Como conocí a mi esposo 4
Estrenada en mi nuevo trabajo y con un compañero que me disfruta toda.
Regrese a mi cabaña a arreglar un poco y para dejar todo en orden. No escuchaba nada, ni un solo ruido, la tripulación estaba en sus cabañas. Me acosté en mi cama y de lo cansada que estaba de la noche anterior, me quedé dormida.
comenzaron a tocar la puerta,
- Ey Lore, Lore?
- Hola David me he quedado dormida,
- Así veo... Ya está el almuerzo. Vienes
- Claro, David ya voy
Almorzamos como a las 13h00 con David, Ernesto el canoero y Fernando el guía nativo. En el Lodge hace tiempo que no llegaban mujeres dentro de la tripulación, según lo que me contó don Manuel, que por cierto se fue con Juan y los pasajeros de regreso.
Mientras almorzábamos conversábamos de todo nos reíamos y nos comenzamos a conocer más.
David me preguntaba de todo.
- Cuántos años tienes 22
- ¿Cuál es tu comida favorita?
- Pollo con patatas
- ¿Por qué decidiste venir aquí?
- Me gusta el lugar, me gusta la tranquilidad y me apasiona la vida animal.
Ernesto y Fernando eran más recelosos así que no preguntaban mucho solo se limitaban a escuchar. Más que recelosos es un tema cultural, las personas indígenas en muchos países andinos fueron duramente castigados en la época colonial y debían mantener una actitud sumisa frente a los “blancos”. Ese tipo de respuesta se ha mantenido por cientos de años y es muy difícil eliminarla.
- David ¿Por la tarde me puedo ir a bañarme en el río donde me indicaste el otro día? ¿Y de paso puedo lavar mi ropa?
- Claro Lore, puedes ir tranquila sin pasajeros no hay trabajo. Tomate un descanso. Yo voy a estar en las cabañas por si necesitas.
- Gracias David, me voy a preparar todo.
Estaba haciendo tanto calor que me puse mi bikini, me saqué el anillo de compromiso por si acaso se me pueda perder y lo metí en mi mochila. Me fui con mi ropa en una bolsa, llevé jabón y a lavar la ropa.
Los mosquitos eran implacables en cualquier momento picaban, así que lo más conveniente era llevar puesto repelente anti mosquitos y por el sol bronceador o bloqueador solar.
Llegue al rio y no había un lavadero, solamente el rio y unas piedras que parecían adecuadas para restregar la ropa. Me puse de rodillas y comencé a lavar la ropa, la remojaba en el agua, le ponía jabón y restregaba, todo a la manera antigua. Poco a poco fui llenando la bolsa de ropa limpia. Si quería tomar el sol y lograr que mi ropa se seque debía tomar en cuenta el tiempo, en la zona de la selva hay temporadas de mucho calor con sol, pero también hay mucha lluvia, así que puede hacer un sol espectacular en las mañanas y por la tarde caer una lluvia torrencial.
El rio seguía con el caudal bajo así que decidí ir a la “poza” de la vez anterior, como no había nadie de pasajeros y los chicos de la tripulación estaban lejos decidí desnudarme completamente, dejé mi bikini en la orilla y comencé a caminar muy despacio por las piedras hasta llegar a la mini piscina. Lentamente me recosté en las piedras del rio, el agua estaba un poco fría, pero para quitarme el calor era perfecta. Después de un momento en silencio y totalmente relajada comencé a disfrutar cada detalle de la amazonia. Sentía el agua recorrer mi cuello, mis senos y mis piernas. El sol no perdonaba estaba incandescente y me quemaba la piel, ya me hacía falta un buen bronceado.
De repente sentí que algo se movió en el agua… era un tapir que venía a tomar agua, me quedé relajada sin moverme para no asustarlo, tomo agua y siguió su camino rio abajo.
Estuve un largo rato en el agua pensando en mi Juan, lo lindo que se había portado conmigo la noche anterior, jamás me hubiese imaginado que había tenido todo planeado, cada detalle que hizo por mí me enamoraron más de él.
Me puse a divagar sobre el tipo de vestido de novia que quería, estaba entre un vestido de novia largo todo tradicional como se casó mi madre o un vestido un poco más atrevido con un escote que permita ver mis senos y la forma de mi cuerpo, pero todo de manera discreta. ¿Y el ajuar de novia? Como iba a sorprender a mi Juan si ya me había visto desde todos los ángulos, conocía todo mi cuerpo vestido y desvestido… iba a ser un poco difícil escoger y sobretodo sorprenderlo.
¿Y cuántos hijos queríamos tener? ¿Quiero hijos? Este tema es un poco complejo, así que decidí hablarlo con mi madre. A mi regreso le tenía que preguntar todo.
Un tema que tenía en la cabeza era la fidelidad que le debía a Juan, me encanta que los hombres me vean, que me hagan favores solo por ver mi cuerpo o mi rostro. Y lo que más me gusta es que me miren y me digan cosas sexys o dependiendo de mi estado de ánimo cosas un poco sucias. ¿Será posible que le sea fiel a Juan? De hecho, hasta ese momento no le he sido fiel, me he acostado con su amigo Andres, con Sebastián, y con dos compañeros de los idiomas que él no conoce. Amo mucho a mi juan, pero hay un dicho que dice “sandia grande nadie come solo”, el me complace casi en todo, pero hay otros hombres que me hacen cosas que él no sabe o simplemente el morbo de que me deseen me hace ponerle los cuernos. Jamás he podido decir que no cuando un hombre me comienza a morbosear y peor si logra manosearme, es mi delirio ver la cara de un hombre complacido.
Pasó un largo rato hasta que decidí regresar e ir a tender mi ropa, era mejor aprovechar el sol. Me levanté con mucho cuidado para no caerme en las piedras resbalosas.
Cuando de repente veo llegar a Ernesto, no podía correr porque me podía caer, así que solo me logré tapar los senos con el brazo y un poco mi conchita con la otra mano.
Mi chocho siempre está bien depilado así que no tenía de que avergonzarme.
- Ernesto, como me asustas así?!
Cómo era muy callado y parecía inocentón, no me dijo nada.
Llegué a las piedras de la orilla tomé mi bikini y me agaché para ponerme la parte de abajo.
- Señorita, discúlpeme, quería ver si todo estaba bien, usted sabe por los animales este lugar puede ser peligroso, pero no pensé que le iba a encontrar así, David me envió a verificar que todo este correcto.
- Si Ernesto es que me dio ganas de broncearme y relajarme un poco
Él se iba acercando más hasta que quedó casi a un metro de mí, en lo que trataba de ponerme la parte de abajo y casi me caigo. Él inmediatamente me toma de la mano para que no caiga al piso
- Tenga cuidado no se vaya a caer y se hace daño.
- Gracias Ernesto.
- Venga conmigo.
con mucho cuidado me llevo a dónde había tierra firme.
- Aquí se puede terminar de vestir.
- Gracias eres un lindo, me puse la parte de abajo del bikini.
- ¿Señorita le puedo preguntar algo? Pero no se vaya a molestar
- Claro dime qué quieres saber de mí.
- Sus senos son reales?
- Ja ja ja, me reí. Claro Ernesto.
- Es que están muy bonitos, nunca había visto unos así de grandes.
Me quedé pensando en la promesa que me había hecho a Juan, pero de todos modos él no se iba a enterar si le coqueteaba un poco o llegábamos a algo más, y a mí me encanta que me morboseen, así que ni Juan ni nadie me iba a quitar lo caliente que siempre ando.
- Gracias Ernesto,
- Esos círculos son grandotes, ¿ya tiene hijos?
- No Ernesto, no tengo hijos y esos círculos se llaman areolas. Estaba un poco molesta por la manera como apareció a estarme espiando.
- Ahh es que yo solo he visto senos así en las mujeres que dan de lactar.
- No mi vida, así son ellos, a que se ven ricos... ¿no? Le comencé a coquetear y se me iba pasando el enojo.
- Si señorita se ven muy ricos.
- ¿Le puedo tocar un poquito?
Te estás pasando Ernesto. No vaya a venir David y piensen que otras cosas suceden aquí.
- No se preocupe ellos están durmiendo.
- Mmm Ernesto no lo sé, mi novio se acabó de ir a la ciudad y no me parece correcto que yo me esté comportando de esa manera.
- Bueno señorita, disculpe no era mi intención molestarle
¿Quiere que le ayude a llevar su ropa?
- Si por favor, pero espérame que me pongo la parte de arriba del bikini.
- Ahora sí, vamos Ernesto
Llevaba mi ropa sin hacer ningún esfuerzo, llegamos a la parte de atrás de las cabañas, allí estaban los tendederos.
- Ernesto, por favor, déjala aquí que la voy a tender.
- Bueno , bajó la bolsa y se quedó parado junto a ella.
Comencé a sacar mi ropa y la iba tendiendo. Me estiraba más para que me pudiese ver todo el cuerpo, y me agachaba frente a él para que tuviese un buen panorama de mis senos colgando. ya me había puesto caliente así que podía disfrutar mientras lo tentaba un poco, quería calentarle los huevos un poquito.
Mientras tanto Ernesto, me seguía con la mirada y disimulaba un poco preguntándome cosas:
- ¿Su novio le pidió matrimonio ayer?
- Sí, mi juan me pidió matrimonio, así que ahora que regrese ya seguiremos los planes de casarnos.
- ¿Y cuantos años llevan juntos?
- Unos 5 años y algo mas
- Y tú Ernesto, ¿eres casado?
- Estaba casado, tengo dos hijos grandes, pero ahora estoy divorciado.
- ¿Tu esposa es de aquí?
- Si ella es de la comunidad de aquí cerca. A veces viene a ayudar en la cocina, pero muy rara vez.
Terminé de colgar la ropa y cogí mi bolsa para ir a la cabaña.
- Gracias Ernesto, me voy a la cabaña.
- Puedo ir con usted de paso que conversamos
- Mmmm, no lo sé, pero te vas a portar bien? Nada de insinuaciones raras. Recuerda que tengo novio y me voy a casar.
- Si señorita se lo prometo
Claro que se lo decía con la intensión de que tenga la idea de que no iba a tener oportunidad o que le iba a costar mucho convencerme, pero en el fondo tenía muchas ganas de que me aproveche.
Llegamos a la cabaña y Ernesto se sentó en la cama.
Yo comencé a buscar la ropa para la noche.
Como soy desordenada buscaba en la mochila, en mi maleta… hasta que la encontré.
Mientras yo buscaba le seguía preguntando a Ernesto:
- Y ¿dónde vives?
- Aquí cerca en canoa a 5 minutos.
- Y ¿vives solo?
- Si, por el momento mi ex se fue a casa de sus padres con mis hijos, esperamos que regrese a mi casa y yo poder buscar un lugar donde vivir.
En eso tocan la puerta.
- Lore, vamos a la comunidad, quieres algo? Me pregunto David
- Si unos chocolates y unos cigarrillos.
- Ok yo te los traigo.
- Ernesto quieres algo?
- Unas cervezas están bien.
- Gracias David.
- Ya nos vemos más tarde.
Me fui al baño llevando mi ropa para cambiarme. Le seguía hablando en voz alta mientras me desnudaba desde el baño.
- Si quieres puedes venir y te pones de espaldas a la puerta, así te puedo hablar sin gritar.
Me quedé completamente desnuda y comencé a ponerme la tanga.
- ¿Y cuántos años tienes Ernesto?
- 38, ¿y usted?
- Yo tengo 24.
Cuando me di la vuelta Ernesto estaba parado en la puerta, pero viendo para afuera, estaba a un paso de verme de nuevo desnuda.
- Ernesto como es tu ex esposa físicamente?
- es bajita, así como usted, un poquito más pequeña, tiene los ojos muy oscuros, el cabello lacio, similar a mí, el busto es más pequeño, pero los pezones los tiene muy negros y su vagina siempre esta peluda.
- ¿Y a ti no te gusta su chocho peludo?
- Ja ja ja, no señorita me gusta, así como el suyo, se ve todo suavecito y delicado.
Ya me estaba calentando. Él seguía sin darse la vuelta
- ¿Y hace cuanto te divorciaste?
- Hace casi 4 años
- ¿Y no has tenido más mujeres?
- La verdad si, algunas de la ciudad de la Libertad, pero solo encuentros esporádicos.
- ¿Y por qué se divorciaron?
- Mi esposa decía que era muy grosero en la cama y que ella quería que la trate mejor, eso y problemas de dinero, ella quería que trabaje en la ciudad o en una petrolera, pero no quiero porque a mí me gusta estar tranquilo, mis padres me dejaron mi casa como herencia y no necesito lujos
- En eso tienes un poco de razón, pero como que ¿Grosero en la cama?
- Si a veces me emocionaba y a ella no le gustaba, le gusta nada más que hacerlo acostados y yo encima. Y quería convencerla de más cosas, pero no le gustaba.
- ¿Es decir que nunca te han hecho sexo oral?
Se puso nervioso, pero no regresaba a ver.
- Si, antes tenía novias a las que les pedía y lo hacían, pero a mi esposa no le gustaba eso.
Solo de escucharle me comenzó a dar más ganas de mamársela, mmm ¿cómo la tendrá? ¿Será pequeña? Dicen que los altos a veces pueden tener el pene muy pequeño. Me imaginaba de todo.
- Entonces te gustaría hacer esas cosas que no podías hacer con tu esposa
- Claro señorita, si me gustaría mucho
- ¿Y nunca te ha dado ganas de hacerlo por detrás?
- Claro, una vez una chica se lo dejo hacer, pero no le gustó mucho porque le hice doler. O al menos eso me dijo ella…
- Ohh y luego ya no lo volviste a intentar?
- No, me da vergüenza pedírselo a alguna mujer, aquí las mujeres no son muy abiertas.
mmm me imaginaba que esos huevos estén llenos de leche. Ya me comencé a poner más cachonda.
Ernesto seguía hablándome desde la puerta sin regresar a ver, de seguro estaba esperando que yo de el primer paso, no estaba allí de gratis, de seguro buscaba algo, y si seguía así lo iba a encontrar, de hecho, yo se lo iba a dar.
Así que me dio ganas de tentarlo un poco más a ver hasta dónde podía llegar, después de todo estábamos en plena selva, no podía pasar nada que yo no quisiera y no había nadie, todos se habían ido a la comunidad.
- Ernesto, no tienes calor?
- Si señorita, hoy está haciendo más calor de lo normal
- ¿Y tú como te quitas el calor?
- Tomo una ducha o me voy a la orilla del rio, así se me va pasando el calor. Y claro me tomo una cerveza.
- Yo ya me fui al rio y me sigue haciendo calor, ¿será que me falta tomar una ducha? Si yo creo que es eso… Ernesto, por favor ¿puedes pasarme mi toalla? Esta encima de la cama.
- Claro señorita, ya se la traigo.
Fue a traerme la toalla mientras tanto yo me sacabala tanga y me metí a la ducha, y abrí la llave de agua. Comenzó a caer el agua muy rica.
- Aquí esta señorita,
- gracias, déjala encima del tanque del baño.
- Me hacia la que no lo regresaba a ver y solo le indicaba
Sentí los pasos y se acercó mucho, como la primera vez en el rio.
- ¿Qué paso Ernesto?
- Nada señorita solo quería volver a verla de cerca.
- ¿Te gusto así desnudita?
- claro señorita, Mire esas mamilonas que tiene y ese trasero... Y me comenzó a morbosear y no hay cosa más rica que me encante que me hablen sucio.
Yo ya tenía la vagina muy mojada, esperaba que él haga algo…
- ¿no estas con calor? ¿Quieres ducharte conmigo?
Le tome de la mano y lo hale hasta mí.
- Ven y te quitas el calor que está haciendo.
No hablaba, se quedó sin palabras
Estaba con botas de caucho, unos pantalones de tela gabardina y una camiseta.
Como era más alto, mi cabeza solo le llegaba al pecho.
Alzaba la cabeza, apoyaba mi barbilla en su pecho y le hablaba
- Vamos Ernesto ¿no quieres jugar un ratito conmigo?
- Claro señorita.
- Mmm que rico huele, y bajaba su cabeza para olerme el cuello.
- ¿Te gustaría comerte mis mamilas Ernesto? Y le iba acercando la boca a la suya
- Si señorita me encantaría
- Me agarro de la cintura y no resistimos más y nos comenzamos a besar
Sentía esas dos manos enormes en mi cuerpo, solo de imaginarme que me podía hacer suya con una mano me mojaba más.
Le estire la camiseta hacia arriba para que se la saque.
Entendió muy bien y se la quitó.
Tenía un abdomen de lavadero, sus abdominales muy marcados
Le tocaba el pecho con los dedos, subía y bajaba intentando excitarlo más.
- Ernesto, pero estas muy musculoso y le besaba más en la boca
- Si señorita me gusta hacer ejercicio por las noches
- Mmmm que rico se siente tu piel
Comencé a bajar mi mano muy despacito, llegue a su pantalón y con las dos manos le desabroche el cinturón y el botón, le baje los pantalones
Tenía una trusa de color negra.
- Sácate las botas y el pantalón ¿sí?
- Claro señorita
Se sentó en la taza del baño y se las saco inmediatamente
Se quedó solo con su trusa y se metió en la ducha conmigo. Comenzamos a besarnos y a mojarnos todo el cuerpo, me sentía muy deseada, en cada caricia me hacía mojar más y más.
Que rico que besaba, me metía la lengua muy rápido.
nos caía el agua en la cara y se sentía muy rico su boca en la mía, refrescante y excitante a la vez.
Baje las manos y le baje la trusa y salió un pene maravilloso, de unos 15 cm, gordo y con una cabeza de hongo muy rojita, que ricura ver esa polla. estaba toda peluda, como a mí me gusta. Mmmm
no me aguante las ganas y se la cogí el pene con la mano, y le comencé a masturbar. comencé a subir y a bajar la mano muy lento, quería sentir el largo de verga, que rico se sentía, estaba tan caliente como mi vagina, ambos teníamos unas ganas enormes de hacerlo. Me seguía besando la boca de una manera fenomenal, solo del beso ya esta mojadisima. Tocaba con mi pulgar la cabeza de su pene, le hacía unos círculos y volvía a bajar la mano, ya no me aguante más y quería tener ese pene en mi boca. Me puse de rodillas y le di un besito en la puntita y le comencé a chupar lentamente la cabeza,
Mmm que olor tan penetrante, olía a su sudor de hombre.
El agua me caía en la cara y se me dificultaba respirar, pero por ese pene valía la pena. Comencé a bajar y subir la mano y me metía más adentro su verga
- mmmm que rico, papi. Tienes semejante mazo escondido en esos pantalones, te la voy a chupar como nunca.
El mientras tanto disfrutaba del agua que le caía en la cara y en su cuerpo.
- Mmmm, Lore que rico me la chupas…
- ¡Me estaba comiendo ese pedazote de carne, que rico!!
Me metí su pene en la boca y con las dos manos lo cogí de las nalgas y lo empuje hacia mí para que me meta todo el pene en la boca.
- Mmmm que rica eres, eso es una mujer
- Y me da una cachetada en las tetas
- Mmm que ricos melones tienes
Seguía moviendo mi cabeza para metérmelo y sacármelo muy rápido, El solo gemía y se deleitaba con la vista
Lo comencé a masturbar con la mano y con la otra le tocaba los testículos, subía y bajaba muy rápido, sin dejar de mamarle hasta que comencé a sentir algo saladito…. Mmm se estaba viniendo, y seguía chupando rápido. Se vino y me lleno la boca de leche.
- mmm que rico papito tu leche esta deliciosa. Le lamia como una perra su cabezota.
- Tengo mucha más leche solo para ti.
Me agarró de los brazos y me puso de pie frente a él, me tomo de la cintura y me arrincono en la esquina de la bañera. Me comenzó a besar en la boca muy rico, despacio y me metía su lengüita tan rica, yo le chupaba los labios y yo me dejaba meter la lengua como él quisiera. El agua le caía en la espalda
Subió las manos y me comenzó a tocar los senos, me las masajeaba tan rico. Las juntaba y las soltaba. Ernesto me comenzó a pellizcar los pezones, muy suavecito mientras me seguía besando, me besaba el cuello, me besaba las orejas y regresaba a mi boca. Mis pezones ya estaban paraditos y muy sensibles. Metió su cabeza entre mis tetas y me las cogió con las manos, comenzó chupando mi pezón derecho, succionaba riquísimo y me pellizcaba el otro pezón, hasta que se metió toda la punta de mi teta en la boca, y comenzó a succionar delicioso, yo estaba a punto de venirme
- Que rico me las chupas, papi.
Y se metía la otra teta en la boca, la succionaba delicioso y la soltaba
- Ay papi más ¿sí? No dejes de comérmelas.
Subió y me dio un beso en la boca y nos besábamos como desesperados. El agua seguía cayendo y mis flujos también.
Bajo su mano y me comenzó a tocar la conchita
- Mmmm que rica estas, lubricadita
Metió un dedo entre mis labios y encontró mi clítoris, comenzó el dedo del medio a moverlo muy suavecito recorría toda mi vagina. Los dedos de sus manos eran casi el doble que los míos y mucho más gordos, de seguro 3 dedos de él eran el pobre pene de mi juan…
Seguía sobándome la vagina muy despacio, hasta que metió su dedo del medio en mi vagina
- Ahh papi ahh
- Te gusta mamita, te voy a meter otro
Saco su dedo y me metió el índice y el medio
- Mmm papi que delicia, y le besaba en la boca
- Estás deliciosa mamita
Metía y sacaba sus dedos y me llenada la concha de mis jugos, me llenaba el clítoris de mis jugos.
- Que rico hueles, esa conchita va a ser mía desde ahora…
Se agacho y me comenzó a comer mi conchita, con los labios cerrados le daba lamidas a mi chochito como un perro,
- mmm papi que rico.
Con los dos dedos de la mano derecha me abrió los labios y me comenzó a lamer el clítoris
- Ahhh ahhh papito que rico me lames, si… si… mas
Me succionaba el clítoris muy suavecito y hacia círculos con la cabeza succionando más fuerte, a ratos lo soltaba y me daba un par de lengüetazos. Me tocaba el clítoris con los dedos y me volvía a lamer.
- Ay papi sigue lamiendo que me vengo, me retorcía como desesperada
Él seguía succionando la entrada de mi vagina
- Ay dios que rico...
le agarré la cabeza y se lo pegué más a mi vagina y comencé a terminar en su boca.
Succiono todos mis jugos y me lamia mi vagina muy rapidito para no dejar escapar nada.
Subió por mi cintura y se volvió a parar
- ¿Te gusto mamita?
- Claro me papi, que rico me lo haces
nos volvimos a besar como dos desesperados.
- Mmm Loren, eres una golosa
- Mmm le decía lamiéndole la cara, dime Lore.
- Si, Lore, así te voy a decir desde ahora.
- Vamos Ernesto, vamos a vestirnos que puede llegar David.
- No va a llegar en un buen rato, vamos a la cama que te quiero disfrutar mas
- Uy papito vamos, me gusta que me hables así…
Salí de la ducha solo con mis sandalias de baño, cogí la toalla y me fui a la habitación
Ernesto salió totalmente desnudo, con su pene totalmente erecto, yo estaba que me moría por tenerlo clavado en el chocho.
- Ven papi te voy a secar un poco
Cogí mi toalla y le comencé a secar el pecho
Mi vagina pedía gritos que me penetrara
- ¿Quieres otro poquito de mí? Y le comencé a besar el pecho despacito.
- Si Loren claro que quiero más.
Me agarro de las manos y me dio la vuelta él se puso detrás mío y me obligo a agacharme, sin doblar las piernas. Cogió su gran verga y me la comenzó a clavar en la vagina
- Suavecito papi, tu verga está muy gorda y no estoy acostumbrada,
- Ah Ah alcanzaba a gemir
Me dio dos nalgadas y muy fuertes
Me agarro de los brazos y me los halo para atrás y así comenzó a bombearme de una manera muy rápida.
Sentía todo el largo de su pene en mi interior y me llegaba hasta el fondo de la vagina.
- Ah ah, Que rico ah ah
Y me bombeaba de maravilla, parecía que mis brazos se iban a salir y mis tetas rebotaban como nunca, se movían a gran velocidad, al inicio se movían de adelante hacia atrás, pero con la fuerza de las envestidas y la velocidad de cada penetrada se comenzaron a mover en círculos y se golpeaban entre ellas, en cada embestida se me salía más gemidos y más intensos
- Uy papi que rico, mas, mas
- Ay dios que rico
Jamás me habían metido el pene de esa manera parecía que mi vagina estaba travesada de lado a lado, pero mi conchita estaba hambrienta de su verga, así que todavía no quería terminar quería seguir con ese animal penetrándome.
- Lore eres preciosa me encanta verte así siendo mía.
- Si papi soy tuya, házmelo más rico y seré tuya siempre.
Comencé a tener un orgasmo desde la punta de los pies hasta la cabeza,
- Ay ay si más mas que me ve vengo
El comenzó a gemir como un macho con una voz gruesa y me penetraba más rápido y fuerte
- Ah ah, y se vino dentro de mi
Nos quedamos parados
- Que rico papi
Me fui parando y me agarro de la cintura, me abrazó y puso su cabeza en mi hombro.
- Que rico Loren no sabía que te gustara tanto el sexo
- Si papi me encanta, y como me lo has hecho ahora me doy cuenta que me voy a enamorar de tu manera de hacérmelo.
Me dio la vuelta y nos besamos muy lentamente.
Ven acuéstate conmigo un ratito descansa que debes estar exhausta.
- Estas muy buena y tan rico que me gimes. Voy a pedir a don Manuel que me deje aquí de canoero cuando tú vengas.
- Ya mi vida y vienes por las noches a dormir conmigo.
- Claro mi Loren. Quien más te va a dar verga si no soy yo.
- Loren me olvide de preguntarte sobre cómo te cuidas, tomas pastillas o algo o tengo que traer preservativos?
- Tranquilo, me inyecto un anticonceptivo cada 3 meses así que me puedes llenar de tu lechita que no va a pasar nada.
nos quedamos dormidos desnudos. Me desperté y ya comenzaba a oscurecer, Ernesto ya no estaba.
se escuchaba ruido en la zona del muelle, Ernesto estaba ayudando a descargar las cervezas. Decidí ir a ayudarles, me puse una camiseta y un short y salí corriendo al muelle, no se veía casi nada así que prendí las antorchas. Cuando acabamos de descargar el guía nativo se despidió.
Nos quedamos los tres, David, Ernesto y yo.
David se puso a cocinar y con Ernesto estábamos en la sala cada uno con una hamaca y un tabaco. En silencio disfrutando de la brisa del rio. En eso sale David y me dice
- Loren ya me dijo David que lo habían hecho.
Me quedé sin poder pronunciar ni una palabra.
- Aquí todos sabemos todo. No te preocupes Loren, yo soy gay así que por aquí no ha pasado nada.
Qué alivio sentí, pero ¿qué tanto detalle le habrá dado?
- Vamos a comer dijo David.
Comimos y nos quedamos jugando en la mesa. Jugábamos roumi en mi país es muy conocido.
vamos a las hamacas?, Ernesto nos preguntó a David y a mí.
Vamos, tomamos una cerveza grande cada uno y conversábamos de todo un poco.
Eran casi las 2 de la mañana y yo ya estaba ebria y como siempre calenturienta.
- me voy a dormir, mañana ya comienzan a llegar los pasajeros. Dijo David
- Chao David
Se fue. Quedamos Ernesto y yo. Seguíamos tomando, cerveza, yo estaba muy ebria.
- Ven acuéstate conmigo aquí. Ven te abrazo.
- Claro papi
fui y me subí a la hamaca con él, nos quedamos abrazados un rato. Me comenzó a besar, besaba rico muy rico. Nos mecíamos en la hamaca. Nos quedamos dormidos.
Estaba tan ebria que solo quería dormir y estar bien para el siguiente día de trabajo.
- Vamos papi, vamos a dormir y le besada en la boca muy suavecito.
- Vamos mi Loren vamos.
Le agarre de la mano y le llevé a mi cabaña.
me saque toda la ropa y me quede completamente desnuda.
Ernesto puedes poner el mosquitero?
- Claro mi Loren, ya lo pongo.
Se sacó toda la ropa y nos quedamos desnudos. Abrazados.
Jamás me había sentido tan especial, un hombre que me haga sentir tan mujer.
si desean me pueden escribir sus comentarios a mi correo loren.durand21@gmail.com