Como cambió mi vida 10 final.

AGRADECERÍA COMENTARIOS. Cuando abrí la puerta lo vi, al jefe de los narcos, el de la villa, con el que he tenido infinidad de charlas, con una copa en la mano brindando con el embajador americano, me quedé paralizado por unos segundos, él me vio, sino por la campera me reconoció.

Como cambió mi vida 10.

_Hijo, Claudio, espero no hayas tomado el camino del desvío, he escuchado algunas cosas de ti, que no me han gustado, me dijo el padre José.

_Tranquilo padre, que sigo por el buen camino, acá Cintia sabe que estoy estudiando, ella es compañera mía en la facultad.

_Ha me alegro que estés con alguien de tu nivel.

No me gustó una mierda eso, lo voy a analizar y a solas lo vamos a discutir, me parece que el cura es sectario.

Volvimos a la habitación, nos volvimos a desnudar y otra vez a tener sexo, la hice colocar arrodillada al borde de la cama, como se puso el otro día con mi hermano, pero yo sí que la clavé, siiii que la clavé, se la metí por el culo sin aviso, pegó un grito bárbaro, seguí entrando por los dos lados un tiempo bastante largo, me estaban doliendo las piernas, ella seguía gimiendo y acabando cada tanto, yo firme, en un momento cuando vienen las veinte mil hormigas, le agarré fuerte los pechos y le llene el culo de semen.

Otra vez a bañarnos, hice unos churrasquitos a la plancha con tomate, comimos y nos pusimos a dormir la siesta vestidos, abrazados, suena su celular, lo mira, se sienta en un costado de la cama.

_Si, si, ahora, bueno está bien ya voy.

Al darse vuelta supe otra vez que la realidad me golpeaba en la cara, se tiene que ir a trabajar de puta.

_Claudio, perdón pero me tengo que ir.

_Claro Cintia, te acompaño a tomarte un taxi.

No quise ofrecerme a llevarla, podía haber dicho que estaba ocupada, soy tu esclava, una mierda, tu esclava una mierda.

Caminamos hasta la puerta de la villa, le encargué a Dieguito que le consiguiera un taxi y me volví a dormir la siesta.

Como a la hora recibo un mensaje de Débora.

A qué hora me pasas a buscar sería bueno a las 20hs.

La puta madre me había olvidado de que tenía que acompañarla, salí de raje para mi ex casa, la mansión, mis padres no estaban, Rosa la cocinera me cosió a besos, Ramón el mayordomo me abrazó con mucho amor.

_Rosa vení por favor, necesito de tu opinión, y nos fuimos juntos a mi dormitorio.

_Rosa, tengo que ir a una fiesta de gala y no tengo ropa que ponerme, vine para ver si puedo tener algo que me vaya, he adelgazado.

Rosa es una señora de unos cincuenta años, culona y pechugona, siempre trabajó en casa, por lo tanto me conoce de antes de nacer, busqué y vi tres o cuatro trajes, me saqué la ropa quedando en calzoncillos, ella miraba, me puse los pantalones, me iban bien, el problema era con los sacos, me quedaban grandes, después de tanto probar quedamos en que saldría con pantalones con tiradores, camisa blanca con voladitos, y una campera de lo más llamativa que me había comprado mi madre en Francia en un veraneo, quedaba bastante llamativo, y con la moto más todavía, tranquilo a esperar la hora de ir a buscarla me tiré a descansar en boxes en el medio de la cama.

Vi que me miraba Rosa.

_Vení Rosa acostate a mi lado.

Cuando se quiso acostar vestida le dije.

_Sacate la ropa Rosa, no vas a dormir vestida.

_Mi amor, mi nene, sos un picarón, vos querés otra cosa.

_Siiii, dale haceme una mamada.

Ningún problema, quedó en bombacha y corpiño, me bajó el bóxer, me a la agarró y me la empezó a chupar, yo estiré la mano y acaricié sus inmensos pechos, la fui arrimando un poco más, le saqué el corpiño y la acosté sobre mí, le saqué la bombacha, apareció un bosque, un inmenso bosque de pelos negros, igual metí mi cara con mi lengua como lanza, emitió un gemido que se debe haber escuchado en toda la mansión, y dale que te dale, cada rato me enchastraba la cara, es multiorgásmica, acaba con una facilidad pasmosa, cuando le dije que iba a acabar no dejó que se escapara nada, después de tragarse toda la leche siguió limpiando mi pija.

_Ahora dormí mi amor, estás hecho un hombre, sos precioso, a qué hora querés que te despierte.

_A las siete Rosa, a las diecinueve, gracias, igual después puse la alarma de mi celu.

Coincidieron el despertarme de Rosa y el sonar de mi celular, después del baño y mientras me vestía pensé en Rosa, que tendría que venir seguido a visitar a mis padres, esa cola, ese semejante culo no lo había probado todavía.

No fue necesario ni parar en la entrada al country, cuando me vieron llegar abrieron la barrera y me hicieron señas para que pasara, llegué directamente a la puerta de la casa de Débora, con mi campera que llamaría la atención.

Salió con un vestido largo color violeta, con un tajo al costado, se le veía la pierna hasta la bombacha creo, unos tacos altos de la puta madre, peinado suelto, joyas por todos lados, estaba hermosa, se lo dije y me lo agradeció, también me dijo.

_Linda campera.

Me pidió si no podía dejar la moto en el garaje e ir en uno de los autos, habían como seis autos, uno mejor que otro, elegí uno descapotable, bajito, solamente para dos personas, muy llamativo, pegaba con mi campera ja ja.

Cuando pasamos por la entrada los guardias levantaros los dedos gordos cerrando los puños en señal de aprobación, una delicadeza manejar semejante auto, tiene cambios automáticos, tenés que acelerar y frenar nada más, me fijé que el tanque estaba lleno, no vaya a ser cosa que nos quedemos sin nafta, sería una ridiculez, y  llegamos a la embajada, me guiaba mi celular, además de verificar quiénes éramos, revisaron el auto, le pasaron un espejo por debajo, si apenas cabía nada, en las lomas de burro tenía que pasarlas de costado y a cero velocidad, y ahí estábamos, Débora con el vestido violeta del tajo al costado y yo con mi campera, fuimos dando vueltas, tomando algo de los mozos que pasaban y pasaban, comiendo algo de los mismos mozos, nuestra mesa resultó compartida con tres parejas más, a mi lado quedó una señora bastante gorda, se llama María, muy conversadora, con el correr de la noche, con el degustar de la cena nos fuimos conociendo, Débora representante de la empresa constructora ….. yo novio de la misma,  un matrimonio de una agencia de seguros, la más grande del país, otro matrimonio dueño de varios supermercados y el otro banqueros.

Pensé que en ésta fiesta están las personas más influyentes del país, los que mueven la economía, creo que hasta ponen los presidentes ja ja.

Y hablando de matrimonios, a como siete mesas veo uno conocido, son mis viejos, los voy a saludar.

Crucé todo el salón, la mesa de ellos estaba del otro lado, cerca de la especie de escenario, era una tarima de veinte centímetros de alta por dos metros cuadrados, después vino una orquesta, hubo baile y los discursos.

A medida que me acercaba, primero me vio mi mamá, se lo cuchicheó a mi padre y me miraron.

_Hola buenas noches, puedo saludar a las damas de la mesa, en especial a una.

Todos me quedaron viendo asombrados, más por mi campera.

Siii dijeron las mujeres, empecé por la de más lejos de mi madre.

_Hola me llamo Claudio, encantado de conocerla.

_Edith.

_Hola.

_Juana.

_Hola madre, la abracé y la levanté, le besé los cachetes, sin dejar de abrazarle lo miré a mi padre pidiéndole que se levantara.

_Hola padre, y nos abrazamos entre los tres, los demás aplaudieron.

_Hace mucho que no veía a mis padres disculpen el circo, cómo la están pasando.

_Ahora mucho mejor, qué linda campera dónde la compraste.

_Regalo de mi madre en Francia.

_Y cómo es que hace mucho que no ves a tus padres.

_Es que  estuve en Brasil, mi novia me convenció que la acompaña a ésta  fiesta, ella es la representante de la empresa constructora …… pero todos sus integrantes dueños están en Brasil, si ella no trabaja en la empresa, es profesora universitaria, así que acá estamos.

_Vengan padres, que hablamos y les presento a mi novia.

Se levantaron disculpándose y nos fuimos caminando para el medio del salón, de paso le hice gestos a Débora para que viniera, se levantó como un resorte y vino directamente.

_Débora te presento a mis padres.

_Mucho gusto, mucho gusto.

Estuvimos conversando sobre lo lindo de la fiesta, de las luces, de la orquesta, del piso, de la comida, de la bebida, nadie sacó un tema urticante, nos despedimos y cada uno a su mesa.

_Así que son tus padres, y qué hacen acá, a esta reunión no vienen los villeros.

Mis padres son los dueños de Aceites Ybarra.

_Entonces vos no sos un pobre villero, sos hijo de millonarios, qué hacés viviendo en la villa.

_Fue desde el día que me engaño Cintia con mi hermano, ese día fui a parar ahí y nunca más me fui, ahí vivo, estudio y trato de sobrevivir.

_Pero no pensás regresar a tu casa, tus padres parece que te extrañan.

_Ya te contaré mi relación con mis padres.

Y vinieron discursos, baile, bebidas, postres, más discursos, más baile, mesas de dulces con rueditas, los mozos te la alcanzaban a la mesa, me comí de todo, mucho para lo que estaba acostumbrado últimamente, es que los chocolates me gustan muchísimo, sentí como una revolución en el estómago, le pregunté al mozo por los baños, me indicó por esa puerta.

Cuando llegué más o menos dónde indicó había dos puertas y maldigo o bendigo el momento en que elegí la de la izquierda, un pasillo largo, fui mirando y ninguna tenía indicaciones, llegué a una en la que se oían voces, si no es el baño pregunto pensé.

Cuando abrí la puerta lo vi, al jefe de los narcos, el de la villa, con el que he tenido infinidad de  charlas, con una copa en la mano brindando con el embajador americano, me quedé paralizado por unos segundos, él me vio, sino por la campera me reconoció, cerré inmediatamente y me rajé.

Le dije a Débora si nos podíamos ir, que no me estoy sintiendo bien, la verdad se me había pasado de golpe las ganas de ir al baño.

No opuso ningún problema, tampoco estaba muy a gusto, cuando llegamos a su casa sí que me agarraron los retorcijones de estómago, me metí de raje en el baño y mientras hacía mis necesidades sonó mi celular, el jefe.

_Me imagino que sabrás que si comentas algo con alguien tendrás que desaparecer, nunca me viste.

_Disculpe señor no hablo por teléfono con desconocidos y le corté, diarrea me dio, hasta el apellido largué.

Mientras hacíamos un 69 con Débora pensaba, claro con razón, todo el buen trato, me acuerdo de cuando negociamos la entrega de mercadería, que le decía de poner una moto, para preservar la legalidad, un carajo, si hubiera sido otro me cagaba a palos, tomaba todas las motos y si no nos gustaba “boleta éramos” y lo del porcentaje de las “trabajadoras del sexo” con otra gente también se hubieran quedado con todo, y  y , qué boludo, cómo no me di cuenta, bueno quién carajo se iba a dar cuenta si llegó a ser jefe de una banda inmensa, organizada como la puta madre, se ve que de ese modo controlan la distribución de la droga, tanto por cantidad como por negocio, la DEA está presente en el narcotráfico, como se dijo siempre, aunque lo vemos en las películas.

Nunca más se habló del tema, yo cerré bien cerrado el culo, jamás se lo contaría a nadie, a nadie, no me lo dijo en joda lo que “desaparecería”.

Me olvidé del tema, estaba más seguro, me sentía más protegido, una boludés.

La charla con mi padre no se hizo esperar, lo fui a ver a la fábrica de aceites, había preparado una picada infernal en su oficina, sabe lo que me gusta.

El tema fundamental es que ahora que Gustavo no puede me toca a mí, él quiere que me haga cargo dentro de un tiempo de la conducción de la empresa, que ya está grande, que ya tiene demasiado dinero, que quiere disfrutar la vida, que se van a ir a pasear con mi madre por Europa y quiere y quiere, en ningún momento me preguntó qué pensaba yo, cuales eran mis proyectos de vida y de trabajo.

Quedamos que a la brevedad le contestaría, que no iba a dejar pasar mucho tiempo, la verdad es que no sé qué mierda decirle.

Fue pasando el tiempo, estudio, sexo con Edith y Débora, incluí a Rosa, mi madre parece que ha cambiado, yo no lo quiere más a Gustavo, ahora me quiere a mí. Me enteré que mucho no lo van a ver, claro no pueden aceptar que el hermoso hijo se ha convertido en un temblequeante caminante.

Ella cree que la voy a ver a ella, no sabe que voy a veces cuando no está, tanto a Rosa como a Ramón les aclaré que no debían decir nada, nunca le habían hecho el culo a Rosa, fui el primero, si bien le dolió no dejó que se la sacara, al rato me pidió con fuerza,  ahora cogemos una o dos veces por semana, me gusta dormir la siesta en mi cama de la mansión abrazado a la cocinera, tocándole el culo o las tetas, ella se ríe, algún día la voy a llevar a la villa, creo que se muere del susto, es viuda Rosa, hace un montón y no tuvo hijos, vive para ser cocinera de mis padres y nada más, bueno ahora tener sexo con el hijo.

Y llegó el gran  día, me recibí de arquitecto, vinieron mis padres a la entrega de diplomas, la profesora Débora fue la encargada de entregármelo, como se podía invitar a dos personas por alumno hubo problemas en la entrada, a mí vinieron a verme toda mi familia, 102 personas de la villa, tuve que hablar con el rector, sino los dejaban pasar habría quilombo, no iban a molestar para nada, le daba mi palabra de arquitecto.

Fue un griterío cuando Débora me entregó el diploma, tuve que calmarlos un poco, mis compañeros no me dijeron nada.

También se recibieron Débora y Doris, bueno casi todo el curso, un montón, como veinte.

Hubo una publicación en un diario nacional, que un villero se recibió de arquitecto, con fotos del momento en que me entregaban el diploma, en la villa todo el mundo contento, hasta el jefe  me felicitó.

Y acá estoy tirado en la cama de mi habitación en la villa, con 24 años recién cumplidos, recibido de arquitecto, el trabajo de venta de artículos de madera camina muy bien, la venta de choripanes también, la empresa de acompañamientos no tiene ningún problema y deja mucho dinero, asesoro en cosas de construcción a un montón de amigos, mi cuenta de ahorros crece cada día más, tengo sexo con dos profesoras y una cocinera, sexo sin riesgo, para afuera tengo todo solucionado, para adentro NO SÉ QUÉ HACER CON MI VIDA , me empleo como arquitecto en la empresa constructora de la familia de Débora, me encargo de la aceitera de mi familia, sigo viviendo en la villa o vivo en la mansión, me dedico a la política, USTEDES QUÉ HARÍAN.

FIN.

Si llegaron al final leyendo mis relatos, les pido por favor algún comentario, tanto bueno como no tanto, siempre con buena onda, son para mejorar, muchísimas gracias.