Como cambió mi vida 7.

Ahora vas a sentir que te cojan pensé, me puse "a lo misionero", de los tobillos le levanté las piernas a mis hombros y adentro. Luego de bastante tiempo me pidió por favor que no daba más, que se iba a desmayar, había acabado seis veces más, yo firme.

Como cambió mi vida 7.

De los besos apasionados pasamos a desnudarnos, cuando ya no teníamos ropa que sacarnos con besos, lamidas, chupadas, mordiscos quedamos haciendo un 69, esos labios vaginales hermosos, con ese olor increíble, mezcla de transpiración y calentura.

Noté que mi profesora Débora, ahora mi amante,  acabó dos veces, ya que me enchastró toda la cara, yo chupaba y tragaba, tuve que desmontarla ya que estaba por acabar.

Más besos, más chupada de tetas,  me puse entre sus piernas, mi pija se acomodó sola en la entrada de su concha, fui empujando muy suavemente y se fue metiendo.

_Siiii, así, cómo te siento, metémela bien Claudio, cogeme con fuerza Claudio, quiero ser tu hembra, tomame, tomame mi amor, cuánto hace que no tenía tal placer, creo que nunca la sentí como ahora.

Y no paraba de hablar, que más fuerte, más despacio, que y que, yo trataba de pensar en boludeces para poder aguantar más, hasta que no pude, se la saqué y le acabé en la cara, las tetas, el estómago, las piernas, la puta madre nunca acabé tanto.

Ella quedó asombrada, cuando vio que yo le pasaba la lengua buscando mi semen, me ayudó, con su dedo lo recogía y se lo metía en la boca.

Le pedí que me la chupara, un rato corto y ya la tenía dura, bien dura.

Ahora sí que vas a sentir que te cojan pensé, me puse “a lo misionero”, de los tobillos le levante las piernas a mis hombros y adentro!!! Luego de bastante tiempo me pidió por favor que no daba más, que se iba a desmayar, había acabado como seis veces más, yo firme.

Con una embestida final pude terminar, dormimos “en cucharita”.

La alarma de mi celular me despertó, me levanté a calentar agua, Débora dormía a “pata suelta”, cuando tuve bastante agua caliente la desperté.

No sabía dónde estaba, le costó acomodarse a la realidad, desnuda la hice parar en el inmenso fuentón de chapa que tengo, y con un jarro con agua tibia la fui lavando, bañando, enjabonando por todos lados, hasta dentro de la canaleta del culo, o los labios vaginales, después le saqué todo el jabón con más agua.

_Ahora te toca a vos le dije y me subí yo al fuentón, le entregué el jarro.

Hizo exactamente como yo, no dejó agujero sin meter jabón, hasta me metió un dedo en el culo.

La verdad el ex la instruyó bastante bien en cosas del sexo, sabe mucho y lo practica excelente.

Fuimos juntos a misa, el padre José al verme acompañado sonrió con placer, Débora no lo podía creer, de la bailanta, del camping, del baño en fuentón a misa, completa la salida.

Desayunamos en una estación de servicio que está en camino a la facultad, abrazada a mi espalda, clavándome los pezones la llevé hasta la puerta del country, los guardias me miran aprobando.

Tal vez pequé de ingenuo, creí que después de semejante encuentro con la profesora, iba a ser más condescendiente conmigo, nada que ver, me encajó otra vez el hacer una maqueta y preparar un resumen técnico sobre un proyecto.

Parece que la cosa va a ser de mensajes durante la semana, que veríamos el finde.

Me puse a pensar y no quise darme manija, pero me parece que recapacitó por todo lo sucedido y no me está dando mucha bola, voy a pensar en otras cosas yo también.

Todos los días nos veíamos con la profesora Débora, no me daba pie a nada, me trataba como siempre, hasta Doris me preguntó si nos habíamos peleado.

El viernes no tenía ningún mensaje sobre si saldríamos el fin de semana.

Listo dije, querés guerra, guerra vas a tener.

Quedé con la profesora de folclore Edith, que iríamos el domingo desde la mañana a un encuentro en un círculo tradicionalista, veríamos jineteadas, y todo tipo de destrezas con caballos, que la tendría que pasar a buscar por……

Iría a misa de ocho y saldría rajando a buscarla, claro las misas de los domingos son casi sagradas, en casos de fuerza mayor como me tocó cuando salí con mi profesora Débora voy acompañado.

Hablando de mi profesora Débora, yo había pasado toda la tarde del sábado en la iglesia, con básquet, boxeo, haciendo deberes, bailando, llegué destruido a mi habitación, recibo un mensaje de ella.

Hola qué hacés-

Nada, duermo- eran como las diez de la noche.

Vamos a salir mañana-

No, yo tengo que ir a un centro tradicionalista con mi profesora de baile, toma hija de mil, no me diste bola toda la semana y venís el sábado a la noche a hacerte la linda.

Haaa bueno, estás enojado-

No porqué estaría enojado-

Es que no te di bolilla toda la semana-

Y vos sabrás porqué lo hiciste-

Ya te explicaré-

Bien hasta el lunes-

Chau-

Mi profesora de folclore, digo mí profesora si bien es de todos, lo siento así, es una morocha creo cerca de los cuarenta años, tiene un cuerpo perfecto, no es muy alta, más bien baja, medirá 1,60, un culito precioso, unas tetas de lo más manuables, creo, piernas bien estilizadas y se mueve como una diosa.

La tuve que pasar a buscar en el culo del mundo, en Merlo, provincia, lo bueno es que el círculo tradicionalista quedaba por ahí, vino de pollera tipo boliviana, de muchos colores, unas botas cortas, camisa negra, vino bien ya que yo también tenía camisa negra y vaquero.

Llegamos, pagamos la entrada y buscamos un lugar, lo bueno de ir en moto es que te podés mover para todos lados, el lugar es inmenso, elegimos un lugar que según ella iba a tener sombra después del mediodía.

Me trajo un sanguche de choripán y un vaso de vino enseguida, eran las nueve y media de la mañana y a ver la jineteada y la doma.

Estuvimos como dos horas mirando a los jinetes ir y venir a todo galope esquivando unos tambores de 200 litros, después a los que aguantaban arriba del caballo que los tiraba a la mierda enseguida.

Para el almuerzo pedimos unos pedazos de asado, con unas papas fritas, botella de vino bien fría y fue cierto nomás que a nuestra mesa llegó la sombra, comimos y nos contamos nuestras vidas.

Me enteré que es separada hace como diez años, que tiene una hija de 18 años, que estudiará para doctora, que no ha salido con nadie hace como cinco años, que después del desengaño de su ex marido, que se fue con la vecina, mi amiga del alma, salió con otro señor que quiso pegarle por unos celos infundados, que con un cuchillo lo eché de mi casa.

Yo le conté que me fui de mi casa, sin decir dónde, ni cómo era mi casa, porque mi novia me engañó con mi hermano y mis padres lo prefieren siempre a él, que nunca me dieron un poco de cariño.

Casi sin terminar el cafecito me dijo que ahora venía y se fue dejándome saboreando las últimas gotas del café.

Como a la media hora no volvía, salí a caminar y la veo dentro de una especie de quincho cerrado, con aire acondicionado, bailando lo más campante, una zamba, se mueve como una diosa, su pareja de baile le hacía los halagos, casi la abrazaba, le pasaba el pañuelo por su hombro, me dio un poco de celos, y me acordé de cuando en la bailanta Marta y Teresa me dejaron solo como un boludo, a nooo, ésta no me la hace igual.

Seguí caminando y me encontré con otro quincho, también cerrado, con aire, pero la música era de salsas y cumbias, me acerqué al nailon que no dejaba entrar el calor, de adentro una rubia teñida, ya que su cuerpo era más bien tirando a morocha me hace señas de que entre.

Di unos pasos para el costado y corriendo el nailon entré, se me vino rápidamente.

_Hola me llamo, Adela, no querés bailar conmigo que no tengo pareja.

_Hola Adela, me llamo Claudio y me encantaría bailar con vos.

Y fue el principio de un cálido amor, nooo ja ja, estuvimos bailando cumbias y salsas por casi una hora, después fuimos a tomar unas cervezas, después al baño, después de nuevo a bailar, creo que pasaron como cuatro horas, desde que mi compañera me dejó tomando café solo.

Tengo el número de Adela, que es estudiante de quinto año, que tiene 18 años, que le gusta mucho ir a bailar, que viene casi todos los domingos acá, que le gustaría que la llame y que la invite a salir, prometí que lo haría.

Cuando volví a la mesa Edith estaba sentada con una cara de culo impresionante, no se fue porque sabía que iba  a volver a buscar mi moto.

_Dónde estabas.

_Por allá bailando cumbias.

_Claro y yo esperándote como una tonta.

_No querida el que te estaba esperando como un tonto fui yo y vos estabas tranquilamente bailando, así que mi dije, si ella puede irse a bailar y dejarme solo como un boludo tomando café yo también puedo hacerlo.

_Es que son alumnos míos y pensé en venirte a buscar.

_Claro después de una hora, mejor vayámonos que no creo que discutiendo lleguemos a buen puerto.

Partimos en mutuo silencio hasta su casa, al bajarse me dice.

_Disculpame Claudio, creo que me equivoqué.

_Ta bien nos vemos.

Salí cagando con la moto, cada vez tenía más bronca, no con Edith, que creo que no se dio cuenta sino con mi situación, seré muy vivo para armar negocios o estudiar pero para con las mujeres soy un boludo bárbaro.

Al entrar a la villa veo a Graciela, una morochita muy simpática, hermana de un vago que vende choripanes.

_Hola Claudio, qué tal, qué hacés.

_Hola Graciela, ando solo sin nadie que me haga compañía, y me gustaría cenar acompañado, vos qué tenés que hacer.

_Si me invitás te acompaño hasta mañana si querés.

_Dale te invito.

Se subió a mi moto y salimos para el centro, fuimos a una pizzería, después a tomar café y por último a un hotel alojamiento.

Graciela es una chica que tendría que tener unos kilos más para estar en peso, menudita, creo que pagó con creces mi calentura.

Nos desnudamos mutuamente, nos lamimos, mordimos, chupamos, un 69 como de una hora y le estuve dando sexo, entrando y saliendo de esa conchita cerradita por bastante tiempo, como al acabar por primera vez no se me bajó mucho le seguí dando, me pidió por favor que basta que no podía más.

A la mañana nos bañamos, le hice el culo, no le dolió para nada, se ve que lo usa seguido, pedí el desayuno en la habitación, le di como un regalo quinientos pesos, en un principio no me los quiso aceptar, le dije que era para que se comprara algo, tampoco mucho no era, la dejé casi en la puerta de la villa yo enfilé para la facultad.

En la tercer hora nos tocó con la profesora Débora, al entrar me miró y medio como que bajó la vista.

La puta madre pensé, ésta también me está cagando.

Durante la clase recibo un mensaje suyo.

Tenemos que hablar-

Cuando quieras-

Podés hoy al mediodía en la estación de servicio dónde desayunamos-

Ahí estaré a las 13-

Nos vemos-

Y ahí estaba comiéndome un sanguche triple cuando llegó, se sentó y me dice.

_Claudio te he estado engañando estos días, con mi ex pareja, es que mi hermana está en Brasil con mi padre por un licitación y él vino a verme a casa y una cosa llevó a la otra y estamos teniendo relaciones, ahora la que engaña a su hermana soy yo.

_Y qué pensás hacer con esa relación.

_Nada, al principio me gustó el hecho de meterle los cuernos a mi hermana, después se fue apagando la emoción y ahora me parece una boludés, y te digo que no siento ni una milésima parte de lo que he sentido con vos.

_Si pensás que es una boludés, porque lo haces.

_Es que cada vez que se cruza a mi casa no sé decirle que no, mañana vuelven de Brasil, no creo que se cruce estando mi hermana.

_Bueno avisame cuando resuelvas algo, me levanté y me fui, como ya había pagado salí sin saludar.

Me parece que me tengo que preocupar menos por cómo son las mujeres que salen conmigo, tengo que pensar que son amigas con derecho y que cada uno puede hacer lo que se les encanta, nada de fidelidad.

En la semana el que vino a hablar conmigo fue el hijo de Gladys, “el Yony”, me dice que el otro día fue a hacer una entrega en una mansión, que resultó ser la casa de mi familia.

_Te lo digo porque vi una foto de tus viejos tu hermano y vos, le pregunté a tu hermano quién eras y me dijo, mi hermano.

_El asunto Claudio es que Gustavo está muy endeudado con personas jodidas, si no paga en cuatro días le van a romper las piernas, yo mayormente no me meto en esos asuntos pero al ser tu hermano….

_Y por favor no le digas nada al jefe, aunque no es a él al que debe tu hermano, es a gente peor, sin códigos, así que imaginate.

_Gracias Yony, te debo un favor inmenso, y que lo que averiguaste quede entre nosotros dos nada más, ni a tu madre.

_Claro man, secreto sagrado.

Lo llamé a mi padre, quedamos en que a la noche iba a cenar a la mansión.

Si bien no eran la alegría personificada, se los notaba a mis padres contentos de tenerme cenando con ellos, Gustavo está hecho una piltrafa, tiembla, pero no deja de ser una mala persona.

_A qué debemos el honor que vinieras a cenar hoy pendejo.

Yo ahora me estoy dejando un poco de barba candado como en un principio quería Marta, me hace un poco más grande de lo que soy, me saca un poco la cara de nene.

_Vengo para que conversemos sobre tu adicción a las drogas y la deuda que tenés con gente muy pero muy jodida.

_Vos no tenés que meterte en mis asuntos pendejo de mierda me gritó.

Me levanté, me acerqué a él y le metí semejante cachetazo que cayó, con silla y todo para un costado, lo levanté y lo acomodé bien sentado otra vez.

Mis padres miraban asombrados, con la boca abierta.

_Papá, mamá, este pelotudo le debe 8000 dólares a una gente muy jodida, si no paga en cuatro días le van a romper las piernas, además hay que internarlo en una clínica hasta que se reponga del maldito vicio que tiene.

Abrían más las bocas.

Mi hermano quiso decir algo, amenacé con cachetearlo de vuelta y arrugó.

Mi padre me dio los dólares, hablamos con un lugar al que antes había buscado y lo llevamos a internar a mi hermano, esa misma noche, por un mes estaría en rehabilitación sin ver a nadie.

Cuando me despedí de mis  viejos me abrazaron.

Pagué la deuda de Gustavo con la gente jodida y amigos como siempre.

Continuará.