Como descubri que me gustan las mujeres 3

Sin embargo me tenia que conformar con contemplarla a ella de espalda, ver su pelo que me encantaba y embriagarme con su olor que se quedaba impregnado en mi nariz, solo pensaba dios esta mujer me esta volviendo loca, no se ni en que momento empece a sentir estas cosas por ella, por un lado me sentía culpable por tener esos sentimientos pues engañaba a mi Gabriela con el pensamiento, pero por otro lado no podía controlar todo el deseo que sentía por mi amiga. Era una tortura tenerla a mi lado y no poder hacer nada por miedo a perder su amistad. En ocasiones ivamos a discos y me encantaba que se me acercara al oído hablarme pues estaba muy alta la música, me estremecia tenerla tan cerca de mi. Una noche se acerco a despedirse con un beso en la mejilla y yo por estar mirando hacia abajo buscando mis llaves en la cartera subi mi cabeza y le di un beso muy cerca de su comisura uuff ese dia casi muero del susto y de lo rico que se sentía su piel en mis labios.

Recuerdo una noche que salimos mi amiga Karla y yo, asi se llama,   como siempre a beber unos tragos, esta vez estábamos solas, pues en ocasiones nos acompañaban otras amigas, de lo mas bien conversando, y en eso llega un amigo de ella, se sento con nosotras, pidió unas cervezas y nos invito a su casa a seguir bebiendo, fuimos y empezamos a jugar algo ahí con los tragos, cosa que no fue muy buena idea pues en seguida ya estábamos todos ebrios, todo me daba vueltas, empezamos a bailar, yo con un chico y ella con otro, me hervia la sangre ver como se le pegaba, en una ocasión vi como se besaban y se me vino todo el mundo abajo, me puse bien triste, sin embargo eso no paso de ahí,el tipo ese siempre la enamoraba diciéndole para que tuvieran algo pero ella no le hacia caso, ese era uno de los tantos enamorados que tenia, pues a cada rato me contaba de un chico nuevo, ya estaba acostumbrada a eso y me fui desilusionando de ella de a poco pues estaba mas que segura que era algo imposible lo nuestro y no quería arruinar nuestra amistad y mucho menos dañar lo que tenia con Gabriela, pues la amaba mucho y ella a mi. Simplemente me resigne a la realidad.

Con Gabriela las cosas ivan bien, con sus altas y bajas pero siempre tratábamos de arreglar las cosas, pues nos queríamos y deseábamos vernos, teníamos planeado que yo la iria a visitar para la navidad de ese año, contábamos los días para vernos.

Fueron pasando los meses que se hacían cada ves mas eternos, yo hice todo los tramites para solicitar los documentos que necesitaba para el viaje, compre mi pasaje y ya casi todo estaba listo, era cuestión de esperar el dia.

Finalmente llego el momento de mi viaje, estaba muy ansiosa, me esperaba un viaje bastante largo pues había comprado el pasaje con escala para que me saliera mas barato y asi poder disfrutar mas con ella el dinero que me había costado tanto esfuerzo ahorrar, este viaje lo llevábamos planeando hacia un año desde que nos conocimos y por finnn iva a ver la mujer con la que hablaba todos los días y que era parte de mi vida y dueña de mi corazón. Asi emprendi mi viaje, todo el dia dure en el aeropuerto esperando mi vuelo, luego hice escala y a esperar otras 9 horas mas, estaba exhausta pero a la vez muy feliz.

Llegue a mi destino, pase por migración, recogi mi equipaje , Sali casi corriendo por la puerta y ahí estaba ella esperándome, no pude evitar sonreir de la emoción que sentí al verla, mi corazón latia a mil por hora llegue donde estaba y nos fundimos en un abrazo, el que habíamos  esperado por tanto tiempo y por fin se hacia realidad, ambas estábamos bien nerviosas, nos dirigimos a coger un autobús para ir donde una amiga de ella que era donde nos quedaríamos para al otro dia ir a su ciudad, pues quedaba bastante lejos.

Llegamos y en la casa no había nadie, acomode mi maleta, entre a bañarme, me cambie, sali y estaba gabriella recostada en la cama viendo tele. Me acosté a su lado y nos quedamos viendo fijamente, nos abrazamos, ella intentaba acercarse a mi boca y yo me hacia la difícil, quería hacerla sufrir un poco hasta que me acerque lentamente y nos dimos un beso tierno y algo timido. Fuimos agarrando confianza y los besos fueron subiendo de tono, nos besábamos quitándonos todas esas ganas que traíamos desde hacia tiempo, ella introducia su lengua poco a poco en mi boca y se entrelazaba con la mia, se sentía muy rico, yo acariciaba su espalda por debajo de su camisa, acariciaba su barriga despacito con la yema de mis dedos mientras besaba su cuello, en eso me detiene y dice que vayamos a comer pues ninguna de las dos había almorzado y teníamos demasiada hambre  ya eran 5 de la tarde. Nos arreglamos y salimos a comer. Me dejo con todas las ganas pero mejor tener la barriga llena para lo que nos esperaba….continuara