Comiendo producto frances
Como la nata mezclada con materia prima francesa hace las delicias y se conviete en un manjar.
Como nos entretuvimos con el champan y la charla se nos hizo de noche y el fresco y la humedad hacían mella en nuestros cuerpos, Roberts dijo recojamos rápido que terminaremos la velada en mi casa con otra botella de esta rico manjar, y no se preocupen por la hora que esta noche son mis invitados y se quedan en casa, ya irán mañana la hotel.
Yo ante aquella apetecible proposición no me negué y Paco menos, en 20 minutos ya andábamos los tres como dios nos trajo al mundo por su salón, Roberts ante mi sorpresa retiro de una tumbona que tenía en la terraza la funda acolchada y la extendió sobre la barra americana que había en un lado del salón junto a una pequeña nevera acristalada donde guardaba el champan, me tomo en brazos ante mi asombro y me puso sobre ella, la mirada de paco era de lujuria de verme así sobre aquello mostrando mi coño abierto a los dos.
Llamo a paco y le dijo que me aguatara las piernas un momento, paco puso mis piernas sobre sus hombres y vio que su rabo quedaba a la altura de mi conejito y como no podía ser de otra forma comenzó a frotarlo un poco, Roberts riendo dijo esperen un momento y tomo un spray de nata montada que había en la nevera, se acercó a mí y me roció sobre los pezones sobre mi vulva abierta y en la polla de paco, este agradeció la idea mientras Roberts con su mano se la extendió toda sobre el rabo, paco agradecía esta caricia y Roberts le dijo, veras como ahora entra más suave y te la come también mejor, le puso sobre la punta un poco y dejo que paco me penetrara, yo respondí con un suspiro y un medio salto de placer, me sentía usada sobre la barra a expensas del placer de esos dos machos.
Roberts ya había devorado la que había sobre los pezones y parte se la llevo con la lengua y me la ofreció en mi boca, cuando la tome se retiró un poco y se puso sobre su rabo gran cantidad, ofreciéndomelo para que chupara, yo como una colegiala hambrienta tragaba y chupaba desesperadamente pues andaba excitada con los movimientos de paco y este pollon en nata sobre mi cara.
Como vio que paco andaba súper excitado y acelerando las embestidas lo paro rápidamente y le dijo espera cambia y ven aquí y dale de comer a tu esposa que está necesitada de dulce, puso mis piernas sobre sus hombres y mi vista era de lujo, aquel hombre con una sonrisa pícara y sexy con ese pectoral de poblado vello blanco que deslizaba en pico hacia su enorme rabo que ahora andaba en su mano golpeando mis ardientes labios de mi sexo, a la vez que lo frotaba con la nata, tomo el bote y puso parte en mi interior, la sensación fue extraña al recibir el golpe de nata pero lo agradecí ante tanto calor, su polla golpeaba y ya comenzaba a taladrarme entre mis entrecortados suspiros de placer que me dejaba dar el rabo de mi esposo que con frenesí acosaba mi boca, mis pezones eran dueño de las manos de Roberts que con sumo cuidado pellizcaba.
Y como no podía ser de otra forma mi marido y yo nos corrimos a la vez, el en mi boca y yo sobre el la taladradora del francés que ya andaba con ritmo más acompasado y con unos movimientos laterales de cadera que me hacía gemir como una posesa, paco la saco toda morcillona con alguna gota aun en la cabeza y la froto con los pezones, Roberts se la tomo con la mano y le ayudo en la tarea a la vez que puso algo más de nata para que la sensación fuese más placentera, a la vez que no cesaba en sus movimientos con su rabo dentro de mí, yo le pedí, para, para y córrete que no aguanto más que estoy rendida pero el hacía oídos sordos y aceleraba, la sacaba y cuando pensaba que iba a parar la volvía a meter de un golpe seco, me sentía poseída de cuerpo y alma por aquel francés que dominaba mis sentidos a su antojo, y a la vez lo deseaba como nunca había deseado a nadie, eran lujuriosos mis pensamientos hacia él aunque también afloraban ya otros sentimientos que me hacían volverme loca con él.
Continuo así cinco minutos más o menos pues a mi marido ya se le había quedado arrugada, cuando tomándome con sus brazos sobre mis hombros fuertemente para que no me deslizara hacia atrás, golpeo secamente dos o tres veces y comenzó a inundar nuevamente mi coñito rojo y acalorado por aquel mástil que soltaba chorros como si fuese la boca de un dragón, era impresionante la cantidad de semen que lanzaba teniendo en cuenta que hacia hora y media me había follado por detrás inundando mi trasero igualmente.
Paco estaba sorprendido también de la vitalidad de Roberts y se le dijo entre risas, amigo vaya fábrica de leche que tienes ahí tienes para dar y vender, Roberts saco su rabo ya algo morcillón pero duro aun de mi coñito y Paco que andaba deseando jugar un poso lo tomo y dijo me permites, y le dio un repaso con su boca que lo dejo limpio y lustroso, ofreciéndomelo rápidamente para que yo lo terminara de acicalar.
Una vez relajados los tres y recuperadas un poco las fuerzas nos dimos unas duchas y Roberts preparo las camas de los invitado para que nos quedáramos allí, pues muy a su pesar como él dijo, la cama suya era amplia pero no para descansar los tres juntos y más con su tamaño, aunque yo sinceramente me habría quedado esa noche con él, sentir mi cara sobre su pecho y ser abrazada por aquel semental francés me hacía perder la cabeza, pero siendo sincera amaba a mi esposos y más después de permitir y consentir que me dieran tanto placer otras personas.
Pasamos la noche durmiendo como lirones pues yo lo necesitaba y me imagino que ellos también, por la mañana en el desayuno mientras Roberts hacia café sonó el teléfono fijo que tenía en el salón pero dijo no lo cojan dejen que salte el contestador, una voz de mujer con acento entre alemán y austriaco dijo, Hola Roberts, soy Anna saludos también de Hansen, cuando escuches el mensaje si puedes nos llamas que tenemos ganas de verte y hablar un rato y también de tus atenciones, esto último lo dijo en tono más pícaro, y corto la llamada.
Roberts se echó a reír y nos dijo, son un matrimonio alemán afincado aquí hace dos o tres años que los conocí de forma similar a la vuestra y con los tengo algún encuentro con ellos, pues son muy agradables y aunque tiene ya 66 y 64 años se conservan muy jóvenes y de mentalidad abierta, y uno claro tiene sus necesidades, se reina contándolo. Viven en el norte de la isla pero pasan a saludarme algunas veces.
Entonces Roberts nos sorprendió y nos dijo, mira podía llamarlos y si queréis mañana quedo con ellos y os los presento y si os apetece podríamos juntarnos y tener una bonita fiesta, a ellos seguro no les importa al contrario son afines a los encuentros con más gente.
Paco y yo nos miramos y dijimos lo dejamos en tus manos, pero eso lo contaremos en el próximo, ya verán que la fiesta no desmerecerá la espera….