Comiendome a la mujer de mi compañero de labores

Aunque no era una mujer muy hermosa, ni con un buen fisico, me mostró cosas que nunca antes, ni en películas, había visto.

Una noche de juergas con mis compañeros de trabajo, salimos a beber unos tragos y terminamos un poco pasados de copas en un cabaret.

Como el lugar estaba lleno, me quede con Carlos, un poco mas alejados del resto. Mientras veíamos a la bailarina, yo le comenté que se me imaginaba que esa mujer debería ser una diosa en la cama. El me confesó que con su mujer el estaba mas que satisfecho y estaba seguro que es bailarina no le haría el peso a su mujer.

Como estaba tan ebrio, me confesó que Claudia, como se llamaba su mujer, era una verdadera puta en la cama. Que con ella había hecho todo lo que yo me pudiera imaginar, y cosas que ni siquiera me imaginaba, sexo oral, anal, con juguetes sexuales, sexo en la calle, en el patio de su casa, hasta que por internet habían dado en mas de una oportunidad sesiones de sexo a través de la cámara a personas de otros países.

Me llamó mucho la atención, ya que la señora de mi colega aparentaba ser una mujer muy reservada, educada. No tenía para nada un físico espectacular, no por el contrario era un poco bajita, no muy buena moza y bastante entrada en kilos. Sin embargo el morbo de saber como ella era realmente en la cama, me llevó a seguir preguntando que cosas sabía hacer ella en la cama.

Carlos me comentó que ella al menos le chupaba la pija unas dos a tres veces al día, o cada vez que el se lo pidiera, nunca le decía que no. Claudia no era de esa mujeres que cuando el llegaba pasado a tragos le daba la espalda o lo hacía dormir en el sofá, no, ella era completamente distinta. Que se vestía con ropa sensual, que ella misma le pedía que lo hicieran en el patio de la casa, en la playa, en una fiesta en fin, cualquier lugar era bueno para tener sexo.

La conversación me dejó completamente excitado y no aguante mas las ganas y termine en un privado con una de las bailarinas.

Muchas veces me encontré con mi colega y su señora de compras y solo con verla me excitaba recordando las cosas que el me comentó.

Pasaron como dos meses después de esta salida y llega la fiesta de fin de año de nuestra compañía.

Todos estabamos invitados con nuestras respectivas parejas y señoras. Sin embargo pocos días antes de la fiesta, terminé con la que era en ese momento mi pareja y no me quedó otro remedio mas que asistir solo a la fiesta.

Lo estabamos pasando muy bien. Luego de la comida, comenzó el baile. Todos salimos a bailar. Mi compañero nuevamente se encontraba bastante bebido y tubo una breve discusión con su señora. Ella se sentó sola en una mesa, mientras el sin darle importancia, continuó bailando con otras colegas que venían a nuestra ciudad de otras compañías.

Me encontraba en el baño cuando Carlos se colocó a mi lado a orinar. Comentamos lo buena que estaba la fiesta. El me dijo que estaba enganchado ya con una de las compañeras de la otra sucursal, pero que lamentablemente andaba con Claudia y que para colmo, ella le había hecho escándalo por lo mucho que estaba bebiendo.

Yo viendo mi oportunidad, y le dije que yo no lo estaba pasando muy bien, por que incluso, me había caído mal la comida y que estaba pronto a irme.

Fue el mismo el que cometió el error.

Me dijo que cuando yo me fuera, el trataría de que Claudia se fuera conmigo, y que cuando ya la dejara en su casa, yo lo llamara, para tener la pista libre para irse al hotel de esta compañera de trabajo.

Que me dijeron a mi. Me senté junto con el al lado de su señora a beber unos tragos. Entablamos una conversación nada de importancia, cosas triviales, mientras ella, como estaba muy molesta con su marido, también bebió un par de copas de más. El fue bastante grosero con ella, incluso hasta me dio un poco de pena por ella, pero todo era parte de su plan. Total, como el dijo, si nos vamos enojados, tengo una mejor excusa para no llegar hoy en la noche a la casa.

Pasó como media hora y yo me disculpe que me retiraba. Le ofrecí a Carlos llevarlo a su casa, ya que andaba sin vehículo, pero el me dijo que no se iría. El mismo le preguntó a su mujer si quería aprovechar de irse conmigo, por que el se iría tarde. Ella muy molesta con el no le respondió y me preguntó a mi , si no me incomodaba. Tomo su abrigo y sin despedirse de su marido, solo con algunas de las personas que estaban ahí, se retiró del recinto.

Mientras yo me despedía de otros colegas, Carlos se acerco a mi lado y me dijo que ya estaba listo con la colega, y me pidió un último gran favor, que me quedara afuera de su casa unos diez minutos y que lo llamara para confirmar que su señora ya había quedado en la casa, ya que con lo celosa que ella era, era capaz de salir nuevamente a buscarlo.

Le dije que no se preocupara, que lo haría tal cual como el me dijo y aproveche de decirle que lo envidiaba por la mujer que se iba a comer. El se rió y me dijo que el lunes me contaba.

Al salir, Claudia se encontraba en la puerta fumando un cigarrillo. Le dije donde estaba mi auto y comenzamos a caminar. Ella se adelantó un poco y yo mirándola por detrás me fijé detenidamente en sus anchas caderas y el tremendo pedazo de culo que se gastaba la mujer de mi colega.

Mientras manejaba rumbo a su casa, ella como que dejó atrás la discusión con su marido. Me comentó que ella sabía que a el le gustaba hacerse el lindo con otras mujeres, pero que ya a esa altura de su matrimonio, no se calentaba la cabeza.

No me demoré mucho en llegar a su casa, pero no había avanzado lo suficiente. Un par de cuadras antes de llegar a su casa, le dije que quería molestarla con un poco de agua, ya que el radiador de mi vehículo estaba roto y estaba perdiendo demasiada agua.

Al llegar a su casa, ella misma entró a su casa y me trajo una botella con agua. Yo ya había abierto el capot de mi auto y me había manchado un poco las manos, a propósito, para tener una excusa para entrar a su baño.

Cuando le devolví la botella, le hice el comentario que me había manchado las manos y ella me ofreció el baño de su casa para lavármelas.

Entre a su casa y cuando estaba en el baño, llamé a Carlos para decirle que ella ya estaba dentro de la casa y que incluso ya había apagado las luces.

El me dijo que ya estaba listo con la compañera, que esperarían que se fuera el jefe y se irían la hotel de ella.

Me lavé las manos y salí. Claudia estaba en la cocina. Me preguntó si me tenía que ir y yo le dije que no. Me dijo que quería tomarse un último trago y fumarse un cigarro, pero que no quería hacerlo sola. Yo le dije que por mi, ningún problema. Nos tomamos el trago y nos fumamos los cigarros. Me preguntó por que a mi edad, un hombre tan buen mozo, aun vivía solo. Le dije que así lo pasaba mejor. Me preguntó si llevaba a muchas chicas a mi casa y cosas por el estilo.

Yo sabía que ella ya quería algo conmigo, pero ninguno de los dos nos atrevíamos a dar el primer paso.

Con esto la conversación no fue muy fluida, se nos fueron acabando los temas de conversación y agradeciéndole su trago, me levanté para marcharme. Al acercarme a la puerta, ella tras de mi, me acerque a darle un beso en la mejilla como despedida. Ella se quedó quieta, siempre mirándome a los ojos.

Mi beso fue muy suave y muy cerca de sus labios. Ella me corrió la cara y nuestros labios se encontraron, fundiéndose en un dulce beso.

Mis manos la tomaron de su gruesa cintura y la atraje a mi cuerpo, ella me abrazó. Nuestro beso no se detuvo y fue aumentando hasta convertirse en una guerra de lenguas. Ella, mucho mas baja que yo, comenzó a emitir unos calentones sonidos y yo, con varios tragos encima, le agarre sus generosas nalgas, atrayéndola hacia mi cuerpo y haciéndole sentir el volumen de mi verga.

Ella me dijo que quería "hacer el amor conmigo", yo le dije que también me moría de ganas, pero que haríamos con Carlos. Me dijo que nos fuéramos a mi casa. Que Carlos llegaría muy tarde, si es que llegaba.

Ella toma su abrigo y su cartera. Cuando salíamos de su casa, ella me dijo que me adelantara y se devolvió a la cocina a abrir la nevera ....... ya sabrán que fue a buscar.

En minutos llegamos a mi casa. Al entrar, ella avanza, se detiene frente a el sofá y se saca su abrigo. Usaba un vestido de fiesta negro, muy escotado, mostrando una buena parte de sus grandes tetas, el vestido muy ajustado al cuerpo, dejaba ver su silueta, que como dije al principio era un poco gorda, pero a mi eso no me importaba.

La tomé de la mano y nos dirigimos a la habitación. Ella se devolvió a recoger su cartera. Al llegar a la pieza la tome por detrás y besando su cuello, comencé a manosearle sus grandes pechos.

Ella echando las manos hacia atrás me agarraba el culo y moviendo el suyo, se frotaba contra mi verga.

Le bajé el cierre de su vestido por detrás y lo dejé caer. Quedó con un conjunto negro, con un diminuto calzón que se perdía entre sus grandes nalgas.

Mis manos se metieron por delante de su calzón y sin ninguna contemplación mis dedos se metieron dentro de su muy mojada y completamente depilada zorra.

Ella se dio vuelta y sacándome mi camisa, procedió a bajarme los pantalones. Mi verga que ya salía por la parte superior de mis slip, fue inmediatamente liberada y llevada al interior de su boca. Una increíble mamada, echa por toda un profesional. De verdad Carlos no exageraba cuando me dijo que su señora era una experta chupándolo. Lograba meterse mi verga hasta que mis pelos chocaba contra su cara. Carlos me había comentado que le gustaba que a ella la trataran en forma brusca a si que agarrándole su cabeza la forzaba a metérsela por completa.

Textualmente estaba violando su boca, haciéndole chupar muy bruscamente mi dura verga, llegando incluso a ahogarla. Cuando le soltaba su cabeza, se la sacaba completamente, me la escupía y se la volvía a meter dejando un puente de saliva entre su boca y mi verga, siempre mirándome fijamente a los ojos.

Cuando me aburrí de que me la chupara, la levanté y la tiré a la cama. Casi a tirones le saque sus calzones y me dediqué a chuparle su depilada zorra, haciéndola gemir de placer. Ella me casi me gritaba lo mucho que le gustaba y me pedía que le metiera mas y mas adentro mi lengua.

Con un fuerte empujón le hice darse vuelta ya ahora fue su culo el que recibió las caricias de mi lengua. Sus grandes nalgas fueron manoseadas, mordidas, besadas en su totalidad. Yo le decía lo mucho que me encantaban comerle su tremendo culo y ella me dijo que estaba dispuesta a todo.

Me monté sobre ella y sin contemplaciones se la empecé a meter. Ella se colocó en cuatro patas y arrodillado detrás de ella le dí su merecido. Mientras la penetraba mis manos agarraba esas grandes tetas que colgaban, agarrando sus pezones fuertemente cosa que le encantaba.

Cambiamos de posición y comenzamos hacer un 69 de película, con ella sobre mi. En una de esa ella se levanta y casi sentada sobre mi cara me colocó la entrada de su culo, casi no podía respirar pero igual continué chupándoselo.

Ella se levantó y poniéndose de pie, con sus pies al lado de mi cabeza, me preguntó si me gustaba ver como una mujer se masturbaba. Muéstrame, le dije.

Ella parada sobre mi, comenzó a masturbarse desesperadamente, metiendo un dedo en su culo mientras con su otra mano se frotaba su clítoris. Yo, con semejante espectáculo, comencé a masturbarme viendo de abajo a la señora de mi colega.

Ella me preguntó si alguna vez había visto acabar a una mujer. Le dije que me diera el espectáculo hasta terminar. Como una perra en celo se tocaba las tetas, se metía sus dedos en su concha, en su ano, separándose las nalgas hasta que me dijo que iba a correrse sobre mi, y tocándose muy rápido el clítoris, comenzó a lanzar un chorro sobre mi cara y mi pecho, dando unos gritos que se deben haber escuchado hasta en la calle.

Yo no podía creer el espectáculo que esta gorda mujer me estaba ofreciendo. Realmente era un profesional a la hora de calentar a un hombre.

Le dije que se acostara de espaldas sobre mi. Con sus mi verga entre sus piernas, sus nalgas contra mi pelvis, mis manos pudieron tocar todo su cuerpo mmmmmm estaba exquisita la gorda.

Ella misma me toma mi verga y la dirigió a sus depilada vagina. Le dije que esta por acabar y arqueando su espalda, se comenzó a mover de una forma exquisita. Aunque el peso no me dejaba a mi moverme mucho ella hacía todo el trabajo. La pose que adoptamos me permitió tocarle sus tetas perfectamente llegando a pasar por su poco abultado estomago, hasta llegar a su depilada vagina que alojaba mi verga.

Cuando no aguanté más mis manos le apretaron las tetas fuertemente y ella aumentó sus movimiento. Le descargué todo mi semen dentro de su vagina de niña. Podía sentir como mi leche salía a borbotones, de su concha, escurriendo por entre mis piernas.

Cansados, ella se dio vuelta, quedando acostada boca abajo a mi lado. Mi vista se fijaba en su tremendo culo, manchado por mi semen.

Le comenté que era la mujer mas caliente con la que me había acostado. Ella me confesó que había alcanzado tres orgasmos, pero que la noche aun no terminaba.

Paso un rato y luego de fumarnos un cigarro, ella acariciándome mi verga ya sin fuerza y yo con mi mano en su tremendo culo. Le dije que me había dado sed y que iría a la nevera a buscar unas cerveza. Me dijo que no me moviera que tenía preparada una sorpresa.

Sacando de su cartera una cerveza en botella de las chicas, la abrió y me dijo si me gustaría tomar esa cerveza. Le dije que sí.

No pude creer lo que ahí pasó. Ella se abrió de pierna y metiéndosela en su depilada vagina comenzó a vaciarla dentro de ella. Me dijo ( con la botella dentro ) que tenía que beberla de este otro envase. Yo me coloque entre sus piernas y ella sacó la botella. Me sorprendió que solo un poco de esta se salió quedando la mayor parte de ella en su interior. Comencé a chupársela y ella con movimientos vaginales hacía que la cerveza saliera de apoco. Era sorprendente el dominio vaginal de esta mujer.

El acto de esa zorra me dejó muy caliente y montándome sobre ella comencé a besarla y a penetrarla, manoseándole sus nalgas, y metiéndole mi verga por su ahora mojada, pero helada vagina.

Me hizo ponerme en cuatro patas. Sacó otra cerveza y me dijo que ahora era su turno de beber. Se colocó de espaldas abajo mío haciendo un 69 y dejando su boca a la altura de mi verga, comenzó a vaciarme la cerveza por el culo, la que escurría a través de mi nalgas, desplazándose por mi verga y llegar directamente a su boca. Mientras ella lo hacía yo le acariciaba y besaba su zorrita.

Terminamos nuevamente chupándonos nuestros sexos desesperadamente y le pedí que me dejara metérsela por el culo. Ella me dejó pero con el compromiso de acabar en su boca.

Ella se dio vuelta y abriéndose las nalgas comencé a metérsela sin grandes problemas. Estuve como 20 minutos metiéndosela y sacándosela del culo. Al final cuando me quise correr, ella se dio vuelta y sentándome en su pecho, me dijo que me masturbara y me vaciara en su cara. Me comencé a masturbar y no demoró mucho mi leche en salir. Ella me esperaba con su boca abierta y gran parte de este fue a caer ahí.

Ya comenzaba amanecer y no quiso que yo la llevara, llamo un taxi y abandono mi casa.

Llegó el lunes y Carlos me comentó con lujo y detalle toda su aventura con nuestra colega, sin saber que yo me había ido a tomar unas cervezas con su mujer.

Comentarios a alexander_5149@hotmail.com