Como Dinky no hay otro...

Sin imaginarlo hice realidad mi fantasia, Dinky se podero de mi voluntad y desde la primera vez que lo hicimos, no pare hasta que me rompio la colita...

Como Popy no hay igual…….

Holaaaaaasssss, ya no me presentaré porque los mañosones que leen esta pagina ya saben quien soy.

Bueno, para los nuevos me llamo Melissa y nada mas, escribí dos historias, esta es la tercera y la escribo casi un año después que Popy, con mi ayuda me diera el mejor regalo que mi colita podía imaginar.

Después del debut con un maestro del sexo y con una verga de aproximadamente 22 cms que te parte la cosa y te rompe la cola en un solo día, una chibola como yo creía conocer todo sobre sexo, con mis hormonas sexuales como olla hirviendo no necesito mucho tiempo para ponerme a mil en pocos segundos. Tan es así que la zoofilia la conozco porque el pata que me desvirgó me enseño a entrar a la página de Todo Relatos y allí pude leer y ver a mujeres culeando con toda clase de animales.

Estas lecturas son una de mis favoritas y mi fantasía zoofilia jamás imaginé que pudiera cumplirse en un periodo de tiempo tan corto. Todo sucedió como si lo hubiera planeado pero lo que les cuento es producto de la suerte, del azar puedo decir. Era normal que no quisiera visitar a mis tatas cuando mamá me proponía hacerlo porque son recontra aburridos esos fines de semana. Pero esa vez no fue así, digamos que si y no. Mis tatas y mi mamá son aburridos y después del saludo su conversación es de viejos y yo, a mi edad solo quiero hueveo y pasarla chévere, es así que estaba aburrida y cuando fui al monte me siguieron dos perros y el mas grande que se llama Popy, cumplió mi fantasía y me enseño que su verga es mas grande que la de un hombre y te hace gozar igual que a una perra.

Por casualidad vi a un caballo follando con una burra y esa visión me dejo mas caliente que horno de panadero y la única manera de apagar mi incendio, era un pajazo de los que muy bien sabia hacer. El calor que sentía en mi entrepierna era peor que el clima, mi chuchita pedía guerra a gritos porque cuando me toque, la encontré todo babosa de lo que me había vaceado mirando al caballo que se forraba a la burra. Me senté en el pasto apoyando mi espalda al tronco de un árbol, levanté mis rodillas para estar mas cómoda y con una mano jale mi tanga para dejar libre mi cuca, con la otra me empujaba el dedo grande hasta lo mas profundo para calmar mi deseo de verga. Lo metía y lo sacaba pero mi dedo era muy delgado comparando con la pija del caballo, pero seguí así hasta que tuve un orgasmo salvaje y con mis gritos de placer, Popy, el perro grande se acerco a mi lado y yo como un animal, lo jale de la oreja y lo metí entre mis piernas sin pensar que ese momento cambiaria mi vida sexual radicalmente.

El perro, como adivinando que mis quejidos eran porque me faltaba una verga enterrada en mi cosita, comenzó a lamer mis fluidos vaginales como si seria un manjar delicioso, su lengua áspera y babosa abría los labios de mi chucha para seguir sacando todo lo que podía, esas lamidas a mi me volvía loca de placer y sin darme cuenta estaba tirada de espaldas en el pasto con las piernas bien abiertas para facilitarle la lengüeteada en todo mi culito. Es decir, era una perra en celo entregada a su macho, como hacia unos minutos vi a la burra que le entregaba el culo al caballo hasta que este se la forro con esa pijota.

Después no sé de cuantos orgamos y sin que el perro dejara de lamerme el culo, me incorpore un poco y ¡¡¡¡¡¡¡dios!!!!!! Que verga la que le colgaba entre las piernas al perro, le llegaba hasta la mitad de sus patas. No podía creer lo que estaba viendo, era enorme, larga y gruesa, era como la de un rowailler que vi en internet. Me levante y la toque, el perro gemía y culeaba en el aire como si estuviera cachándose a una perra. Yo me puse más nerviosa de lo que estaba y ésta era mi oportunidad para comerme esa verga, me puse en cuatro y le entregue mi culito que sin esperar me montó y agarrándome de la cintura comenzó a hincar mis nalgas, su verga chorreaba una cosa como gelatina empapando mi culito, la verga se resbalaba por la raja de mi culo sin que pudiera clavarlo. Yo no podía aguantar mas y quería sentir esa verga caliente partiendo mi chuchita, ansiosa me agache y para ayudarlo apoyé mis tetas al pasto regalándole todo el culito a mi macho, umm.. Oh dios qué maravilla, a la primera empujada creo que me clavo la mitad, pero como se movió muy fuerte se le salio porque sentía que me hincaba por la raja del culo. Me acomode otra vez y zassss, sentí que mi concha se hincho al máximo porque la verga me llego creo que hasta el útero, ansiosa como estaba por la calentura, le ayudaba empujando mi culo para atrás hasta que sentí que algo muy grande abría mi chucha al máximo, era la bola que abotona a las perras, tenia adentro todita la verga incluso la bola.

Me movía como loca disfrutando de tremenda cachada, empujaba y empujaba mi culo voceándome sin control hasta que el perro descargó toda su leche en mi chuchita, cuando me saco la verga, la lingada chorreaba embarrando mis piernas hasta llegar al pasto. Me tire de barriga para recuperarme mientras el perro se lamía la trancota que hace unos minutos me había llenado de felicidad. No podía creer lo que me había ocurrido, pero como disfruté tanto con el perrito, visitaba a mis tatas dejando una semana y me llevaba al perro al monte para que me regalara esos momentos de placer que al comparar con lo que me enseño mi tío, las cachadas con el perro de mis tatas era mas placenteras porque la tenia mas grande.

Después de varias semanas de mi primera experiencia zoofilia, era normal llevarme al perrito al monte y hacerlo cuatro o seis veces cada vez que visitaba a mis tatas, los orgasmos descontrolados que tenia con Popy son inolvidables y siempre será mi macho, el que me rompe toda cada que lo busco, pero todo se hizo rutina y tuve la fantasía de hacerlo por la cola. Pasaron varias semanas antes de tomar la decisión de entregarle mi culo a mi macho, aunque es un animal para mi Popy es mi hombre, el único que me hace perder la razón cuando lo tengo adentro.

Lo intenté varias veces y de todas la formas para que el perrito me culeara por la cola, pero no podía empujármela, hice todas las poses para comerme esa verga por el culo pero cuando mas lo intentaba y no podía, mayor era mi excitación al extremo que terminaba llenándome la chucha con su verga y mi culito tenia que contentarse con la verga de mi tío. No sabía cómo hacerlo para gozar de esa verga por mi colita y no podía contarle a nadie, menos pedir ayuda porque es mi secreto hasta que se me ocurrió raparme el vello púbico para pegarme la chucha con cinta scosh. Quería saber que pasaba y la primera vez no dio resultado porque la cinta se mojo con mis vaceadas y con los empujones de Popy se despegó hasta que terminamos haciéndolo por la cuca. No sabia qué hacer, quería cinta de hospital pero no tenia, hasta que busqué en las cosas de mi mamá y encontré cinta masking tape como de cuatro centímetros de ancho, lo probé en mis manos y se agarrada muy fuerte, después me bañe y me rapé los vellos para probar como quedaba. Me sequé muy bien y me puse un parche doble en la cosita como si fuera una toalla higiénica pero cuidando que no tapara la colita.

Para probar me bañe de nuevo con jabón y traté de despegarla y meter el dedo a mi cuquita, pero después de varios intentos no lo conseguí, entonces me quede contenta porque había encontrado la solución y solo esperaba visitar de nuevo a mis tatas para ponerlo en practica. Cuando me toco ir a mis tatas lo hice muy temprano, llegando a la casa como a las diez, después de saludarlos y bañarme, me calcé una remera sin brassier muy delgada, una mini de pliegues muy pequeña y mi tanguita hilo dental de batalla que estaba enterrada entre mis nalgas peladitas, pieza ideal para poner en practica la fantasía que me proponía ejecutar con mi perrito. Estaba muy ansiosa y sin tomar desayuno por saber si conseguiría que Popy me diera por la cola, agarre mi botella de yogur, una caja de vaselina para untarme la cola y el maskin tape que de ninguna manera podía olvidar y me propuse ir al monte.

Me despedí de mis tatas y les dije que me iba a mirar al monte, mi tata me dijo que llevara a los perros para que me cuidaran, llamé a Popy y como adivinando el regalo que le llevaba entre mis nalgas, se levantó y me siguió moviendo la cola. Que suerte para mi, era justo lo que esperaba. Comencé a caminar pero parecía que el monte estaba mas lejos que de costumbre, estaba sudando de nerviosa y las piernas me temblaban de emoción, corrí por el campo hasta que llegue al monte y me perdí entre los matorrales cómplices de mis variadas sesiones de sexo con mi perro. Popy no se apartaba de mi y me seguía con la lengua afuera, yo lo miraba diciéndole ¡¡¡¡¡¡¡papito no te desesperes porque ya llegamos, amorcito ahora recibirás tu premio ofrecido!!!!!!!

Cuando llegamos al sitio, Popy se adelanto porque ya conocía el lugar, se fue corriendo y me espero sentado sobre sus patas con la pija que le salía de la capucha. Ay mamacita me dio culitis (miedo extremo te palpita el culo) que me hizo temblar las piernas, pero era el día esperado y tenia que aprovechar la oportunidad porque para eso había llegado hasta ahí. Me senté delante de Popy con las piernas abiertas y le acaricie la cabeza, pero el perro no se dejó porque se levantó y gimiendo saltando sobre sus patas de atrás, me di cuenta que el perro desgraciado sabia para que fuimos hasta allí. Así como estaba jale mi tanga para mirarme la cuca, ohhhhh diosssssss, estaba chorreando de baba totalmente mojada, me toque y metí mi dedo y lo sentí ardiendo.

Me quite la tanga y me limpié la cuca con ph para que el masking tape no se despegara, el perro seguía saltando a mi lado y quería montarme por cualquier lugar, muy excitada abrí el pote de vaselina y embarre bien mi culito diciéndole al perrito: cálmate mi amor que ahora seré tuya por los dos lados. Si mi amor, seré tu perra porque me comerás por la colita cuantas veces quieras, parado como estaba le toque la pija, mamacitaaaaa, estaba chorreando un liquido que parecía clara de huevo, pero no se dejo agarrar pues quería montarme como sea. No estaba para esperar mas porque estaba excitadísima, era mi oportunidad y el perrito estaba colaborando, me puse en la pose de perrita caliente y el perro se abalanzo a mi encima, me monto y comenzó la culeada pero no atinaba porque sentía que su verga se resbalaba por la raja de mi culo hasta mi espalda, pegue mis tetas al pasto y seguía igual, yo quería que me lo empujara todita pero no podía, sudaba de calor y de arrechura, estaba a mil por hora.

No sé qué tiempo había pasado así pero el perrito no atinaba a empujarme la verga, yo me resistía a perder esa oportunidad. Popy estaba con la lengua afuera de cansado y me dio pena, entonces lo agarre de las orejas y besándolo le dije: papacito tienes que hacerlo despacito para que puedas comerme por la colita, si papito yo también estoy desesperada y hoy seré tu perra por completo. En seguida me puse como perrita, pero esta vez baje un poco el culo y me levante para agarrarme del tronco del árbol y mamáaaaaaa….. Popy me monto y al primer hincón me dio en el culito, otra vez la culitis pero no podía detenerme, me acomode para ayudarlo y las demás empujadas de Popy todas eran en mi culito, la vaselina le ayudó y derrepente sentí como un calambre en la barriga y un ardor en la cola, Popy cada vez se agarraba mas duro de mi cintura y con su cabeza pegada a mis orejas roncaba de placer empujándome la verga hasta lo más profundo de mis tripas, yo sudaba de placer y sentía que la verga me llegaba creo que hasta el estomago. Yo culeaba y culeaba hacia atrás para ayudarlo hasta que sentí algo muy grande y caliente que se pegaba en mi culo, me acordé que esa era la bola y tuve miedo, pero con los orgasmos que había tenido no me importo y le dije a Popy: papito tienes que meterme la bola, asiiiii papiiiiiiiiiii, asíiiiii. Yo le ayudaba empujando mi culo hasta pegarlo con sus huevos y floppppp me clavo la bola, ayayayyyyyyyy mamacita cómo me ardía el culito. Pero para soportar el dolor apreté el culo hasta que Popy se bajo de mi espalda levantando su pata por mi culo.

La colita dejó de arderme y no se cuantas orgasmos había tenido, Popy jalo fuerte y ploppppp se desabotono pero note que no es igual que hacerlo por la cuca, no me salio ni una gota de leche de mi colita, todo la lechada se quedo en las tripas. Volteé para verlo y ay diossss, media como 25 cms la verga que Popy se estaba lamiendo, me toque el culo y lo noté que estaba hinchado de la cachada que acababa de darme. Esperé como media hora hasta que se repusiera y nuevamente comencé a tocarle la verga, pasarían unos cinco minutos y la verga comenzó a salir del capuchón, levanté su pata y lo metí en mi boca para mamarlo, cuando estaba otra vez a punto de reventar me puse en la pose de perrita para que Popy me montara, no esperé mucho y otra vez sentí el aliento de Popy en mi oreja y su verga hincándome el culo, me volvió a meter la verga pero esta vez ya no me ardía, entonces empecé a culear y culear como una loca, me enterró la bola y en seguida sentí que su leche caliente me llenaba las tripas otra vez, yo lo acompañé con un orgasmo brutal que me arrancó gritos roncos de mi garganta, hasta que ya no aguanté tanto placer y me derrumbé de barriga en el pasto quedando un poco colgada entre las patas de Popy, salio la verga y ayyy dios qué placer que había tenido.

Así me quedé como media hora y cuando me levanté, Popy también estaba dormido a mi lado. Lo acaricié y le dije: papito, como tú no hay otro igual, eres mi macho, mi hombre, tu verga me llena toda mis tripas cuando me das por la cola papacito. Nos bañamos y como a las tres de la tarde regresé a la casa de mis tatas, almorcé y fui a dormir la siesta porque había recibido mas verga que recién casada en noche de bodas.

Han pasado varios meses y desde esa fecha quedé obsesionada con el sexo animal. Ahora para calmar mis fantasías y ansiedades zoofílicas, le pedí a mi mamá que me regalara un perrito para que me acompañara cuando estoy sola en la casa. Mamá me dijo que fuera a la veterinaria para que buscara uno, el médico me enseño varios, pero me gusto un bóxer alemán como de seis meses de edad, mamá lo compro y lo llamo Dinky, es como si estuviera casada con él porque tengo sexo todos los días cuando regreso de la academia, pero eso les contare cuando tenga tiempo.

Las chibolas que quieran escribirme, pueden hacerlo a mi correo mileniodiez@yahoo.es

Cahoooooo, Melli