Como cambió mi vida 6.

Es cierto que trabaja de acompañante. No hablo de esos temas Débora, cada uno hace de su vida un cucurucho y se lo puede meter en el culo.

Cómo cambió mi vida 6.

Me quedé con un montón de papeles, de ahí lo fui a ver al jefe de los narcos, le entregué toda la administración de las chicas, no tuvo ningún problema.

Desde ese día casi nada tenía que ver con la empresa de “acompañantes”. Todas las mujeres conocidas trabajan en el tema, salvo la señora de Germán el boliviano, que hace unas comidas espectaculares, sobre todo el picante de pollo.

Mi cumpleaños número 23 lo festejamos en la iglesia, una bailanta impresionante, el padre José ya está resignado, sabe que mucho no puede oponerse, igual Jesucristo controla todo, y todos nos portamos de maravilla en la iglesia, nunca un borracho, una pelea, todos ángeles, perdón la burrada.

Cuando bailaba con Cintia me contó que con mi hermano hacía unos meses que no tenía nada que ver.

_Fue ahí que decidí trabajar de acompañante, si no tenía novio y el dinero no me vendría mal.

Además de lo puta que sos pensé.

Dice que mi hermano sale ahora con varones, que cambió de bando.

Miralo vos “al Gustavo”, claro semejante potro, le deben romper el culo seguido, no me molesta que se la coma, lo que me molesta es que siga drogándose.

En cuarto año de la facultad seguía siendo el alumno mejor calificado, el villero les ganaba a todos los “nenes y nenas de mamá”, mucho no les gustaba pero como yo jamás hacía ostentación de eso y siempre era el villero, seguíamos adelante.

Hubo que hacer una proyecto de un barrio de casitas, y quién creen que le tocó hacer la maqueta…justo a mí, bueno la profesora Débora me lo encajó de prepo, que iba a colaborar conmigo Doris, que tiene que aprender el armado de maquetas, todavía me debe una del año pasado, se la aprobé pero se comprometió a entregarla.

Cuando se acercó a mi mesa la profesora, al estar solo le dije sin que nadie pudiese escuchar.

_Creo que me tiene que compensar, que está en deuda conmigo y para que me pague quiero invitarla a salir el sábado a la noche.

Me quedó mirando sin saber qué decir.

No dijo nada, caminó recorriendo las mesas.

Lo que le dije ya lo tenía pensado, recontra pensado, es que no tengo ninguna pareja sexual que no sea las chicas “trabajadoras” y no quiero mezclar, lo de Lilia me pegó fuerte, estaba tranquilo sexualmente con ella y me cagó ja ja.

Con Doris fuimos a verlo a Romy, le dije que necesitábamos de sus servicios ja ja.

Doris quedó admirada de la villa, de las construcciones, de la gente, de la carpintería y especialmente de Romy.

A las semanas Doris había presentado la maqueta que le faltaba del año pasado, colaboraba con la escuelita de la iglesia y salía con Romy.

Ni el primer sábado, ni el segundo, mi profesora preferida Débora me dijo nada, yo no insistí.

Con la camioneta de don Germán, el boliviano dueño del boliche donde como picante de pollo, con el acompañamiento de Romy y Doris atrás sosteniéndola para que no se destruyera trajimos la maqueta, era bien grande, estaba representado todo el complejo barrial, una preciosura, Romy se dedicó con esmero, más sabiendo que iba la nota de promoción de su novia Doris, la bajamos entre los cuatro, la dejamos en el salón de exposiciones.

La profesora Débora nos agradeció, sobre todo a Romy y a Germán, a nosotros era nuestra obligación, antes de retirarse me dejó en la mano un papelito.

A mi entender era su número de teléfono, cuando la llamé.

_Siii, quién me llama.

_Profesora Débora.

_Soy yo quién es.

_Soy Claudio, alumno suyo de cuarto año.

_Siii Claudio sé quién sos, decime cómo es eso de invitarme a salir, no soy muy grande para vos, y encima tu profesora.

_Yo la invito porque desde siempre estoy enloquecido con usted, al fin me atreví y con respecto a la edad, cuánto me lleva, tres años, nadie lo sabe.

_Ja ja, tres años, como diez querrás decir, tengo 32, y dónde me llevarías.

_Primero a una bailanta, después lo que se pueda.

_A una bailanta, nunca estuve en una y cómo sería.

_Usted me dice dónde tengo que pasar a buscarla y yo ahí estaré.

_Dejame pensarlo.

_Profe para que no le tome por sorpresa, si llega a aceptar tiene que venir vestida con pantalones, zapatillas, remera o camisa anudada a la cintura y gorra.

_Dejame pensarlo.

No tuve más noticias de mi profesora favorita por tres días, el sábado mientras bailaba con mi profesora de folclore recibo un mensaje de mi profesora de la universidad.

Pasame a buscar por…… a las 22hs.

La pasé a buscar por la dirección que me había indicado, era en provincia, en San Isidro, en un country, tuve que esperarla en el portón de entrada, no me dejaron llegar hasta su casa.

Apareció con un pantalón rosa, zapatillas rosa, camisa de seda celeste anudada y una gorra entre celeste y rosa, todo combinado, una pendeja parecía, hasta los guardias se la quedaron mirando.

Le di el segundo casco y nos fuimos, después de un largo viaje llegamos a la dichosa bailanta.

Primero nos fuimos a una panchería que está a unos metros de la entrada del boliche.

Me comí tres panchos con una cervecita, ella una hamburguesa con una gaseosa, le dije que vayamos al baño ahora que dentro es casi imposible.

Dejé la moto en el estacionamiento e hicimos la cola para entrar abrazados, se movía muy despacio, había mucha gente, cuando llegamos tuve que pagar mi entrada nada más, todavía estaba el horario de entrada gratis para las chicas, con razón tantas mujeres ja ja.

Apenas entrar nos golpeó el calor del ambiente, el olor a transpiración, a porros, a encierro, a humo, nos acomodamos en un costado.

Débora miraba para todos lados, con ojos asombrados, claro todo para ella era novedad, bueno yo muchas veces no vine y ni quiero acordarme de la última vez, en que me dejaron solo como un boludo.

Fuimos a bailar, yo trataba de no apretar demasiado, se me había parado, la tenía como un garrote, ella se dio cuenta y me apretó con fuerza, yo no aguanté más y la besé con desesperación, me respondió al instante, nuestra lenguas se entrelazaron, sus pechos se clavaban en mi pecho, al separarme para poder respirar le dije.

_Débora disculpame pero no me pude resistir, hace años que te admiro y te deseo.

_Claudio, estoy muy bien, me gustó, te voy a pedir por favor que no me lastimes, ya te voy a contar mi experiencia con pareja, besame de nuevo.

La besé, la apreté, la estrujé, no sabía por dónde meterle mano, mientras bailábamos unos lentos le metí la mano por dentro del pantalón  tocándole los cachetes del culo, no dijo nada, se apretó más a mi pija.

Cuando actúan los conjuntos, mucha gente se arrima al escenario, ahí no se baila, se mueven un poco acompañando el ritmo, claro se amontonan los fanáticos.

Abrazados, moviéndonos un poco, se deba vuelta bastante seguido y me ponía la boca para que la bese.

_Claudio, Claudio, escucho a mi costado, miro y veo a Carmencita y a Mónica, dos chicas de la banda de la villa.

_Hola chicas, cómo andan, les presento a mi novia Débora.

_Hola chicas.

_Hola Débora.

_Estamos en la otra pista con algunos más, quieren venir, nosotros vinimos a ver la actuación.

_Siiii, vamos dije y encaramos los cuatro para la otra pista.

Al llegar estaban varios vagos y vagas, además estaba Romy y Doris.

_Gente miren a quién encontré con su novia, dijo Carmencita.

_Hola banda cómo andan, les presento a mi novia Débora.

Doris pareció que quiso decir algo pero la miré y le negué con un movimiento de cabeza, cerró la boca, Romy ni siquiera hizo como que la conocía.

Y nos pusimos a bailar todos con todas, fueron unas horas de transpirar como chanchos, tomar cervezas como beduinos, y dicho y hecho un quilombo para el baño de las chicas, decí que fueron todas juntas y son de carácter fuerte todas, Débora en medio de ellas.

Cuando bailé con Doris vino el interrogatorio.

_Sí que lo tenías escondido, podías por lo menos a mí habérmelo dicho y qué es eso de tu novia.

_Doris, hoy es la primera vez que salimos, hace unas horas era mi profesora y nada más, bailando nos besamos y las chicas me encontraron así, qué querés que dijera.

Estuvimos hasta las cinco de la mañana, después todos juntos nos fuimos a desayunar a una estación de servicio bien grande a la que iban siempre.

_Claudio, de acá nos vamos al recreo del sindicato, quieren venir.

La miré a Débora y me afirmó con la cabeza.

_Siii, Romy pero no tenemos mallas.

_Yo tengo para prestarle a tu novia, Débora te llamas no, dijo Doris, la hija de puta nos estaba turreando.

_Ja ja si Doris así me llaman.

El recreo es un camping del sindicato de comercio, tiene piletas de natación, quinchos, parrillas, es grandísimo, para mucha gente, los vagos tienen una zona dónde van siempre, con árboles para descansar bajo su sombra después de comer la parrillada.

Habían traído mucha carne, hubo que comprar la bebida y el pan, ahí me anoté como el mejor, Débora pagó la mitad, mucha bebida poco pan.

Débora se puso un biquini de Doris y yo una malla de Romy, estuvimos en la pileta como dos horas, después nos dormimos una siesta de como tres horas, cuando estaba cayendo la tarde, nos volvimos.

Le pregunté a Débora si quería venir conmigo a la villa a pasar la noche.

_No es peligroso y mañana cómo hacemos preguntó.

_Ja ja, algo de peligroso es, aunque no creo que más que en tu country y tendrías que ir a buscar ropa para mañana a la mañana ir a la facultad.

Y la esperé otra vez en la entrada del country, salió con un bolso no muy grande.

Cuando estábamos por entrar a la villa lo veo a Dieguito.

Lo llamé, vino a los pedos.

_Vos ya no tenés que estar acá, sabés que si viene el relevo tenés que desaparecer, cuando se hace de noche tenés que estar en tu casa, no me comprometas, tu madre me mata si te pasa algo.

_Si Claudio, ya me voy, y salió rajando con su bicicleta.

Débora que escuchó y vió  todo me preguntó.

_Qué fue eso, quién es ese chico.

_Es el hijo de la señora dónde vivo, no tiene que estar de noche fuera de su casa.

_Haaa dijo como si entendiera algo.

Entramos a mi habitación por el patio de tierra, ahora mejorado, hace bastante que no paso dentro de la casa y noto que no abren la puerta de mi habitación, yo me hago la limpieza y lavo mi ropa, mucha bola no nos damos con Marta y Teresa, claro ahora ellas son “trabajadoras del sexo” y tienen dinero, no necesitan  de mí ja ja.

Hacía calor, estábamos en los últimos días de octubre, puse el ventilador al máximo, Débora se sentó a la mesa, y miraba y miraba.

Yo saqué cuatro hamburguesas de la heladera, además una gaseosa grande bien helada, puse la plancha a calentar, serví las gaseosas, corté unos tomates y el pan, un humo de la puta madre dentro de la habitación tuve que abrir la puerta ja ja tendría que comprar un extractor.

Débora se reía y reía, todo disfrutaba, para ella debe ser una aventura todo, lo de la bailanta, lo del camping o ahora la villa.

Con dos hamburguesas para cada uno, vasos helados de gaseosa nos pusimos a cenar, me contó que ella estuvo en pareja por quince años con un muchacho, que la engaño con su hermana, la hermana de Débora, un año mayor, desde siempre, ahora viven juntos, que entró en depresión, que lo único que hacía era ir a dar clases a la facultad, que no conoció otro hombre que no fuera Agustín, mi ex.

Que todos, mi hermana, mi ex, mi papá y mi mamá son arquitectos, son los dueños de la empresa ……

La puta madre, es la más grande les país y de varios países, tienen obras por todos lados y de todo tipo, yo había pensado en que cuando me recibiera presentar ahí mi currículo ja ja.

Que todos viven en el country, que ella tiene una casa independiente, bueno mi hermana y mi ex también o sea que tenemos tres casas, mi ex cambió la mía por la de mi hermana ja ja, la puta parece que ya me lo tomo con más filosofía.

_Claudio, yo sé que no estoy para novia tuya, que soy mayor, pero me gustó mucho todo lo de hoy, te pido que si no querés seguir no me lastimes, sé sincero conmigo, prefiero la verdad aunque duela.

_Otra cosa, no tengo mucha experiencia sexual, nunca estuve con otro que no sea mi ex.

_Amor, dejá de decir eso que sos mayor, me llevás nueve años, que no se notan y lo mismo te pido yo para mí, que seas sincera conmigo, no me engañes, que si terminé en la villa fue por el engaño de una novia y sabés quién fue.

_Cintia.

­_Exactamente.

_Es cierto que ahora trabaja de “acompañante”.

_No hablo de esos temas Débora, “cada uno hace de su vida un cucurucho y se lo puede meter en el culo”.

Continuará.