Comienzo y fin...
Siento y digo cada palabra en este escrito...
Oscuros se ven mis días ahora que ya no estarás. Tal parece que me pierdo entre sombras que me van precipitando el alma decadente que me acompaña en estos días de escaso sol. Es como en los días de lluvia en los que no puedes evitar sentir un poco de nostalgia por lo que ya no tienes o por lo que deseas tener así me siento hoy. Perdida y algo triste, por acostarme y dormirme con ella desde haces ya demasiadas lunas.
Su recuerdo me es igual de fiel que la luna, visible o no sigue estando ahí sin faltar noche alguna, sin tolerar inasistencia ni dejar de sorprender a mi mente con momentos inimaginables, sin decencia y sin razón, pero con la certera penitencia que es tener que dar cabida a el olvido de un ser querido. Así me siento hoy enardecida y vacía.
No puedo decir que la echare en menos, porque eso para mi como anhelar algún objeto perdido u olvidado, algo inaminado y desprovisto de vida alguna. Si confesare que la voy a extrañar. Como quizás no extrañe a nadie más, como talvez me espera extrañarla ahora que no estaré más o como, la seguiré transcribiendo sin querer en mis pensamientos desprovistos de recato.
Debo decir que todo mi sentir por esta mujer se me fue esparciendo en mi interior sin siquiera yo notarlo, sin siquiera llegar a sentirlo por lo menos no de forma latente y pulsante como ahora que lo vivo y lo presiento dentro como una llama candente, a veces delirante y demasiadas veces dominante, pero endulzante, tierno, sensible y abatible como todo amor que es destinado a ser sentido y olvidado. Y no por querer sino porque es un deber necesario para no apagar lo poco que te va quedando de alegría. Así e siente hoy mi ser apaciguado y reocupado.
Para terminar diré que este amor nació como ese tipo de amor callado. Primero resumiré que me arrendó los pensamientos y se quedo ahí de manera indefinida para luego cuando lo encontré establecido, entonces comencé a extrañar, con el tiempo a necesitar, después después me preocupe porque la comencé a querer y ya para cuando comprendí lo que me provocaba los celos me invadieron y caí en cuenta que mas que quererla como amiga, (porque eso pensaba que era yo que era ¡¡que ingenua soy a veces!!) pero la verdad es que la amo y me cansa demasiado hacerlo sin sentir la tristeza que me embriaga después y mas presintiendo que ella no siente mas que amistad por mi.
Para concluir confesare que amarla a ella es lo más difícil y lo más hermoso que me ha tocado sentir, experimentar y vivir.
Lily.