Como chocan los mundos
Esta historia es de mi invención, es una simple historia de amor entre dos personas de mundos distintos.... como una historia de un romeo que es niña y gay y una julieta rica y heterosexual. lo dedico a mi novia quien a sido mi lectora más fiel desde que puse el titulo de esto. te amo cosi!! *ñoña*
¿Quieres una helado?- la mujer de los ojos color chocolate me quedo viendo con expresión desconcertada, al final no resultó buena idea invitar de la nada a una desconocida, por atractiva que fuese, a tomar un helado. Hace rato la miraba, llego un rato después que yo, se sentó y comenzó a llorara, las lágrimas dejaban un camino brillante en su piel tostada por el sol del verano. Luego tomo un libro y cambio el llanto por la lectura. Y eso fue todo, luego no hizo más que pasar páginas y sin embargo yo pase horas preguntándome que misterios encerraba la mujer hermosa que lloraba sola en un parque. Hasta que me arme de valor y fui, y ahí estaba ante su cara atónita mientras ella articulaba un débil
-¿que?- woow! Eso fue más de lo que creí, me respondió!!
-Que si quieres venir y tomar un helado conmigo- extendí mi mano y no esperaba realmente que ella la tomase, solo es un gesto pero para mi sorpresa ella sonrío y la apretó mientras cerraba el libro que la entretenía y lo ponía en su colorido morral. Me miró con ojos brillantes, eso la hace ver más bella aun, y me gusta, me gusta a primera vista por que no creo en eso del “amor a primera vista”. Con un poco de tiempo recorrimos la cuadra y media que nos separa de la heladería. Ella pidió una copa de pistacho y lúcuma, yo ordene piña y frambuesa. Y aquella tarde, aun después que los helados se terminaron ella y yo seguimos platicando.
Recuerdo que me pregunto:
-siempre invitas a extrañas a tomar helado?- con el ceño levemente fruncido y una ceja en alto.
-mmm, no. solo cuando esas extrañas me gustan- me miró algo aturdida y luego solo río. En el fondo me alegre de eso porque creí que ella tomaría sus cosas y se largaría.
En realidad nunca me a agradado ser tan “lanzada” pero esa mujer, al menos de vista y por intuición me agradaba mucho y quería que desde ahora le quedara clara la razón por la cual junté todo mi valor y fui a pedirle que me ayudara a dejar se ser una perfecta desconocida. Creo que la idea le agrado pues me hablo mucho, quizás con la certeza de que jamas nunca nos veríamos, o porque ese día mientras leía en aquel parque se sentía sola y esperaba que algo pasara en su vida y la alejara de las cosas malas que no podía aceptar ni cambiar.
Ese día supe su nombre, Sachiko (xD) estudiaba publicidad pero su sueño era hacer algo que le permitiera estar cerca de las personas, ayudarlas y creyó que mediante la publicidad lo lograría, cuando se dio cuenta de como eran las cosas en realidad ya era muy tarde, su padre no pagaría otra carrera solo por que a la niña no le gustaba el ambiente en el que se desarrollaría. Era de una clase social acomodada, y sin embargo ella vestía ropa simple y gastada, no conducía auto y le importaba muy poco ir a jugar tenis al club de campo.
Cuando me llego el turno a mi le dije que era gay, que estaba en último año de biblioteconomía, que vivía en un barrio del centro, en un edificio antiguo por que era lo mas barato, que tenía una moto, último regalo de mi tío, y que ese tío había sido hasta el día en que murió mi único pariente. Le hable de mi orfandad, del dolor que significaba para mi, le dije que siempre me rompían en el corazón porque en el fondo buscaba una persona para tener una familia. Y me di cuenta que era fácil hablar con ella de todos esos dolores, ser sincera y sacarme la mascara en la que me refugiaba siempre y que en el fondo era el motivo por el que mi corazón estaba siempre pegado con mil litros de pegamento, porque quería tener una familia pero también quería mantener mi distancia. No quería perderla y sentir que de nuevo estaba sola en el mundo.
A pesar de que no dio paso atrás cuando le dije directamente mis intenciones tampoco, durante toda la platica, hablo de pareja ya sea niño o niña. Me mataba la curiosidad por preguntarle que la había impulsado a aceptar mi invitación y no dar pie atrás cuando le dije que me gustaba pero no encontraba una forma sutil de hacer. Siempre me habían dicho que era muy poco discreta y con muy poco tacto para decir las cosas y de verdad no quería arruinar la tarde con la mujer de los ojos dulces.
-¿Puedo preguntar por que llorabas?- tampoco era la forma mas sutil de preguntar por aquello pero creo que no le molesto la pregunta y de hecho se comenzó a reír.
-estabas a una considerable distancia de mi asiento, ¿como demonios te diste cuenta que lloraba? ¿acaso tus gafas te dan súper poderes? O eres demasiado curiosa?- me miraba con curiosidad y realmente entretenida pero en sus ojos veía algo más, algo como lo que se ve en los niños pequeños cuando son atrapados en algo que no deberían hacer. Decidí ignorar aquel punto por el momento.
-mmmmm todas las anteriores. Jejeje... es que bueno, parte de la luz de media tarde daba en tu rostro y tus lágrimas resaltaban en tu rostro como infinitos ríos de plata- sabía que mis mejillas tenían un color rojo y clave la vista en el suelo.
-woooow... he llorado un millón de veces y es la primera vez que me suena tan poético.- Tenía una sincera sonrisa y yo seguía con la vista en el suelo así es que decidí que debía tener mi respuesta.
-Entonces, me dirás porque llorabas? O seguirás alagando mis dotes de poeta para ignorar mi pregunta?- abrió los ojos por la sorpresa, ese era el brillo que había notado en sus ojos, luego suavizo la mirada y esta vez los ojos le brillaron, pero de tristeza.
-veo que a ti no hay como engañarte súper mujer de la motocicleta- una triste media risa me hizo querer correr a abrazarle- lloraba por que unas cuadras atrás un niño de la edad de uno de mis sobrinos, 9 años, lloraba a gritos en la calle pidiendo un poco de pan. Y sabes que? Nadie parecía inmutarse por ello- y eso me sorprendió. Aparte de linda era sensible... y no supe decir si eso era bueno o malo, después de toda hay tanta maldad en el mundo que si estuviera llorando por todo lo que ve esta mujer muy pronto se quedaría sin lágrimas. Aun así era lindo y considerado de su parte.
-que hiciste por el?- fue lo único que se me ocurrió decir.
-pues fui hasta la panadería que mas cerca encontré y le compre un pastel y mucho pan, de todos los tipos que encontré y cuando regrese se lo di y salí corriendo-
-porque hiciste eso?-
-porque no quería que viera quien era la persona que lo ayudaba de esa forma tan pobre- y comenzó a llorar nuevamente, era un manojo de sollozos retorciéndose frente a mi, y me me moría por ir y darle mi hombro para que llorara, pero ¿y si me rechazaba ? Decidí decirle palabras cariñosas o algunas boberías pero no ir con ella.
-ey, mujer del pan, ya, no llores... sabes que hiciste más feliz que nadie a aquel enano?- me quedó viendo y rápidamente se seco esas plateadas lágrimas.
-discúlpame, en un día me has visto llorar más que mi madre- pensé que se había molestado y que se largaría y sin embargo ella seguía ahí y había reemplazado el llanto por la risa, y yo me encontré pensando en que no sabía que le sentaba mejor.
-si me disculpa, eres una persona realmente buena... hasta se podrían aprovechar de eso- realmente no tenía ninguna segunda intención aquel comentario y sin embargo ella me descoloco.
-a si? ¿quienes? ¿mujeres que me invitan a tomar helado y a la cual no conocía?- y me guiño un ojo.
Que era eso? Acaso Sachiko estaba flirteando conmigo? No, no podía ser... es decir. Y ¿porque no podía ser?. Preferí no pensar en nada y solo bromear.
-No, personas de mal corazón, nadie que te invite a tomar helado puede ser malo- y puse mi mejor carita de niña buena.
Y de nuevo se nos escurrió el tiempo hablando de todas las cosas que se nos ocurrió, de música, de pinturas, de arte, de televisión. De todo y de nada en particular.
Eran las 8 y 30 de la noche cuando el mesero nos trajo la cuenta y nos dijo que pronto cerrarían.
-ooohhh...- fue una exclamación de su parte- woow, la hora a pasado muy rápido y me divertí mucho pero ahora realmente tengo que irme, mi padre va a matarme si no estoy en casa a las 9 como toda niña buena y decente-se reía mientras ponía un cara que quería ser aristócrata pero que más bien me recordaba a cuando uno hule algo desagradable.
-porque no hacemos algo señora aristócrata, dame un segundo, pago la cuenta y te voy a dejar a tu castillo en mi moto, que te parece?- la vi dudar, y agregue- sin compromiso, no te asediare solo por que se donde vives, solo que si quieres puedes darme tu número y salir a comer helado o a ver una película alguna vez.- y ahora la vi dudar aun más y al final me respondió con algo parecido a la picardía en sus ojillos.
-primero ve a dejarme que si no, estaré en problema y ya veremos el resto- y de nuevo me guiñó un ojo.
Pague apresurada y salimos hasta el estacionamiento del parque donde habíamos estado horas antes por mi motocicleta.
-es muy linda, aun que yo solo te puedo decir eso, no sé de modelos ni marcas ni nada de eso- se notaba nerviosa, retorcía sus dedos en acto que me dio la impresión a ella misma le pasaba de ser percibido.
-ten, ponte bien éste casco y cuando te subas tienes que sujetarte bien de mi espalda ¿de acuerdo?- yo misma subí a la moto y acomodaba mi casco de reserva mientras ella luchaba por subirse de una forma que no pareciera poco adecuada para una señorita. Y era raro por que para mi ella de un modo u otro intentaba no ser la niña rica hija de papa y a la vez no podía evitar comportarse como eso. Aun que una cosa no tiene nada que ver con la otra, “que tu seas una bruta sin remedio y sin modales no quiere decir que todo lo sean” me increpe.
Antes de partir pedí su dirección... rayos, estábamos lejos de ese lugar y más encima era muy tarde así es que no quedaba más remedio que correr, y para eso yo si era buena. Tome la avenida menos concurrida en un segundo volábamos a 100 km por hora. Y sentía su miedo cuando se aferraba a mi cintura y escondía su cabeza en mi cuello.
En 20 minutos llegamos a su casa, que al lado de la mía de verdad se veía como un castillo.
-donde están los pavos reales alvinos?- le dije con algo de sorna cuando entramos en la propiedad que rodeaba la casa.
-Tu también leíste Harry Potter??- me dijo entre carcajadas.
-Siiiii... pensé que no lo entenderías- lo de los pavos reales era una alusión a una acaudalada familia de apellido Malfoy perteneciente a la saga Harry Potter que tenía pavos reales y actuaban de forma algo ostentosa por ser muy muy ricos. Desde luego no esperaba que ella lo entendiera pero si, y creo que eso hizo que me gustara aun más.
-Harry Potter es uno de mis libros preferidos!! y no, no hay pavos reales alvinos... aun- dijo mientras alzaba una ceja de forma muy Malfoy.
Estábamos llegando al final del sendero que nos conducía a la entrada principal de su casa. Y la verdad me sentía un poco triste sobre todo porque cuando la dejara ahí yo volvería a estar sola en el mundo.
-llegamos- me susurro a través del casco. Paré la motocicleta y ella se bajó.
-a sido una velada muy agradable señorita, gracias por el helado, por platicar conmigo. Pienso que eres lo máximo por que también leíste Harry Potter.- me dio un beso en la mejilla sin ninguna mala intención y a mi me dio un cosquilleo tierno.
-Adiós dama del pan- se río un poco y cuando termine de guardar el casco de copiloto en la cajuela de mi moto la monte e hice ademán de partir ella me tomo por el codo y me entrego un papelito doblado que decía “Para Solange” y dentro tenía un número telefónico. Me sonrío de forma coqueta y luego corrió a su casa.
Yo partí en mi moto acelerando, estaba feliz. Ella podía o no ser gay y podía o no querer salir otra vez conmigo pero al menos tenía una esperanza.
Me tomé algo más de tiempo regresar a casa, pasé al bar donde sabía estaban siempre mis amigas.
-Hola.... como están las nenas mas guapas del mundo.- saludé a Yass, Elii, Judy, Edy, Vivi y una chica nueva, seguro la novia de turno de Yass.
-Hola mocosa de mierda- me saludo Judy con una linda sonrisa. El resto me saludo entre gritos de emoción y me daba botellines de cerveza. No acepte ninguno y carraspee para hacerme oír entre tanto barullo.
-Ey cacatúas, hoy no ando de farra y conduzco así es que no bebo- me abuchearon pero de nuevo intente hacerme oír- solo pasaba a saludar, y a decirles que el sábado vamos a ir a bailar a aquel sitio que es medio gay, medio hetero. Así es que me retiro y espero verlas a todas ese día.
Escuché tras de mi preguntas “que te traes entre manos Astronauta?” “ espero que llegues” y cosas por el estilo. El mote de astronauta me lo invente yo misma. Cuando murió mi tío quería estar sola, así es que decidí refugiarme en las estrellas, lejos del mundo. Ahí fue cuando comencé a leer J.K.R y su Harry Potter, él era un niño sin familia y yo en el fondo de mi corazón y aun que fuese infantil deseaba que alguien me dijera que yo era de otro mundo y que allí había personas que me querían de verdad, no como en los hogares en los que estuve durante un año mientras cumplía la mayoría de edad.
Tenía todo planeado, el sábado invitaría a Sachiko conmigo y mis amigas a ese bar, así estaría yo en un ambiente conocido y ella también y nadie se sentiría extraña y podríamos platicar, beber algo y bailar, que es una de las cosas que más me gustan, aun que necesito una cerveza para que mi cuerpo se deje llevar.
Esa noche me acosté con algo parecido a nervios en el estómago, al día siguiente la llamaría y le preguntaría si ese día podía salir conmigo, después de todo me había dicho que su padre le exigía estar las 9 de la noche en casa. Bueno, al siguiente día podría averiguarlo.