Como cambió mi vida despues de los 40
Relato que cuenta como mi vida dio un vuelco de 180 grados al cumplir los 40 y como poco a poco me inicié en el mundo de la infidelidad descubriendo cada día cosas nuevas sobre el sexo.
Empezaré por el momento de mi vida en que todo mi mundo cambió, aunque antes voy a contar algunas cosas básicas para que entendáis por qué todo se desencadenó de esta manera, como será largo de contar, lo iré fraccionando en varios relatos, si veo que os gusta iré subiendo más. Espero saber expresarme bien y no ser demasiado aburrido, al principio me centraré en que se entienda como tras esto mi vida y yo mismo cambiamos radicalmente. Pasando a tener una doble vida que de momento nadie ha descubierto.
Mi nombre es Fran, soy un hombre corriente de los que suele pasar desapercibido, de hecho, nunca he sentido que ninguna mujer se fijaba en mí de manera especial.
A los 15 años conocí a la que hoy es mi mujer, empezamos a descubrimos el sexo juntos ese mismo año, desde el principio he sabido que era la mujer de mi vida y aun lo sigo pensando, ella al principio era muy recatada, la educación de un pueblo en aquellos años era así, poco a poco fue confiando en mí y fuimos disfrutando del sexo, me conoce incluso mejor que yo mismo. Nunca he tenido la necesidad de buscar nada fuera de mi pareja, en el sexo nunca tuvimos ningún tabú, pero fue a raíz de cumplir los 40 años, cuando empecé a plantearme que no me gustaría acabar mi vida sin probar lo que sería el sexo con otra mujer.
Siempre había fantaseado con tener algún desliz, pero nunca pase quizá de darme un morreo con alguna chica en alguna salida con amigos a altas horas de la madrugada.
Ahora tengo 45 años, mido 1,84 m y peso algo más de lo que me gustaría, ya que últimamente no tengo demasiado tiempo para el deporte.
Voy a empezar por ese momento en el que decido probar a ver qué pasa y me hago un perfil en una conocida página de contactos por internet; relleno mis datos, mis gustos, aficiones, etc., incluso pongo alguna foto mía.
A los pocos días, abro la aplicación y veo que he recibido varios mensajes, uno de una chica más o menos de mi edad, de mí misma ciudad (vivo en Granada), que me ha reconocido y me explica más o menos de que va el tema en esta página, que como soy casado al igual que ella, lo mejor es poner unas fotos de algún famoso y cuando ya ves que la persona te da algo de confianza puedes mostrar tus fotos reales.
Le hago caso y me creo un nuevo perfil con la ayuda de esta chica que me va indicando que he de rellenar para que mi perfil sea más atractivo a las féminas que lo visiten.
Tras varios días queda acabado y efectivamente, cada vez que visito algún perfil y escribo algo no suelo tener problema en entablar conversaciones con varias chicas, reconozco que mi punto fuerte es el que soy un buen conversador, que sabe oír e intuir los problemas de los demás, empatizo muy bien con todo el mundo y suelo dar buenos consejos, cosa que en esta página no era lo habitual, al parecer tras dos o tres mensajes los chicos entraban a saco y si no pasaban a la siguiente.
En poco tiempo hablaba regularmente con unas 10 chicas a la vez, gracias a que mi trabajo me permite tener bastante tiempo libre (solo trabajo algunas tardes a la semana), por las mañanas las chicas sobre todo casadas tenían más facilidad para chatear.
De todas ellas me llama la atención una chica algo mayor, que siente que necesita algo más de lo que tiene y que nunca se ha atrevido, como yo, a pasar de la fantasía, su verdadero nombre es Yolanda. Empezamos a hablar y hablar durante unos días, nos enviamos fotos y ella me atrae enseguida, un poco más baja que yo, rubia, ojos azules y un físico impresionante para su edad (luego me enteré que era profesora de baile), quizás poco pecho para mi gusto, pero como os digo un cañón de chica, aparentaba ser mucho más joven, alguien a quien en persona jamás me habría atrevido a cortejar. A la vez conversaba con varias chicas más, por lo que tuve que inventarme una vida creíble, distinta de la mía para que en principio nadie pudiera reconocerme, trabajo en un sitio en el que rápidamente se podría dar conmigo, siempre la misma para no equivocarme. Así que decidí ser un vigilante de seguridad que tenía turno de noche en una importante empresa local, casado con dos hijos y a punto de separarme.
Pasado un mes más o menos, decidimos dar el paso y conocernos en persona, ya habíamos hablado por teléfono y por Skype, como ella no es de Granada, es de la costa quedamos un día que tenía que subir a Granada a hacer unas gestiones. Quedamos en el parking de un gran centro comercial y la lleve a la que para mí es la mejor vista de Granada, pensando en que allí solo habría turistas y nadie me reconocería, la terraza del hotel Alhambra Palace. Durante el recorrido en coche estábamos muy nerviosos y apenas hablamos, tomando café la cosa fue como cuando chateábamos, congeniamos enseguida y nos dimos la mano con aquella privilegiada vista. Después de pagar y de camino al coche fuimos cogidos de la mano como adolescentes, nerviosos por si alguien conocido nos sorprendía por los jardines de la Alhambra, en una zona que vi más resguardada la atraje hacia mí y la besé, fue un beso increíble, lleno de lujuria y pasión, en el segundo beso mis manos ya recorrían su culo, jamás había tocado un culo tan duro y redondo. Nos dimos el lote bien dado, yo tenía una erección que no podía disimular, ella al notarlo se acercó a mí y no paraba de frotar su sexo conmigo, era una locura, si no hubiéramos estado allí la hubiera desnudado. Pasado el rato continuamos el camino hacia donde habíamos aparcado el coche, teniendo que hacer más de una parada para besarnos y meternos mano, la lleve hasta donde la había recogido. Ese día no pudimos volver a hablar.
Al día siguiente después de hablar un rato y acostarme a la siesta (mi dormitorio está apartado del resto de habitaciones por lo que tengo bastante intimidad) me pide Skype, la acepto y empezamos a hablar, comentando el calentón del día anterior, poco a poco vuelve a empezar a calentarse el tema por lo que le pido que se vaya quitando algo de ropa, me cuesta un poco pero al ver ella que yo estoy ya solo en bóxer va cediendo y quedamos en ropa interior, le voy contando todo lo que sentía cuando nos rozábamos y me empiezo a tocar para que me vea, ella al ver mi erección mete la mano bajo tu braguita y empieza a tocarse a la vez que yo, poco a poco nos vamos diciendo lo que nos haríamos el uno al otro, que si te comería los pechos, que si te mordería el cuello, ya con la excitación a tope me quito el bóxer y le enseño mi miembro en total erección, ella me dice que es la más grande y gruesa que ha visto, yo que nunca he creído que tenga nada especial lo achaco a que su marido la tiene que tener pequeña, seguimos alentándonos hasta que consigo que ella se corra tapándose la boca ya que su hijo y su marido estaban viendo la televisión en la habitación contigua, después le muestro como eyaculo y ella vuelve a correrse viéndome a mí. Después de ese día volvimos a tener cibersexo cada vez con mayor asiduidad, la convencí para que me enseñara su sexo, se acariciara para mí, se metiera zanahorias, pepinos, el mango del cepillo del pelo, todo era válido para suplir la distancia.
A las pocas semanas volvimos a quedar en el mismo sitio, como yo no sabía dónde poder tomar una habitación a esas horas (10 a.m.) y por Granada era muy arriesgado, decidí que podríamos ir con el coche a algún lugar apartado, me decidí por un pantano que hay cerca de la capital y que durante la semana y a esas horas no suele pasar demasiada gente, sobre todo en invierno, después de encontrar un lugar más o menos apartado nos pasamos a los asientos traseros y comenzamos a besarnos, parecía que todo el morbo que teníamos acumulado iba a estallar, nos desnudamos casi arrancándonos las ropas y al final pude ver sus pequeños pechos, coronados por un pequeño pezón rosado pero muy duro y comencé a comerlos con desesperación. Ella me acariciaba la cabeza y se dejaba llevar, comencé a bajar una de mis manos hasta encontrar su sexo que estaba muy húmedo, no estaba depilada como ahora es lo común, le pase el dedo por los labios exteriores haciendo círculos y ella se movía intentando que mi dedo la penetrara pero yo la hacía sufrir, cada vez que se movía le separaba el dedo a la vez que me comía su boca y sus pezones, así poco a poco hasta que ya no pude más y la penetré primero con un dedo y luego con dos, a la vez con la otra mano masajee su culo, que duro, mire hacia abajo y tenía el pelo rubio, pero lo que más me llamó la atención fue su vientre plano, casi se la marcaban los abdominales. Seguí a la vez que fui bajando mi cabeza lamiendo esos abdominales hasta llegar a su sexo, saque los dedos y bebí su néctar, que sabor más delicioso, para mí no hay nada como degustar el sexo femenino, lamí y fui con mi lengua buscando su clítoris, lo fui rozando, sin llegar a atacarlo directamente, mientras mis dedos la penetraban con profundidad, cuando note que estaba tensándose cogí directamente el clítoris en mis labios y lo succioné, mis lamidas eran ahora muy intensas y directas, hasta que note que se corría en mi boca, mientras convulsionaba con un dedo acaricié la entrada a su ano, chillaba y chillaba, yo ya estaba que no podía más, así que me incorpore y le indique que ahora me tocaba a mí, ella me dijo que no estaba muy acostumbrada, pero empezó tímidamente a pasar la lengua por todo el pene, después bajó a los testículos que tengo perfectamente depilados, para después tras mi indicación empezar a meter mi miembro en su boca, poco a poco fue cogiendo el ritmo y yo note como mi pene crecía aún más en su boca, cuando vi que si seguía así acabaría, la paré y me puse entre sus piernas, pase mi glande por sus labios vaginales que estaban chorreando y de una vez la ensarte hasta el fondo, que sensación más increíble, se acoplaba a mí a la perfección, ella cerro sus piernas sobre mi cintura y casi creía que me iba a asfixiar, que potencia tenía esta mujer en las piernas, notaba como la humedad me corría por mis muslos, mis penetraciones eran muy profundas, podía notar el fondo de su útero, estábamos en un éxtasis total, subí mi boca y comencé a morder esos pezones que me volvían loco, fui incrementando el ritmo y notaba perfectamente como ella relajaba y contraía las paredes de su vagina a la vez que yo la penetraba ya con un ritmo demencial, estaba cerca del punto sin retorno por lo que le dije de cambiar de posición y ahora fue ella la que se montó sobre mí, se ensarto hasta el fondo y yo comencé a comer de nuevo sus pechos, mordiendo sus duros pezones, ella al notarlo empezó a aumentar el ritmo, la fricción era máxima y ella empezó a correrse de nuevo, me salí de ella y dándole la vuelta puede observar en todo su esplendor ese culo que tanta gana tenia de poseer, abrí bien sus piernas y lamí desde atrás desde su vagina a su ano, situé mi pene a la entrada y poco a poco fui ensartándola hasta el fondo, todos los cristales del coche estaban empañados y nuestros cuerpos sudorosos, comencé con un ritmo lento y profundo y Yolanda ya me suplicaba que acabara que no podia mas, asi que me dedique a dar más velocidad, hasta que mordiendo su cuello me corrí todo lo profundo que fui capaz, cogiendo su culo y la apretándome a la vez que me vaciaba dentro de ella, no recuerdo correrme tanto como aquel día, seguimos así, disfrutando dentro de ella hasta que perdí la erección y salí de ella.
Después nos besamos, limpiamos todo el desaguisado que había en el coche, menos mal que los asientos son de piel y llevábamos toallitas, nos vestimos, yo aún tenía ganas de más, pero al mirar el reloj habían pasado dos horas y ella ya se tenía que ir, por lo que la deje otra vez en el parking del centro comercial cercanas las una del mediodía, tiempo justo para preparar mi comida y salir a trabajar.
Desde ese día, volvimos a vernos varias veces………