Como conseguí a una amiguita de mi sobrino
Esa belleza de 17 años perseguía a mi sobrino y acabó en mis brazos gozando de verdad.
Hola de nuevo amigos Os voy a contar una aventura que tuve con una jovencita aspirante a novia de mi sobrino. La verdad es que me da apuro el contarla ya que estoy hablando de una chica de 17 añitos recién cumplidos pero... las cosas, a veces, pasan sin casi ni plantearlas y debes aprovechar las oportunidades que la vida te pone delante tuyo, ya que si no es así, pierdes situaciones que nunca más se te vuelven a presentar. Si realmente os apura el pensar en la edad de esa joven chica, (contando que a los 17 años ya se es consciente de muchas cosas), simplemente podéis omitir ese dato y disfrutar de lo que me pasó. Veréis que la chica en cuestión, tampoco era un angelito. Bien. Vamos allá. Mi sobrino, Alex, es un chaval de 18 años que me tiene mucho aprecio y muchas veces viene a contarme problemas que mi hermana y mi cuñado, no saben entender o no pueden llegar a conectar con él todo lo que desearían. No cabe aquí explicar que a veces, los hijos, confían más en alguien cercano que en sus propios padres. El tema que mi sobrino elegía muchas veces, por una cuestión de la edad, eran las chicas y su manera de ver las cosas tan complicadas, (si eres una mujer y estás leyendo esto no te vayas a mosquear ahora, ¿vale?). Uno de esos días, me habló de una tal Raquel que le iba detrás y que él, ya le había dicho que no le interesaba porque estaba saliendo medio en serio con otra chica. Lo cierto es que aun así, esa tal Raquel le seguía tirando los tejos y proponiéndole que se enrollaran sin conseguir demasiado mas que algún manoseo por parte de mi sobrino. Un día, me explicó que esa chica había salido ya con muchos de la clase y que el rechazo de mi sobrino hacia ella era precisamente que tenía fama de chica fácil y de liarse con el primer guapete que se le ponía delante. Eso me puso en alerta y solo faltó poner en marcha un plan de ataque y comprobación, el día que casualmente me encontré a mi sobrino con su grupo de amigas y vi a esa tal Raquel....¡Guau!... ¡Que pedacito de mujer estaba hecha!... Rubia, ojos azules, unas piernas de impacto, una cinturita estrecha y un culazo de ensueño... Al verla supe que era ella... Iba con una minifalda y con una camiseta ajustada que además, dejaba entrever como de apetecibles eran sus tetas... No muy grandes pero podéis imaginaros como son los pechos de una adolescente de 17 años, ¿verdad?... ¡Pa comérsela enterita!. Los saludé de lejos y aproveché para acercarme, (ciertamente me tenía hipnotizado esa Raquel), con la excusa de preguntarle a Alex si pasaría esa tarde por mi casa. El me presentó a sus amigos y cuando lo hizo con Raquel, le hice un guiño de ojito que ella me correspondió con una sonrisita... ¿A ver si realmente le iría la marcha a esa chiquilla?. Mi sobrino se presentó esa tarde pero no iba solo... ¿Adivináis quien lo acompañaba?... Raquel. Se acomodaron en el salón y en la cocina, cuando preparaba unas bebidas para tomar con ellos, Alex se escabulló de ella y me dijo que había insistido en venir y que no se la había podido sacar de encima, a lo que yo le dije que no se preocupara. Alex había quedado con su novia luego y yo le indiqué que se disculpara y que se fuera cuando debiera irse. Yo pensé que si ella se quedaba, la cosa iba bien y que como mucho Raquel optaría por irse cuando mi sobrino se fuera. ... Y así fue. Alex, aprovechando una llamada de su móvil, dijo que debía marcharse. A Raquel, que no sabía que decir, yo la invité a que se quedara a terminarse su Coca-Cola y acabar de charlar un rato los dos y... aceptó. Alex se fue y me quede con esa preciosidad en mi casa... Estaba sentada delante de mi, en el sofá y tenía todas sus piernas al descubierto y en alguna ocasión en que las abría, podía ver el final oscuro que escondía esa falda y me imaginaba lo que allí se escondía, cosa que me ponía a mil, como podéis imaginar. Estuvimos hablando de muchas cosas y yo la empecé a agobiar con preguntitas subiditas y afirmaciones que la ponían entre nerviosa, excitada y caliente. Yo: Me han dicho que eres una auténtica mujer
Raquel: ¿Quién te ha dicho eso?
Yo: Alex me ha dicho que has tenido varios novios y que todos hablan muy bien de ti
Raquel: ¿Ah si?. Pues no se...que deben decir.
YO: Imagínate...Lo que dicen los chicos ante una belleza como tu aunque sea solo para presumir.
Raquel: Si, claro.. Aunque no debe de ser solo para presumir, ¿o si?.
Yo: Chica no se... A veces para chulear se dicen cosas que no se han hecho.. Ya me entiendes.
Raquel: Me gusta ir con chicos... Eso es verdad.
Yo: ¿Has tenido pues relaciones intimas con ellos?... Eso es lo que dicen, (aquí me arriesgue porque nadie me había dicho nada).
Raquel: Ejem... pues... sí, la verdad, aunque no con todos mis novios, ¿eh?.
Yo: Es lo normal, no te apures... ¿Y como eran ellos? ¿Se comportaron adecuadamente con un bombón como tu?.
Raquel: Bueno, imagínate... Son un poco inmaduros y casi no saben como tratar a las chicas. Ahí se empezó a destapar y en ese momento vi la oportunidad de atacar e intentar acosarla un poco. Le pregunté de que edad era el chico mas mayor que había ido, que si no le gustaba ningún chico mayor que pudiera enseñarle cosas mejores y le prestara la atención y dedicación que merecía ese cuerpazo que tenía, que si le gustaba el sexo... Y se fue abriendo y confesándome que algún profe y chico mayor si que la había puesto en ocasiones pero que no se atrevía a dar el paso por miedo. La cosa quedó así y al despedirme de ella, le indiqué que pasara cuando quisiera para hablar de lo que quisiera y así nos veíamos de nuevo. Y así fue... Un buen día, seria cerca de las ocho de la tarde, llamaron a mi puerta y al abrir me encontré con Raquel. Iba encantadora. Unos pantalones elásticos negros que marcaban su perfecto culo y el tanga que llevaba debajo y una camiseta blanca sin mangas donde se veían los tirantes de sus sujetadores que se mezclaban con la camiseta. La camiseta ajustada realzaba sus pechos y su cara iba muy bien maquillada... estaba encantadora. Después de quedarme embobado, reaccioné y la hice pasar. Le serví una cerveza y le pregunte el motivo de la visita. Ella me dijo que tenía ganas de hablar conmigo ya que se encontró muy bien la última vez que lo hicimos. Empezó a hablarme de mi sobrino y de que no le hacía caso. De algún que otro problema con algún novio que había tenido que la perseguía para revolcarse con ella... Después de una hora y de habernos tomado un par o tres cervezas cada uno, le pregunté si no tenia que irse a su casa a lo que respondió que sus padres no estaban y que podía regresar a las once de la noche. Le pregunté si quería cenar unas pizzas y aceptó encantada. Hablamos, cenamos pizza y bebimos más cerveza lo que nos dejó en un estado de desinhibición total, en el que las bromas se sucedían y no parábamos de reír de cualquier tontería. Llegó el momento en el que recogimos todo lo de la cena y empezó a provocarme como una autentica mujer. Se agachaba sabiendo que su culo quedaba delante de mí, se inclinaba para que mirara su escote, e intentaba rozarme con cualquier excusa. Le dije que estaba preciosa esa noche y me preguntó si nunca lo había hecho con chicas jóvenes... Le dije que con alguna pero nunca de su edad ni tan guapa como ella. Estábamos sentados uno delante del otro y me pregunto si me importaba que se quitara el sujetador para estar más cómoda... Como podéis imaginar, empezaba a buscarme de forma descarada y yo le seguí el juego a ver hasta donde era capaz de aguantar y llegar Raquel: ¿Te importa que me quite el sujetador para estar más cómoda?
Yo: Puedes quitártelo pero deberás quitarte la camiseta antes, ¿no?
Raquel: No me hará falta... Fíjate como lo hago. Yo: Que lástima... Con lo que me hubiera gustado que lo hicieras, ja, ja, ja Y acto seguido y ante mis ojos, introdujo sus manos por detrás de su camiseta para desabrocharse el clip, se cogió un tirante del sujetador y se lo sacó por un brazo y hizo lo mismo con el otro tirante. Por fin, metió una de sus manos por el escote de su camiseta y estirando... ¡zas!... sacó el sujetador por allí... Yo: Plas, plas, plas... Lo has hecho increíble chica
Raquel: ¿Qué te ha parecido?
Yo: Genial...Y lo que se ve ahora fantástico
Raquel: ¿Que es lo que ves tan fantástico?
Yo: La erección de tus pezones chica... Están excitados y preparados para todo, ¿no es así?
Raquel: Pues... Si, puede que sí, pero...no se yo si...
Yo: ¿No me dejas que pruebe ese manjar? ¿No te apetecería sentir como lo hago?
Raquel: Si insistes... No sé, quizás...
Yo: Espera un momento Raquel...
...Y me levanté y fui hacia ella sin mas animo que el de hacerle todo lo que me pidiera y quisiera. Cuando estuve delante de ella, le cogí la camiseta y se la quite quedando ante mí unas tetas maravillosas y con un puesto impactante, digno de su edad. Se las cogí y empecé a lamer una de ellas por sus bordes, sin tocar su pezón ni con mi lengua ni con mis dedos. Necesitaba calentarla al máximo para poder tener de ella todo. Estuve un buen rato hasta que por fin empecé a recorrer con mi lengua su aureola y finalmente su pezón. Chupaditas entre uno y otro pezón mientras mi mano se encargaba del otro y mordisquitos que empezaron a despertar en ella, unos pequeños gemidos de placer. Me comí sus pechos enteritos... Estaban duros, tersos, riquísimos y bajaba hasta su ombliguito volviendo a subir y a comerme de nuevo esos pechos encantadores... ¡Ahhh! Gemía suavemente y en casi silencio. Con sus ojitos cerrados y acariciándome la espalda con sus uñitas largas...¡Me gusta eso que me haces!... Me dijo dulcemente...¡Pues es solo el principio Raquel! Le cogí la cintura de sus pantalones y se los bajé y quité, quedándose ante mis ojos un coño escondido detrás de un tanga negro... Empecé a besarle los muslos y a acariciarle la zona cercana a su chochete una y otra vez hasta que le aparté el tanguilla y empecé a besarle sus labios. ¡Estaba súper mojadita!.. Empecé a chuparle sus labios una y otra vez hasta que pude meter mi lengua en su agujerito... Seguí besando y lamiendo su cueva y escuchando el silencio de sus gemidos... Le metí un dedito en su vagina mientras mi lengua se encargaba de jugar con su clítoris moviéndola enloquecidamente para darle el máximo placer... Se lo chupaba y lo succionaba para lamerlo después una y otra vez mientras mis dedos entraban y salían lentamente y profundamente en su húmedo coñete... ¡Ahhhh! ¡¡¡¡ahhhhhhh!!!!!... Y se corrió en mis labios. Me apretó mi cabeza para hacer más intenso su orgasmo mientras la movía arriba y abajo para acrecentar su placer. Raquel: ¡Ahhhh¡ Por Dios... Nunca sentí esto en mi vidaaaa... HA sido genial... me ha encantado... Nadie me había hecho esto con la boca... Ahhhh No sabes como me he sentido... Ha sido mi mejor corrida... buffff. Mientras decía esto con los ojos casi cerrados y recostada en el sofá, aproveche para quitarme la ropa y quedarme delante de ella totalmente desnudo. Me miró y me pregunto "¿No hemos acabado, verdad?"... "Acabamos de empezar", le dije... Y me senté en el sofá y cogiéndola de una mano, la hice acercarse y sentarse encima de mis piernas... "¿De verdad que no eres virgen?".. le pregunté. Y cuando me confirmó que no lo era, la levanté cogiéndole el culo y la hice sentar encima de mi polla dejándola que bajara cuando quisiera. Yo: Ahora baja despacito y como quieras Raquel
Raquel: Me gusta sentir como se abre mi chocho. Nunca tuve una polla tan grande para mi
Yo: Despacito chica, que no tengo preservativos y no quiero correrme dentro tuyo
Raquel: No eso no lo hagas.. Pero no pares que me gusta..mmmm...mmmmm
Yo: Así, así despacito... ¿Te gusta?
Raquel: Me encanta...mmmmm...aaahhhh...ahhh Y al cabo de poco ratillo, volvió a correrse como nunca había hecho... Yo estaba que no podía más y levantándome como pude, me lleve a Raquel a mi habitación. Mientras íbamos hacia allí, ella seguía cabalgándome como podía y me pedía que no parara nunca. Una vez allí, la tumbe y seguí con mi ritmo y controlando mi corrida para poder echarla fuera de su coño. Estaba follándome a una chica que estaba disfrutando al máximo de mi.. Y eso no tiene valor...Era genial sentir como agradecía cada movimiento de mi polla dentro de su coño... ¡Ahhh¡ Me corría y debía salir Saqué mi polla de su cueva y me corrí en su barriguita descargando una cantidad grande de leche mientras sus ojos me miraban asustada... Raquel: ¡No te habrás corrido dentro, ¿verdad?¡
Yo: No te asustes...¿no ves lo que tienes ahí en tu barriguita?
Raquel: Si, si.. lo veo pero es que... Yo: Tranquila Raquel.. Sé lo que me hago... ¿Cómo estas?
Raquel: Estoy en la gloria. Me ha gustado hacerlo contigo.. Eres el mejor de mis amantes. Mmmm. Aun siento mi último orgasmo.. Ha sido tan grande y laaarrrggoooo.. Mmmmm. La empecé a besar de nuevo y volví a bajar hacia su cueva ara volver a comerme ese manjar... Y volví a hacerlo Empecé a besar y a chupar de nuevo su coño y su clítoris hasta que se corrió de nuevo en mis labios. Lo dejamos ahí y le dije que podíamos repetir cuando quisiera pero que debíamos mantener aquello en secreto por el bien de todos. Que ni siquiera mi sobrino debía saber aquello... Y así nos comprometimos los dos. Se fue a su casa y en alguna que otra ocasión volvió a venir a verme, hasta que se echó un novio nuevo y parece que definitivo y ahora, cuando viene, solamente es para hablar y comentarme los problemas que tiene con él sin que pase nada entre nosotros... Quizás es mejor así, aunque ella lo pasó genial conmigo y yo pude tener en mis brazos una preciosidad como Raquel. Espero que os haya gustado este relato. Espero vuestros comentarios en peterpan69es@hotmail.com ó peterpan69es@yahoo.es
SANTI