Como dar un orgasmo a una mujer?
Eso me preguntaron hace unos días y esta es la extensa respuesta que escribí, espero saber cuantas mujeres estan de acuerdo con mi punto de... Vista.
Veamos, yo te daré mis dos máximas, que son las siguientes: El órgano sexual más sensible del cuerpo es el cerebro. El órgano sexual más grande del cuerpo es la piel. Si ya tienes eso claro, tienes mucho ganado. Para lograr un orgasmo, se requiere de excitación, la excitación empieza por la sugestión, la sugestión necesita un entorno adecuado y el entorno has de crearlo tú, empezando por no plantar una fecha en el calendario, y terminando inclusive por dejar que sea ella quien plantee el momento adecuado. No te recomiendo que pienses en un CCC, cine cena y cama, seguro que tienes tus propias capacidades para lograr un entorno agradable y relajado, pero a la vez erótico y cómplice. Cuando, sea como fuere, te vayas a disponer a ello, en caso de que tu tampoco tengas experiencia al respecto, debes plantearte empezar por arriba, o por abajo... Por ejemplo, si empiezas por arriba, puedes comenzar estando inclusive en pie, desde delante, con besos, caricias por su cabello hasta bajar tras las orejas, el cuello, volver a subir, aumentar el radio de los besos a uno y otro labio por separado, sus pómulos, su mentón, por debajo de este... Y tal vez irte girando según con la mano que no tienes alrededor de su cabeza, nuca o cercanías, tomarla de la cintura, acariciarla y rotar, ponerte a su espalda, abrazarla con sendos brazos y mas fuerza, mientras aprovechas su nuca y el nacimiento de su pelo para acariciárselo desde con tu boca o lengua, hasta meramente con tu nariz y rostro. Tienes, o es mi consejo, que notar los avisos que ella de, en referencia a que le empieza a sobrar ropa. En esta época del año un jersey y una camiseta pongamos por caso, cuando terminas de abrazarla y liberas parte de la presión alrededor de su cintura, puedes meter las manos entre una prenda y otra, jugando con la yema de los dedos sobre la costura de la prenda mas interior que tenga, aun sin levantársela, si no alternando esto con subir las manos, con las palmas extendidas pero no rígidas, por su vientre, abdomen, alrededor del ombligo... Y volver a bajar. Cuando vayas a retirar el hipotético jersey y/o primera prenda que lleve puesta arriba, puedes aprovechar inicialmente para que, como es de suponer la camiseta de debajo se levante ligeramente, para acuclillarte un poco y besar, lamer o incluso mordisquear sendos costados, liberar tensión, unas leves y puntuales cosquillas, que se sienta a gusto y no meramente llevada por la situación. En todo momento estoy marcando una pauta en la que ella estará bastante pasiva... No se si es el caso, pero si no lo es, recuerda que parte de su comodidad estará en sentirse participe, si te reclama, con las manos, la mirada o un gesto, respóndelo, no pierdas el contacto del paso en el que te encuentras pero si quiere mas besos se los das, y si te quiere acariciar ella a ti también, pues para eso estas ahí. Con la prenda retirada, puedes hacer una aproximación mayor, tal vez el cinto o primer botón del pantalón puedes soltarlo, pero no para que tu metas la mano, sino para que ella sienta la comodidad de desprenderse de la ropa. Para la última prenda antes del sujetador, es una buena idea que, igual que hiciste antes por encima de la tela, tus manos se deslicen sobre su piel, como si la planchases... Con presión, pero fluidez. Tus dedos bajo la prenda en forma de cuña lisa y la tela se quedara en el dorso de tu mano, por lo que según subas, la ropa subirá. Según haya reaccionado, puedes deleitarte en el momento, rodeando aun su sostén, puedes pasar las manos haciendo cuenca por encima de sus senos, o lo que se te ocurra en el momento, siempre según la veas a ella tomarse tus acciones. La camiseta tiene bastante juego, si su reacción en todo momento a sido positiva, cuando la vayas a retirar, saca primero sus brazos y deja la cabeza... Si levantas la prenda por encima de su cabeza, será como dejarla velada, momento en el que puedes volver por delante, seguramente su gesto sea tener el mentón alzado, así que ya desde el frente, puedes disfrutar en plenitud de su cuello, sabedor de que no ve, pero sigue sintiendo. Cuando la quites por completo, recuerda darle un contacto visual claro, de ahí que estés nuevamente por delante. Sube, sonríela, vuelve a besarla... Y si le gusto lo que le hiciste por el cuello, repítelo, según bajas un poco mas por su busto. Es un buen momento para que tus manos, o al menos una de ellas, mientras tus brazos estén bien pegados a su cuerpo, repasen, solo repasen, la tira del sujetador tras su espalda. Mientras te detienes delante de sus pechos aun cubiertos, especialmente si estas bien afeitado, puedes acariciar la parte que sobresalga con tu rostro, arrastrar los labios sin presionar, etc., según tu mano o manos que estaban por detrás de su sujetador, suben, al menos una de ellas alternativamente, para deslizar a sendos lados los tirantes, aprovechando la ocasión para acariciar sus hombros, desde donde termina el cuello a donde empiezan los brazos. Tu sabrás ya si debes soltar o no su sujetador, pero de hacerlo, mejor nuevamente a su altura, y pegado a ella, deja que por ejemplo te quite la camisa y acaricie tu torso, seria interesante que cuando sueltes el sostén, que sin los tirantes debería prácticamente caerse solo, te pegues a ella y lo sujetes con tu propio cuerpo. Apriétala contra ti, bésala de nuevo... Y deja que ella sea quien se separe de ti, consciente de que se quedara sin nada de cintura para arriba. Puedes repetir las caricias anteriores con rostro y labios, acompañadas ahora de tus dedos, dibujando la silueta de sus senos, yo por ahora no recomendaría apretarlos o tomarlos a manos llenas, según seas tu o veas que ella se encuentra... La cosa es que, cuando al menos una de tus manos quede libre, puedes ascender y descender por toda su espalda ya sin ningún impedimento. Recuerda que, ya tenía un botón del pantalón suelto, seguro que al menos la punta de los dedos de la mano por su espalda, puede colarse ligeramente por este. Repite la acción cuantas veces lo veas necesario, no es una prospección petrolífera, no tienes porque ir profundizando cada vez mas, ami se me antoja mas apetecible una vez la primera falange de los dedos esta dentro, rodear su cintura de un lado a otro, oscilando el brazo desde un extremo al otro, rodeando toda su cadera. Seguramente según te acerques a la zona por delante, puedas ser capaz de notar, sino ya con su propia respiración, con el calor, su estado de excitación. Ve llevándola a la cama, despacio, si prefieres ir tu de espaldas, luego tendrás que girarla, si eres tu quien va de frente a la cama y ella anda hacia atrás, tus pasos tendrán que ir a posteriori de los de ella, para ni tropezar ni parecer que la estas empujando. No dejes que haga tope contra la cama, deja un corto paso de distancia a esta, y si te ves habilidoso, usa una sola mano para soltar el resto del cierre del pantalón, sino usa ambas e invítala a que sea ella quien te rodee con sus propios brazos. Depende de lo holgado del pantalón, puede que este caiga solo... O necesite una ayuda. Pero personalmente opino que lo negativo que pudiese tener la sensación de desnudez, es menor cuando la ropa se cae sola a cuando por así decirlo, la fuerzas, así que si no se desliza solo, repite el gesto anterior sobre su cintura, con una o las dos manos, que viene a ser lo mismo que hiciste con la camiseta, pero hacia abajo en vez de hacia arriba. Sea como fuere, recorre desde sus pantorrillas, la cara interna de las rodillas, sus muslos, sus glúteos... Todo en proporción, según lo sensible o dada que sea ella a las cosquillas, dado que, llegado un punto de excitación, puede que no sea recomendable que estas tengan excesiva presencia en el juego. Repite esto varias veces, abre los dedos de las manos cuando rodees sus nalgas, aprieta mas según la caricia se va alargando y repitiendo, y especialmente al llegar a la zona de la articulación de la rodilla, para invitarla a que por lo menos se siente sobre la cama, usa el dedo pulgar en círculos. Ya esta sentada, inclínate, retira su pelo, no pierdas el contacto visual, ofrécela tumbarse con una caricia tras un beso húmedo, para que puedas rozarlos aun jugosos con las yemas de tus dedos, desde su boca, bajando por su mentón, cuello, serpentea entre sus pechos, círculos erráticos sobre su vientre cuando te acerques al ombligo... Y te acuclillas para que, en caso de que este calzada, puedas retirarlo con una mano, mientras la otra tras el descenso mencionado, ahora tenga la parte delantera de sus rodillas, los muslos, la cara interna de estos hasta las ingles... Y que si ella alza la cabeza, siempre podrá ver tus ojos desde su posición. Cuando la descalces o vayas a sacar el pantalón, recuerda que habrás de quitar primero la pernera correspondiente al lado hacia el que la quieras tumbar en la cama. Quedara muy en el borde, así que de cara a subirte tú también tras, depende nuevamente de tus y sus gustos, acariciar sus pies, empeine, tobillo, talón, dedos, etc. Ten en cuenta que seria una posibilidad aprovechar a reincorporarte, acercarte un poco a ella, que te alcance con sus manos y pueda a su vez retirar la ropa que a ti te quede. Con esto, puedes subirte a la cama, primero encima de ella, sin dejar todo tu peso sobre su cuerpo, solo rozando el de ambos, después gira y queda a un costado, rodéala con los brazos, invítala a ponerse encima un rato, posición desde la que podrás tener todo lo anteriormente acariciado a tu completa disposición, o sino, al menos quedar ambos de costado, entrelazando las piernas o pasándole un brazo por debajo de su cuerpo. Si ella no se ha masturbado nunca, obviamente no sabrá decirte ni la forma, cadencia, presión, postura... Que le gusta, pero en mi experiencia puedo decir que hay ciertas pautas que no suelen ser muy erradas. Quieres darla, por así decirlo siendo primeriza, algo de intimidad? Déjala de costado, ponte en su espalda, un brazo por debajo de su cuerpo a la altura de su axila y la otra por encima, entre su cadera y su brazo. Esto te permite con la mano bajo su cuerpo, disponer de sus senos, pezones, areola... Y alrededores. Haz espirales con un dedo desde la base, por la meseta... Y hasta la cúspide, y desciende de nuevo. O si te da el ángulo de la muñeca, rodea uno y otro de sus senos con los dedos abiertos, y según la rotas, vete cerrándola. Detente particularmente sobre la areola antes de arremeter contra sus pezones, según como los tenga de sensibles y de erectos, deberás presionar más o menos, o acariciar más o menos. La otra mano, por encima, tiene muchísimo mas alcance, desde todo su costado, cuello, hombro, cintura, cadera, glúteos, pierna... Hasta su bajo vientre, pubis, ingles... Recuerda que es preferible pecar de exceso que de defecto, cosa que de defecto seguro que no te lo recrimina, así que si tienes intención de que alguna de estas caricias sea ya sobre su sexo, es el momento de ver su reacción, dado que aun tiene puesta su ropa interior. Puede que le guste que acaricies desde fuera, o que presiones, o incluso que si es una prenda intima de escasas dimensiones, la cueles por la mitad de su sexo, eso es cosa de ambos. Igualmente puedes jugar con la goma, bajándola levemente a cada ir y venir, tirando de ella... Sin soltarla de golpe luego... Para que la presión se acreciente. Toda la zona del pubis, las ingles y según la sensibilidad de ella, incluso el ombligo, posiblemente ya le cause un placer similar a una caricia directa en su sexo, así que hace rato deberías notar que la zona esta húmeda y mucho mas caliente. No te excedas porque puede que esa sensación de humedad o estar la tela pegajosa, se le antoje desagradable. Acompaña al dedo que tenias bajo la goma de su ropa interior al menos otro par de ellos, y con lo que ya habías bajado, acaricia su monte de Venus, como si los dedos fueran un pincel por ejemplo, en caso de que tenga bello, o con los dedos extendidos al igual que en el resto de su cuerpo en caso de que este rasurada. Cuando vayas a profundizar mas, seguro que esta mucho mas confiada, saca el brazo que tienes bajo ella, y deja que se tumbe boca arriba, mientras tú con ese mismo brazo, pones el codo en el colchón, y quedas de lado, junto a ella, ligeramente mas elevado. Así puedes volver a besarla, y también dar el mismo uso a tu boca y lengua para con sus pechos. Tras un rato con la yema de tus dedos casi descansando en el nacimiento de su clítoris, seria buena idea volver a rodear hasta su trasero, seguro que ella se levanta ligeramente a terminar de quitarle la ropa interior. Ve pasando de una pierna a otra según la vas bajando, así retomas las caricias por toda la longitud de sus piernas... Y cuando subas, regresa primero a la cara interna de sus muslos y a sus ingles, que sepas que según la presión que hagas particularmente en esta ultima zona mencionada, la piel se estirara, y aun en la distancia, moverás sus labios mayores, sin si quiera hacer rozado aun su sexo. Ahora que ya vas a meterte en harina, los puntos cardinales para su placer son bastante sencillos, con la palma de la mano descansando a media altura de su pubis, tu dedo corazón se podrá deslizar por entre sendos labios mayores, culminando cuando el gesto es ascendente en la cabeza de su clítoris, y cuando es descendente en la entrada de su sexo. Con el índice y anular, podrás abrirlos y cerrarlos para hacer lo propio con sus labios mayores, así repartirás sus flujos, si es que esto no había pasado ya con las caricias aun por encima de su ropa interior. El pulgar te dará juego para su ingle o rozar los alrededores, evitando que la acción quede demasiado individualizada o centrada. El clítoris no es solo la cabeza, tiene su base y su extensión hacia abajo por mitad de sus labios, así que preocúpate de esto antes de centrarte en su corona. De todas formas, en el momento y sobre la marcha, deberás ser capaz de detectar aquello que más placer le produce, dado que en ocasiones en vez de hacia arriba y abajo, replegando y estirando el dedo corazón, puede que ella prefiera que lo mantengas tieso, con una media presión, y lo muevas a izquierda y derecha. De cualquier forma, si esta lo suficientemente excitada, lubricación para que todas las caricias sean fluidas a la par que intensas, no te van a faltar, siempre puedes bajar un poco mas toda la mano para alcanzar con la yema del dedo corazón su entrada, presionar ligeramente, hacer círculos a su alrededor, notar como palpita, se contracciona... Y subir de nuevo con todo el dedo bien empapado para continuar. Precisamente, cuando vuelvas a subir la mano después de una de estas ocasiones, prueba a presionar un poco mas sobre su pubis, estirando hacia arriba de la piel. Veras que, habitualmente al hacer esto, el clítoris se alza, queda mas expuesto, especialmente si lo conjuntas con separar el índice y anular, que ya mencione a cada lado de sendos labios mayores. Cuando la excitación sea la suficiente, seguramente agradezca esto dado que te permitirá no solo un contacto más directo e intenso, sino que tendrás más zona a recorrer de su clítoris. Te recomiendo que para saber que ritmo llevar, uses sus propios latidos, sino del corazón, ya a estas alturas de su sexo. Y para la presión, toma como medida la fuerza que sientas que hace contra tus dedos las contracciones de su clítoris, por ejemplo. Mantén el contacto visual con ella, fíjate en detalles como sus pupilas mas dilatadas, su respiración agitada, ojos vidriosos, aletas de la nariz mas abiertas... Todo esto son síntomas de excitación, dado que su cuerpo necesita mas oxigeno en sangre para las sensaciones placenteras que esta recibiendo. Al contrario que en los hombres, que tanto en la masturbación como en el sexo oral, llega un punto en el que la misma caricia antes placentera, al final se torna no insensible, pero si bastante poco efectiva... Y hay que ir alternando ritmos, presiones, cadencias... En el caso de la mujer no es así. Si le coges el punto, el ritmo, la fuerza... No lo cambies, no lo rompas y mucho menos cuando el cenit se este acercando. Seguro que notaras entumecido tu codo sobre el que descansa el peso de tu cuerpo, pero precisamente si intentas moverte de postura o moverlo, será peor, te molestara mas, perderás la concentración... Y habrá que volver a empezar. Cuando notes que eso pasa, es mejor simplemente no moverte, si estas a lo que estas no te molestara. Mantén el contacto visual, aprovecha cuando ella cierre los ojos para concentrarse en lo que esta sintiendo, para tu frotar su mejilla con la nariz, susurrarle algo al oído, besar sus labios cuando no se lo espera... Ya se te ocurrirá algo. Si tu pareja es de las que gime, jadea o similar, usa tu propia lengua para humedecerle los labios, repásalos sin hacer fuerza ni poner la punta tensa, como si se los perfilases, posiblemente ella tenga la boca seca. Para la primera ocasión no te recomiendo llegar a introducir los dedos en su interior, el orgasmo clitoridiano suele ser el mas, por así decirlo, común o sencillo de hacer y de aprender, así que todo a su tiempo. Dependiendo del momento y de lo anterior, cuando llegue al orgasmo, no detengas el ritmo ni lo aumentes... Vuelve a marcarlo al ritmo de esas contracciones orgásmicas que esta teniendo, así se lo alargaras unos importantes instantes. Igualmente, déjala que se explaye, que mueva e incluso revuelva... Pero ahí tendrás que ser habilidoso para no perder el contacto, pasados los primeros espasmos, cuando estés haciendo lo anterior, alargando su orgasmo, aprovecha para que el resto del mismo sea con tu boca sobre la de ella. Para hacer todo esto a la inversa, es decir, empezando de abajo a arriba, es obviamente muy recomendable que tan solo se este en ropa interior, tal vez incluso ya tumbados en la cama, según lo veas. Las caricias, ahora que estas besándola, e incluso los propios besos, que vayan descendiendo de intensidad según también lo hagan las sensaciones de su orgasmo, aprovecha, ahora puedes mover tu otro brazo que seguramente tengas ya insensible. Abrázala, desde abajo, deja que se deshaga boca arriba sobre la cama, empieza con el rostro entre sus pechos, sube y bésala de nuevo, túmbate con medio cuerpo sobre ella, medio cuerpo sobre el colchón, que note tu presencia... Pero no todo tu peso. Aguarda con la cara escondida tal vez en el hueco entre su cuello y hombro a que ella se mueva, diga o haga algo... Y no se te ocurra preguntar que tal, como quien pide la hora. Si esta bien hecho, es posible que te lo diga... Pero aun así, si esta bien hecho, no será necesario, lo sabrás.