Comienzo calentito de año

Primer polvo del año

Comienzo de año nuevo, estoy rodeada de gente de fiesta y lo veo a él. Mi antiguo y primer amo. El tío que me metió en este mundo.

Hacía meses que no lo veía; fue verlo de nuevo y notar un calor que invadía hasta lo más íntimo.

Se acercó a saludarme y fue notar su voz fuerte, su respiración en mi cuello, y me volvía a poseer entera.

Después de hablar y ponernos al día me sugirió ir a su casa a jugar como a ambos nos gustaba. Acepte sin pensarlo. Además que mejor forma de empezar el año que con orgasmos. .

Al montarnos en el coche me empezó a tocar mi sexo hasta acabar totalmente mojada. Durante el trayecto nos calentamos mutuamente sin decir nada. Al llegar a su casa me pidió que me quedara en la entrada un momento mientras él se ponía cómodo.

Cuando llego ya estaba sin camisa, solo en esos pantalones que le marcaban todo. Me recordó con un azote y un cachete en la cara como debía llamarlo: amo.

Me empezó a quitar la ropa hasta solo quedar en ropa interior. Entre risas picaras me enseño unas bolas chinas y me separo las piernas. Mojo sus dedos con su saliva y me mojo aún más para introducirme las bolas con sumo placer. Se me escapo un leve gemido al cual el respondió con un mordisco en los labios.

Me llevo hasta su cuarto y en la cama tenia colocados más juguetes con los que sabe ambos obtendríamos placer. Sin más me dio la vuelta, agarro mis manos y note el frío de las esposas. Al darme la vuelta me ordeno arrodillarme. Antes de llegar al suelo ya tenía su miembro fuera. Señor no lo recordaba tan grande. Fue verlo y comenzar a babear.

La metí en la boca y en cuanto estuvo dentro note su calor, como crecía aún más y cada vez estaba más dura. Entre ruidos de placer me agarro la cabeza para comerla y meterla aún más adentro, hasta que ya con lágrimas en los ojos, babas cayendo y mucho calor se corrió en mi boca.

A continuación me levanto y note la sensación de las bolas chinas en mí, que placer produce algo tan pequeño. Cogio de la cama unas cuerdas y me dijo:

  • ¿Quieres que el amo te ate las tetas como te gusta?

  • Si amo. - Como decir que no. Mi cerebro solo pensaba ya orgasmos que me había provocado llevando esas cuerdas. ,

  • Muy bien peque – señor me ponía mucho que me llamara así- Vas a tener las tetas mas duras que nunca.

Paso la cuerda de un pecho a otro apretando cada vez más hasta terminar la cuerda. Me las toco y casi hizo que me corriera solo eso y las bolas. Era una sensación extraña tenerlas así. Duras y muy muy sensibles, algo que el sabia y aprovechaba.

Sin mas saco las bolas de un tirón e introdujo dos de sus dedos, los movió rápido y en cuestión de nada me había corrido.

Me ordeno tumbarme en la cama y abrir las piernas. Se fue hasta el armario y saco un vibrador que ya conocía bien y que tanto placer me dio como él.

Lo metió dentro rápido y sin miramientos. Como reacción al gemido que me produjo me agarro der los pezones que tan sensibles estaban y tiro hacia arriba, mientras me decía que hasta que el amo no me diera permiso no podía hacer ruido.

Mientras vibraba dentro volvió a meterme su polla dura entre las tetas moviéndola de arriba abajo. El presemen que soltaba me las estaba dejando pringosas. La saco y me la metió en la boca. Le dio al vibrador más potencia y no pude aguantar el correrme.

  • ¿Quieres que el Amo te la meta?

  • Si por favor amo – dije entre jadeos.

La velocidad a la que saco el juguete y metió su polla demostraba lo caliente y deseoso que el también estaba.

Golpes fuertes. La saca y la metía de golpe. Llegaba hasta lo más profundo de mí.

Le suplique que me soltara las manos y solo lo hizo después de darme unos azotes por hacerlo parar.

No podía resistirme a ese hombre. A como me follaba. Como jugaba con mis tetas duras y me mordía el cuerpo.

Cuando se corrió tardo un poco en sacarla. La dejo dentro mientras desata la cuerda de los pecho.

Al sacarla ambos quedamos en la cama un momento sin decir nada. En unos minutos me ayudo a levantarme, ya que mis piernas temblaban, y nos fuimos a duchar.

Como imagináis después de esa ronda hubo unas cuantas más.

Al levantarme por la mañana para marcharme, fui al baño y tenía el cuerpo con marcas de donde me mordio, zonas rojas de algunos azotes, alrededor de las tetas morado de la cuerda. Me mire al espejo y me dije a mi misma que no cambiaba esas marcas por nada. Eran la huella de una noche de sexo fuerte con mi amo.

Lo deje durmiendo y me fui pensando si habría otra vez con él una noche así.