Comenzando a ser la hembra de mi macho parte VII

La relación hembra macho se consolidó

De nuevo estoy aquí, seguiré con la historia de Danko ya que son muy solicitadas:

Las horas en el trabajo pasaban lentas, seguía yo con mi calentón, ya que al poco que me movía notaba la leche de mi macho en la vagina, y algunas gotas seguían saliendo y recogidas por mis dedos para deleitarme con su sabor.

Por fin me dió la hora de salir, no veía la hora de llegar a casa, pero antes tenía una sorpresa que comprar para mi macho. Fui a la tienda de animales y me compré un collar, una correa y unos cuencos de comida para mí. Fui a la ferretería y compré unos tornillos, tacos y un mosquetón para darle la sorpresa y rauda fui a casa, no iba ni a comer, iba directa hacia mi lujuria si mi macho deseaba.

Al abrir la puerta Danko se me tiró encima, tanto que casi me tira al piso, le miré y mientras nos dábamos los lengüetazos le dije:

  • Hola amor, vaya se ve que quieres montar a tu hembra, no te preocupes que lo harás después de que prepare una sorpresa.

Rápidamente cogí el taladro y el martillo y a un palmo del suelo pude el mosquetón, Danko se quedó sentado mirándome sin saber qué hacia pero yo ardua quería demostrarle mi sumisión aún más a mi macho. Terminé de instalar el gancho en la pared, miré a Danko con una sonrisa pícara:

-Ahora si podrás montar a tu hembra a tu placer.

Me quité toda la ropa y el tampón, lo que conllevó que cayera el semen de mi macho de la mañana. Me coloqué el collar y me enganche con la correa del collar al gancho en la pared, poniéndome a cuatro patas ofreciéndome a mi macho. Puse la cara en el piso para que tuviera más acceso a mi vagina o ano, lo que él prefiriera, rápidamente empecé a sentir su lengua que me recogía toda la leche que aún me caía. Rápidamente empecé a gemir alto para mi macho, rápidamente mis flujos comenzaron a caer, rápidamente me llegaron los orgasmos.

Rápidamente me montó, a la primera noté como su pene empezó a profanar mi vagina, parecía que el lo deseaba más que yo, notaba sus garras en mi espalda, clavadas, dolorida pero aguanté por mi macho, que seguía en su vaivén de penetraciones, de tal manera que, las uñas ya me daban igual, incluso me gustaba. Con cada penetración me venía un orgasmo, Danko seguía clavándome sus uñas hasta que sentí como metía hasta lo más hondo de mi ser su pene junto a la bola, sentí más placer al sentir su leche inundandome mi vagina. Nos quedamos acoplados por unos 5 minutos hasta que se le bajó y al sacar su pene cayó toda su leche y mis flujos. Volvió a lamer mi vagina para recoger nuestros flujos, y al terminar para sorpresa de él, me mantenía en la misma posición, pero él se fue. Aún así me mantuve hasta que volvió y pareció que se sorprendió, no se esperaba que siguiera ahí, para él, para mi macho.

Pareció que le gustó, pues volvió a la carga y otra vez me montó por la vagina:

  • si amor, demuestra quien manda - le decía entre gritos.

No le gustó, pues me mordió el pelo y me jaló de los pelos fuertes hacia atrás, cosa que entendí, y callada, sin ningún tipo de murmuro ni aún cuando me venía el orgasmo, espera a mi macho que se viniese. Notaba sus garras raspandome, notaba su pene destrozándolme, notaba como mi macho ponía mucho ímpetu en montar a su hembra, notaba a mi macho como me dominaba.

Volví a sentir su pene en lo más hondo de mi junto a su bola, y otra vez su deliciosa leche inundandome, el placer era máximo con algunas alteraciones pues los arañazos me escocían, estaba dolorida pero ni una queja, ni un murmullo, ni un resoplido salió de mi boca mientras mi macho esperaba que se le bajase su bola para no sabía si montarme o dejarme. Sentí su bola salir con el clásico "plop" al igual que nuestros jugos cayendo de mi vagina recogidos por su lengua.

Yo seguía con la misma posición, a cuatro con la cara al piso amarrada por el collar y la correa a la pared. Danko se puso a mi lado y para sorpresa mía levantó la pata y comenzó a orinarme en la cara, cosa que acepté cual marca de dominación sobre su hembra, y ahí me quedé en el suelo, follada, rasguñada, dolorida y marcada, pero me daba igual, debía mantener la compostura y aguantar, pues quería estar disponible para mi macho, pues él de volvió a ir y me dejó ahí cual juguete.

Después de dejarme ahí, venía me olía y se iba, lo hizo muchas veces, pero mi sorpresa llegó cuando ya después de más de dos horas en esa posición, pensé que mi macho ya se ah la cansado, pero volvió la última carga, pues me agarró con las patas por los muslos y sentí como su pene desgarraba mi ano. Dios, que dolor sentí, pero como buena perra sumisa aguanté sin emitir ni un sólo ruido, mordiéndome el labio para no hacer enfadar a mi macho, mientras él seguía reventándome el ano sin piedad, marcando su territorio, arañandome los muslos... Siguió sin piedad, tomando posesión de su hembra, marcando con cada penetración sus uñas en mis muslos, solo se escuchaba el choque de su pene contra mi ano desgarrandolo, pero aguanté, por mi macho, por su satisfacción, sentí como metió su bola y un pequeño quejido se escapó de mis labios, a la vez que sentía su leche llenándome mi ano, Danko se lo tomó mal, pues empezó a ladrar con rabia y soltando gruñidos. Como castigo creo yo, se dio la vuelta quedando culo con culo, atorada con su bola y el tirando sabiendo que me dolía, sin esperar a que se le bajara, que dolor, pero qué delicia al saber o yo me lo tomaba como castigo. Salió la bola, y con mi cara en el piso vi como por mi muslo bajaba nuestros jugos con un tinte rojo de mi sangre. Danko no me lamió, no me limpió, algo raro en él, pero seguí en esa posición hora y media más, pero al ver que mi macho no vino más, tomé la decisión de levantarme.

Cogí la comida y se la serví a mi macho y como buena perra me.mantuve a su lado esperando que terminara, y al hacerlo me serví su comida en mi cuenco y comí en el suelo las croquetas, muy secas, pero sabían bien, al ver eso mi macho me miró con orgullo al ver a su perra denigrada comiendo su comida.

Espero que os haya gustado, iré subiendo más relatos, gracias por todos los mensajes de apoyo, exceptuando dos o tres todos fueron respetuosos y amables, muchas gracias.

Besos