Collar. v

Aquella noche con Amo y Alpha (el nombre real me da igual) fue fantástica. Regresé a la habitación de madrugada, mi futuro ex dormía plácidamente. Se había descargado en la boca de Alpha, era normal. Me desnudé y me puse entre las sábanas.

Una mano recorriendo mi piel me despertó.

—¡Para! —chillé.

Me levanté, empecé a meter mis cosas en la maleta. Noté como deseaba mi cuerpo. Me puse un vestido blanco y unos zapatos de tacón.

—Adios, espero que ayer disfrutaras con la mamada en la playa. —Se puso rojo.

Salí de la habitación y me dirigí al coche. Una vez dentro miré el teléfono. Tenía mensajes de Amo, las fotos de la noche anterior. Me excitaba al recordarlo y sonreí. Conduje hasta mi piso.

Hacía un mes desde que me entregué y rompí. Llevaba cuatro semanas sin sexo. Mi forma de vestir había cambiado: falda a medio muslo o vestido, tacones de infarto, pelo suelto y labios rojos.

Me llené de valor y le envié un mensaje a Amo "¿Aún me quiere poner el collar, Amo?", y una foto del coño (afeitado). Tardó en contestarme y al fin me pasó una dirección con una hora y me ordenó que llevara un plug puesto en el ano y una pinza en el clítoris.

Seguí sus indicaciones, necesitaba que me pusiera el collar, lo deseaba. Llegué a la dirección, mientras esperaba que me abrieran la puerta mis muslos se iban mojando. Alpha abrió la puerta con un batín. Entré.

—Zorra, desnudate y de rodillas.

Obedecí, me puso el coño en la boca y empecé a lamérselo. Se corrió en mi cara.

—A cuatro patas, perra.

Fue a mi espalda y me quitó el plug. Me puso uno mayor y con cola. Empezó a andar y la seguí. Lleguemos a una sala donde estaba Amo con un collar en la mano. De verlo me excité. Me quedé quieta. Alpha fue y se morrearon, mi excitación aumentaba. Alpha se retiró de la sala.

—Perra, ¿te ha follado alguien este tiempo? —Negué con la cabeza—. ¿Te has masturbado? —Afirmé—. ¿Has pensado en mí y/o Alpha? —Volví a afirmar.

Había pasado un mes con recuerdos de una noche. Mi ex vino a recoger cosas, yo estaba deseable y cerrada. Solo pensaba en Amo. Haber lamido el coño a Alpha es el precio para esto. Es barato.

—Colócate encima de la cama boca arriba. —Al ponerme de pie el plug me molestó—. ¿Alguna vez has tenido una pinza en el clítoris? —Negué, empezó a acariciar los labios—. Se sincera, ¿por qué has tardado tanto?

—Por miedo. Disfruté mucho esa noche y mis principios cambiaron. Me gustaba la monogamia. —Llegué al primero—. Uno. —Sonrió—. Había pensado en una mujer, pero mi ex no quería un trío y sola no me atrevía. ¡Dos!

—¿Sabes las consecuencias de correrte con pinza en el clítoris? —Le regale una sonrisa y afirmé, me la sacó—. A cuatro patas.

Le hice caso, me puso esa pinza en el pezón. Empezó a mover mi plug.

—¡Tres! —chillé.

Me sacó el plug y metió su pollón de una vez, al principio me molestó, pero desde que me contestó el mensaje cambie las bolas por un plug, tamaño pequeño en la calle, enorme en casa.

—Gracias, Amo.

Era suya y no me tenía de adorno. En algunos casos sucedería, pero era el precio por estos. El clítoris me empezó a dolor y Amo me dio una zurra.

—A que no volverás a hacerme esperar, perra. —Negué y sonreí, me aceptaba.

Sacó la polla, se sentó delante mío y me bajó la cabeza para que le comiera el rabo.

—Para negar levanta una mano, para dudas para y pregunta. ¿Sabes que tendrás a muchas por delante? ¿Sabes que te compartiré con otros Amos? Me gusta como comes, perra. ¿Sabes que hace un mes fue idea de tu ex que nos conociéramos? —Me tragué la polla entera y fui poco a poco sacándola.

—No. Solo se olvidó de comentarlo. Me perdió. Con usted sé las normas: se folla a quien quiere y a mi me folla quien dice.

Volví a chupársela, me sujetó la cabeza para marcar el ritmo y su semen impacto contra mi garganta. Se la limpié.

—Veo que culo-boca no es límite. ¡Felicidades! De rodillas.

Obedecí y noté como me ponía el collar.