Como Cambió Mi Vida: Capítulo 30 La Universidad..
Las vacaciones terminaron, Claudio inicia las clases y el cumplimiento de su promesa a la que bautizó "Una de las 12 tareas de Hércules", hay infidelidad, tríos, voyerismo
Capítulo 30: La Universidad, Los Estudios y La Tarea De Hércules.
Las vacaciones llegaron a su fin, ya que el lunes siguiente debía concurrir a la universidad, por lo desde ese día comenzaría a vivir en casa de Paula… Mamá ya había iniciado su regreso a la empresa, e Isa en una última escapada salió con unas amigas de la facultad, antes de iniciar su nueva etapa de la carrera de medicina. Ahora debía comportarse como un médico, ya que actuaría con una mínima supervisión o control. En mi caso yo tenía todo preparado, por lo que yo no tenía mucho más que hacer que jugar en línea con algunos compañeros, cosa que si bien es entretenida, debo decir que no se compara con el sexo, el me gusta más… por lo que me empeñé en buscarlo.
Dado que faltaban personas que retornaran a sus moradas y mi situación con mi parentela y otras chicas no fuese óptima, hizo que mis opciones fueran mínimas, por lo que decidí llamar a doña Montserrat la cual se “puso difícil” y me dijo que si no cumplía con mi palabra, que me olvidara de ella… por más que se lo pedí y casi rogué, ella se negó a mis deseos si es que no cumplía con su “pequeño encargo”.
Como no tenía muchas alternativas contacté con Montse para poder cumplir con lo solicitado por su madre. Afortunadamente para mí Montse estaba sin su novia y nos pusimos de acuerdo para que fuésemos pasar un rato a una piscina pública cercana de su casa… creo que ella no quería estar conmigo en la presencia de su madre… o simplemente no quería estar a solas conmigo en su casa que tiene piscina... aún cuando no era lo que yo realmente quería acepté, pues no me vendría mal disfrutar de buena compañía en una gran piscina con el calor que aún hacía en la ciudad. Así por lo menos la vería, y podría ver de que manera podría iniciar una de “mis 12 tareas de Hércules”, o sea el favor de doña Montserrat.
Montse me esperó cerca de la parada del autobús y nos fuimos en su coche directo a la piscina, se veía muy bien, pese a estar igual de pálida que siempre, vestía unos pantaloncillos de jeans y un peto que resaltaba esas tremendas tetas que se gasta… las cuales siempre he pensado que no corresponden a un cuerpo tan delgado como el de ella. Pero al bajarnos del coche ¡oh, sorpresa!... pude fijarme bien y noté que tenía unos pocos kilos más que lo usual, ¿las vacaciones?... se veía bastante más atractiva de lo usual, tanto que se lo comenté.
- Yo: Montse te ves preciosa.
- Montse: Eres un zalamero, estoy igual que siempre, solo subí un poco de peso de tanto comer en Grecia, jejeje
- Yo: Entonces deberías ir más seguido, jajaja.
- Montse: ¡Oye que poco diplomático!, jajaja
- Yo: No soy muy diplomático, pero realmente te ves preciosa.
- Montse: Gracias
Entramos a la piscina, la que no estaba tan concurrida como pensé en un inicio, probablemente sería que el verano llagaba a su fin y la gente ya estaba enfrascada en retornar a la rutina del trabajo y estudios. Así y todo noté que más de algún chico tornaba su mirada hacia la “nueva Montse”, cosa que me por unos instantes envaneció. Rápidamente nos instalamos en un sector a sol y sombra (ella a la sombra por supuesto), e iniciamos nuestra conversación, la verdad es que Montse es una chica muy entretenida, me contó de su viaje, de sus aventuras con un chico alemán, cosa que me sorprendió…
- Yo: Pero no estás liada con tu noviecita Bea.
- Montse: Vamos que son las vacaciones, jajaja
- Yo: Que bueno, pues aún no han terminado, jajaja (se veía una luz de esperanza)
- Montse: Para mí sí, ya estoy aquí, jajaja
- Yo: ¿Entonces no podemos…?
- Montse: Es que aquí puede haber alguna mirada indiscreta, jajaja.
- Yo: ¿Por eso me trajiste aquí y no a tu casa?
- Montse: Algo así…
- Yo: Pero en tu casa solo está tu madre y tú
- Montse: Precisamente, mi madre solo desea que me folles y me hagas heterosexual, jejeje
- Yo: ¿¡Pero te gusta follar conmigo!?…
- Montse: No lo niego, follas como los Dioses, pero lo que pide mamá es imposible.
- Yo: ¿Por qué?
- Montse: Porque amo a Beatriz… solo follo con hombres cuando me hace falta verga… en ese sentido tu siempre eres un buen candidato, jejeje
- Yo: Gracias por el voto de confianza, jajaja
Así seguimos toda la tarde, alternando nuestra conversación con baños regulares que permitían espantar el calor, la verdad es que Montse finalmente se declaró bisexual y que de vez en cuando gozaba de un hombre, pero que de todas formas quería a su Beatriz y que por lo pronto eso no cambiaría. En fin era como yo pensaba… una misión imposible.
Regresamos a su casa donde doña Montse nos recibió con unos apetitosos sándwich y gaseosas, estábamos en eso cuando llegó el padre de Montse el cual nos saludó con la alegría usual. Terminado el refrigerio Montse me invitó a su cuarto, aún cuando me pidió que la esperara unos minutos antes de subir pues debía ordenar. Lo más gracioso es que su padre fue a decir algo, cuando recibió un no muy cariñoso puntapié de su esposa la que a su vez le dijo:
- Deja que suba con el chico.
- Padre: Pero eso no es prudente ni decente…
- Doña Montserrat: ¿¡Quieres que siga con una novia o que Claudio suba!?
- Padre: Bueno es mejor que suba, dijo algo compungido.
- Yo: Perdón, yo me portaré como un caballero, no se preocupe.
- Doña Montserrat: Deseamos precisamente lo contrario…
- Padre: Sí aún que sea raro, prefiero que… tú entiendes, dijo e hizo una mueca
- Yo: ¡Sí claro!, lo intentaré… perdón
Después de ese extraño diálogo y ante lo dicho por Montse, subí a su habitación, donde me aguardaba vestida solo con un diminuto bikini que más parecía una tanga y si tienen dudas… ¡no era el que vistió en la piscina! Se veía preciosa, sugerente y muy atractiva… al verla quedé aún más perplejo que cuando recién había hablado con sus padres y no pude más que preguntar:
- Yo: ¿Pero tus padres?
- Montse: Precisamente por ellos que te invité, jejeje
- Yo: No entiendo…
- Montse: Ellos quieren que me folle un chico y que eso me haga olvidar a Beatriz.
- Yo: Me parece que estas en lo cierto, ¿pero tú qué quieres?
- Montse: Darles la razón en lo primero y se den cuenta de lo errado de lo segundo.
- Yo: ¿Pero Montse, lo haces para molestarlos?
- Montse: Tal vez un poco de eso, y un poco de ganas de que me folles, jejeje… ven.
- Yo: Bueno, ¿quieres el tratamiento especial?, jejeje
- Montse: ¿Es bueno?
- Yo: Se que le va a gustar,
Dije justo antes de que le hiciera a un lado parte del bikini sacándole afuera las hermosas y tremendas tetas que se gasta, sin liberar aún el broche del sujetador. Realmente son suculentas por lo que procedí a tomarlas y comencé a amasarlas y comerlas.
- Montse: No hagas eso malandrín son de Beatriz…
- Yo: No puedo evitarlo, dije
Para luego inclinarme para chupar sus enhiestos pezones, ¡esta chica sí que las tiene lindas!... por lo que continuando con mi comida de tetas, le descorrí el lazo de su sujetador y la dejé solo con su colaless. Sin separarme de ella le tomé el mejorado culo… efectivamente estaba mejor que nunca, los kilitos de más se habían ido a sus cachetes, ahora era un culito deseable… continué amasándolo con renovada pasión, siendo de todo menos delicado.
Montse realmente estaba entregada, pese a que sus palabras sobre Beatriz decían algo diferente, noté su respiración agitada y anhelante… sin decir nada más se sentó en su cama invitándome a seguirla. En eso aproveché de bajar a comerle el coño deslizando su colaless a un lado para apoderarme de los labios mayores y menores de su delicado monte de Venus, deteniéndome con especial dedicación y ahínco en su clítoris, ¡toda una delicia!... mientras más la lamía, más se mojaba. ¡Luego de unos minutos la vagina de Montse era un río de su flujo! Esta nueva Montse ya sin pudor se corrió lanzando un grito a los cuatro vientos como si estuviéramos solos, y tomándome la cabeza se la enterró entre las piernas casi asfixiándome.
Después de su alucinante corrida, Montse no me decía nada, solo respiraba agitadamente y suspiraba profundamente. Pese a los nervios que tenía porque el padre de Montse estaba en casa, le saqué el colaless con el propósito de meterle mi verga sedienta de coño… Montse sin ningún tapujo me decía en voz alta:
- Métemela, dame duro
- Yo: No grites, tus papás…
- Montse: Que escuchen… ya nada me avergüenza
Su hirviente coño calzaba mi verga como un guante, el saber que sus padres literalmente me habían autorizado a follarla en su habitación me ponía libidinoso y a sabiendas que se encontraban en la planta baja escuchando la algarabía de su hijita deseándome. Me encendía más y más morbosamente a cada momento. Por lo que comencé un desenfrenado mete saca, sin ninguna consideración o delicadeza, mientras la miraba a la cara… una cara de zorra caliente y deseosa. ¡Sí!, podía ver que su hermosa mirada estaba llena de deseo.
- Montse: Amásame las tetas
Ante tal sugerencia acompañé mi incursión en su interior con un masaje a esas tetas que tanto me gustan desde que las vi por primera. Al rato le vino un nuevo orgasmo a la ahora sensual y más rellenita Montse, con el mismo resultado y gritos que el anterior.
Al verla exhausta por la corrida, saqué mi verga y comencé a pasársela por todos lados, aprovechando de hacer todo tipo de guarradas autorizadas tácitamente por sus padres y por ella. Primero fueron sus orejas, luego la nariz y los ojos, siguiendo en los labios y tras un poco de presión en la boca… Montse comenzó una suave mamada, aún cuando evidenciaba su poco conocimiento en las artes amatorias orales, raspándome un poco el Glande con los dientes ¡gracias a Dios sin causar un gran daño!
- Montse: Eres muy guarro, ¿esto también se lo haces a mamá?
- Yo: ¡Shito!, tu padre te puede escuchar…
- Montse: Debería, así no sería más un cornudo con el amante de su hija
- Yo: Sí, pero si quieres seguir de amante de mi verga, no lo digas
- Montse: Okey vale.
Luego le tomé sus tremendas tetas, pasándole mi amiguito por los pezones, para después abrigarlo con esas hermosas masas de carne… el verla tan entregada y ver el empeño con que Montse de como cubría mi verga casi por completo, hizo que mi deseo se reforzara, comenzando una apasionada cubana que interrumpí solo para pasarle la verga en el ombligo antes del gran final…
Cuando creí apropiado me levanté dejando sus melones bambolenado… Montse no supo que decir y ante la mirada de curiosidad de ella, saqué de un bolsillo de mi arremangado pantaloncillo uno de mis condones extra-lubricados para entonces decirle:
- Yo: Ponte en cuatro patas que hoy será servicio completo, dije mientras me colocaba el condón.
- Montse: ¿Qué quieres hacerme?, dijo sonriendo.
- Yo: Voy a hacer mío tu hermoso culo… que está muy “re-lindo”
- Montse: Las vacaciones, jajaja
- Yo: ¡Sí! estuvieron buenas tus vacaciones, ahora las disfrutaremos los dos, jajaja.
- Montse: Con cuidado ya que tu eres el único que ha incursionado en él y fue hace tiempo, jajaja.
- Yo: Sabes que no soy desesperado, lo haré suavemente.
Ya sin decir más Montse se puso en posición, le humedecí su ojete con abundante saliva mientras le pasaba mi verga por su hermoso orto. Efectivamente estaba sin mucho uso por lo que comencé a “dedearle” el clítoris y untar sus flujos en el orto, para hacer que mi verga fuera bien recibida… ella ronroneaba como una gatita en celo.
Cuando consideré que Montse estaba lista, ¡o sea muy caliente! Algo que era totalmente evidente por sus gemidos y solicitudes guarras, que emitía entre suspiro y suspiro… simplemente quería que se la metiera.
Comencé la penetración anal con suavidad y calma… claro que Montse, sintió algo de dolor, pero nada que superara el placer que le estaba otorgando con mis manitas y verga. Ella misma comenzó a mover su culo para sentir mis estocadas, empecé a entrar en sintonía con su ritmo, sin darme cuenta rápidamente la cabalgaba con frenética pasión… Hasta que un nuevo orgasmo la asaltó y ella sin ninguna contención, nuevamente gritó casi como una loca:
- Montse: ¡Me cooorrroo….me corro!, ¡sigue…sigue, sigue partiéndome el culo!,… ¡me corrooo!, mmm… que maravilla, nunca en mi vida he sentido algo así.
- Yo: Te aseguro que no será la última Montse… cada vez que te folle te partiré el culo, dije saliendo de su orto para acariciar su nuevo y maravilloso culo, luego me saqué el condón y lo dejé en uno de los veladores.
- Montse: ¡Uff! ¡Sí que sabes partir el culo cabrón!.. ¡uff que pasada!
- Yo: ¿Montse prefiere mi corrida en tu cara?... ¿en tus tetas, o en la boca?
- Montse: Donde quieras.
- Yo: Vamos… ¡elije donde! porque ya me corro.
- Montse: En las tetas, dijo finalmente Montse.
Yo casi con mi simiente en la punta de la verga, logré dirigirla a sus turgentes tetas… la primera andanada cayó en el canalillo que las separa, la segunda en la teta derecha y la tercera en un movimiento impensado por mí, en su cara… para ser más preciso en sus labios, apretando mi glande las siguientes cayeron en su barriga y piernas, o sea casi por todos lados:
- Montse: Oye guarro mira como me has dejado.
- Yo: Vamos que te gustó… ¿qué esperas para limpiarla?, dije casi como una orden.
- Montse: Pero….mmpfhf…. está buena tu leche, jajaja….mmmgfs.
- Yo: Estas más hermosa que nunca, aseveré al verla enlechada con mi simiente.
- Montse: Si Beatriz viera esto, jajaja, me dejaste toda pringada y tuve que limpiarte
- Yo: ¿Pero te gustó que lo hiciéramos?
- Montse: Sí debo reconocer que lo haces súper bien pardillo.
- Yo: Oye no soy pardillo, ya superé esa etapa, jajaja.
- Montse: Sí, pero para mí serás siempre mi pardillo, jajaja.
- Yo: Y tú serás mi amante… maravillosa, además yo lo disfruté mucho.
- Montse: Yo…. también lo disfruté, y lo seré siempre que Beatriz lo permita.
- Yo: La convenceré, jajaja, vamos a lavarnos, dije tomándola de la mano para ir al baño.
Una vez el baño de su dormitorio, ambos entramos a la ducha, el mirarla por detrás y apreciarla tan bien dotada de curvas, en especial de su nuevo culito, ¡volví a calentarme! Sus formas por no decir toda ella, ¡estaban perfectas!
Sin mayor dilación comencé a acariciarla por no decir masajearla en cada centímetro de su cuerpo, ella correspondió mis caricias con igual frenesí, hasta que ambos muy calientes tuvimos una nueva sesión de sexo lujurioso mientras el agua tibia nos mojaba. En un momento apoyándola contra la pared de la ducha, levanté una de sus piernas con una mano mientras la penetraba con fuerza, y comencé a follarla nuevamente en forma desenfrena, mientras ella gemía y me decía que yo era maravilloso, y que siguiera sin parar.
Decidí incrementar su disfrute, por lo que con la mano libre tomaba su culo e incrementaba la profundidad de cada estocada de mi verga; llegó el momento en que me corrí en su interior… fue solo una fracción antes que ella sintiera un nuevo orgasmo. En esta oportunidad, nos fundimos en un profundo beso que demostraba que era una mujer apasionada y que la había dejado satisfecha… luego entre caricia y caricia nos secamos y vestimos, fue casi como un juego que ella jugó con alegría.
- Montse: Creo que es hora de que te vayas, es tarde… si te apuras te llevo a tu casa.
- Yo: Tiene razón y encantado que me dejes en casa.
- Montse: Después de lo que hemos hecho te puedo llevar al fin del mundo pardillo mío, jajaja
- Yo: Tomaré tu palabra.
- Montse: Cuando quieras, siempre que...
- Yo: Beatriz lo autorice, jejeje dije en forma majadera…
Bajamos al salón donde estaba solo Doña Montserrat de la cual nos despedimos, ella me sonrió y me agradeció todas las atenciones para su hija. Su esposo había salido a caminar, tal vez por los descontrolados gritos de Montse, lo entiendo yo no soporto que mis chicas estén con otro. Montse me dejó en casa y me dijo
- Montse: ¿En serio que seguirás siendo mi amante?
- Yo: Por supuesto, siempre que Beatriz lo autorice y que yo sea tu único amante.
- Montse: Mmm… si serías mi único hombre si Beatriz lo autoriza, jajaja
- Yo: Claro, si Beatriz lo autoriza, jajaja
Regresé a casa y mamá estaba esperando para interrogarme, pues doña Montserrat la había llamado apenas salí de su casa, no era mucho lo que podía reportar, pero le dije lo fundamental, que Montse era bisexual y que estaba enamorada de Beatriz y que si ella lo permitía yo sería su amante de aquí a la eternidad. En cuanto a “las 12 tareas de Hércules”, el reconvertir a Montse en heterosexual aún me parecía imposible… pero lo conversado con ella me dio alguna esperanza y me señaló que la clave sin dudas era Beatriz… ¡tenía que conocerla!
Las horas que me quedaba de vacaciones fueron más de los mismo, me follé un par de veces a Paula, otra a doña Montserrat, una a Mamá, una a Isa y otra a Ainhoa y su madre juntas… Mi vida había cambiado pero no tanto, el domingo en la noche ya no quería follar a nadie, después de andar buscando desesperadamente a quien follar.
Obviamente para el lunes no quería follar a nadie más, pues la despedida del verano fue muy intensa y solo me quedaban energías para asistir a la Uni… me costó salir de la cama para enfrentar mi nuevo cambio de vida. Aún así me levanté temprano, tomé mis cosas y salí. Afortunadamente mamá me dejó en la entrada de la facultad… ¡sí al igual que el primer día del colegio! pero era mejor que caminar, jajaja
Luego de vagar un poco y consultar los tableros, como también preguntar a otros chicos, logré llegar oportunamente a mis clases iniciales. En la primera me topé con Ainhoa y curiosamente solo en esa oportunidad fue en que coincidimos en la misma clase el primer día y nada más, la verdad es que la sede era muy grande, muchos cursos y la cantidad de alumnos a lo menos triplicaba mi antiguo colegio.
Durante el día aproveché de vitrinear como estaban las chicas de la facultad, obviamente habían unas preciosas, otras lindas, muchas atractivas y otras sencillas… pero si uno les busca su atractivo se puede encontrar. A eso de las cinco de la tarde terminé mi última clase con miles de páginas de textos por leer, por lo que antes de ir a casa de Paula pasé por la biblioteca, donde pude obtener varias de las publicaciones y fuentes de información que harían de mi vida una fuente de inspiración como también de sufrimiento.
Llegué a casa de Paula antes que ella, pues caminando solo me demoré 20 minutos, claro que mi mochila pesaba como 20 kilos de libros y fotocopias. Entrando me encontré con una nota de bienvenida y las instrucciones para prepararme un “tente en pie”. Cumplí con ellas mientras leía los primeros documentos, lo necesitaba y es así que devoraba un emparedado de jamón y queso, tragaba un vaso de leche y trataba de resumir los cientos de páginas que tenía por delante.
Estaba tan ensimismado en mis libros que no me di cuenta cuando entró Paula, solo la sentí cuando ella me tapó los ojos. Di un respingo de susto por la sorpresa… Ella se rio de mi reacción y se sentó a mi lado iniciando una conversación sobre mi primer día, comentamos algunas cosas y me dejó para que siguiera.
A eso de las 2000 horas cenamos algo ligero y me dejó estudiando hasta que pasada las 2200 horas me fui a acostar a su cama, donde una dormida Paula me recibió entre sueños, la verdad es que ambos estábamos agotados y no pasamos más allá de darnos un dulce beso de buenas noches.
Por la mañana mi dulce Paula me despertó a eso de las 0600 horas y me invitó a la ducha, yo aún dormido le dije que era muy temprano, pero ella me insistió que nos ducháramos, solo ahí caí en cuenta que quería ahorrar agua conmigo. Si bien la seguí como un sonámbulo ya al pie de la regadera mi estado de alerta y actitud cambiaron, pues estaba frente a un monumento al erotismo.
Paula entro con toda su voluptuosa desnudez a la regadera donde con solo verla mi amiguito despertó, ¡tieso como una barra de acero!, partimos jabonándonos mutuamente… lo que empezó como suaves y dulces caricias continuaron como masajes frenéticos… por un momento pensé ¡Oh Dios mío, toda ella solo para mí!... Seguí con mi frenético amasado de tetas culo y cintura hasta que le levanté una pierna y la ensarté sin muchos miramientos, ella soltó un profundo gemido y me besó con pasión mientras la follaba contra el muro de la ducha. No sé cuanto rato estuvimos en eso pero indudablemente no ahorramos agua.
Serían como las 0800 cuando por fin salíamos cado uno rumbo a nuestros destinos, Llegué a mi primera clase diez minutos antes de su inicio, por lo que me dediqué a conocer algunos chicos, por lo que me di cuenta y por mi historial, yo era de los más jóvenes, pero así y todo congenié con varios de ellos.
Al almuerzo coincidí en una de las cafeterías con Ainhoa, la que me presentó a una nueva amiga con la que comimos juntos… el almuerzo de la enorme cafetería era bastante bueno, la compañía magnífica y el ambiente estudiantil excelente… ¡me gustaban mis primeros días de universitario! La nueva amiga de Ainhoa era una rubiecita simpática, la verdad es que era de las que calificaría de una chica “sencilla”, y no estaba en mí el ánimo el buscarle un atractivo.
Por la tarde descubrimos con Ainhoa que coincidimos en tener un horario “valle” o “desocupado” entre la primera hora de la tarde y la última, por lo que recordando lo dicho por Paula, decidí invitarla a follar en mi nueva morada. En un principio ella se negó pero después de muchas insistencias mías finalmente dijo que lo pensaría.
Nos sentamos juntos en la primera hora que también era coincidente, la clase fue muy atractiva hasta que me di cuenta que el profesor por un motivo desconocido por mi, comenzó a interrogar más de la cuenta a Ainhoa… ¿qué quería el sujeto?... me pareció molesto y sospechoso por decir lo menos… ¿estaba frente a un acosador?... espero que no. Gracias Dios terminó la clase y cuando estábamos por marcharnos el profesor llamó a Ainhoa para hablar con ella… En un principio no sabía qué hacer… pero a mí no me gusta compartir mis chicas por lo que me acerqué a ellos y tomando a Ainhoa por el hombro para estrecharla le dije al profesor:
- Perdón profesor, pero con mi novia tenemos una cita con el Decano y no podemos llegar tarde.
- Profesor: ¡Oh si por supuesto!
- Ainhoa: Lo siento profesor, en todo caso estudiaré mucho su ramo que es apasionante.
- Profesor: Claro… en todo caso cualquier cosa me puedes consultar.
Nos fuimos caminando en dirección al edificio principal, donde también está la salida principal, iríamos rápido a la parada de autobuses para llegar al departamento de Paula lo antes posible, casi agitados nos sentamos al fondo del vehículo cerca de la puerta de salida.
- Ainhoa: ¿Qué te pasó con el profesor?
- Yo: Nada, solo quería que saliéramos rápido.
- Ainhoa: A mí no me engañas… ¿Te molestó su atención hacia la alumna más linda?, jejeje
- Yo: Sí, yo creo que te quiere follar…
- Ainhoa: ¿Y tú no?
- Yo: Es distinto, eres mi novia
- Ainhoa: Pero follas con otras, de hecho vamos a casa de una de tus amantes.
- Yo: Es cierto, pero soy así de posesivo, tanto que ya no follo con mis primas y tía Dani.
- Ainhoa: ¿Y eso me debe dejar contenta?
- Yo: No sé si contenta, pero soy así… si quieres seguir conmigo me debes aceptar como soy, si quieres follar con otros solo debes decírmelo, lo aceptaré y no te molestaré más.
- Ainhoa: No seas melodramático, ya te acepté como eres…
Nos dirigimos a tomar un autobús que nos acortaba el tiempo a solo unos pocos minutos para llegara a casa de Paula. Nos bajamos tranquilamente y subimos al apartamento. Ainhoa comenzó una visita de inspección como si fuera una chica que lo quisiera rentar o comprar, me reí para mis adentros, pues comenzó a criticarlo y no a ocuparlo en lo que realmente queríamos.
- Yo: Vamos Ainhoa que estamos recién llegados y Paula no es rica
- Ainhoa: Peo le falta calor de hogar
- Yo: Para eso está mi calor, jajaja
- Ainhoa: Eres muy guarro, jajaja
- Yo: Vamos a lo que vinimos… así no llegamos tarde a clases
Me acerque a ella por detrás tomándola por la cintura apoyándole mi hombría en su culito, ella soltó una risita nerviosa y volteo rápidamente abrazándome para besarme, nuestras lenguas comenzaron a juguetear en un beso travieso, quise decir algo… pero ella me tomó la verga por sobre el pantalón mientras con la otra mano me callaba. Bajó hasta la altura de mi bragueta y liberó a mi amiguito para darle unos besos y comenzar una deliciosa mamada… Si seguía así me correría por lo que no me quedó más remedio que romper el mágico silencio que habíamos producido
- No sigas… susurre angustiado por la inminente corrida, mientras sentía que se detenía sin evitar que le diera un besito a la punta de mi glande
- Ainhoa: ¿Qué te pasa?
- Yo: Si sigues así me voy a correr.
- Ainhoa: ¡Tan rápido¡¡… eso no es normal
- Yo: Tu mamada no es normal, es una delicia que me mata con la lengua, jajaja
- Ainhoa: Mmm veo que te gustó lo que aprendí…
- Yo: ¿Con quién? Pregunté con algo de enojo.
- Ainhoa: Con Debbie Does Dallas y Garganta Profunda, jajaja… te pasaste tres pueblos de celosos, jajaja
- Yo: Perdón soy así, jejeje… ¿pero las viste?
- Ainhoa: Sí fueron unas vacaciones muy traviesas con mi prima Valentina, jejeje
La tome de la cintura, la acerque hacia mí y la bese con pasión, ella soltó su veraniego vestido de suave tela dejándolo caer, asomando por fin sus preciosas curvas, luego sus brazos rodearon mi cuello, mientras sus labios y lengua volvían a incursionar en mi boca… Ainhoa volvió a acariciar tiernamente mi cabeza… sus dedos se perdían en mi pelo… hacía mucho tiempo que no hacía el amor o me liaba con ternura con una chica. Mis manos comenzaron suavemente a acariciar su espalda, recorriendo su silueta y amasando la deliciosa cola de Ainhoa (en este minuto no era un simple culo). Ainhoa comenzaba a agitar su respiración especialmente cuando comencé a restregar mi verga en su coñito, ahora los dos éramos lava ardiente.
Nuevamente con algo de dificultad buscaba como liberar el sujetador para poder disfrutar de las tremendas tetas que tiene mi chica… pero el “maldito sujetador” tenía un broche sumamente seguro, tanto que por un momento se rompió la magia que estábamos viviendo, por lo que Ainhoa riendo de gusto me ayudó, logrando liberar sus senos de su prisión… se veían preciosos, grandes pálidos, coronados por unas areolas y pezones color rosa pálido.
Intentando retomar la magia de la ternura acaricie sus senos sin rudeza, ella como recompensa a mi suave accionar gemía casi como el ronroneo de una gatita caliente… Comencé a besarla por todos lados, primero su cuello luego su incipiente tripita de las vacaciones, hasta llegar a su abultado monte de Venus. Mi chica se derretía, tal como yo casi me derrito cuanto tenía mi verga en su boca… le di un beso y enterré mi cara en el fragante coñito que exudaba mucha humedad… ¡Mmm un coñito rodeado de unos pelitos rojo pálido, pasé mi lengua catando el salobre néctar que me embriagaba, esto la estremeció… metí mi lengua hasta donde podía, para encontrar un clítoris hinchado de deseo… lo envolví y lo acaricié con dulzura… Ainhoa deliraba de goce y acariciaba con fuerza mi pelo, de pronto empezó a follar con mi lengua… casi me asfixiaba pero estaba seguro que ella estaba por correrse, de pronto su pasión se desbocó corriéndose en mi boca.
Ainhoa a punto de caerse al suelo logró sentarse en el sofá donde me puse entre sus piernas para besar, chupar y mordisquear sus pezones que parecían garbanzos por la excitación que estaba viviendo su dueña. La verdad es que después de la tremenda corrida que había tenido, era una crueldad lo que estaba haciendo, pero ella se merecía sentir todas esas abrumadoras sensaciones.
Puse mi verga la que por fin tenía bajo control después de que me había traicionado en la sensual y deliciosa mamada que mi chica me había dado unos minutos atrás, ahora estaba nuevamente estaba seguro que la podría llevar a las nubes sin correrme antes que ella. Casi instintivamente ubiqué mi verga entre sus muy humedecidos labios vaginales… se la pasé por la rajita del coñito solo con el afán de que ella me deseara en su interior.
Ainhoa me miró con cara de gata en celo, sus ojos solo expresaban deseo, sin duda ella aguardaba con e impaciencia que la penetrara… le fui insertando mi verga lenta y suavemente… Nuevamente gimió para aliviar su candente deseo… mi avance era lento, mientras la penetraba nos mirábamos a los ojos, era como una comunicación sin palabras ambos estábamos disfrutando al máximo hasta cuando llegué a tope. Ella lanzó un profundo gemido o suspiro, la verdad es que no lo pude identificar bien.
- ¡Uffmmm…. Ahhhh!
Ese sonido desató toda mi feroz fogosidad y comencé a darle profundas estocadas que mi chica disfrutaba con sonoros jadeos y gemidos. Me tomo por las caderas y comenzó a marcarme un ritmo cada vez más apresurado, aparentemente quería que le partiera el coño, la verdad es que la ternura se desvanecía por la rudeza del deseo.
Cuando su ser, excitado, no aguantaba más, se separaba de mis labios y su rostro se perdía entre mi rostro y mi hombro, emitiendo placenteros gruñidos cerca de mi oído, y sus manos se aferraban a mi espalda soportando mis pausadas embestidas…
Ahora tenía una fiera de pelaje rojo que quería que la impregnara de mis fluidos, la verdad es que ¡no sé como describirla!… mi novia no era la estudiante amistosa, tranquila, y sumisa que conocí en el colegio… creo que ambos éramos unas fieras en celo que queríamos o deseábamos llegar al límite del deseo. Podía sentir como las paredes de su coño me apretaban para estrujar mi hinchada verga, cada roce era una agonía de placer… estuvimos así varios minutos hasta que los dos nos corrimos en medio de aleluyas y gritos a Dios.
- Yo: Fue increíble
- Ainhoa; Sí fue la hostia pero ¿qué hora es…?
- Yo: Las tres y cuarto… ¡uff, debemos apurarnos!!
Gracias a Dios que Ainhoa preguntó la hora y nos dimos cuenta que teníamos el tiempo justo para vestirnos y regresar a clase, no sería bueno comenzar mi nueva vida con problemas, afortunadamente cogimos un autobús al momento de llegar a la parada y pudimos llegar a clases un par de minutos antes de que empezara.
Terminada nuestras clases nos despedimos con mucha dulzura y afecto, luego ella para su casa y yo para la de Paula. Llegué unos minutos antes que Paula lo que me permitió ordenar y ventilar el olor a sexo que había dejado unas pocas horas antes, luego me puse a estudiar y hacer los resúmenes correspondientes que me permitirían canalizar mi esfuerzo académico, tal como lo haría un ¿nerd?... ¡tal vez lo soy!, jajaja… pero no se puede negar que soy uno bastante especial.
La primera semana transcurrió muy similar, luego vino el fin de semana y con Paula nos fuimos a casa de mamá. Obviamente mi progenitora nos estaba esperando no solo porque nos quería ver, si no que también nos quería follar. El hecho fue que tan solo al entrar, encontramos a Mamá vestida con un conjunto de lencería que mataría a cualquier ser humano que la mirara, las transparencias dejaban a la vista con especial sensualidad sus pezones que coronaban sus tetas que apenas podían ser contenidas por ese revelador sujetador de seda, tules y encajes, además se podía apreciar claramente el inicio de la rajita del Coñito cuidadosamente depilado.
- Yo: Guau, hola mamá, veo que nos estabas esperando
- Mamá Julia: Sí mi niño, los extrañé a los dos…
- Paula: Hola doña Julia, venimos a cumplir nuestra parte del trato…
- Mamá Julia: Así lo espero, jejeje
Mamá abrió sus piernas y corrió su tanga para un lado… Paula comprendiendo lo que quería mamá, soltó las valijas y se arrodilló frente a ella. Esta erótica visión despertó en mí mi calmada libido, por lo que yo también me arrodille detrás de Paula y le bajé sus bragas ocultas por la falda escocesa que vestía, comencé a pasar mi lengua por la rajita imitando lo que ella hacía con mamá, sus fluidos vaginales ya eran abundantes a los pocos minutos, ¡uhmmm era una delicia!
Ya con la temperatura de los tres al máximo, me arrimé a ella con mi verga pugnando por entrar en esa húmeda hendidura, Paula era una fiera que necesitaba una buena verga y yo se la daría. Mientras ella metía aún más su cabeza entre las piernas de mamá, le pregunté:
- ¿Quieres que te la meta?
- Paula: Mmm… ¿¡sí no hay problema!? jejeje.
- Mamá Julia: Vamos, menos cuchicheos y más acción, que quiero aliviar mi sequía.
- Claudio: ¡Sí mamá!, dije afirmándome de las caderas a Paula para penetrarla.
Mientras envergaba a Paula, esta comenzó a comerle el coño a mamá, la que a su vez comenzó a gemir apretando a Paula contra su coño que se licuaba con cada lamida. El ver y sentir a las dos furcias me excitaba, quería no solo romperles el coño, quería hacerlas parte de mi. Con esa idea le acariciaba el culo Paula… ¡Sí! Ese maravillosos y magnífico culo… metí un dedo en el orto perfecto y lo ensalivé para dar paso a un estimulante mete y saca. Ella por su parte solo se dedicaba con ahínco a comer el coño de mamá... la tentación era máxima y sacando como pude un condón extra-lubricado de mi bolsillo me lo puse y enculé lentamente a Paula ante la atenta mirada de mamá
- Mamá Julia: ¿¡La estás enculando mientras me come el coño!? ¡Es una delicia!…
- Claudio: ¡Mmm sí! Paula tiene un culo de miedo mamá….
- Mamá Julia: Mmm sí mi niño tu furcia tiene un lindo culo, jajaja
Comencé a amasarle los cachetes del culo que eran sujeto de mi incontenible deseo, de pronto Paula con una mano se “dedeaba” el coño para embotar sus sentidos de sexo, por lo que yo tomaba un ritmo endemoniado de vergazos en ese culo perfecto, por lo que volvía a tomarla de las caderas y profundizar mis arremetidas..
- Paula: ¡Ahhh…. Mmm que grande!…
- Mamá Julia: Claudio dale duro a tu furcia, sin piedad, jajaja, ¡y tú furcia, sigue comiendo coño!, que está mmuyyy buenooo…. Ahhh (mamá también gozaba de Paula que se afirmaba de las piernas de mamá para no dejar de comer coño con cada envestida mía.
- Paula: Mmm… sí dale duroo….
Continué culeándola profundo, amasando sus generosos cachetes del portentoso culo… era un sueño de mujer, le daba duro, sin piedad… pero a ella le gustaba, ya mi calentura llegaba al máximo, mis caricias y envestidas eran furiosas, con movimiento se reflejaba mi lujuria viva y ardiente…
- Paula: Dale así más,… más fuerte…. ¡Sí… sí… sí!
- Mamá Julia: ¡Me corroooo!…. Esta puta hace que me corraaa…
- Claudio: Córranse putas, córranse...
- Paula: ¡Yooo también me… me corroooo!
Ni que lo hubiésemos planificado y como casi nunca nos pasaba en nuestros encuentros, nuevamente nos corrimos los tres, apenas levanté con mi condón lleno de leche y me senté al lado de mamá, la cual después de unos instantes le dijo…
- Me lo das…
- Yo ¿Qué?
- Mamá Julia: El condón con leche…
- Yo: Mmm bueno, dije y se lo pasé
- Mamá Julia: Bien putita, saca tus melones afuera que deseo probarlos con leche de Claudio... ¿también quieres probar putita?
Sin decir más Paula sacó esas tremendas tetas objeto de mi perpetuo deseo y se sentó en medio de nosotros… mamá dejó derramar mi leche en esas tremendas masas de carne y lo que quedó se lo metió en la boca para luego besar crudamente a Paula… luego le pasó la lengua por las tetas mirándola con cara de gata en celo… mamá era una verdadera súcubo… Esta visión me calentó nuevamente y también pase mi lengua por donde mamá la había pasado, es así que entre los dos nos dimos un festín de tetas de Paula.
Mamá no contenta con eso y en un movimiento casi coreografiado le metió mano al coño a Paula… Eso me trajo recuerdos de una vez con mamá hicimos una paja doble a este coño, por lo que la imité. Casi al mismo tiempo cada uno le metió un dedo en su interior, Paula, la que aulló de placer. No pasó mucho rato cuando ya Paula se volvió a correr en nuestras manos, pero no alcanzó a siquiera respirar cuando mamá me dijo:
- Ahora me toca a mí Claudio… méteme tu amiguito
- Claudio: Lo que quieras mamá
- Paula: ¡Uff!... que bueno que sigan ustedes estoy… agotada…
- Mamá Julia: Estupendo, jejeje….
Después de eso me arrodillé frente a mamá colocándome en posición con mi amiguito totalmente recuperado y comencé la penetración. Quise ser lo más suave posible, pero mamá no estaba para dulzuras y me exigió que le partiera el coño y así lo hice… ¡sin miramientos! de tal forma que ella sintió como el dolor de mi puñalada de carne le corrió por todo su espinazo y dejó escapar un profundo gemido…
Mamá con su mirada y gestos me decía que fuese más duro, mientras Paula nos miraba embelesada como yo le partía el coño a su Dominatrix… juro que le vi una sonrisa camuflada con una mueca. Por su parte mamá continuaba apretándome contra ella y amasándose bruscamente sus tetas. La verdad es que era lo más duro que había tenido en sexo desde hacía mucho tiempo. Mamá al poco rato ya boqueaba afirmada de mi para no derrumbarse a causa de mis estocadas que llegaban hasta lo más profundo de su apretado coño… no tardé mucho en correrme, creo que Mamá aún no lo hacía, pero cuando me detuve después de inundarla con mis fluidos mamá nuevamente habló:
- Paula cómeme el coño…
- Paula: Como quieras Julia…
- Mamá Julia: Hazlo si quieres dormir bajo este techo…
Nuestra bienvenida a casa había sido todo una pasada…
El fin de semana fue relativamente tranquilo, casi no salimos de casa de mamá, follamos los tres nuevamente el sábado por la noche después de ver una película romántica algo subida de tono, incluso el domingo solo hicimos una barbacoa donde llegaron tía Dani y sus hijas… o sea mis primas, pero con ellas no pasó nada de nada. A Isa la vi poco, pues estaba de novia con su mediquito que llegó a la barbacoa… la verdad es que es un tipo simpático y a todas les encantó. ¡Eso sí que sentí algo de celos!.. pero eso en mi no es una novedad para ustedes.
La siguiente semana fue más de lo mismo, con la sola diferencia que Montse me llamó el jueves, ya que mi hermano Juan venía de visita y Biocha le había dicho que querían que saliéramos en grupo, cosa que yo desconocía. Me pareció bien, por que aprovecharía de conocer a su novia Beatriz y así comenzaría a cumplir una de las “12 tareas de Hércules”.
Por otra parte mi vida universitaria era muy demandante, los profesores nos asfixiaban con tareas pruebas y ensayos, la verdad es que no tenía ni tiempo para follar, cosa que muchas de mis “chicas” extrañaban… en ese sentido la única privilegiada era Paula, con la que hacíamos encuentros “aquí te pillo, aquí te mato” y nada más.
Por otra parte comencé a conocer a otros alumnos de la carrera, de los cuales empecé a hacer buenas migas con un par de chicos y tres chicas con los que coincidíamos más en los ramos, como también trabajos de grupo que nos encomendaban, pero en cuanto a las chicas solo una me inquietaba mis hormonas pues era una morena de unos lindos ojos verdes y pese a estar con unos kilitos de más, como dijo uno de mis nuevos compañeros del grupo, “estaba digna de pecado”… lamentablemente para mí, ella sabía perfectamente quien era Ainhoa, por lo que cualquier avance mío sería tomado como una “traición” y rápidamente desechado.
Juan llegó el jueves por la noche, mamá lo recogió del aeropuerto y lo llevó a casa donde cenamos en familia, pero a eso de las 2100 horas mi hermanito le pidió el coche a mamá y salió a ver a Biocha, la cual lo esperaba con gran anhelo. Me imagino que lo pasó de maravillas ya que llegó de madrugada y se acostó muy alegre pues lo miré por unos instantes mientras se ponía pijama bailando.
Al otro día mi hermanito de alguna forma se las arregló para despertar a eso de las 0830 y sacarme a rastras a trotar por el parque cercano, la verdad es que hacía ya dos semanas que no lo hacía, por lo que a los pocos metros yo estaba que me desmayaba mientras él me hablaba de su unidad, su vida y su novia Biocha.
Después de la ducha supe que Juan ya estaba en camino a ver a Biocha, por lo que me relajé y fui a ver Paula que dormía en el cuarto de Isa. ¡Que les puedo decir!, al entrar vi como Isa y Paula dormían profundamente en la misma cama… levanté las sábanas y vi que ambas estaban desnudas, cosa inusual en ellas, pues son “friolentas”… ¡Uhmm!... sospechoso, muy sospechoso… pero al ser ambas parte de mis chicas no me molestó, mas bien me puso excitado pero las dejé dormir.
Almorzamos en familia incluyendo a Paula y Biocha. Esta última realmente se veía preciosa y voluptuosa como siempre, todo fue muy ameno y mi hermano estaba encantado. Por la tarde ellos salieron a ver a sus amigos y yo a jugar futbol con unos compañeros del colegio, a los que se sumaron algunos invitados que no conocía. En todo caso ganamos 5 por 2 lo que habla muy bien del equipo, la verdad es que estaba feliz, todo marchaba bien y la salida de la noche estaba organizada.
Una que no estaba contenta era Ainhoa, que se enteró algo tarde que no saldríamos el viernes, por lo que le tuve que prometer que lo haríamos el sábado después de estudiar juntos “Cálculo I”… Ahora iba comprendiendo que los lazos que uno forma con las chicas difícilmente son de amistad, o si lo son, rápidamente se convierten en una mezcla de amor-cariño-celos… Extraño, pero para mí pero muy real.
En cuanto a Paula, se quedó en casa de mamá bastante mal humorada, pues se sentía con más derechos que cualquier otra chica para estar conmigo… que puedo decir, la entendía plenamente, pues a mí me pasa lo mismo con mis chicas. Isa se quedó conversando con ella para reconfortarla, incluso le propuso salir en una noche de chicas con otra chica ya graduada de médico que era amiga de su novio (el que estaba de turno)… a mi no me pareció muy buena idea, pero no me podía alterar.
Juan me llevó a buscar a Biocha y luego a Montse y su novia Beatriz… ¿¡por qué debíamos salir en un solo coche!?... de esa manera tendría menos oportunidades de lograr cumplir mi tarea de “Hércules”…. Bueno primero pasamos por la novia de mi hermano… La recogida de Biocha fue algo extraña, pues a diferencia de lo acontecido en el almuerzo, ella saludó a Juan con el afecto que es de esperarse para el caso, pero al saludarme a mí, me dio los dos besos usuales, pero extrañamente esos besos fueron rozando mis labios, cosa que además de excitarme, me dejaron sorprendido… Biocha me miró y sonrió con malicia… ¿qué pretendía la noviecita de mi hermano?
A los pocos minutos recogimos a Montse y Beatriz que nos esperaban juntas en la casa de la primera… el saludo de Beatriz fue cortés pero distante, el de Montse muy cordial pero dentro de lo formal. Beatriz me observaba como si yo fuera ¿un sátiro?... ¿un marciano?, no podría precisarlo, pero en ningún caso como un amigo o conocido… ¿podría ser como un rival?... ¿Montse la habrá contado algo?
La conversación en el trayecto fue intrascendente, solo alterada por Beatriz cuando sin ningún tapujo me preguntó por qué motivo venía sin acompañante, a lo que le respondí con algo de sarcasmo, que en el coche éramos cinco personas y que para mí era suficiente compañía, pues si fuésemos más no podríamos ir en un solo coche
En el discoteca Bea acaparó la atención “de su Montse” y obviamente Juan de Biocha, en otras palabras estaba abandonado a mi suerte, por lo que me dediqué a explorar el local en busca de alguna chica que quisiese bailar, la verdad es que intenté abordar a algunas que al ver mi aspecto que raya en lo adolescente ni siquiera me miraron, otras me sonrieron y diciéndome con dulzura que me fuese a buscar a una de mi edad, o sea al jardín de infantes… La verdad es que estaba siendo rechazado casi sistemáticamente hasta que una mujer de unos veinte algo años (más tirados a los treinta), me dijo que:
- Encantada de bailar con un chico tan majo… vamos
- Gracias, pensé que hoy no bailaría.
- Chica: Yo también, jajaja
Bailamos dos, tres, cuatro bailes y la veía encantada de hacerlo, la verdad es que lo hacía bien y con entusiasmo, demandando de mí mis “mejores pasos” (la verdad es que soy tieso y descoordinado para el baile), pero lo disfrutábamos los dos. Yo de vez en cuando miraba a Montse y Bea, pero ya no me importaba su actitud… la paciencia del cazador debía de imperar... De pronto cambiaron la melodía y ella se detuvo casi en seco y me dijo:
- Esta no me gusta, ¿bebemos algo?
- Yo: ¡Oh si claro!… ¿Qué deseas?
- Chica: Primero saber tu nombre y edad… en cuanto a mi bebida… no creo que el barman te la de, jajaja.
- Yo: Claudio y tengo 18 años…
- Chica: Constanza pero me dicen Coni y tengo a lo menos una década o más que tú, jajaja, y seamos sinceros… creo que aún te falta para los 18, jajaja
- Yo: Bueno tengo 18…
- Coni: Bueno Claudio, vamos por un par de sodas…. Esas chicas que mirabas…
- Yo: Son mis amigas….
- Coni: ¿Son pareja?...
- Yo: Si…
- Coni: Mira Claudio, es más probable que logres follar conmigo que con ellas, jajaja… las chicas lesbianas no cambian, ¿lo sabes?
- Yo: Lo sé, pero intentaba cumplir una promesa…
- Coni: Es difícil cumplir los imposibles.
- Yo: Pero lo intentaré
Coni era una mujer mayor que yo, muy agradable, de bellos ojos oscuros y de una estatura media diría como de 1,65 metros, en cuanto a su silueta; solo puedo decir que era bien proporcionada, pues vestía unos jeans holgados y un polerón que ocultaba cualquier curva. Nos dirigimos a otro sector del local donde nos sentamos en una mesa que Coni compartía con parejas de su edad. La verdad es que me sentí algo cohibido cuando ella me presentó a sus amigos
- Coni: Chicos, les presento a Claudio, un excelente bailarín…
- Chico 1: Coni… no es muy joven… incluso para ti, jejeje
- Coni: No seas tonto, para bailar no se necesita edad, jejeje
- Chica 2: Bien venido Claudio, debes alegrar a Coni que ha vuelto al ruedo de las solteras…
- Yo: Nos estamos alegrando los dos no se preocupen, jejeje
Tuve que soportar las bromas por un rato, en eso descubrí que Coni estaba siendo animada por su grupo de amigos luego de que su novio la dejara plantada a días de su boda. Ella por lo que decía pude notar que era una chica dulce y amable, como esas que ayudan a los ancianos, recogen gatitos de la calle y todo tipo de acciones bondadosas y aparentemente yo era otra de sus buenas acciones. Por lo demás, a ella le gustaba bailar desde siempre y yo era “su víctima”… Es más uno de sus amigos en forma muy desubicada, dijo que su novio había huido del baile de la boda.
Las horas pasaban y yo me entretenía con Coni mientras mi hermanito disfrutaba de la velada con Biocha y Montse era absorbida por su novia, la que se pavoneaba en la discoteca como señalando que la linda Montse era solo suya
- Coni: ¡Mira! tu amiga y su novia van a un lugar oscuro
- Yo: No me extraña… después de su actitud….
- Coni: ¿No quieres ver a donde van?, jejeje
- Yo: La verdad es que no es mi ánimo ser voyerista, pues me imagino que a nada santo, jejeje
- Coni: Yo si tengo curiosidad… ¡vamos! Dijo arrastrándome fuera de la pista
En el local había un segundo piso mucho más oscuro, donde muchas parejas se refugiaban de miradas indiscretas, pues los que estaba ahí se morreaban e incluso algo más, esperando que ninguno de los presentes se preocupara del vecino.
Coni me guió a un sofá que quedaba casi frente a las chicas que se sentaron detrás de una pareja que estaba más que entusiasta en su magreo, pues las manos del sujeto recorrían con pasión el cuerpo de ella, ¡era casi ver una película triple x! Bea al sentirse en ambiente comenzó a magrear a Montse, que respondía sus caricias y besos ajena a que yo la estaba mirando, no sé que me pasó, pero mi verga se endureció por el morbo del cuadro que mis dos amigas lesbianas me regalaban (la verdad es solo una es mi amiga).
- Coni: Mira Claudio, parece que están muy calientes…
- Yo: Sí lo están
- Coni: El ver tanta pasión me pone… juguetona ¿a ti no?
- Yo: La verdad es que a cualquiera, es como ver una peli…
- Coni: ¿Porno?
- Yo: Diría que sí.
En un momento Coni se giró y me besó con pasión al tiempo que me agarraba mi verga por sobre el pantalón. Di un respingo y sin pensarlo dos veces le tomé una de sus tetas, ¡eran magníficas!, duras y de buen tamaño…
- Coni: Disfrútalas, me las hizo mi ex…
- Yo: ¿Las Hizo?
- Coni: Sí el era un cirujano plástico…
- YO: Bueno en ese caso lo intentaré.
Nos enfrascamos en nuestros propios asuntos y dejé de mirar a las chicas, solo estaba preocupado de mi magreo con Coni, la verdad es que apenas pude, puse mis manos bajo el abultado polerón, descubriendo al tacto las preciosas curvas de Dani… pero cuando intentaba algo más, ella delicadamente controlaba mis manos. Estábamos en eso cuando Montse nos habló:
- Claudio, lamento molestarte, pero nos vamos
- Yo: ¡Pero tan temprano!
- Montse: Bea tiene que estudiar y tu hermanito quiere seguir la fiesta por su cuenta
- Coni: Una lástima lo estaba pasando muy bien… dame tu móvil y podemos quedar para otra vez
- Yo: Claro…
Nos despedimos y nos fuimos de regreso, la verdad es que yo estaba hirviendo de caliente y creo que las otras chicas estaban igual. Juan decidió que pasáramos a dejar a Bea primero, luego a Montse y finalmente a mí, pero Montse le dijo que ella me podía llevar para que pudiese seguir la velada con Biocha, la cual le agradeció con dos besos una gran sonrisa… por supuesto mi hermanito accedió de inmediato. No les puedo describir la cara de Bea pues los podría asustar, la idea de su novia no le agradó para nada.
Cuando dejamos a Bea en su casa, ella le dio un morreo a su novia de padre y señor mío, la verdad quería demostrarme que ella era “su novia”. La miré como quién mira una muralla y solo atiné a despedirme. A los pocos minutos Juan nos dejó a mí y Montse en casa, entramos a la sala y ella fue a por las llaves del coche de su madre y a decirle sus planes… la verdad es que no sé qué hablarían pero cuando regresó a la sala ella se colgó de mi cuello y me dio un apasionado beso y me dijo:
- Fóllame estoy que me derrito de caliente, luego tomó mi mano y la puso sobre su coño.
Les juro que el calor de su coñito traspasaba el jean y las bragas, la verdad estaba que derretía cualquier metal. Yo que estaba en iguales condiciones la tomé por su ahora mejorado culo y la pegué a mí para luego decirle:
- ¿Tus padres?
- Montse: ¡Por ellos que me partas el coño y me hagas mujer!
- Yo: ¿Bea?
- Montse: La muy bruja me dejó caliente, sobre todo cuando me decía que ella se follaría a tu MILF, jajaja
- Yo: ¿Nos vistes?
- Montse: Sí y debo confesar que la envidiaba, pues tenía a tu verga en sus manos, jejeje
Montse se sacó su blusa y sujetador empujándome sobre el sofá, luego se desprendía de sus pantalones ante lo cual la imité. Pese a que mi verga estaba dura como palo, ella se arrodilló y se la metió hasta las amígdalas, dándome una mamada de antología. La verdad es que casi me corro por lo apasionada de sus pasadas de lengua por mi hinchado cipote, donde su lengua se concentraba en mi sensible frenillo… la verdad es que estaba caliente.
Para evitar correrme le propuse que dejara de acariciar a mi amiguito, ante lo cual ella se montó a horcajadas sobre mí y apuntando mi verga hacia su coñito se auto apuñaló dejando escapar un sonoro gemido, quise silenciarla pero ella sonriente me lo impidió, para luego darme una cabalgata desbocada… ¡Uf!, estaba como poseída por la lujuria de un demonio súcubo… tanto que ella me paseaba sus tetas por la cara y boca incitándome a que las acariciara… como si hubiese necesidad de aquello, jajaja.
Estábamos en esa apasionada lucha de sexo, cuando entre los gemidos y suspiros de Montse creí sentir un ruido… como pude miré hacia la escala que da al segundo piso donde están los dormitorios, en ella estaba el padre de Montse tomándose su paquete por sobre el pantalón, la verdad es que se estaba pajeando mientras yo monta… mientras Montse me montaba a mí. Me sorprendí pensando en ello y tomé las mejoradas nalgas de Montse y profundicé con rudeza su cabalgata… por algún motivo el morbo que sentía al ser observado por el padre de mi actual amante me enardecía, era como demostrar que yo era el macho alfa.
Montse pronto se dio cuenta que yo miraba a la escalera, por lo que ella hizo lo mismo, viendo a su padre como se masturbaba mientras ella me follaba… contrario a lo que yo esperaba, Montse me metió un enhiesto pezón en la boca presionando mi cara con su tremenda teta, tanto que ya no podía ver a su padre y menos respirar, en eso la sentí decir:
- ¿Te gusta como monto a este macho papá?... mira como follamos…
- Padre: Perdón hija… me voy…
- Maite: ¿Por qué?... ¡no querías que un hombre me follara!…
No hubo respuesta del padre que se marchó escalas arriba sin replicar a la desafiante Montse… aquella chica que otrora era tímida, ahora era una pérfida súcubo deseosa de que la follara rudo. Así seguimos hasta que ambos nos corrimos entre sus gritos casi de guerra y mis estertores, los que lanzábamos a los cuatro vientos en la quietud de la noche… ¿¡no sé como los vecinos no mandaron a la policía!?... pues parecía que la estaban matando y les juro que yo no era el asesino, jajajaja.
Terminada nuestra salvaje follada mi dulce Montse me dijo que era hora de partir, pero cuando ya estábamos vestidos vi aparecer al padre de Montse vestido con un equipo deportivo como si fuera a correr por las calles durante la madrugada, lo miré sorprendido cuando él me dice:
- Claudio te iré a dejar a tu casa
- Montse: Yo lo voy a dejar papá…
- Padre: No Montse, es tarde y prefiero ir yo a que corras riesgos ante algún percance.
- Montse: Papá soy una adulta…
- Padre: Lo sé, pero prefiero ir yo.
- Montse: Si eso prefieres…
- Padre: Sí, vete a dormir…
El padre de Montse tomó las llaves de un cenicero que estaba a la entrada y me hizo un ademán de que lo siguiera, pero antes de salir Montse me tomó de la cara y me dio un fogoso beso para luego sonreírme con ternura, después solo dijo buenas noches y salí rumbo a casa. Una vez en el auto el padre de Montse me miró y dijo:
- ¿Tiene salvación?
- Yo: Si se refiera a que deja a Bea… no lo sé, en cuanto a si le gustan los hombres… le puedo asegurar que a lo menos yo sí.
- Padre: ¡Sí! contigo se veía muy entregada…
- Yo: Sí, pero una cosa es sexo y lo otro es amor… creo que ama a Bea y no a mí.
- Padre: Pero Bea es una chica…
- Yo: Lo sé y eso es lo complicado, el amor que se profesan no sé en qué se basa, y si tiene alguna debilidad o posibilidad de ser cambiado por otro.
- Padre: ¿Pero hay alguna esperanza?
- Yo: Como dice el cura párroco de mi barrio, la esperanza es lo último que debe perder el hombre… Lo veo difícil pero en una de esas Bea y Montse no son tal para cual y se distancian.
- Padre: Así lo espero.
- Yo: Pero en la actualidad es casi una moda tener parejas del mismo sexo, ya nadie las mira raro o eso me parece.
- Padre: Sí cada día son más aceptadas, pero la verdad es que así y todo sufren en la vida, pues muchos se sienten discriminados o no pueden formar una familia.
- Yo: Lo entiendo, pero hay veces que debemos resignarnos a la realidad.
- Padre: Es cierto pero preferiría que mi única hija sea normalmente feliz, eso es todo.
- Yo: Eso espero, le aseguro que la apoyaré en lo que sea a Montse para que sea feliz, pero hay veces que con nosotros los jóvenes no hay que forzar las cosas…. Estamos llegando, me puede dejar allí.
- Padre: Muy bien, en todo caso gracias por tu empeño…
- Yo: De nada, mientras pueda… gracias por dejarme en casa.
Debo confesar que todo lo sucedido con el padre me pareció del todo raro, primero que él se comportara como de 18 años, le conversaba a un hombre de casi 50 años sobre problemas de la vida.
Entré a casa en silencio, Juan aún no llegaba por lo que me acosté durmiendo casi enseguida, ¡estaba cansado!, tanto que no lo sentí llegar, solo me di cuenta de su presencia cuando amanecí cerca de las diez de la mañana.
El resto de la estadía de Juan fue de lo más tranquila, viéndolo esporádicamente mientras yo estudiaba, o cuando coincidimos en algún rato de comida… su Biocha lo tenía todo para ella el tiempo que podía. Hasta que llegó el domingo que su vuelo de regreso salía eso de las 2000 horas, por lo que mi hermanito me pidió que los acompañara para que Biocha no tuviese que regresar sola desde el aeropuerto.
Llegada la hora Biocha nos recogió a Juan y a mí desde casa y nos fuimos al aeropuerto, llegando con el suficiente tiempo para unos café y pasteles, conversamos sobre el fin de semana, lo que pasaría con Juan y Biocha y sus planes futuros (mi hermano quería formalizar el noviazgo para después casarse). Llegado el momento de abordar, los tortolitos se despidieron efusivamente mientras yo le daba un lacónico adiós a mi hermano. Biocha se quedó entre lágrimas, por lo que la abracé por los hombros e intenté consolarla.
Una vez calmados nos dirigimos al estacionamiento distante un par de cuadras de donde estábamos sin hablar… pagamos y subimos al coche de Biocha… ella me miró cuando terminé de ponerme el cinturón de seguridad y tomándome de la cara me dio un profundo beso francés que exploró toda mi boca, la verdad es que me sorprendí un poco pero finalmente me rendí a su ósculo y comencé a luchar con mi lengua contra la suya, terminado eso, ella me soltó y me quedó mirando:
- Biocha: ¡Follemos!
- Yo: Pero lo que dijeron… en el café.
- Biocha: ¡Quiero que me folles!, lo que dijimos es nuestros planes… el futuro.
- Yo: Pero la fidelidad… soy el hermano de tu novio…
- Biocha: Ya me has follado siendo la novia de tu hermano… de donde tu remordimiento.
- Yo: Pero ahora quieren formalizar…
- Biocha: Sí pero tú seguirás siendo mi cuñado predilecto y el único otro que me folle.
- Yo: Soy tu único cuñado y eso de que sigamos follando…
- Biocha: Jajaja tienes razón… pero follar contigo me vuelve loca, pese a que Juan es el mejor de todos mis anteriores novios y conquistas… sacándome unos tremendos orgasmos, tú eres sublime.
- Yo: Pero…
- Biocha: ¿Me follarás o no?
- Yo: Si así lo quieres y estás segura
- Biocha: Sí, así lo quiero, de esta forma le seré fiel solo a la familia, jejeje
Que les puedo decir alucinaba con mi cuñada, ella quería que siguiéramos siendo amantes indefinidamente… de pronto ella salió del estacionamiento y al poco andar se detuvo en un motel cercano al aeropuerto, donde tomó una habitación. Nos bajamos casi tan mudos como habíamos estado después de la extraña conversación, pero apenas entramos a la habitación, ella se soltó su aún veraniego vestido y también se liberó de su ropa interior diciéndome:
- ¿¡Qué esperas!?
- Yo: Eh… nada… solo el preámbulo…
- Biocha: Vamos que esto es solo sexo y no tenemos mucho tiempo.
Me liberé de mi ropa y pese a los remordimientos que me corroían mi mente, comencé a abrazar a la voluptuosa tana, amasándole su precioso culo y sus tremendas tetas, ella me alentaba para que no me midiera mientras lo hacía… puso mi verga entre sus piernas para frotar su coñito contra ella, estaba como una gata en celo, cuando en eso suena su móvil…
- Biocha: Hola mi amor, ya va a despegar el vuelo…
- Juan: En unos minutos mi amor, por lo que pensé en hablarte ¿vas manejando?
- Biocha: Si ya vamos montados… en el coche, jejeje
- Juan: ¿Me quieres?
- Biocha: Te adoro corazón
Esta conversación entre Biocha y mi hermano que en su inocencia pensaba en su adorada novia, hizo que me enervara y tuviese el deseo de partirle el coño a la infiel. Por lo que le abrí las piernas con la mano y la ensarté sin miramientos, sentí como el húmedo coño se oponía a mi incursión y como Biocha decía:
- ¡Uy!!
- Juan: ¿Qué pasó mi amor?
- Biocha: Solo fue un bache que no vi en el camino, creo que es mejor que me detenga, dijo mirándome…
- Yo: Creo que podemos seguir adelante, ya no hay baches, solo hay curvas, dije en voz alta mientras le agarraba una teta y mordisqueaba un pezón.
- Juan: Me despido para que sigan, no vaya a ser que tengan un accidente, además ya entran los últimos pasajeros al avión… adiós amor…
- Biocha: Adiós corazón, buen viaje…. Luego cortó mientras yo la follaba.
- Biocha: Eres un bruto, pero matas… mmm, ahora entiendo por qué Montse folla contigo pese a ser lesbiana….
Eres una loca infiel, a la que le voy a partir el coño… la seguí follando hasta que quedamos exhaustos… lo positivo de todo esto es que descubrí que pese a Montse se había declarado lesbiana, le encantaba que la follara y eso era bueno para el cometido de mi “tarea de Hércules”… ¿Tengo alguna esperanza de triunfar?... pese a mis dudas lo intentaré.
Continuará