Colegio Mayor (1: Visita previa)

Alfredo y Eva son dos hermanos que tienen completemente dominado el colegio mayor en el que residen. Laura será su víctima para el año que viene.

Colegio Mayor (1) - Visita previa

Laura estaba muy emocionada. Estaba acabando ya su brillante etapa en el rígido instituto de monjas en el que estudiaba para lograr su paso a la Universidad. Aquel día su padre la llevaría a visitar colegios mayores para el año siguiente. Y la decisión que tomó aquel día cambiaria su vida para siempre.

Laura y su padre llegaron al vestíbulo del colegio acompañados del director.

Bueno Laura, ¿qué te ha parecido el colegio? – preguntó su padre – Me parece que te ha gustado ¿no?

La verdad es que sí papá, este es el que más me ha gustado de todos los que hemos visto.

Estoy seguro de que su hija pasará aquí una estancia inolvidable.

Bueno, pues entonces que no se hable más. Está decidido. Laura, el año que viene te quedarás aquí.

Gracias papá, me hace mucha ilusión

Nada más oír aquellas últimas palabras, Alfredo también tomó su decisión.

Alfredo y Eva intentaban ver a todos los candidatos para los siguientes años, para decidir quien querían que compartiese el módulo con Eva. Y acababan de tomar la decisión para ese año.

Los módulos eran agrupaciones de dos habitaciones, que compartían un único cuarto de baño.

Eva tenía un cuerpo con el que conseguía todo lo que quería. Ni bajita ni alta. Pechos grandes, cintura estrecha, buen culo. Era una de esas chicas que te la cruzas por la calle y no puedes evitar quedarte mirándola. Llevaba el pelo rubio largo hasta media espalda. Y tenía una cara de niña viciosa que te estimulaba la imaginación con sólo mirarte.

No solía vestir excesivamente provocativa a no ser que quisiese conseguir algo, y en aquel momento quería conseguir algo. Prescindió de toda ropa interior, y se puso una falda hasta las rodillas con mucho vuelo, la cual podía levantar en un momento, y una blusa blanca de la cual podía quitar los botones en un momento.

¿Qué te parece hermanito, así voy bien?

Sí. Ten cuidado no le dé un infarto al viejo cuando te vea.

No me lo recuerdes, qué asco me da.

Ven, esto te ayudará.

Eva se acercó a la mesa a esnifarse la ralla.

Joder, así está mejor. Guarda algo para después.

Tranquila, te esperaré aquí. ¿A qué hora vuelve la perrita?

No creo que tarde mucho,¿vas a esperarte aquí?

Sí. Creo que sí.

El director del colegio era un hombre de unos 55 años, con una prominente barriga. Estaba repasando las últimas solicitudes para el año siguiente, cuando llamaron a su puerta.

Laurante

Cuando vio pasar a Eva por la puerta, enseguida supo que algo quería. Pero como siempre, su mirada quedó prendida de sus tetas, viendo como se balanceaban debajo de la blusa.

Eva se dirigió a la ventana y cerró la persiana.

Hola Eva, ¿qué quieres?

Estaba pensando en la chica que ha venido esta tarde a visitar el colegio.

Al director se le hizo un nudo en la garganta. Por un momento pudo dejar de pensar en las testas de Eva, y ser mínimamente racional.

Joder, eso sí que no puede ser, ¿tú sabes quien es su padre? No puedo dejar que le hagáis lo de las demás, me metería en un buen lío.

Eva se acercó lentamente al director, desabotonando los primeros botones de la blusa. El director no pudo evitar seguir con la vista sus movimientos.

Vamos señor director, no sé quien es su padre, pero seguro que hay algo que pueda hacer.

No, es la hija de un hombre muy importante del gobierno, me juego los huevos si le pasa algo aquí.

Eva completó su movimiento de aproximación, sentándose en la mesa delante del director y recogiendo ligeramente la falda, de forma que éste tenía una visión perfecta de su coño depilado.

Vamos señor director – la voz de Eva se iba tornando más sensual a cada momento. – De sus huevos ya me encargo yo.

Acompañando a este ofrecimiento explícito, Eva se descalzó el zapato y empezó a acariciarle la polla al director con el pie. Frente a esa escena, y con el coño de Eva a centímetros de su cara, toda posible resistencia se esfumó.

Maldita zorra, siempre consigues lo que quieres, esta vez me vas a pagar bien pagado.

Hasta aquel día, el director no había conseguido más que mamadas de Eva, pero decidió que por lo menos aquel día se la follaría. Se levantó como un resorte, y se sacó la polla dura de los pantalones. Cogió a Eva por los brazos, y se la encasquetó de un solo golpe en el coño.

Vaya señor director, si que debe ser importante ese hombre. – comentó Eva, intentando superar la repulsión que le provocaba aquel viejo. – Venga desahoguese bien, que ya me lo cobraré.

El experto coño de Eva apenas si notó la pequeña polla del viejo. Éste, una vez recibida la confirmación de Eva, empezó un lento metesaca mientras le apretaba las tetas como si las quisiese hacer explotar. A Eva cada vez le daba más asco la situación, pero se consolaba sabiendo que el viejo aguantaba poco, y que arriba su hermano le daría algún premio.

Efectivamente, el viejo tardó pronto en correrse dentro de Eva. Ya con la polla flácida, y mientras Eva se limpiaba el coño con un pañuelo de papel, se echó las manos a la cabeza. La voz de Eva cambió radicalmente, para expresar ahora todo el desprecio que le merecía aquel hombre.

Recuerde, señor director. Laura estará en mi módulo.

Si su hermana atraía las miradas de todas los chicos, lo mismo pasaba con Alfredo y las chicas. Alto, de pelo rubio y ojos azules como su hermana, su cuerpo estaba esculpido en el gimnasio. Hasta el momento, nunca se le había resistido ninguna de sus múltiples conquistas.

En estos momentos estaba esperando a su hermana en su habitación. Sin embargo, la primera que llegó fue Isa.

Vaya, mira quien está aquí. ¿Qué tal perrita, has traído lo que te enviamos a buscar?

Sí, aquí está. – Contestó dándole una bolsita a Alfredo, sin mirarle.

Vaya, te debes haber portado muy bien con él. Buena chica. Ahora vete a tu habitación. Ya te llamaremos si te necesitamos.

Isabel era la compañera de habitación de Eva de ese año. Había llegado al colegio como una de las mejores estudiantes del instituto más prestigioso del país, y campeona del torneo de matemáticas.

Era rubia. Con una mano se podía abarcar fácilmente uno de sus pechos, y tenía un culito prieto y respingón, de los que tanto gustan a Alfredo.

Después de pasar por las manos de los 2 hermanos, ese año apenas conseguiría los créditos para mantenerse en la carrera. Había pasado de ser una estudiante brillante a ser su perrita.

Eva subió a su habitación pensando solamente en poder limpiarse el semen del viejo. Entró en ella y vio a su hermano sentado en la cama . Se lanzó directamente a por las rayas que había montadas, esnifándose 3 del tirón.

Vaya hermanita, ¿qué te ha pasado?

No me jodas, Alfredo, no estoy de humor. El puto viejo de los cojones esta vez ha querido follar. Necesito limpiarme. ¿Dónde está la perrita?

En su habitación. Joder ¿cómo ha llegado hasta ahí?

Luego te cuento, ahora tengo que limpiarme.

Eva entró como un ciclón en la habitación de Isa. Ésta estaba en su cama, hecha un ovillo llorando. Pero a Eva eso le dio completamente igual.

Se lanzó a por ella y la cogió del pelo, poniéndola boca arriba. Isa soltó un tímido quejido, que fue complemente ignorado por Eva, que arremangándose la falda, se sentó sobre su cara, con el coño encima de la boca de Eva. Hasta los labios de Isa llegaron restos del semen del director.

Vamos perrita, empieza a lamer.

Isa sacó la lengua y empezó a lamer lentamente los restos que quedaban en el coño de Eva, intentando agradarla. Con el tiempo, había aprendido a satisfacer a los hermanos, y así evitar reprimendas y, sobre todo, conseguir su dosis.

Poco a poco, las lamidas de Isa van calentando a Eva, que empieza a gemir. La excitación, sumada a la rabia contenida, hacen que Eva no tenga bastante con las leves lamidas de Isa. La coge del pelo, y empieza a mover su cadera Laurante y atrás sobre el rostro de Isa. A ésta por momentos le cuesta incluso respirar, y no puede hacer nada más que mantener la lengua fuera, ya que es Eva la que tiene todo el control. En este frenesí, Eva cada vez va más rápido, acercándose rápidamente al orgasmo, que finalmente estalla sobre la cara de Isa.

Pero Eva no tiene bastante. Se siente sucia todavía, y quiere limpiarse más.

Abre la boca. – Le dice a Isa

No, por favor, eso no.

Que abras la puta boca.

Eva le suelta dos fuertes bofetones a Isa en la cara, y ésta no tiene más remedio que abrir la boca para que pare. Al cabo de un momento, el coño de Eva está situado encima de la boca de Isa, y un chorro de pis empieza a llenarle la boca, cayendo por la comisura de sus labios y manchando la almohada y la cama.

Vaya ahora sí que me siento limpia. Limpia esto perrita, y después puedes pasar por mi habitación.

Isa suspira aliviada, de momento se ha acabado, y le dejarán probar algo de la bolsita que ha traído.

Los hermanos vuelven a la habitación de Eva, y se acaban las rayas que había montadas. Alfredo se ha excitado enormemente con el espectáculo de su hermana.

Hoy te has superado hermanita, pero con lo sucia que has dejado a la perrita, ¿quién me baja a mi la calentura?

Creo que en eso ahora te puedo ayudar yo.

Eva se acerca a Alfredo, tirándole la mano al paquete. Sabe que no le gustan los preámbulos. Le desabrocha la cremallera, y dejando libre una polla de tamaño considerable. Empieza a pasarle la lengua de arriba abajo, lentamente, esperando empezar a oír los gemidos de su hermano. Pero después del espectáculo contemplado, tampoco Alfredo está como para esperar.

Date prisa y ensalívala.

Eva sabe lo que toca. Como la experta que es, se mete la polla de un golpe en la boca, y empieza a llenarla de saliva para lo que viene a continuación. Cuando ya cree que la tiene bien ensalivada, se pone de espaldas a su hermano, apoyada en la mesa.

Como siempre, su hermano pasa completamente de su coño, dirigiéndose directamente al agujero trasero. Con una fuerte presión, le endiña media polla a su hermana en el culo. A él siempre le ha gustado así, fuerte y sin contemplaciones. Eva sabe que a él le importa una mierda si la tía con la que está follando disfruta o no.

Con el segundo golpe, la polla entra hasta el culo en el culo de su hermana que tan bien conoce, y Alfredo empieza a bombear fuerte, descargando toda la excitación acumulada.

A Eva le gusta la sensación. Se siente utilizada, simplemente como un agujero para que su hermano se descargue. Pero sólo estar con su hermano hace que se excite. Su mano va directa a su coño, y empieza a acariciarse al ritmo del vaivén de las embestidas de su hermano.

La combinación de la farlopa con la experiencia de Alfredo en el sexo, hace que la escena se prolongue, dándole tiempo a Eva allegar al orgasmo con el trabajo de sus dedos.

Poco después, Alfredo descarga sus huevos en el culo de su hermana.

Vaya, igual quieres darle un poco más a la perrita.

Eva se lo piensa.

No da igual, creo que por hoy ya ha tenido bastante. Por cierto, creo que la niñata del año que viene es hija de alguien importante. Habrá que investigar.