Como conoci a mi Macho: Nos vamos de Puente IV

El tercer dia en Gandia, Sergio me lleva vestida de nena a la playa

A la mañana siguiente sonó el despertador a los ocho de la mañana, teníamos que preparar las cosas para bajar a la playa que había descubierto Sergio, desayunamos y fui al cuarto para ponerme el bikini junto al pareo y las gafas de sol para estar un poco mas oculta de las miradas de la gente, después en el baño me puse un maquillaje ligero y termine mi look colocándome mi peluca.

Después de prepararme bajamos al coche y metimos en el maletero las cosas de la playa que Sergio ya tenía preparadas. Toallas, sombrilla y una nevera portátil con algo de picar y bebida. Comenzamos el viaje hacia aquella playa misteriosa, la carretera iba recorriendo la costa así que en todo momento se podía ver el mar, durante el trayecto surgió la charla sobre lo acontecido el día anterior, habíamos tenido un día lleno de sexo pero con poca penetración yo termine por confesar a mi macho que ese día me había encantada, que había sido muy morboso y que me había echo sentir muy femenina, Sergio remato la conversación que eso se volvería a repetir que el sexo no era solo la penetración y que también había muchos juegos morbosos que ya iríamos probando.

Cuando llevábamos más de media hora recorriendo la carretera costera, nos desviamos por un camino de tierra que recorrimos durante unos 5 km, estábamos alejándonos de la civilización  metiéndonos por un bosque frondoso de pinos. Llegamos a una especie explanada de tierra y Sergio detuvo el coche en aquel lugar.

-        Ya hemos llegado Patri, aquí no suele venir nadie, es una playa natural desierta que encontré por internet donde solo los habitante de la zona conocen, no está en los libros de turismo y al tener muy mal acceso casi nadie viene y menos un viernes por la mañana.

-        Suena muy bien Sergio

-        Claro me costó encontrarla, pero creo que la búsqueda mereció la pena, la playa está detrás de aquellos arboles hay que bajar por un camino de tierra.

Sergio cogió la sombrilla y la nevera y a mí me dio las dos toallas playeras, sobrepasamos los arboles que frente a mí y comenzamos a bajar por el camino de tierra, coa que me costó mucho al llevar tacones pero por suerte cogí unos de 10 cm mucho mas cómodos que los tacones altos que son los que más me gustan.

Una vez ya superado el camino de tierra llegamos a una playa de unos 100 m de largo y 50 m de ancho, el tamaño de aquella playa se asemejaba mucho a un campo de futbol y se puede decir que no era ni grande ni pequeña, lo mejor de todo es que como había asegurado Sergio estaba completamente desierta.

Nos situamos junto a la orilla del mar y lo más alejados del camino que bajaba de la parte de arriba donde estaba el coche, notaba como mis tacones se quedaban clavados en la arena y me costaba andar, pero estaba cumpliendo otra de mis fantasías que era caminar por la playa en tacones, sentir como el taco se quedaba enganchado en la arena, estos zapatos no son el calzado ideal para la playa, pero yo quería experimentar aquella sensación. Lo mejor de todo era que si alguien venia a la playa seguramente le viéramos antes de que llegase a la zona de baño.

Extendí las dos toallas, me quite el pareo y nos tumbamos sobre ellas a tomar el sol. Sergio me dijo que si me echaba crema solar y por supuesto dije que sí. Mi macho comenzó a echarme la crema por mis piernas depiladas, extendía la loción y masajeaba mi piel. Después subió sus manos por mis caderas y mi pecho aplicándome aquella crema solar. Me dio un cachete en mi cadera y dijo “media vuelta”. Yo me gire y comenzó a ponerme rema en espaldas y culo, donde recibí un excitante masaje. Después me llego el turno a mí de untar a mi macho con la crema solar, pase mis manos por su espalda, por sus piernas y su torso mientras me fijaba como su paquete se hacia un poco más grande, los dos empezábamos a estar ya cachondos.

Tras tomar el sol durante unos veinte minutos, Sergio dijo que ya era hora de darse un baño, mi primer baño en el mar como nena, me quite los tacones y nos acercamos al agua, fuimos metiéndonos poco a poco porque el agua estaba fresquita y no era época de mucho calor. Cuando el agua nos llegaba por la cintura paramos un rato hay, notaba las nalgas de mi culito mas fresquitas de lo habitual era la falta de costumbre de entrar en el mar con bikini, encima de tanguita que dejando mi culo al aire a la vista de todo el mundo. Comenzamos a nadar juntos e ir hacia más adentro donde ya no hacíamos pie, notaba la parte de arriba del bikini empapada pero esto eran cosas de nena y es que una tampoco va a mostrar todos sus atributos así a la ligera.

Tras nadar un rato salimos del agua y nos tumbamos en las toallas a secarnos y quitarnos el frio con el sol de primavera. Tras un rato tumbados Sergio empezó a hablar sobre “follar en la playa”. Me comento que era una situación muy morbosa follar en una playa, al aire libre en un sitio salvaje donde sabes que muy poca gente suele ir allí y que probablemente no vaya nadie a ese lugar. La charla siguió por ese camino poniéndose la cosa más caliente, o me tumbe sobre Sergio y nos besamos apasionadamente, baje hasta su entrepierna y le quite su bañador estilo calzoncillo y comenzó a masajear aquel rabo que ya estaba duro, antes de que empezara a chupar Sergio me aviso de que me pusiera los tacones, estaba tan cachonda que ni me acordaba que me los había quitado para meterme dentro del agua. Me separe de su polla para ponerme mis zapatos y de nuevo me arrodille para chupar aquel miembro tranquilamente. Me lo metía en la boca, lo sacaba jugueteaba con él y lo lamia para después pegarle una buena mamada.

Tras un rato chupando polla me subía la cintura de mi macho y aparte el hilo del tanga, cuando me quise dar cuenta ya tenía la polla de Sergio dentro de mi bombeándome, pero me senté sobre él, cosa que Sergio aprovecho para meterla hasta el fondo. Quería llevar yo el ritmo, follarme a Sergio meneando mis caderas, subiendo y bajando mí culito introduciendo su polla dentro de muy así fue. Me estaba follando a mi macho a un ritmo lento, disfrutando cada vez que su miembro me penetraba y tenía mi coñito completamente empalmado, se me salía del tanguita parte de el parecía que iba a explotar. Sergio dijo que ya había llegado su turno y que me diera media vuelta. Yo me puse mirando al mar y Sergio fue el que cogió el ritmo, me empezó a penetrar cada vez más fuerte, aparte la parte delantera del bikini para dejar salir mi polla dura que rebotaba a cada embestida, era algo especial estar allí en mitad de una playa disfrutando de una buena follada de mi macho. Miraba hacia el horizonte y solo veía mar y más mar, era increíble esa sensación parcia un momento romántico y cuando me quise dar cuenta mi coñito comenzó a correrse manchando mi pecho y parte de mi cara. “Que Patricia ya te has corrido, sabes me has manchado así que después me lo tendrás que limpiar”.

Sergio estuvo un rato mas follando de cara al mar, hasta que paro y dijo que me levantara y le limpiara su hombro donde había restos de mi corrida, le pase mi lengua por su piel tragándome mi lechecita. Sergio se levanto me pego unos cachetes en  mi culo y me dijo que me pusiera a cuatro patas. As fue me puse a estilo perrita y comenzó a follarme cada vez mas rápido y fuerte hasta que el ritmo aumento tanto que acabe con la cara en la toalla y mi culo en pompa totalmente abierto para mi macho que termino por explotar dentro de mí. Saco su misil de mi ano y se tumbo en su toalla, yo notaba como su semen caía de mi culo en mi toalla, espere a que saliera todo ese líquido de dentro de mí, para después limpiar mi toalla con la lengua.

Los dos descansamos un poco en nuestras toallas y después volvimos al agua para refrescarnos, cuando salíamos del mar Sergio propuso dar una vuelta a lo largo de la orilla, estuvimos paseando un rato recorriendo varias veces la playa. Cuando estábamos en la otra punta de la playa nos dimos un morreo, metiéndonos nuestras lenguas hasta el fondo cosa que nos calentó a los dos y penamos en meternos al agua con la idea de follar dentro del agua.

Una vez dentro comencé a hacer una paja a Sergio antes de meter todo nuestros cuerpos dentro del agua, con el agua por encima de las rodillas comencé a pajear a Sergio para ponérsela bien dura, cuando su herramienta estaba lista, nos metimos hasta que el agua nos llegaba a la altura del cuello, me baje el tanguita y ayude a que Sergio me metiera su rabo, me follo así durante algún tiempo, después se la estuve chupando debajo del agua y jugando a que yo era una sirena que pescaba con su anzuelo y tras esos juegos morbosos Sergio acabo dándome otra follada de pie mientras yo miraba la playa y en la lejanía veía nuestras cosas.

Tras este excitante baño recogimos las cosas y nos fuimos para casa, había llegado la hora de la comida y la tienda de comida rápida iba a cerrar así que cogimos el coche y nos pedimos unas hamburguesas que llevamos a casa.

Tras terminar la comida nos fuimos a echarnos la siesta y salir por la noche de fiesta, esta vez no saldría con mis ropas de nena. Era viernes noche y la idea era pasar una noche de marcha y si estaba de nena eso iba a hacer más difícil las cosas. Tuvimos una noche divertida y llena de alcohol, mi único atuendo femenino de la noche fue un tanguita rojo que llevaba debajo de mis pantalones de hombre, cuando comenzó a amanecer llego la hora de marcharse a casa para dormir, pero antes de acostarnos no pude evitar pegarle una mamada a Sergio y tragarme su leche. Algo normal cuando sales con tu pareja de fiesta y lo pasáis bien.

Continuara…