Como cambió mi vida 5.

Lo que nadie pudo prever es que me esperaran dos mastodontes a la salida de la universidad, ni me dejaron subir a la moto, me convencieron, pistola en la cintura que debía hablar con un señor que estaba en aquel coche, me metieron adentro.

Cómo cambió mi vida 5.

La alarma de mi celular nos despertó, calenté agua en la inmensa olla que tengo y en un fuentón gigante la bañé y me baño, fuimos a desayunar en una estación de servicio cerca de dónde entraba a estudiar Lilia, yo hice un poco de tiempo pensando el tema de la empresa de prostitución, no iba a ser sencillo el problema, no es sólo conseguir chicas que quieran coger por plata, hay toda una organización atrás.

Fui a ver al jefe de los narcos, tuve que pedir audiencia, cuando llegué vi las mejoras edilicias que habían hecho, todo bien reforzado, se nota que lo hicieron gente especializada, el mejor material en las puertas y ventanas, reforzadas, rejas, mucha seguridad, me imagino el túnel, no quise preguntar por temor a “desaparecer”.

El asunto es que tendríamos que dar un 15% de lo recaudado, ellos se ocuparían de la seguridad de las chicas, fue una discusión bastante áspera, yo empecé con 5%, el jefe 50%, como dije quedamos en 15.

El domingo me tocó una más difícil que la que tuve con el jefe narco, tuve que ir a hablar con el padre José, esperé a que terminara la misa de las dos de la tarde.

Y aunque sabía que igual se iba a hacer el tema de la prostitución, quería tener sino la aceptación del padre José, por lo menos que no nos hiciera la contra, que de eso sabe mucho.

Argumenté que lo hacen casi gratis, sin ningún control, que se arriesgan las chicas al subirse a los camiones, a que las maltraten, que las contagien, ahora además de ganar bien, de vivir mejor, tendrían  seguridad y control sanitario.

Me llevó casi dos horas de darle y darle a la lengua, quedamos en que veríamos cómo va la cosa y nos volveríamos a encontrar para conversar sobre el tema dentro de dos meses y que tendría que ir a la primera misa del domingo.

El día que nos reunimos otra vez los cuatro, en el boliche boliviano, Gladys además de tener ya apalabrado el control sanitario de las chicas, tenía casi doce “trabajadoras del sexo”, Ester colaboró con cuatro “trabajadoras”, Lilia todo lo referido a la creación de la empresa y los contactos con los diferentes hoteles, yo que había que poner un 15% para pagar la seguridad de las chicas, les hice ver que además de seguridad teníamos el respaldo de los narcos por cualquier problema que tuviéramos con las otras empresas, los “ochocuarenta” o chulos que manejan a las prostitutas.

Y hasta Jesucristo miraba cómo le daban clases a las futuras “trabajadoras del sexo” entre Gladys, Ester y Lilia, yo ni quise aparecer por la iglesia, cuando se entere el padre José me capa.

Le enseñaron a vestirse, caminar, hablar, en poco tiempo, de villera pasaron a ser “acompañantes de medio lujo”, no exageremos.

Cuando Marta habló conmigo sobre que no sabe qué hacer, que se peleó con Romy, que yo no le doy bola, y que y que.

Le dije que hablara con Gladys, al tiempo tanto Marta como Teresa era “acompañantes”.

Me enteré que Gladys también se prendió en “el trabajo”, el dinero la tentó y creo lo medio puta que es, no me preguntó ni me lo dijo, yo cuando quiso tener un “acercamiento” le dije que estaba saliendo con Lilia y no quería serle infiel, no quedó muy convencida.

Tampoco podía decirle que yo no tengo más relaciones con vos porque ahora trabajas de prosti, sin pelearse, con Ester cada vez que salíamos me cuidaba mucho, no así con Gladys.

Armamos unos tambores con ruedas para venta de “choripanes”, “morcipán” y sanguches, los vagos salían con sus carritos y su mercadería a venderlos, más trabajo para cinco muchachos.

Como todos sabían que era Maestro Mayor de Obras y estudiaba arquitectura, me venían a preguntar por cómo pasar un presupuesto, cómo hacer determinado trabajo.

Un día vino a verme el boliviano que tiene el boliche donde de vez en cuando como picante de pollo, tuve que acompañarlo a ver su problema.

El techo se le estaba inclinando a poco de derrumbarse, arriba había otra habitación, le hice poner unas columnas de hierro cojonudas, con vigas de hierro cojonudas, una columna tuvo que ir en medio de la cama matrimonial, suerte que quedó al medio, hubo que partir la cama y volverla a encastrar, le dije que era para que no se acercara a su mujer ja ja.

Me anoté para aprender a bailar, yo si bien tenía algunos kilos de más, era bastante ágil, por lo tanto no tenía problemas para aprender a bailar rápido, aprendí cumbia, salsa, folclore, de todo un poco, ya me podía defender bastante bien en cualquier lado musical.

La profesora, Edith, una morocha más bien bajita, con buenas tetas y hermoso culo, se dedicaba exclusivamente a mí, los días en que me tocaba concurrir.

Y tuve la ocasión de demostrar mis habilidades “bailaoras” el día que me invitaron a una fiesta en la casa del jefe narco, con motivo de su cumpleaños.

Seríamos como treinta personas, mitad varones y mitad “trabajadoras del sexo”, de súper lujo las chicas, conversando con algunas descubrí que eran universitarias, que hacen éste “trabajito” para pagarse la universidad y darse sus buenos gustos, le tendría que conversar con Lilia pensé.

Mientras estábamos tomando cerveza, sentados uno al lado del otro el jefe me dice.

_Quiero alguno de tu banda que me controle el ingreso en la entrada a la villa, alguien que pase desapercibido, por la tarde únicamente.

_OK, jefe.

Una estudiante de medicina, me puso un forro, me la chupó, siii con forro, me la hizo parar, se sentó en mis rodillas y se la metió, estuvimos hamacándonos un buen rato, creo que acabamos juntos, o fingió.

Y al verlo me surgió la idea, el que va a hacer la vigilancia en la entrada de la villa será “el Dieguito”, que es muy chusma y de paso se ocupa de algo.

Le compré una bicicleta, con un buen rodado, rápida, le dije que no le pusiera muchos chiches, que pareciera vieja y barata, para que no quisieran “choreársela”, el jefe me dio dos de esos teléfonos para comunicarse entre ellos nada más, y ahí estaba Dieguito, todas las tardes, hasta casi la noche en la entrada a la villa, se comunicaba con la banda del jefe, ya no era más de nuestra banda ja ja.

Cuando conversé el tema de las “trabajadoras del sexo” universitarias me dijo que son muy requeridas, que es el mejor negocio, hay que tener una buena organización, sobre todo la seguridad de las chicas, que podríamos probar con una o dos.

Y me empecé a fijar muy bien en mis compañeras de facultad, que el 70 por ciento son mujeres, algunas muy bien vestidas, con ropa cara porque son hijas de familias ricas, otras no, voy a averiguar con esas.

Y dio la puta casualidad que escuché a Cintia preguntarle a una compañera, cómo era eso de ser “acompañante”, con Cintia si bien no éramos amigos, por lo menos ya no la insultaba, ella no escapaba de mi presencia, yo no hacía nada por conversar con ella.

Esa vez sí, las encaré a las dos.

_Chicas, no pude dejar de oír lo que estaban conversando, me interesa el tema, puedo participar en la conversación.

_A pero a quién tenemos acá, al cerebrito del curso, y porqué vos querés participar en la conversación, querés contratar “algún servicio”, me dijo Leonela.

_No dije, muy suelto de cuerpo, es que nosotros en la villa tenemos “servicio de acompañantes” como vos decís, lo que pasa es que no es del nivel de estudiantes universitarias y a veces no tenemos “la candidata” justa para clientes muy especiales, por eso  me interesa, además podrían ganar más de lo que ganan ahora, somos una cooperativa ja ja.

Me quedaron mirando las dos, Cintia con la boca abierta, habrá pensado, miralo vos al pelotudo, antes ni la teta me tocaba ahora tiene un servicio de acompañantes.

_No estarás mintiendo no, dijo Leonela.

_Él no miente Leo, aseveró Cintia.

Y trabajan para una agencia, las llaman cuando las necesitan, más o menos le dan algunas indicaciones, de lo recaudado se quedan con el 30 por ciento, la seguridad es gasto aparte, eso lo decide “la trabajadora”.

Quedamos en que probarían conmigo, si sale bien y no pasa nada Leonela podría llegar a traer más chicas, que la primera vez acompañaría a Cintia, les dije que todo lo recaudado sería para ellas, que después veríamos los porcentajes.

Pensé en Cintia, la hija de puta era novia de un muchacho con familia rica, me cagó con mi hermano, no tuvo ningún problema en dejarse hacer el culo en mitad de la mansión, no creo que vaya a tener problemas con “su primera vez”.

Igual le recomendé a Lilia que le buscara un cliente “tranquilo”, fue directamente en “mí” habitación del hotel internacional, la hija de mil de Lilia lo hizo a propósito, sabiendo toda la historia.

Las dos probaron dos veces más, después arreglamos que “siempre” tendrían custodia, por seguridad, y que el porcentaje sería el mismo, sin descontar nada.

Lo que no pude prever es que me esperaran dos mastodontes al salir de la universidad, ni me dejaron subir a la moto, me “convencieron”, pistola en la cintura, que debía hablar con un señor que estaba en aquel coche, me metieron dentro.

Uno grandote, con una cadena de oro, ojos saltones, sombrero, me miró y me dijo.

_Pendejo, me enteré que estás queriendo hacerme competencia y que me querés sacar “las chicas”, tenés un día para deshacer todo y no aparecer más.

Ni me dejó hablar, me empujó afuera, con tanta fuerza que fui a parar al suelo, los mastodontes ni bola me dieron, se subieron al auto y se fueron, yo quedé sentado en el piso mirando cómo se iban.

Ya lo había hablado con el jefe de los narcos, por el tema de ponerle a todas seguridad, lo que no habíamos hablado de “mí seguridad”.

_Dejámelo a mí me dijo.

Al otro día de nuevo los dos mastodontes.

Cagamos pensé, de ésta no zafo.

Me llevaron al auto.

Apenas entré.

_Disculpame muchacho, no sabía que trabajabas para el jefe, disculpame.

_No hay problemas dije y me bajé.

Ahí me di cuenta de que tenemos un buen respaldo al tener la custodia del jefe de los narcos, también me di cuenta que cada vez estoy siendo más delincuente.

Nada de gordo, gordi, Claudio, cheee, no nadie me llama así, directamente VILLERO,  así se dirigen a mí en la facultad, pensarán que me ofenden, están equivocados, es un orgullo para mí que me digan así, mierda cómo cambié en mi manera de pensar.

_Chee villero, cómo va el negocio de la venta de esas cagadas de madera.

_Bien, se venden bien, si alguno ve a un villero vendiendo esas cagadas, compren que puede que ustedes hayan hecho el proyecto.

La profesora me miraba sin saber bien qué decir.

A mi novia Lilia parece que le molestara que la llevara a dónde estudiaba, me hacía dejarla unas cuadras antes, me decía para no tener que dar explicaciones de quién era, ya que si decía que eras mi novio, iban a querer conocerte y no me gusta ventilar mi vida privada.

Al principio ni bola le di, después cuando me puse a pensar me entró la duda, soy gordito pero no boludo, y fui a verla un día al salir de su instituto, estaba en la vereda de enfrente, detrás de un árbol, salió abrazada de un muchacho, se besaban y caminaban abrazados.

La puta madre, será posible que todas me metan los cuernos, acaso no las cojo bien, no las atiendo, está bien que tengo unos kilos de más pero hay millones de parejas de gorditos y no todos son cornudos.

Y no aguanté, me subí a la moto y enfilé para dónde estaba caminando la pareja abrazada y besándose, al llegar a su altura.

_Perdón pareja me pueden indicar dónde queda….

Se pararon, el muchacho muy presto me informó, Lilia estaba paralizada.

_Muchas gracias dije y salí cagando.

A la hora recibo la llamada de Lilia.

_Tenemos que hablar me dijo.

_Bueno, a la tarde cuando salgas del trabajo venite a casa.

_Noooo, te espero en la confitería que está en …. una que queda cerca del hotel internacional.

_No puedo Lilia salir de la villa, tengo mucho trabajo.

_Yo a la villa no voy.

_Bueno, nos vemos en cualquier momento y corté.

La verdad no sé quién es ese muchacho que la abrazaba y besaba, tengo claro que es su amante, por qué no me lo dijo, no digo que me dijera que tiene a otro, pero hubiera disfrazado un poco el tema, con decirme que la invitó a salir otro y que le gustaría probar ya me hubiera dado por enterado que no quería saber nada más conmigo, a no ser que quiera estar con los dos ja ja.

Antes que anocheciera, Lilia apareció en la villa, todavía estaba en la escuela, practicando folclore  con la profesora Edith, cada vez nos apretamos más, le mencioné que cuándo me invitaría a una de esas peñas que ella va.

Cuando la vi a Lilia la invité a sentarse a una mesa cerca de Jesucristo, traía un montón de papeles.

_Claudio, con quién me viste es mi novio de toda la vida, nos vamos a casar en cuanto terminemos las carreras, lo tuyo y mío lo tomé como una aventura, disculpame,  traje todo lo referido a la contaduría de las chicas, yo de ahora en adelante lo único que voy a hacer es llamar cuando haga falta alguna chica, nada más, disculpame Claudio.

_Lilia, te disculpo y me gustaría que no perdamos la amistad, que cuando necesites algo cuentes conmigo.

_Gracias Claudio, me dio un besito en la mejilla y se fue.

Continuará.