
No se si habéis oído hablar de los sentimientos de las gemelas, eso que dicen que lo que una siente la otra también, pues nunca nos había pasado nada parecido, hasta un día que estando en la biblioteca estudiando, empecé a acalorarme y excitarme de tal manera que tuve que entrar al servicio y refrescarme la cara, era tal la calentura que tenía que casi me masturbo en el lavabo, pero me pude contener no se porque me paso aquello, porque la verdad un libro de filosofía no tiene nada de excitante.
Pero por un momento hasta sentí unas manos tocándome, y caricias por mi sexo y mis pechos, algo inaudito pero lo peor, es que cuando cerré los ojos dejándome llevar por un momento en lo que estaba sintiendo, vi el rostro de Juan. A partir de ese día empecé a mirar a Juan no como el novio de mi hermana, si no como el hombre que podía hacerme llegar a ese momento de placer que mi hermana disfrutaba con el.
Y así empezó todo, empecé a espiarlos y a preguntar a mi hermana cosas intimas vividas con el, y en confianza ella me lo contaba, cada detalle de lo que el le hacía y justo era lo que yo sentí cuando estaba en la biblioteca.
Un día mi hermana estaba con fiebre en la cama, y me pidió que le dijera a Juan que no podría verlo esa tarde, le dije que no se preocupara que lo haría, esa noche no había podido dormir pensando en la imagen de Juan e imaginaba lo que le hacía a mi hermana, eso me encendía y empecé a urdir mi plan.
Esa tarde, me arregle me puse ropa de mi hermana, me peine y maquille como ella y me dispuse a suplantarla, no creo que se diera cuenta dado a nuestro parecido, así que sin dudarlo me eche a la calle y me dirigí al punto de encuentro, allí estaba el esperándola en el banco del parque el más recóndito y escondido.
Juan, estaba allí sentado leyendo hasta que se percato de que me iba acercando, yo estaba un poco dudosa, pero dependiendo de su reacción así haría, al verme se levanto y me dijo hola mi amor, que ganas tenia de verte ¿estas mejor?, si le dije, me abrazo y me beso, no notó nada así que decidí seguir adelante, miraba mis ojos y me besaba sin parar ¡cielos! me estaba poniendo a mil.
Apenas hablaba solo me miraba y me acariciaba, sus manos se metieron en mi blusa, tocando mis pechos y mis pezones, y mis manos se perdieron en su torso, no notaba el cambio y se dejaba hacer, menudo calenton teníamos, con razón mi hermana, no faltaba una tarde a su cita, metió su mano dentro de mi falda acariciando mis piernas, no paraba de besarme en mi cuello, en mis labios, mientras sus manos estaban, una en mi cintura y la otra intentando colarse en mi braga, notaba sus dedos colarse poco a poco pellizcando y rozando mi vulva, notaba la dureza de su miembro a través del pantalón, este parecía querer reventar, nunca había sentido el miembro de un hombre y era una sensación agradable, mi mano paseaba por encima de aquel bulto, bajo la cremallera e introduzco mi mano y empiezo a mover su pene que late entre mi mano, el hace otro tanto con su dedo acariciando mi clítoris y sin tardar llegamos a corrernos.
Cuando saque mi mano estaba empapada de su semen era la primera vez que había sentido algo parecido, estuvimos un rato hablando y cuando mire el reloj, vi que era la hora de regresar a casa, me beso fuertemente en la boca y me dijo, que había sido maravilloso y que me amaba, me despedí y me fui mas contentas que unas pascuas, pero pensando en mi hermana en que pasaría si se enteraba.
Llegue a casa y me dirigí a mi habitación, entre al baño y me encontré a mi hermana llorando, me acerque a preguntar que le pasaba, y me dijo que yo no era sincera con ella, que había estado con un chico y no le había dicho nada que si ya no tenia confianza en ella.
De golpe me sonroje, le dije que quien se lo había dicho, me dijo que lo había sentido como si fuese ella, la que estaba con aquel chico, que lo había sentido tan real que hasta se había corrido. Le explique que a mi me paso también el día anterior en la biblioteca, cuando ella estaba con Juan, y no tuve mas que contarle la verdad, ella se puso echa una fiera y se enfado conmigo.
Se llevo varios días sin hablarme, era la primera vez en nuestras vidas que nos enfadábamos en serio. Hasta que un día se acerco a mí y me dijo que había roto con Juan, que si quería tenía el camino libre, yo le dije que no sentía nada por Juan que en realidad, fue por lo que sentí aquella tarde, que fue tan fuerte que me obsesione con aquel sentimiento, y pudo mas que yo misma, le pedí perdón y nos abrazamos como dos tontas.
Después de aquello nos centramos en los estudios, y llego la hora de la universidad, los años pasaron sin darnos cuenta tuvimos varias relaciones que compartimos sin crearnos problemas, ya que eran solo esporádicas o alguna aventurilla de no mas de dos meses. A veces nos cambiábamos una con el novio de a otra, y disfrutamos de la variedad y después nos reíamos a solas de ellos, hasta que nos enamoramos del mismo chico, eso si fue un problema ya que no queríamos compartirlo.
Terminamos la carrera, y nos separamos, yo me fui a otra ciudad a hacer un master, y ella se quedo allí en casa, yo seguía sintiendo sus orgasmos como míos y ella por lo visto también se calentaba cuando yo tenía algún royo con algún chico.
Pero claro la distancia, hizo que mi hermana se ganara al chico que yo amaba, bueno que amábamos.
Ángel así se llama el hombre que pudo con nosotras, hubiese podido con cualquiera, rubio, ojos azules, 1,74 de altura, delgado con una voz tan sensual que te deja embobada al escucharlo, se te caen las bragas nada mas entablar conversación con el, aparte de eso es un hombre muy sensible y te puede comprender, amable, cariñoso, en fin que voy a contarles el hombre que toda mujer sueña.
Pues si mientras estaba fuera mi hermana, consiguió enamorarlo y se fueron a convivir juntos. Habían pasado tres años, ahora teníamos 23 yo me había quedado a trabajar en el lugar donde había echo el master, la verdad es que me fue muy bien, había intentado olvidar a Ángel, pero me fue imposible pues cada vez que ellos hacían el amor, yo sentía todo aquello dentro de mi como una explosión que embargaba mis sentidos; me había aficionado al sexo en soledad, si se le puede llamar así, ya que estaba conectada con mi hermana en ese sentido, y cada vez que ella hacia el amor yo tenia las mismas sensaciones que ella, por lo que la envidie y me obsesione de nuevo con el amante de mi hermana. Soñaba con sus besos que sentía míos y sus manos sobre mi piel acariciándome y llevándome a orgasmos infinitamente superiores a los que había tenido nunca.
Llego navidad y me invitaran a su casa, cuando llegué después de instalarme, lo primero que hizo mi hermana fue hablar conmigo, me dijo que esto ya no era un juego, y que amaba a Ángel por encima de todo, que pensaban casarse y tener hijos, y que ni siquiera se me ocurriera tentarlo o jugar con el. Ella hablaba muy en serio y me hizo prometerle que no interferiría, y así lo hice. La semana pasaba en armonía, ya no solo sentía sus orgasmos, si no que los escuchaba en el silencio de la noche y mi deseo se multiplicaba.
Un día salí de compras, a comprar algunos detalles de navidad, de pronto me empecé a excitar sin motivo, y pensé en lo bien que mi hermana se lo estaba pasando, no me pude contener me sonroje, y volví a sentir mis pechos erectos y mi vagina chorreante, mi vientre latía y mi sexo mordisqueaba mi braga que se había colado dentro de mis labios, creí que todos me miraban, por lo que marche a casa más temprano de lo que pensé, al llegar a su casa, abrí la puerta y escuche gemidos en el salón, entre por la cocina, que tenia una puerta que daba al salón.
Desde allí escondida pude verlos, estaban allí amándose sobre el suelo Ángel se la estaba metiendo y ella gemía y gemía sin parar, el desnudo de Ángel era impresionante, yo sabia que tenia buen cuerpo, algunas veces lo vi en la piscina y miraba su torso desnudo y sus fuertes y musculosas piernas y presentía que lo demás también seria acorde con su cuerpo, y no me equivoque el trasero de Ángel era redondo, duro y musculoso, entraban ganas de darle mordisquitos y comérselo, masajeárselo y estrujárselo, y su pene, era de unas medidas considerables, estaba allí espiándolos, sintiendo todo lo que el le hacia a mi hermana, y encima gozando de la vista, en realidad era como si me lo estuviera haciendo a mi misma es como si me viera en un espejo reflejada.
Mis ojos se recreaban en sus cuerpos, mi ser sentía las sacudidas que el le propinaba y tuve que morderme los labios para no gemir, porque sin remedio estaba llegando al orgasmo sin siquiera tocarme, ellos ajenos a mi presencia no paraban de gozar como locos, hasta que llegue a oír sus gritos de placer muestra de que habían llegado también, y quedaron extasiados sobre el suelo del salón, mirándose a los ojos y diciéndose, ¡te amo!
El día transcurrió normal, por la tarde mi hermana salió a ver a una amiga, y Ángel se quedo dormido, yo decidí darme un baño, llené la bañera y me sumergí en ella quería relajarme y pensar en todo aquello que me pasaba, aspiraba el olor de las sales de baño y la música llegaba a mis oídos suave y acariciadora, cerré los ojos y casi me quede dormida, estaba metida en mis pensamientos cuando note como alguien estaba a mi lado contemplándome, sentí su mirada clavada en mi cuerpo, abrí los ojos, era Ángel estaba allí delante de mi ¡Dios que hago! me dije, pero cuando me di cuenta el estaba metido dentro de la bañera desnudo y dispuesto.
Yo me quede perpleja, no podía traicionar a mi hermana, se lo había prometido, pero el estaba allí y ella lo sabría, lo sentiría al igual que lo sentí yo, aquello era una prueba de fuego, quizás para los dos, al principio creí que se habría confundido creyendo que yo era mi hermana, pero el se acerco a mi y me dijo ¡querida Laura! no sabes las ganas que tenia de tenerte así, se acerco a mis labios y me beso, yo me quede anonadada no sabía que hacer ni que decir, le explique que no podía ser, Luisa lo sabría, y pase a explicarle las sensaciones que ambas teníamos, el por un momento se quedo parado, con eso quieres decirme, que tu también me sientes cuando estoy con ella, y asentí con mi cabeza. El se echo a reír diciéndome vaya has tenido ventaja, mientras tu me has sentido a mi, yo solo sentí a tu hermana, cuando en realidad siempre te desee a ti, al irte pensé que ya nunca mas te vería, incluso pensé que tendrías pareja ya, y me quede con lo más parecido a ti, me quede con tu hermana, porque así parecía que estaba contigo, sus palabras fueron entrando en mi mente y no podía creerlo, ¡me amaba a mi! y estaba con mi hermana solo porque le recordaba a mi persona, no se como ni cuando el destino fue caprichoso, solo se que el me amaba a mi y no podía estar con el por respeto a mi hermana.
Me dijo, que había una forma de que estuviéramos juntos sin que ella se enterara, que aunque sintiera lo mismo le podía decir que había estado con otro chico. Eran tantas las ganas que tenia de hacerlo con el, que me deje llevar olvidando lo que le prometí a mi hermana, y me deje ir en mi deseo y la pasión me arrastro, el deseo que dentro de mi estaba contenido por años de separación.
Ángel se acercaba de nuevo a mis labios, rozándolo suavemente conteniendo el deseo, de abalanzarse sobre ellos como un desesperado; sus manos se adentraron bajo mi pelo, recogiendo mi nuca y bajando sus besos a través de ella, de mis hombros, hizo que me sentara encima de el, note su pene erecto bajo mi sexo, el agua se movía mostrando un oleaje súbito, volcándose hacia el suelo sin remedio, el jabón y las sales resbalaban por nuestro cuerpo, me abrace a el dejando mis pechos a la altura de su boca mientras, el los besaba y lamía como un desesperado y penetro en mi cueva ahogando su pene entre la marea de mis piernas que solventaba un oleaje de placer en donde ahogamos el deseo.
Cuando terminamos, salimos del agua entre besos y más besos caricias y más caricias, y mi hermana volvía a mi mente para recordarme mi promesa. Nos vestimos y le dije que me iba a la calle por si volvía, y el estuvo de acuerdo, Al salir le pregunte ¿Ángel como puedes distinguirnos, nadie antes lo hizo?
Y el me respondió nadie que no se halla fijado en esa pequita que tienes en la nuca, escondida entre tu pelo, te la vi una vez que estabas junto a luisa, en la piscina, por eso os distingo por que sois como dos gotas de agua.
Salí de la casa y me di un largo paseo, mientras andaba recordaba sus manos en mi cuerpo y las cosa que me dijo, pero pensaba en mi hermana, ella estaba muy enamorada de Ángel habían convivido y tenían planes de futuro, no podía interferir en eso.
Cuando volví a casa, Luisa estaba sonriente me miraba y me dijo ¿de donde viene usted señorita?, yo le sonreí a sabiendas de que ella me había sentido, que la transmisión como siempre se había recibido correctamente, y le mentí le dije que me había encontrado con Manuel, y que habíamos pasado un buen rato juntos. Al día siguiente hice mis maletas y estaba tomando el tren de regreso, la decisión estaba tomada no podía interferir en su vida aunque el me quisiera a mi, podía haberme buscado y no engañar a mi hermana, pero se conformo con ella, como el dijo lo mas parecido a mi.
Ahora tengo 25 años sigo soltera, mi hermana se caso con Ángel y tienen una niña preciosa, la veo feliz, Ángel lo intenta siempre cada vez que voy a visitarlos, pero no consigue nada de mi, ahora que repaso mi vida creo que es hora de olvidar los errores cometidos y pensar que quizás un día encuentre a alguien capaz de hacerme feliz, sin tener que compartirme con mi hermana, por cierto mi hermana desde que tuvo la niña ha perdido esa sensibilidad que nos unía, ahora yo tengo completa libertad a sabiendas que lo que yo sienta será solo mío.
Evelyn45