Como buenos amigos
...la noche puede confundir?
Desde hace muchos años mi mujer y yo compartimos amistad con otra pareja, Mario e Isabel, pero jamás, aparte de las mil bromas de Mario y mía; pensamos en que algún día nuestras vidas sexuales se cruzarían.
Durante un fin de semana de verano mi mujer tenía que marchar junto a mi hija y suegra a visitar a unos familiares, por ello el sábado noche nuestros amigos me invitaron a cenar en su casa.
Estuvimos viendo fútbol, charlando, riendo, escuchando música, "drogándonos" un poquito y cenamos. A esas alturas y a pesar de comer algo, teníamos un colocón tremendo.
Isabel se paseó durante toda la tarde-noche con una pequeña minifalda negra y un top del mismo color, que sin ser Miss Mundo, hacían de ella una apetecible presa sexual aunque lógicamente y debido a nuestra amistad no era el fin de aquella velada. Mario y yo estábamos con pantalones cortos y anchos, y camisetas.
Hacía mucho calor, la noche seguía "viciosa" y Mario empezó a tontear con Isabel dándole algún que otro beso y caricias en su culo respingón, mientras yo sentado "preparaba" más combustible.
Isabel estaba bailando justo delante mía, de pie, al otro lado de la mesa 1.65 aprox., tetas medianas pero levantadas con su pequeño top, media melena rojiza, boca grande y unos ojos chispeantes como nunca ¡coño, me estaba poniendo caliente!
En ese momento de observación, Mario llegó de la cocina con 3 copas más, volvió a toquetear a Isabel y entre bromas se colocó detrás de ella - mientras ésta se apoyaba ligeramente en la mesa- siguió sobándola por las tetas mientras le colocaba un rabo en su simpático culito.
Isabel se reía y se dejaba hacer yo comencé también a sonreír mientras seguía con lo mío.
¿Terminas con eso Hyde? - me preguntó Mario, entre risas, con una mano por debajo de la mesa, supuestamente por debajo de la minifalda ya que la cara de Isabel empezaba a denotar satisfacción.
Creo que sí y me voy, esto se calienta y no os quiero cortar.- comenté.
¿Irte?- exclamó Mario. Ni se te ocurra tú te quedas aquí a dormir. Estás muy colocado para coger el coche y tu mujercita no te espera hoy.
Me quedé callado y le sonreí el cabrón no dejaba de sobar a Isabel mientras me hablaba y ésta poco a poco había ido cayendo a la mesa su canalillo estaba justo delante de mis ojos, y sus cara de gozo a dos cuartas de la mía gemía suavemente con los ojos cerrados.
Mi erección era ya un hecho, ¡Mario se había perdido!...agachado debía de estar comiéndole el coño a Isabel alucinado terminé lo mío e Isabel abriendo los ojos tomó "energía" yo tomé la mía, y tras un leve respingo de Mario también tomó la suya y volvió a perderse entre las piernas de una Isabel enloquecida delante de mí, por los lengüetazos que le debía estar propinando su pareja.
Estaba algo cortado por la situación, como decía al principio jamás el sexo se había cruzado en nuestras vidas; pero era un hecho evidente que Isabel se estaba ya corriendo como una loca y le importaba poco mi presencia o mucho!.
Ensimismado, y totalmente erecto entre mis piernas, cuando rápidamente Mario volvió a resurgir totalmente desnudo y empalmado, levantó la minifalda de Isabel, bajó sus braguitas y se la clavó de golpe Isabel soltó un leve chillido, yo me levanté sin saber que hacer y Mario soltó una gran carcajada al notar mi bulto en mi pantalón.
Se hizo el silencio Mario agarró por los pelos a Isabel y reanudando su marcha triunfal gritó: "Dale una buena mamada a Hyde la necesita".
Isabel, totalmente cruzada sobre la mesa, alargó sus manos hasta mi cremallera y en pocos segundos tenía mi polla entre sus manos levantó sus ojos, se relamió mientras me miraba y poco a poco se la fue introduciendo en su boca.
Al notar aquellos labios sobre mi pene, cerré los ojos y comencé a gozar de una estupenda mamada. Mientras Isabel subía y bajaba; Mario entraba y salía y yo, bastante sorprendido por la situación suspiraba.
Mario la estaba bombeando con intensidad e Isabel se limitó a tener mi polla en su boca Mario la había descentrado, así que algo más animado empecé a ser yo mismo, el que se la moviese a Isabel dentro de su boca la cogí por la cabeza y me la fui "follando".
¡Dale, Hyde, que a la muy perra le gusta!- comentó Mario; y más confiado dije también:
"¿Te gusta Isabel?...-y ante su cómplice mirada, terminé:"Pues toma guarra!", y Mario se destornillaba de risa.
¡Allí estábamos amigos de siempre, y amantes del momento!
Ante tal follada vaginal y bucal, Isabel comenzó a gemir con mayor fuerza, su cintura se retorcía encima de la mesa, Mario la tenía bien cogida por las caderas y yo no soltaba mi presa por la cabeza; ambos habíamos aumentado ostensiblemente el ritmo una y otra vez mi polla se perdía y aparecía de la boca de Isabel, y Mario se la clavaba hasta el fondo repetidas veces el cenit se acercaba.
¡Córrete puta! exclamó Mario,- que yo ya lo hago dentro de ti
Isabel se tensó, se encogió, se estiró y yo me corrí bestialmente en su cara. Toda mi carga explotó encima de ella, su lengua paseaba por mi lustrado cipote, sus ojos brillaban ¡estábamos disfrutando de lo lindo!
Mis piernas pasaron de ser duras rocas a débiles esponjas, mis huevos descargaron tal cantidad que volviéndosela a meter en la boca a Isabel me recosté encima de ella con suavidad mientras Mario jugueteaba con su polla esparciendo su semen sobre los glúteos de su mujer
¡El polvo había sido fantástico !.
Pasado unos segundos, Isabel se apeó de la mesa y se marchó al cuarto de baño. Mario y yo nos sentamos en el sofá yo no hablaba, aún seguía algo cortado por lo ocurrido. De repente Mario rompió el silencio:
¡Jóder con la Isabel!... ¿te ha gustado Hyde?
No te voy a mentir ¡vaya mamada!- respondí con cara de satisfacción.
Sí, la verdad que Isabel la suele comer bien, aunque más que chupártela, te la has follado. Te he visto bien.
Titubeé
Eh!... ¡no te cortes, Hyde!....- continuó- nos conocemos de siempre y lo hemos hecho de buen rollo. Esto no conlleva a nada más. ¿De acuerdo?- explicó Mario.
Ok.- respondí- pero aún sigo sorprendido.
¡Y lo que te queda!- apostilló Mario, riendo abiertamente
pero eso será en otro momento