Come what may (1)
Hermes y Baco se conocen "bastante bien".
Baco era un chico de unos 22 años, que tras haber fracasado en su intento por estudiar medicina se había metido a trabajar en la empresa de un familiar esperando que comenzase el nuevo curso para iniciar una nueva carrera, psicología.
La verdad es que no le quedaba mucho tiempo de trabajar en esa empresa, ya que a finales de septiembre dejaría la empresa para compaginar sus estudios con algo que siempre le había llamado la atención, un trabajo mucho más político, quería meterse en una asociación de gays y lesbianas para sentirse realizado como persona.
La última semana de Agosto se encontró con que estaba sólo en la oficina, ya que su jefe se había ido a Korea y su compañera de trabajo estaba de vacaciones para estudiar los exámenes de septiembre. Teniendo en cuenta que el trabajo no era demasiado arduo, ya que todo había quedado prácticamente solucionado antes de que su jefe se fuera, pasaba las horas navegando en internet, buscando en todos los chats de la red alguien con quien echar un buen polvo, y si a última hora no lo había conseguido se iba a la sauna, para disfrutar revolcándose con esos cuerpos sudorosos a los que tan acostumbrado estaba.
Pero quiso la casualidad, que el día 27 de Agosto, después de llevar toda la mañana soltando improperios por su boca, debido a que no encontraba a nadie que quisiera quedar para follar, de repente se le abre un privado en el chat.
El chico con el que entabló conversación se llamaba Hermes, y parecía prometer, aunque no consiguió que le enviase ninguna foto. No obstante, como estaba deseoso por pasar un buen rato y aún quedaban muchas horas de trabajo para poder irse a la sauna (era mediodía) se decidió a quedar con ese yogurin de 19 años que le insinuaba querer disfrutar de su cuerpo.
El tiempo que transcurrió hasta que llego el invitado, se le hizo eterno, a pesar de que tan sólo transcurrieron 30 minutos. No sabia que hacer, nunca había conseguido quedar con nadie por internet, y para una vez que lo conseguía ni siquiera tenía foto. ¿Cómo sería aquel chico? ¿Realmente estaría tan bueno como prometía la descripción? Había oído muchas veces a sus amigos comentar que la gente del chat solía mentir a menudo en las descripciones, por lo que no sabia que esperar.
Finalmente, mientras intentaba relajarse, para que no se notara su nerviosismo cuando llegase Hermes, sonó el telefonillo, y después de unos segundos el timbre de la puerta.
Cuando abrió la puerta, se encontró con un chico altivo, al que invito a pasar, mientras le oía decir: "parecías más delgado en la foto". Por su cabeza pasaron infinidad de pensamientos: "que se habrá creído la reina esta", "joder, yo no me veo gordo, tan poco es que sea Adonis, pero no estoy del todo mal"; de hecho, estuvo a punto de invitarle a salir de nuevo por la puerta, pero como había ido hasta allí y el chico no estaba mal, decidió echar un polvo y disfrutar de lo que el cuerpo de Hermes le pudiera ofrecer sin hacer caso de esas impertinencias.
Entraron los dos en el despacho, y se sentaron, interponiendo la mesa en la que Baco solía trabajar (y chatear) de por medio. Hermes fijó la vista en un par de folios en los que estaban escritos los nicks de varias personas y pensó que Baco era uno de esos chicos que se pasan el día follando con gente que conocen por internet.
La conversación que tuvo lugar durante esos momentos de tensión en los que ninguno de los dos sabía muy bien como actuar, ni que se esperaba que hiciese, verso sobre infinidad de cosas. Ambos contaron parte de su vida, y Baco se sorprendió al enterarse de que Hermes vivía con su novio en un piso cerca de donde estaban, pero que la relación estaba pasando por un mal momento. Hermes tenía una gran historia que contar, pero no era el momento, ya que ni siquiera conocía a su interlocutor. Se limitó a comentar el estado de su relación con su novio y demostrar su superioridad de clase por el estilo de vida que llevaba (comidas en el Palace, fiestas del Cuerpo Diplomático, ), sin olvidar señalar que había terminado una carrera de tres años en sólo uno ya que había hecho un curso intensivo de Gemología.
Baco estaba tan absorto con lo que Hermes le estaba contando, que ni siquiera se dio cuenta de que Hermes se había sentado encima de la mesa, justo delante de él. Cuando Baco comenzaba a ser consciente de la cercanía de ese maravilloso cuerpo, Hermes se abalanzó sobre él besando sus labios con verdadera ansiedad.
Baco se dejo llevar, y comenzo a acariciar el cuerpo de hermes, a la vez que intentaba quitarle la camiseta. Hermes le ayudó, y a continuación quito la camiseta a Baco, que debido a lo ceñida que estaba parecía una camisa de fuerza que impedía la lujuria. Hicieron lo mismo con los pantalones y los calzoncillos, y en un santiamén se encontraron tumbados encima de la mesa, acariciándose pasionalmente.
Hermes recorrió con sus manos el cuerpo atlético de Baco, acariciando su pecho, su abdomen y sus piernas; a continuación hizo lo mismo con su lengua, recorriendo lentamente cada uno de los rincones de ese cuerpo que le inspiraba deseo, mientras Baco se sentía transportado a un mundo imaginario. Finalmente, detuvo su boca en el miembro erecto de Baco. No era demasiado grande, rondaría los 15 cm, y a Hermes le costó no comparar con el de su novio, que rondaba los 19, y también superaba al de Baco en grosor, pero estaba allí para follar y eso era lo que iba a hacer. Sin dudar, se introdujo esa polla en la boca y comenzó a lamerla de una forma que a Baco le hizo pensar que no tenía demasiada habilidad.
Ser chupado por Hermes estaba bien, pero Baco también quería degustar el cuerpo de Hermes, por lo que apartándole la cabeza le instó a que se tumbase sobre la mesa y comenzó a chupar su polla, que más o menos debía ser como la de Baco, aunque tenía una peculiaridad, estaba circuncidada, lo que a Baco le excitó aún más. Succionó aquel miembro rígido, mientras Hermes se revolvía de placer.
Hermes sujeto la cabeza de Baco, y comenzó a besarle, con más pasión de lo que lo había hecho al principio, y a continuación lo sentó sobre la mesa de trabajo, para poder chupar su pene mientras se masturbaba sentado en la silla en la que Baco había estado sentado minutos antes.
Le encantaba follar con este desconocido, ya que estaba descubriendo que cuando los dos se mueven todo es mucho más divertido; estaba acostumbrado al sexo con su novio, que era bastante monótono, ya que se tumbaba en la cama y se dejaba hacer.
Continuó lamiendo aquella verga hasta que los dos estuvieron a punto de eyacular, momento en el que Baco comenzó a masturbarse derramando su leche por el torso de Hermes. Este, con la excitación de sentir el calor del semen de Baco en su pecho, se corrió rápidamente, derramando todo en el suelo de oficina.
Una vez hubieron terminado, se vistieron, y Baco encendió un cigarro (demostrando su satisfacción) mientras recogía las cosas que habían quedado un poco descolocadas.
Hermes dijo que tenía que irse a hacer cosas, y Baco estaba esperando una visita, por lo que se despidieron, no sin antes darse el movil, por si algún día les apetecía volver a quedar, dijeron.
Hermes se fue a su casa, pensando que el polvo había estado bien, y que aquel chico tenía algo que le llamaba la atención, lo que podría ser peligroso, ya que no podía olvidar que su novio intentaría hacer las paces en algún momento, y serle infiel era algo que no se quería plantear.
Baco, se quedo en su oficina, recordando lo bien que lo había pasado, aunque no pensaba llamarle nunca, ya que no quería meterse en medio de una relación, por que podía salir mal parado, y además SOLO HABÍA SIDO UN POLVO.
Decididamente, no se iban a volver a encontrar, al menos eso era lo que pensaban en ese momento.