Comando Madrid
Encuentros sexuales entre una terrorista del comando Madrid de ETA y un profesor de ingles irlandés.
Ese invierno había sido cruento en la capital de España, el comando Madrid llevaba tres meses actuando salvajemente llevando una media de acción cada cuatro días, la prioridad de todas las fuerzas y seguridad del estado era para aquella locura.
El comando estaba compuesto por tres activistas muy experimentados. Jon, Aitor y Ángeles, esta última solía ser la más lanzada de todos y por ende la más sanguinaria.
En la banda desde los 18, con 34 años llevaba en busca y captura los últimos 15 años de su vida, su vida por entero se había dedicado a la banda no conociéndosele otra actividad o incluso afición.
Una noche Ángeles salió a tomar una copa a un bar en el que se había fijado durante una vigilancia a un político de segundo nivel que finalmente fue desechado, en aquellos días necesitaba salir del piso franco y respirar un poco de aire puro, oír música e incluso si se terciaba charlar con alguien ajeno a la causa. Aquella copa fue para ella un alivio por lo cual tres noches después volvió a tomar otras copas.
Según entró en el bar y pidió el primer ron, se le acercó un chico de su misma edad el cual le comentó que hacía tres días le había visto sola bebiendo y que le había parecido curiosa la situación, él era de Dublín que daba clases de inglés, y se llamaba Rob qué si quería otra copa, que si de donde era, que a que se dedicaba, que desde cuando acudía al bar, que si esto que si aquello.
Aquellas copas se repitieron durante semanas, en las que bebían mucho y hablaban de todo. Ella le confesó que no llevaba una vida muy normal que estudia unas oposiciones y que estaba todo el día enclaustrada, que hacía mucho que no tenía un novio salvo un vibrador azul que tenía desde hacía años y que usaba frecuentemente. Rob le confesó que el disfrutaba del sexo de cama en cama, un día durante una conversación entre risas Rob ganó una apuesta, por la que podría pedirle a Ángeles lo que quisiera, la cosa quedó en el aire&
Al día siguiente y después de una notable cantidad de ron por ambas partes, Rob le dijo a Ángeles que su deseo era tomar la última en su casa, no era una buena idea, Rob vivía con amigos y nunca se sabía, una cosa era dejarse ver por la noche de copas en un bar de copas y otra hacer amigos indiscriminadamente que no se podía saber a que se dedicaban y si podrían ser potencialmente peligrosos. Ángeles ya le había comentado que vivía con una tía viuda, pero en aquel momento le dijo a tu casa no, te llevaré a una casa medio vacía que tiene mi familia y de la que casualmente tengo llaves. Ángeles se disponía a llevar a Rob a su piso de seguridad, el cual solo ella conocía su ubicación, la pantomima duro poco, Rob la beso segun cruzaron la puerta, despues empezo a tocar sus diminutas tetas y en poco tiempo le habia bajado las bragas, le abrió las piernas y se bajó a lamerle el coño. Empezando por el clítoris y acabando por meter la lengua en su ya humedad cavidad, de vez en cuando, Ángeles le pasaba la mano por la cabeza, en otros emitía pequeños jadeos, por otros se tocaba sus pequeños pechos, por otros se basaba la mano por el clítoris.
Con la cara llena de jugos, Rob se subió y la penetró poco a poco, viendo como le cambiaba la cara a cada bombeo que le realizaba, después de 10 minutos de bombeo continuo en el que manejaba las piernas de Ángeles a su antojo, ésta entre jadeos se apoderó de la polla de Rob y empezó a lamer, hacía años que una mujer no se la chupaba con tanto encanto. Ángeles parecía disfrutar de la situación, parecía que cataba todas las venas, músculos y curvas de su polla al chuparla, se la metía hasta el fondo, le pasaba la lengua la masturba poco a poco, aumentaba la velocidad, después de una buena chupada, esta se pasó a los huevos y de ahí al culo, intentando introducir un dedo en él, pero Rob la paró, le dijo que era algo que a pesar de su edad y su experiencia nunca lo había realizado y que no le apetecía por el momento. En ese momento la elevó hacia arriba y le introdujo la polla en su coño y la puso a botar sobre su durísimo pene, mientras le metía él a ella un dedo y después dos por el culo, a
lo pocos minutos, Ángeles bajó la mano, agarró la polla y se la cazó, subió un poco su cuerpo y empezó a meterse poco a poco la polla en el culo. Desde ese momento la follada fue bestial, con embestidas salvajes y una corrida en su parte trasera que dejó a los dos extasiados. Durante la conversación de sobre mesa ella le comentó a él que hacía muchos años que no era follada por el culo, pero esos dos dedos la habían vuelto loca.
La siguiente noche de copas, Rob se ofreció a llevar a Ángeles a casa en coche, (ella aceptó, pero le dio una dirección falsa para que él nunca pudiera saber donde estaba el comando) al llegar estuvieron un rato hablando y finalmente se despidieron.
Durante las copas de la siguiente noche, Ángeles le confesó que cuando le dejó en el coche estaba súper excitada y que se masturbó analmente con el vibrador azul nada más llegar a casa pesando en como había sido follada la última vez, Rob acabó de un trago la copa y se la llevó al piso de seguridad, allí según cerró la puerta empezó a follársela apoyada contra la pared de la casa de manera que Ángeles solo podía apoyar su cara en la pared y dejarse hacer, después de un muy buen rato bombeando, se la llevó a la cama donde empezó a chuparle la polla, por primera vez en años Rob se corrió en la boca de una mujer, dándole un increíble placer, pero una vergüenza atroz y la constancia que ella se iba a quedar si orgasmo.
La siguiente quedada fue directamente en la casa, él le había anunciado una sorpresa. En cuanto entró por la puerta, Rob la tapó los ojos, la desnudó y le ató con unas agarraderas las manos a somier de la cama (único lugar a donde se podía sujetar una cuerda o algo similar en aquella cama compuesta de un solo colchón y un somier) empezó a masturbarla lentamente, a pasarle la lengua por sus pequeños pezones, a meterle un dedo por el coño, a meterle un dedo en el culo, después la lengua y por último un vibrador que había traído entre las sorpresas, la primera sorpresa de ella fue de estupor, pues aunque conocía la existencia de vibradores que Rob revés y era ella al que esperaba atada a la cama para ser follada durante horas.
Ella fantaseaba con ser follada por un grupo de hombres, de follarse a una mujer, él a su vez, le susurraba al oído cantidad de ideas, como la de mandar un amigo en su lugar y que fuese él quien se la follase sin que ella supiese quien la había montado. O que en medio de un polvo él dejase pasar a amigos que la follasen en grupo sin miramientos, esa era otra parte de las pequeñas perversiones que la pareja mantenía entre si.
En cierta ocasión al salir del bar se cruzaron con un cliente que por un momento creyó reconocerla, aunque estaba inscrito a narcóticos, algo le hizo seguir a la pareja y vio como cogían un taxi y acaban en un portal del norte de Madrid. El piso fue puesto en vigilancia.
Las investigaciones determinaron que la joven era Ángeles Olavarria miembro del comando Madrid, y que el joven era Rob Smith, posteriores seguimientos determinaron la relación entre ambos y la no pertenencia al comando de este último. Igualmente el seguimiento dio con el piso franco del comando Madrid.
Después de una gran cantidad de copas, se dirigieron al piso, en el ascensor, ella lo puso de cara al espejo y le metió la mano en el paquete mientras le decía que esa noche ella iba a llevar las riendas de la noche, Rob le agarró de la muñeca sacándole la mano de su paquete, dándole la vuelta a su vez con controlada violencia, y le susurró al oído que no esa noche ella iba a ser follada como el determinase. Entraron el piso y él desnudo, le tapó los ojos y le ató las manos juntas al somier a la altura del cabecero de la cama, se preparó una última copa y mientras se la bebía empezó a susurrarle al oído como se la pensaba follar, que le iba a meter y como y donde se iba a correr.
Lo primero que hizo fue atarle cada uno de los pies con las amarraderas a cada una de las patas de la cama dejando su culo y su coño totalmente a merced de su amante, mientras le pasaba la mano por el coño y a ratos le metía un dedo en el mismo, empezó a meter con la otra mano un dedo por el culo, después de 5 minutos de lubricarlo, le metió unas bolas chinas vibrantes en el culo a la máxima potencia, mientras
eso le pasaba le susurraba al oído que esa noche iba a ser inolvidable y que iba a pedirle que no se la follase más. Cogió un hielo y empezó a pasárselo por el cuerpo, clítoris, pezones, cara boca. Cuando ella estallaba de gemidos, le introdujo la polla en el coño, podía sentir las bolas chinas detrás de la pequeña pared de piel que separan el coño del culo, durante diez minutos los bombeos fueron incesantes, después de esto le sacó la polla y con ella recubierta de jugos vaginas como a Ángeles le gustaba se la metió en la boca y dejó que la chupase, después se puso en cuclillas en su cara y dejó que le lamiese los huevos, le sacó la polla de la boca, le arrancó sin miramientos las bolas chinas del culo y empezó a bombearla por el mismo, la tensión del polvo hacían que ella tirase y tirase de las resistentes agarraderas, pero según le decía ese dolor unido al placer que le subía por la columna vertebral le encantaban.
Como notaba que se iba a correr, Rob sacó la polla, le volvió a meter las bolas y se apartó a un lado para meterle y sacarle rápidamente el vibrador por el coño sin miramiento. En el momento que ella arqueaba su espalda y emitía un aullido, una explosión derribó la puerta de la casa y un tropel de GEOS completamente parapetados en trajes antibalas se desplegaron por la casa, el primero de ellos al ver la situación, enganchó a Rob y lo redujo en una esquina de la hbitación, Angeles penso que eran unos amigos de Rob que habian venido a cumplir lo tantas veces hablado y follarsela en grupo sin miramientos. UNo de los policias coloco una de esposa en la muñeza de angeles, corto las cuerdas de sus manos mientras un compañero suyo cortaba las de los pies y con un certero movimiento el daba la vuelta para colorcale la segunda esposa quedando atada con los barzos en la espalda. Ante la mirada alucinada de los GEOS un tremendo escalofrío recorrió la espalda de Ángeles y esta tuvo el mayor orgasmo de su vida.
Alguien le enganchó de los hombros y la levantó, otro le cubrió con el edredón y fue bajada a empujones escalera abajo, donde se dio cuenta de la realidad y de lo mucho que iba a tardar en volver a ser follada.