Como conocí a Marcos

se pone detrás de mí, agarra mis caderas y de un sólo empujón me clava toda su verga en mi culito, me hizo gritar, él solo se rió, desde entonces soy su esclava

A Marcos lo conocí porque era amigo de un primo mío, cuando me lo presentaron me gustó mucho su forma de vestir y era bien amable, a parte de ser bien simpático, desde un comienzo congeniamos bien, claro que él no sabía que yo me vestía de chica, así que por el momento todo estaba bien. Al despedirnos el me pidió mi número de teléfono, el cual le di, quedó en llamarme un día para ir a parrandear.

A la semana siguiente me llamó para ir a un fiesta, quedamos en encontrarnos, para irnos juntos, lo único que hicimos en la fiesta fue hablar sobre él y sobre mi también, me interesé mucho en como vivía y todo eso, me comentó que vivía en un departamento muy cerca de del mí, y que lo hacía solo ya que sus padres vivían en otra provincia y por las ganas de superación que él tenía, se había venido a la ciudad para probar suerte, cosa que le estaba yendo muy bien. Al final de la noche quedó en irme a visitar un día de estos.

Un día que mis padres y mis hermanos habían salido hacer sus cosas, no lo pensé dos veces y me comencé a vestir de mujer, me puse una tanga de encaje y su brassier que hacía juego con la tanga, me puse una faldita corta y una blusa, me maquillé y me puse mis aretes de presión, estaba de lo más linda y en eso suena el timbre de la puerta, así como estaba vestida salgo a husmear quien era y me doy cuenta que era Marcos, no sabía donde meterme, así que fui corriendo a mi habitación y me cambié de ropa lo más rápido posible, me puse un short suelto y un polo azul, sólo me quede con mi tanga puesta y le fui abrir la puerta, cuando abrí la puerta Marcos se me quedó mirando sin decirme nada, sólo atinó a saludarme y decirme que estaba por acá y pues pasó a saludarme, lo hice pasar a la sala y nos pusimos hablar, después de estar hablando un rato, me fui al baño y al mirarme al espejo me di cuenta que se me había olvidado quitarme el maquillaje, así que me lavé bien la cara y salí a seguir hablando pensando en que nada había pasado.

Cuando llegue Marcos, se quedo mirándome y seguimos hablando de todo un poco, hasta que llegó el momento en que me hizo la pregunta, dijo que porque estaba pintado como mujer, sinceramente no sabía donde meterme, agarré valor y le conté que me vestía de mujer cuando no había nadie en mi casa, Marcos sonrió y me dijo que le gustaría verme vestida de mujer para él, cosa que me excitó muchísimo ya que no pensaba que esa iba a ser su reacción. Así que me fui a mi cuarto me saqué la ropa que tenía puesta, saqué de mi closet un jeans azul a la cadera que me quedaba bien apretado y hacía relucir mi trasero, la tanga que traía puesto sobresalía en el jeans, sobre un brassier negro, me puse un top blanco apretado que lo dejaba ver. Me maquillé de nuevo y me puse los aretes, me eché mi mejor perfume para Marcos, me vi al espejo y estaba divina, así salí a la sala para que él me viera.

Cuando llegué a la sala, le dije: “Hola soy Verónica”, Marcos me vio, se quedó con la boca abierta, me dijo que si me hubiese visto en la calle no me hubiera reconocido porque estaba bien linda, me pidió que diera una vuelta, yo coquetamente la di , cuando terminó de darla, Marcos se para y me agarra la cara con sus dos manos, me acerca a la suya y me da un delicioso beso en los labios, eso me hizo ponerme a mil por hora, mientras me besaba baja una de sus manos y comienza a tocarme mi culito, deja de besarme, se acerca a mi oreja y me dice, que le excita mucho el jeans que traigo sobre todo porque le dejo ver mi ropa interior, se separa de mi y me dice, mira como me has puesto, se baja el pantalón de un solo tiro y sale su verga que está bien parada, medía unos 20 cm y era bien gruesa, se me hizo agua a la boca de sólo verla, así que Marcos me agarra una mano y me la lleva a su verga, comienzo a subir y bajar mi mano, estoy muy emocionada por tener esa verga en mi mano, así que me arrodillo delante de él y comienzo a besarla y acariciarla, pasaba mi lengua por la cabecita y de ahí me llevaba a la boca, estuve ch

upándosela un buen rato, solo escuchaba gemidos de él, hasta que me agarró la cabeza con sus manos y comenzó hacer más rápido sus embestidas en mi boca, sabía que iba a llegar, sólo quería saborear ese delicioso néctar llamado semen, con un fuerte gemido desparramó toda su leche en mi boca, era tanta que no pude contenerla así que se me cayó un poco en mi polo. Cuando se separa de mí y me mira, me dice que le gusto mucho esa chupada que nunca antes se la habían chupado así, también me dijo que le gustaba mucho como me quedaba ese pantalón, me dijo que quería hacerme su putita en ese momento, pero al ver la hora le dije que no podía porque ya iba a llegar mi madre, así que el me hizo prometerle que iría a su habitación mañana y sería su esclava, yo le prometí porque ya llegaba mi madre, así que se fue satisfecho, no sin antes darme un beso en mis labios y me dijo, me gustas mucho Verónica, pero me vas a gustar más cuando seas mi esclava.

Esa noche no pude dormir, de sólo pensar en Marcos, al día siguiente muy temprano alisté mi mochila en la cual puse un faldita chiquita blanca, un top rojo que dejaba ver mi ombligo y un brassier blanco, la trusa me la puse encima de mi short y así me fui a su habitación. Cuando llegué, Marcos ya estaba despierto, me abrió la puerta y me dijo que en el baño estaba todo lo que necesitaba, al entrar al baño, había una faldita de colegiala, blusa blanca y unas medias blancas que me llegaban casi hasta la rodilla, cuando terminé de cambiarme me miré en el espejo y vi que me quedaba de maravilla esa ropa, pude notar que la faldita era realmente chica, prácticamente se veía mi trusa blanca, terminé de maquillarme y salí, Marcos todavía estaba con ropa, estaba sentado al borde de la cama y me pidió que caminara un rato, al caminar noté que no podía quitar la vista de mi trasero, cuando pasé por su lado me levantó la falda y pudo ver mi trasero con la tanga metidita, eso parece que le excitó muchísimo, de ahí agarró un papel y lo lanzó como a 3 metros de donde él estaba, me ordenó recogerlo sin doblar mis rodillas, así que lo más coqueta posible fui hasta el papel, junté mis dos piernas y me agaché sabiendo que Marcos vería todo mi trasero, eso parece que lo excitó mucho más, porque cuando me levanté y me volteé para llevarle el papel, él ya estaba de pie, me dijo, te estás portando muy bien perrita, ahora arrodíllate delante de mí, yo como su esclava me arrodillé, Marcos se baja el pantalón y deja su verga delante de mi cara, estaba totalmente erecta, lo único que pude hacer fue llevar mi mano a su verga, comencé a mover mi mano masturbándolo, mientras que mi lengua la iba pasando por el agujerito para tomarme ese líquido que salía, no aguanté más y comencé a chupárselo, Marcos comenzó a gemir y decirme que bien lo haces putita, estuve así por unos 5 minutos, él me dice que me levante, se agacha y me saca mi trusa, de ahí coge el papel y lo lanza de nuevo pero a 2 metros, me ordena recogerlo pero esta vez que abra mis piernas al momento de hacerlo, yo como toda buena esclava, voy hacia el papel, abro mis piernas y me agacho para recogerlo, Marcos se pone detrás de mí, agarra mis caderas y de un sólo empujón me clava toda su verga en mi culito, me hizo gritar al sentir algo tan grande y ancho entrando por mi culito, él solo se rió, comenzó a meterla y sacarla, wow era algo sensacional ya no sentía dolor sino mucho placer, Marcos la sacaba toda y de ahí me la empujaba de nuevo, me hacía gemir con cada embestida, su mano derecha deja de coger mi cadera y comienza a darme palmaditas en mi nalga, él me dice mientras sus palmaditas son más fuertes, Verónica eres la mejor putita que me he cogido, me encantas como esclava. Estuve en esta pose como 10 minutos, los cuales fueron de mucho placer, me la saca y me dice, ahora putita te la voy a clavar como lo que eres así que ponte como una perrita, sólo tuve que juntar mis piernas y de ahí flexionar mis rodillas y ya estaba como toda una perra en celo queriendo que mi macho me penetre, pone sus manos en mi espalda y de un sólo empujón me mete su verga, ya no era dolor ahora era todo placer, comenzó nuevamente a penetrarme duro y con su mano golpeaba mi nalga, sólo escuchaba su gemir y decirme lo perra que

era, a mí me encantaba lo que me estaba haciendo, en una de esas me la saca toda y me dice que le prometa que siempre voy hacer su esclava, yo como estaba con ganas de que me siga penetrando le juré que siempre sería su esclava, dicho e Al momento de pararse, me ordena que le limpie su verga, me arrodillo de nuevo y comienzo a chupársela, en lugar de bajar su tamaño comienza a crecer nuevamente, me emociono al saber que seguirá dándome más placer, después de chupársela por un buen rato, él se sienta en una silla y me dice, ven perrita que ahora te quiero ver cabalgando, me pongo delante de él y me dice, quiero ver tú culito, le doy la espalda y comienzo a bajar, en eso siento su puntita en mi culito, y el agarrándome de mis caderas de un sólo tiro me hace sentarme encima de su verga, que delicioso se sentía, sólo me dejaba llevar por el ritmo de Marcos, estuvimos así unos 15 minutos, de ahí mi gran macho me ordena que me eche en la cama boca arriba, yo obediente como la esclava que soy me echo, Marcos se lleva mis piernas a sus hombros y me penetró nuevamente, me gustó mucho esta pose porque podía ver la cara de placer de él, me dijo lo hermosa que era y que le gustaba mucho follarse mi culito, yo sólo atiné a decirle que a mí también me gustaba mucho y sobre todo me gustaba su gran verga, parece que eso lo excitó más porque me comenzó a dar más duro, así estuvimos un rato más, diciéndonos cosas obscenas lo cual nos calentaba mucho más, de pronto paró y me ordenó chupársela, cosa que cumplí rápidamente, después de chupársela un rato llegé el precioso líquido el cual me tomé todo sin desperdiciar ninguna gota.

Marcos se vistió, me dijo lo mucho que le había gustado, me hizo recordar que le había prometido ser su esclava cuando quiera, con esa sesión de sexo realmente me gustó ser su esclava, también me dijo que él me compraría la ropa que él quisiera que yo me pusiera y también me dijo que podría ir cuando quisiera. Dicho esto me fui a cambiar y salí con mucha satisfacción de la habitación de Marcos.

atte

Tsver00

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