Como convertí a Andrea en mi esclava (5)

Sandra se nos unión, que par de tetas tan espectaculares.

El lunes todo estaba cuadrado como lo habíamos planeado, la cámara de video a la mano para grabar y desocupamos el armario un poco para que le quedara fácil esconderse, a las ocho muy en punto sonó el timbre de la casa, Andrea salio a abrir mientras yo me subía a mi cuarto.

Aun que esto solo lo supe después quiero narrarlo en el orden como sucedió.

Hola Sandra, entra en silencio, creo que Mauricio aun esta durmiendo y no quiero que nos pesque.

Listo.

Este es mi cuarto, creo que te puedes esconder en el armario, mira a ver si puedes entrar – ella entro y cerraron la puerta.

Si estas cómoda.

Si, eso creo.

Ahora abre un poco la puerta – así lo hizo – ¿me ves bien?

Si

Listo casi no se nota que estas hay, igual voy a procurar que no mire hacia allá, ¿listo?

Muy bien, ¿será que se demora?

No creo que demore, pero si quieres sal mientras baja.

Más o menos a los cinco minutos baje, realmente no podía esperar por mucho tiempo, golpee la puerta y Andrea me recibió con un gran beso y abrazándome, me susurro al oído todo va como lo planeado.

Ven amor – me dijo, mientras me llevaba al lado de su cama dejándome de espaldas al armario.

Claro, como quieras corazón.

Ella se arrodillo delante de mí, me bajo los pantalones y dejo mi miembro al aire, yo me gire un poco para que Sandra tuviera un mejor ángulo de mi verga, Andrea comenzó a lamerme el pene con fuerza, yo me empalme de inmediato, el hecho de pensar lo que tenia en el armario me puso a mil.

Andrea se la metía y sacaba con fuerza, estaba demostrándome lo buena que era, creo que consiente o inconscientemente quería llamar mi atención, le daban celos de lo que pensaba hacer con su amiga, pero igual nunca se quejo o me desobedeció en lo que le pedí que hiciera, era una puta de lujo.

Tenía que aguantarme las ganas de voltear y descubrir a Sandra, esperaba que entre más viera más caliente se pusiera, levante a Andrea, la desvestí por completo, la acosté sobre la cama, ella abrió sus piernas y recibió mi miembro en su vagina para después cerrarlas alrededor de mi cintura, una especie de abrazo.

Comencé el acostumbrado mete y saca hasta que sentí que tuvo dos orgasmos, cambiamos de puestos yo quede acostado sobre la cama boca arriba, ella se sentó sobre mi pero viendo a su amiga, yo lance mis manos sobre sus pequeños senos y comencé a acariciarlos mientras ella brincaba sobre mí.

Gritaba como loca, se comportaba como una autentica puta y en esa posición llegamos, primero yo pero en unos pocos segundos ella, deje que parara y se recostó sobre mí, nos quedamos un par de segundos cuando Sandra sin querer golpeo el armario, yo me levante de inmediato y abrí la puerta, Sandra estaba con una mano entre la falda y la otra por debajo del saco.

¿Qué pasa acá?, ¿que haces acá?, ¿explícame Andrea?

Mira lo que pasa es que Sandra nunca ha visto como se hace el amor y quería ver como era, lo siento solo era para que ella aprendiera algo.

¿Eso es cierto Sandra? – mientras la miraba y veía que tenia la cara completamente roja pero no podía retirar la vista de mi pene.

Si es cierto.

Que pasa por que te pones tan roja, nunca habías visto esto – mientras con mi mano le señalaba mi pene.

No nunca – pero aun seguía con la mirada fija.

Ven acércate y tócalo – Sandra estiro un poco la mano pero se detuvo y miro a Andrea.

Fresca Sandra, aprovecha acaso no somos las mejores amigas, no hay problema – le agarro la mano y la llevo a mi pene, le abrió la mano e hizo que me cogiera - así debes cogerlo y debes hacer así – mientras subía y bajaba su mano, era espectacular ver como Andrea le enseñaba a Sandra como masturbarme.

¿Te gusta Sandra?

Si, es una sensación muy rara pero me gusta.

Ahora arrodíllate conmigo – así lo hicieron las dos – quiero que repitas lo que voy a hacer, ¿listo?

Seguro, si no hay problema – levantando una pequeña mirada hacia mí y poniendo más roja aun.

Claro que no, bien puedes.

Debes lamerlo así – mientras con su lengua recorría desde mis pelotas hasta la punta, ella apenas pudo se acerco y se retiro a mitad de camino, comenzó a saborear su boca.

¿Pasa algo malo Sandra? – pregunté.

No, solo es que no esperaba este sabor.

¿Te molesta?

No – poniéndose más roja si era posible.

¿Entonces que pasa amiga? – preguntó Andrea.

Es que me gusta el sabor.

No te preocupes a mi me fascina, es normal y eso que solo empezamos, ¿en donde íbamos?

Acá – mientras se acercaba y con la lengua recorría a lo largo todo mi pene.

Ahora debes chupar las pelotas así – en donde Andrea comenzó a meterse una de mis pelotas en su boca y comenzó a chuparla, yo la agarre del cabello y la pegué a mi cuerpo, Sandra sin esperar ninguna señal se lanzo a chuparme la otra pelota, la sensación que sentía en ese momento era mágica, cada una chupando una pelota y haciéndome sentir en el cielo.

Después Andrea comenzó a meterse mi pene pero al rato la quito Sandra buscando probar, era una perra, empecé a dudar que realmente fuera virgen, yo no pude aguantar más y comencé a llegar, al sentirlo Sandra se retiro pero al ver como Andrea se acercaba para poder recibirlo la imito y les eche toda mi leche sobre las caras a las dos.

Que delicia, ¿te ha gustado Sandra?

Si – volviéndose a poner roja.

Bueno ustedes ya sean divertido ahora quiero yo hacerlo – mientras levantaba a Sandra – ¿alguien te ha tocado las tetas?

Sobre la ropa varias veces unos tipos en el bus cuando voy al colegio.

Ya veo, ¿y que sentiste?

Algo similar a lo que sentí mientras los espiaba – me acerque y lance mis manos a sus tetas, ella apenas lanzo un pequeño suspiro y cerro los ojos.

Es el colmo que nadie haya disfrutado de estos senos tan ricos, ¿no crees?.

No se – dijo suspirando – si tu lo dices.

Mire a Andrea y le hice el gesto que nos grabara, ella obedeció inmediatamente, le quite el saco, la blusa y el brasier a Sandra, al ver esas tetas pude comprobar que realmente debería tener una talla 36 o algo así otro día la medí con metro y descubrí que tenia 103 de busto, eran un par de tetas para satisfacer cualquier fantasía y lo mejor vírgenes, comencé a sobarle las tetas con ternura mientras ella lanzaba suspiros de placer y cerraba sus ojos, creo que podía más el deseo que la pena.

Le comencé a lamer los pezones, a diferencia de los de Andrea estos eran grandes, ella se retorcía de placer, después le di pequeños mordiscos en los pezones lo cual parecía gustarle por que comenzó a suspirar más fuerte.

Le baje la falda y los calzones, ella se tapo inmediatamente con las manos su vagina y me miro con cara de sigas pero con sus manos trataba de alejarme, yo le cogí las manos y se las levante, quedando como presa, acerque una silla y me senté llevando mi amo a su nuca, estaba en una especie de posición bizarra, le acerqué mi otra mano, le abrí las piernas y comencé a masajear su cuevita.

Pude ver lo húmeda que estaba, intentando retirarse pero al tenerla del cuello a duras penas solo pudo mover su pelvis para atrás pero igual mi mano se estiró y siguió con el masaje, su cuerpo daba pequeños esfuerzos por retirarse, ese momento en que el deseo puede más que todo.

La acerqué y la senté sobre mí, apenas sintió ese intruso en su puerta intento levantarse, con mi mano libre la agarre de la cintura y con la otra en su cuello no la deje levantarse, comencé a rozarle la punta de mi pene en su entrada, el roce funcionó por que a los pocos minutos ya no hacia el intento de retirarse si no que se movía al compás de mi cuerpo.

Poco a poco, con mucho cuidado logre entrar la punta apenas a la altura de su himen, era cierto la muy perra era virgen, sin presionarla deje que se acostumbrara a tenerla hay, la solté y siguió moviéndose como loca, se metía la punta la sacaba un poquito y se la volvía a meter, la posición era bastante incomoda para ella, pues estaba con las piernas abiertas, casi como sentada en el aire, pero gemía como toda una puta.

Aproveche y comencé a apretarle ese par de senos inmensos, se los apretaba con fuerza, ni siquiera podía agarrar uno en cada mano, sobraban senos, se salían de mis manos, verla así era una delicia, durante todo este tiempo Andrea estuvo firmando desde la parte de atrás pero esas tomas así no me iban a servir, así que le hice un gesto que nos grabara de lado, necesitaba que saliera su cara.

Sandra estaba tan concentrada en el placer que ni se dio cuenta en lo que estaba haciendo Andrea, baje mis manos y la agarre de la cintura mientras con mi boca intentaba chupar sus tetas, cuando pude conseguir una la chupe con fuerza y le di un gran mordisco, ella apenas dio un grito de dolor, pero yo inmediatamente la cogí de la cintura y la senté de un solo golpe.

Ella apenas me abrazó con fuerza y no se movió, duro así un par de segundos casi un minuto en el que apenas pude ver un par de lagrimas que salieron de sus ojos, luego comenzó a moverse, se levantaba un poco y se volvía a sentar, ese típico movimiento de perra en celo, cada vez se la metí más fuerte, perecía poseída.

Al cabo de un par de minutos llego en un gran orgasmo, se levanto y se tumbo sobre la cama, al verme pude ver un pequeño hilo de sangre sobre mis piernas.

Sandra me vas a dejar así – mientras le señala a mi pene totalmente empalmado.

Lo siento, pero no puedo más.

Claro que si puedes – la senté y le acerque mi pene a su boca, lo dudo un poco, pareció olerlo, se acerco cerro los ojos y comenzó a mamármelo hasta que llegue en su cara.

Se dejo caer de nuevo sobre la cama y dando un suspiro dijo es grandioso, gracias, mire a Andrea y ella entendió que era hora de guardar la cámara, se acerco y comenzó a chupármelo con fuerza, creo que al vernos se excito y quería llegar.

Al cabo de unos minutos logro que mi pene se volviera a poner duro, se coloco en cuatro sobre la cama y con las manos se abrió el culo, no hay que ser adivino para saber que me estaba ofreciendo, Me acerque y le metí todo mi miembro de un solo golpe, empezamos ese mete y saca tan delicioso, Andrea empezó a gritar como toda una perra en celo.

Hazlo con más fuerza.

Así – mientras comenzaba a darle con más fuerza.

Si sigue así, como me gusta, dale sigue.

Como quieras – se notaba que la muy perra quería que la prefiriera.

Como por lo menos de 15 minutos seguimos a ese ritmo y en ningún momento dejo de pedir más y más, se comportaba como una puta de lujo, por lo visto acababa de descubrir la mina de oro que tenía con Andrea.

Después nos recostamos los tres en la cama y nos quedamos dormidos, termine durmiendo con una a cada lado abrazándolas, apenas nos pudimos despertar con el tiempo suficiente para que se alistaran para ir al colegio.

Bueno niñas espero que les vaya bien en el colegio.

Claro – contesto Andrea – espero verte por la tarde.

Ojala yo pudiera volver a verte – dijo Sandra, colocándose un poco roja.

Claro, si quieres podemos vernos mañana, ¿si puedes?

Si, claro – miró a Andrea – si no hay problema.

Claro que no, puedes volver todas las veces que quieras.

Así empezó la historia de Sandra con nosotros, aun le quedaban varias cositas que quería hacer con ambas, por lo visto estas niñas poseen el su interior el deseo de tener un hombre que las satisfaga y les de con ganas.

CONTINUARA… comentarios a mauro.relatos@gmail.com