¿Cómo comencé? (2)

Los semanas habían pasado y después de esa noche, donde había estado con un desconocido, la tranquilidad no llegaba a mi, y, a cada momento recordaba mi primera experiencia sexual. Sobre todo, los besos.

¿Cómo comencé?, parte II

Hola, espero se encuentren bien, y después de leer los primeros renglones recuerden la primera parte de esta historia, por que hoy les contare la segunda parte de "¿Cómo comencé?, ya que después de mi primera vez, comencé a dudar de mi preferencia sexual. Esperando, que la primera parte les haya gustado y esta segunda parte sea aun mejor; agradezco a las personas que me han escrito a mi correo, gracias por ello, es bueno recibir sus comentarios, bueno, esta parte comienza más o menos así:

Los semanas habían pasado, para esos días, ya había cumplido mis 18 años y después de esa noche, donde había estado con un desconocido, la tranquilidad no llegaba a mi, y, a cada momento recordaba mi primera experiencia sexual. Sobre todo, los besos. Pero en ese momento, tenía otro problema muy diferente y decidí, contárselo a Ariel, mi gran amigo, de la escuela.

¿Sabes, Ariel?, creo que tendré que dejar la escuela,

¿Por qué?, me pregunto Ariel,

la verdad en mi familia tenemos problemas económicos y únicamente nos alcanza para medio comer, Ariel se quedo pensando, y dijo:

Tengo una idea, recuerdas que te comente que tenia algunas cosas, que no sabias de mi, bueno, como te lo diré, -Ariel se quedo por un momento pensativo y agrego-, no se como tomes, lo que te diré, pero es la verdad, y una de esas cosas que no sabes de mi, es que en las noches, salgo y vendo mi cuerpo,

¿Cómo?, conteste yo sorprendido,

Sí, recuerdas la noche en que nos subimos al auto de ese tipo, la verdad, yo iba tranquilo, porque no era la primera vez que lo hacia,

¿Pero te vendes con hombres?, le pregunte,

No, en las noches hay muchas mujeres adultas, en busca de hombres que quieran meterles la verga, y eso es lo que yo hago; tengo sexo y dinero, ¿Cómo vez, te animas a salir una noche, para ver que pasa?, un poco mas tranquilo, le conteste:

No se, además, no se si pueda salir todas las noches.

Ariel siguió insistiendo, de una y otra forma, hasta que me convenció. Después de planear todo, para no tener problemas en la casa y salir en las noches, tuve mi primer noche de sexo con una mujer, un poco adulta, pero esa es otra historia, los días pasaron y tuve varias relaciones con mujeres y tenia dinero y sexo, pero no se que paso, pero toda una semana no hubo nada, Ariel me decía: animo, ya vendrá alguien; pero nada, y en unas de esas noches Ariel me pregunto: oye, y si te invita un hombre te vas con él, rápidamente conteste con un rotundo "no", pero esa pregunta me hizo recordar a Carlos, el hombre con quien había tenido mi primer contacto, el que me había hecho explotar por primera vez, el que me había besado en la boca de una forma muy diferente y la verdad me había gustado, pero no, me dije: eso ya paso, eso es historia y rápidamente le pregunte: y tu Ariel, te irías con un hombre; su respuesta fue: si, porque lo único que quieren es mamarte la verga, acuérdate de aquella noche cuando nos perdimos, además, si quieren otra cosita, les cobro más dinero; yo, un poco mas tranquilo, solo le dije: que bien, a ver si es cierto.

Continuamos platicando de otras cosas y por cosas del destino, horas mas tardé se paro un auto, y nos hizo señas, nos acercamos y al ver en su interior, resulto ser un hombre, Ariel me dijo, andale, no te animas o me voy yo; yo, un poco contrariado le dije: vete tu, y sin decir nada Ariel, subió al auto y se alejaron; Yo me quede pensando, qué perdía si lo hacia de nuevo con un hombre, bueno, en fin, y recordé que Carlos me había dado una tarjeta con su numero telefónico y me había dicho que cuando se me ofreciera, que le marcara, el resto de la noche lo pensé y lo pensé y hasta que lo decidí; en la próxima noche, le hablare a Carlos y haber que resulta, pero sin que se entere Ariel.

Y así sucedió, una noche, marque el número telefónico de Carlos, al contestar él, su teléfono, yo estaba nervioso, no sabía que decirle, hasta, que solo alcance a decir unas cuantas palabras:

  • ¿Carlos?, -del otro lado de la línea escuche un afirmativo- Si, oye disculpa, una noche me distes una tarjeta con tu……, y rápidamente me contesto sin dejar de terminar,

  • si, lo recuerdo, pero porque tardaste tanto, pensé que ya te habías olvidado de mi,

  • no lo se, le conteste, solo quería ver si nos podemos ver.

  • claro, -me contesto- dime donde estas y paso por ti,

Nos pusimos de acuerdo y lo espere en una salida de una estación del metro, en la espera, pensé, "un rato en su auto, y me voy", pero al mismo tiempo me empezaba a excitar por lo que podía pasar; mas tarde llego Carlos, y subí a su auto, me dijo: que paso, como has estado, por que tardaste tanto, yo no sabia ni que contestar, me tomo la pierna y me dijo, ¿sabes? Es muy temprano, mejor vamos a mi casa, vivo solo y la pasaremos mejor, en ese momento, me puse un poco nervioso, eso no estaba en mi plan y solo le conteste: bueno, adelante.

Llegamos a su casa, guardo su auto, y nos trasladamos a la sala, ahí de inmediato otras preguntas: me llamaste para platicar, algún problema o simplemente quieres otra gran mamada, como la de aquella noche; nerviosamente le conté mi pequeña historia, llena de problemas, y el agrego: bueno, vienes por sexo a cambio de dinero, si es así adelante, esas palabras me hicieron sentir un poco mal y aumento mas mi nerviosismo, acto después, me dijo: levántate, obedecí, y me pare frente a él, se saco su camisa, y yo empecé a respirar mas rápido, observe su cuerpo, su piel era un poco morena y velludo, delgado, pero se marcaban muy bien sus músculos del pecho y estomago, era unos diez centímetros mas alto que yo, o sea 1.80 de altura, me tomo de los hombros, y se lanzo hacia mi y comenzó a besarme, pensé dentro de mi, eso es lo que querías, no, yo lo acepte, nuevamente comencé a sentir su lengua que recorría mis labios, hasta que la introdujo dentro de mi boca, me chupaba mi lengua, mordisqueaba mis labios y yo le devolvía lo mismo, mi corazón latía mas fuerte, y créanme, ese beso, lo estaba disfrutando al máximo, porque nadie me había besado así; su lengua recorrió mi cuello mis oídos, y me arranco mi playera y comenzó a mordisquear mis pequeños pezones los chupaba, y yo ya estaba sumamente excitado, los sentía duros y calientes, y mi pequeña pistola ya estaba firmes, y me pregunto, te gusto este beso, yo con voz temblorosa y sin respiración solo dije: "si".

Después de recuperar un poco el aliento, Carlos se dejo caer frente a mi, quedando hincado, su cara daba exactamente a mi pene, desabrocho mi cinturón y me bajo los pantalones hasta los tobillos, al ver mi trusa, levantada, me dijo: te calientas muy rápido, mijito, me bajo la trusa, vio mi pene, lo tomo con una mano, lo pelo bien y se lo llevo a la boca, eso era grandioso, veía como mi pistola comenzó a entrar y a salir de su boca, a veces muy rápido y a veces lento, saboreándolo como si fuera un caramelo, me quito los zapatos, pantalones y mi trusa, estaba completamente desnudo, frente aquel tipo, que seguía, sin dejar de tragarse mi pistola, me separo las piernas, me comenzó a lamer y chupar mis huevos y veía como, con su lengua recorría toda mi pistola y volvía a tragársela toda, en esos momentos yo estaba súper excitado, y pensaba tengo que aguantar mas, sus manos recorrían mi pecho a apretaban mis pezones y luego recorría todo mi cuerpo, hasta que se agarro de mis nalgas, las apretó con fuerza , las separó, y en los apretones sentía como sus dedos rozaban mi ano, yo apretaba y aflojaba mis nalgas y el hacia lo mismo, sentí que sus dedos querían entrar en mi ano, yo apretaba mas mis nalgas, para evitar que sus dedos entraran en mi ano, ya que eso no estaba en mis planes y para mi eso seria caer en su juego, mientras el seguía mamándome mi pene, nuevamente estaba gozando de ese momento, pero mi pene ya no aguantaba, y como pude le dije, ya no puedo más, dejo de mamármela, y me dijo: tranquilo, todavía no terminamos; como pude me controle, después se levanto y me empezó a dar pequeños besos en la boca, hasta que me dijo: espero que no hayas venido por unos cuantos minutos, ya que esta noche apenas comienza y quiero que la pasemos bien, y continuo besándome, primero mi boca, después mi cuerpo hasta que quedo nuevamente hincado y se llevo mi pene a su boca, después de que me dijo eso, pensé, pero que podemos hacer toda la noche, cuando mucho aguantare dos o tres veces, bueno, para que le hablaste, ahora no te queda mas que hacer lo que él quiera.

Pero Carlos seguía disfrutando con mi pene en su boca, la sacaba y la recorría con su lengua, se metía mis testículos en su boca y los chupaba suavemente, yo estaba completamente caliente, y sentía que no iba a aguantar mas, y nuevamente le dije a Carlos, ya no aguanto mas, siento que ya me voy a venir, Carlos, saco mi pene de su boca y dijo rápidamente: adelante que quiero probar nuevamente tu lechita, mijito, eso me dio un poco de tranquilidad, baje mi vista, y vi como mi pene entraba y salía de la boca de Carlos, y era yo quien esta iniciando ese movimiento, de ir al frente y hacia atrás, mi instinto sexual se había despertado en mi, mis manos tomaron la cabeza de él, igual seguí mi movimiento con mis manos al frente y atrás, hasta que llego ese momento, empecé a respirar con dificultad, mi corazón estaba acelerado y sin poder contenerme mas, arroje si semen a la boca de Carlos, en ese momento tome con fuerza su cabeza y la presione contra mi pene, no se, como, si quisiera perforar su garganta, el tranquilamente seguía mamándome mi pene, yo me retorcía, y así, poco a poco, hasta que fue bajando la intensidad, Carlos saco mi pene de su boca, y lo apretó un poco y unas gotas de semen salieron todavía, Carlos las lamió, así estuvo unos instantes, hasta que se puso de pie, quedando frente a mi, yo apenas trataba de controlar mi respiración, pego sus labios a los míos, pensé rápidamente, ¿Qué estoy haciendo?, si acabo de venirme en su boca y ahora lo estoy besando, pero al sentir su lengua que trataba de separar mis labios se me olvido todo, abrí mi boca y comenzamos a besarnos en forma apasionada, duramos unos segundos así, hasta que separo su boca de la mía y susurrando, en mi oído, me dijo: quiero que me metas toda tu verga en mi culo, yo un poco contrariado le conteste: adelante, yo are lo que tu me pidas, pero pensé, ¿Como lo haré?, si acabo de vaciarme, tome mi pene con una de mis manos y comencé a masturbarme para excitarme y poder cumplir los deseos de Carlos.

Mientras yo pensaba eso, Carlos, siguió besando mi cuerpo, mientras se desvestía por completo, al llegar a mi pene lo llevo, nuevamente a su boca, pero con mas tranquilidad, comenzó a mamármelo, despacio, lo sacaba de su boca y comenzaba a jalármelo con su mano, y sin mas ni mas, yo ya estaba nuevamente listo, sentía mi pene completamente erecto, Carlos me dijo: creo que ya estas listo nuevamente, se voltio, dándome la espalda, se empino apoyándose en un sillón y pude ver sus nalgas, musculosas y con unos cuantos bellos; no se ¿porque?, pero dentro de mi se despertó la curiosidad de ver su pene y sus testículos, pero Carlos, como si hubiera leído mi mente, con una de sus manos, tomo todo su bulto, y lo jalo al frente, quedándome en ese momento con la duda; mientras con su otra mano, tomaba unas de sus nalgas para separarlas.

Estando Carlos empinado, me dijo: adelante, entiérrame toda tu verga, me acerque a él y vi su ano, lleno de bellos, era el primero que veía, me acerque a él y me agache un poco, tome mi pene y lo apunte al centro de su culito y de inmediato quise metérsela de un jalón, pero Carlos, al sentir mi pene que tocaba su ano, rápidamente se quito, y dijo: tranquilo es todo tuyo, pero primero lubrícalo, pon un poco de tu saliva, rápidamente pensé, ¿que hago?, le pongo saliva con mis dedos, o le escupo en el mero ano, o….. y sin pensarlo mas, hice saliva en mi boca, la puse en la punta de mi lengua y al ver su ano tan cerca, me excito tanto, que me agache, hasta que mi cara, quedo a unos centímetros de sus nalgas, y sacando mi lengua llena de saliva, la metí en medio de sus nalgas, depositando mi saliva de un lengüetazo en su ano, sentí que cerro sus nalgas un poco, y pensé, ¿estaré haciendo lo correcto? o ¿me he equivocado?, pero mi duda se descarto inmediatamente, al escuchar que me decía: así mijito, lubrícalo bien con tu lengüita, cómetelo todo, muérdeme las nalgas, méteme tu lengua en mi culo; al escuchar esas palabras, me sentí satisfecho y al mismo tiempo, sentía que algo extraño se despertaba en mi interior, y como desesperado, con mis manos tome sus nalgas y las separe y comencé a recorrer con mi lengua sus nalgas, hasta terminar en su ano, no se porque, pero en ese momento, quería meter mi lengua en su ano, todo lo que estaba haciendo, lo estaba disfrutando y veía que Carlos también lo disfrutaba, trataba de hacerlo lo mejor que podía; hasta que Carlos me dijo: ahora si, métemela, poco a poco.

Al escuchar esto, me levante, él se abrió las nalgas con sus manos, y yo le arrime mi pistola y poco, a poco, iba empujando hasta que entro la punta, eso, así, me dijo Carlos, y de repente sin mas ni mas, aventó sus nalgas contra mi y le entro toda mi pequeña pistola en su culo, de un solo trancazo, estrellando mis huevos en sus nalgotas, Carlos me dijo: ahora si, muévete rápido, mijito, y comencé a sacarla y meterla, no muy rápido, lo agarre por la cintura y mis caderas empezaron a moverse mas rápido, eran una pequeña maquina iban y venían, yo sudaba, jadeaba sentía que pronto mi pistola iba a explotar, cuando de repente, Carlos tomo mi mano y me la guió hasta el pene de él, pero yo, en ese momento no lo quise hacer, (ahora que lo cuento me digo que tonto, ¿verdad?), pero pensaba, si se lo agarro, lo único que tengo que hacer es masturbarlo, pero, no, no me decidí y seguí, obediente en lo que me decía y seguía bombeando, hasta que vino ese momento, y empecé a decir: ya no aguanto, siento que me voy a venir, al oír eso Carlos, comenzó a aventar sus nalgas contra mi, y dijo: adelante, mijito vente dentro de mi; al no poder aguantar mas, contraje los músculos de mi abdomen, solté un grito y deje que mi semen saliera de mi pene, un gran chorro de semen salio, contraía mis músculo de mi abdomen y volvía a soltar un poco mas de semen, mis caderas, ya no se movían, había arrojado mi semen dentro del culo de Carlos, al mismo tiempo que Carlos con su culo apretaba mi pistola, como si tratara de exprimirla, yo estaba sudoroso y mi respiración era agitada, me deje caer sobre su espalda, quise sacar mi pequeña pistola, pero Carlos, dijo: no, déjala adentro, mientras el seguía apretando y aflojando sus nalgas, cosa que a mi me hacia sentir escalofríos que recorrían todo mi cuerpo, paso un momento, no aguante más y me tire sobre el sillón, quedando tendido, Carlos, se acerco nuevamente a mi y comenzó a darme pequeños besos, en la cara en la boca en el cuello en las orejas, eso, me ponía la piel de gallina, y él seguía, besándome en mí pecho, en mis pequeños pezones, que se pusieron duros de inmediato, en mi ombligo, hasta llegar a mi pequeña verga, que estaba un poco flácida, la beso, y lamió los pequeños residuos de semen que tenia aun, hasta que la desapareció, al abrir su boca y tragársela toda, eso hizo, que temblara todo mi cuerpo, jugo con su lengua mis huevos, dejándolos llenos de saliva, dejo mi verga en paz, y se acerco a mi oído y dijo: OH, que gran culeada me has dado, mi pequeño Ramiro, y pensé esto estuvo maravilloso.

Después de eso, me di un baño, al salir me presto una bata y me fui a la sala, mientras el se bañaba, mi mente recorría todo lo que habíamos hecho y me decía: esto a sido maravilloso, sentir su olor, su sudor, no se, pero me había gustado; momentos después, salio del baño cubierto con una bata, y me invito un trago, pensaba, bueno creo que es momento de vestirnos y de despedirnos, pero, una pregunto me saco de mis pensamientos: ¿te gusto?, pregunto él, solo dije: si, y suspire; pero la noche aun tenia algo mejor para mi.

Sentados en la sala, Carlos me pregunto: ¿Por qué te negaste a agarrarme mi verga?, no se, le conteste, agregando, tal vez por que nunca he agarrado otra que no haya sido la mía, soltó una pequeña risa, y dijo: bueno, como tu me dijiste que ibas a hacer todo lo que yo te pidiera, conteste, si, ¿pero?, me quede callado por un momento, y agregue: ¿quieres que te la agarre?, y solo dijo: si, esa respuesta, no se por que, pero acelero mi corazón; bueno, adelante, le dije, solo recuerda que nunca he agarrado otra verga, y no quiero lastimarte, nuevamente sonrió, y dijo: ven, hincate aquí, frente a mi; mientras él seguía sentado en el sillón, sin mas ni mas, le obedecí y quede frente a él, me dijo: imagínate que es la tuya, que quiere amor, calor y caricias, tómala y hazla enojar, recuerda, que yo aun no me he venido, al momento que de un jalón se abrió la bata y mis ojos se encontraron con su pene y sus testículos, yo di un suspiro, y a pesar de que en ese momento estaba flácida tenia un buen tamaño, dijo: tómala, es toda tuya, yo sin dudar de lo que estaba haciendo, de inmediato obedecí y con una mano, comencé a acariciarla, a jalarla, solo bastaron unos cuantos jalones para que comenzara a despertar, y yo me quede sorprendido, como iba creciendo; eso, así, mas rápido, mas rápido, me decía Carlos, mi mano comenzaba a recorrerla mas rápido, y él seguía diciendo: mas rápido, mas rápido, aprieta y afloja tu mano, eso, de arriba abajo, de repente me detuve, y la solté, en ese momento, comencé a contemplarla, era un espléndido pene, comparada con la mía, era mucho mas grande, su glande estaba como morado y resplandeciente, su cuerpo la recorrían unas venas que en ese momento estaban hinchadas de bombear tanta sangre, y unos testículos todos peludos, algo realmente grande y majestuosa, que nunca había visto y mucho menos tocado, Carlos, me pregunto: ¿que paso, como la ves?, con un gran suspiro, y pasando saliva, solo atine a decir unas cuantas palabras: esta muy grande..., gruesa…, y dura, volviéndola a tomar y continué excitándola, todo eso, había hecho que mi pequeña pistola, despertara, pero en ese momento eso no importaba tanto, bueno, dijo Carlos, deteniendo mi mano, para que dejara de masturbarlo, y agrego: bésala; al oír eso, levante mi cara, lo vi a los ojos y baje nuevamente mi vista, para ver aquel majestuoso pene; nuevamente, no se porque y sin dudarlo, comencé ha acercarme poco a poco a ella, mi olfato percibió un nuevo aroma que nunca lo había olido, combinándose con su sudor y su pene, y literalmente la comencé a besarla; tronando mi boca al acercármela a mis labios; Carlos me decía: de arriba a abajo, mijito, toda; y yo lo hacia, eso me excitaba mas aun; Carlos me dijo: ahora, con tu lengua, has de cuenta que estas saboreando un rico caramelo, y sin mas ni mas, saque mi lengua y comencé a recorrerla, toque su glande y era suave, baje e igualmente mi lengua sentía sus venas, Carlos se sentó mas en la orilla del sillón y sus testículos, quedaron colgados, y los comencé a lamer, una de mis manos me ayudaba a seguirlo masturbando, subí nuevamente recorriéndolo con mi lengua y al llegar a su glande, unos hilillos de liquido transparente, empezaba a salir, sin pensarlo más, con mi lengua los recogí, y los comencé a saborearlo, eso hizo que ya no aguantara más, abrí mi boca, lo mas que pude, y me lleve el pene de Carlos a mi boca.

Me trague todo lo que pude y comencé a meterla y sacarla, pero Carlos me detuvo, diciéndome: tranquilo, con tus labios únicamente, abrí aun mas mi boca y comencé a tragarme esa rica verga, apretándola con mis labios, su olor que despedía me calentaba mas aun; pero en esos momentos tragaba de mas, porque lo que quería, era, tener todo su pene, adentro de mi boca, y me ahogaba, hasta unas lagrimas salieron por mis ojos, cosa que Carlos noto, retirando al momento, su verga de mi boca y levantándome la cara, me dijo: ¿no te gusto?, yo le conteste; si, si me gusto, lo que pasa que me estoy ahogando; y de inmediato me la lleve a la boca y continué con mi agradable trabajo, Carlos se levanto quedando de pie y yo hincado, y yo continuaba a veces con mis manos, a veces con mi boca, sus testículos me los tragaba y se los chupaba, era algo maravillo y lo estaba disfrutando a mas no poder, era mi primera vez, que lo hacia, tragaba su tremendo fusil, lo chupaba, en fin; no se porque, pero de repente, me fui levantándome poco a poco, recorriendo con mi lengua su abdomen, su pecho y como iba subiendo, su tremendo fusil recorrió mi pecho, mi estomago hasta topar con mi pequeña pistola, (aquí explicare el porque empecé a comparar a los penes con armas, mi pistola dura media apenas unos 14 centímetros, tal vez un poco pequeño, pero eso era mía, y en este caso, el fusil de Carlos media 20 largos centímetros, en ese momento era lo único que conocía pistola y rifle, de ahí que a veces empecé a decir rifle en lugar de pene), y comenzó a restregármela en mi cuerpo, mas y mas caliente estaba, comencé a besar su boca, acto que fue correspondido, metiéndome toda su lengua en mi boca, mientras que con mi mano seguía jalando su tremendo fusil, estaba realmente caliente, Carlos agarraba mis nalgas y las apretaba y nuevamente con sus dedos rozaba mi ano excitándome a un mas.

Calos me tomo de los hombros, y me bajo, para que siguiera mamándole su gran fusil, hasta que llego ese momento, Carlos comenzó a gemir y ha respirar en forma acelerada, y me comenzó a gritar: eso mijito, mas rápido, mas rápido, me agarro mi cabeza y comenzó a moverla adelante, atrás, hasta que de pronto sentí en mi boca, un liquido algo caliente y espeso, si, era su semen, lo había arrojo dentro de mi boca, al sentirlo, por instinto inmediatamente saque su tremenda verga de mi boca, pero lo único que conseguí fue que unos chisguetes de semen los arrojara en la cara, cerré los ojos y la volví a meter en la boca, Carlos entraba y salía en mi boca, lo que ocasiono que comenzara a tragar esa rica leche caliente, en pequeños tragos, ya que no podía sacarlos, o simplemente porque me habían gustado, un poca espesa, y con un olor nunca captado por mi olfato dulce, salado, no se, Carlos, tomo su tremendo fusil, con su mano, y la apretaba, como queriendo exprimirla toda, al mismo tiempo que gemía, se retorcía, hasta que poco a poco se calmo, después de eso, en forma lenta, la saque de mi boca y la apreté con mi mano, y salieron unas cuantas gotas mas, las recogí con mi lengua y me las trague, Carlos con su verga en su mano, comenzó a tallármela en la cara, tratando de limpiarme el semen que me había arrojado y que escurría en pequeñas gotas en mi cara, y después me la metía a mi boca y nuevamente me los comí, todo esto había sido fantástico, Carlos se recostó en el sillón, y me pregunto: ¿te gusto?, si, y ¿mi leche?, rica, toda me la trague, no me preguntes porque, pero así lo hice, el me sonrió, mientras yo seguía lamiéndola y chupando esa gran verga, que comenzaba a ponerse flácida, Carlos me levanto y me sentó a su lado, y descansamos por un momento, pero yo seguía con mi mano acariciando esa gran verga que estaba cambiando mi vida; pero aun faltaba más, como se dice por ahí, faltaba la cereza en el pastel, pero eso será en la próxima, porque ya no hay espacio.

Espero les gusta este relato, y me escriban para decirme, si les gusto o no, espero sus mensajes, y hasta la próxima, esperen la tercera parte de esta historia.