Cojiendo por Sonora

Una serie de aventuras sexuales viajando por Sonora Mexico.

Cananea

Son $400 pesos" me dijo el empleado del hotel, le pagué la cantidad y entramos a ese hotelito en Agua Prieta, el que esta a la salida a Janos, Las Cúpulas o algo así, nos tocó el cuarto 18, acogedor y tranquilo, muy bonito. María, morena, chaparrita, con unas nalgas maravillosas, grandes, abultadas, paradotas, piernas de ensueño, gorditas y torneadas, senos no grandes, no chicos, perfectos, algo así como 34C, con pezones grandes, largos, que sientes que tienes la boca llena cuando los mamas, llevaba una minifalda pegada a sus tremendas nalgas, blusa suelta, escotada y lo mejor de todo, sin sostén, todo en negro, simplemente maravillosa. Lo que a ella le apasiona es mamar, es una maestra al respecto, paciente, diligente y sobretodo, muy imaginativa y para la ocasión escogió un conjunto de lencería rojo, batita y tanga y claro, todo transparente; para cuando ella salió del baño, yo ya estaba solo con boxers, que le encantan y entonces nos besamos y mis manos se fueron directamente a sus senos, suaves, firmes, bajé luego a sus nalgas, que son una maravilla, bueno, dos maravillas. Así, me la repegaba en la verga, que ya la tenía más que dura, la jalaba de las nalgas, mientras empujaba la cadera, el roce de mi verga en su estómago, tratando de alcanzar su vagina, era maravilloso. Seguimos besándonos, me bajé a sus tetas y comencé a mamarle los pezones, que ya estaban duros, su areola se había endurecido también, no aguantaba la calentura y ella gemía, sabe que me encanta eso, se revolvía, me metía las manos por todas partes, me apretaba las nalgas, a ella le encantan los hombres nalgones y creo que por eso le gusto yo, jejejejeje. Ella se empezó a bajar y junto con ella se llevaba mis boxers, no le importó que mi verga estuviera súper tiesa, la hizo brincar al salir de los boxers y comenzó la magia de su boca, se la metió despacito en la boca, midiéndola con su lengua, apenas tocándola, hasta llegar al fondo de su garganta, les puedo asegurar que sentí la campanita y empezó a salir despacio también, mientras sus manos me apretaban las nalgas y me obligaba a entrar más en su boca. Luego la mamada se volvió más violenta, más profunda, me acariciaba los huevos, los jugaba entre sus dedos y me abrazaba la verga con sus labios, lo dicho, es una gran mamadora, es lo que le encanta; ella estaba hincada en el piso, con la boca llena de verga y las manos llenas de nalgas y huevos, maravillosa. Entonces me pidió que me sentara en un sillón que había en el cuarto y continuó mamándomela hincada y yo sentado, me mordió la verga y me hizo dar un respingo, ¡qué delicia! y empezó a meterse y a sacarse la verga de la boca con más velocidad y yo, con los ojos cerrados, disfrutando con cada vez y de repente, paró y me mordió, me hizo dar un brinco, la miré y sus ojos despedían lumbre, estaba realmente caliente y empezó de nuevo a meterlo y a sacarlo despacio, rápido, a veces sólo con la lengua, a veces sólo con los labios, me llevó al paraíso al sacársela de la boca y ponerla entre sus tetas y empezar a subir y a bajar con las tetas entre sus manos, bien apretadas y mi verga entre sus tetas. Como ella siempre me lo ha pedido, le avisé que terminaría si seguía así y redobló esfuerzos, empezó a masturbarme con la mano y dejando la cabeza para su boca, no pude aguantar más y empecé a sentir los calambrazos, desde la base de la verga hasta la punta, donde me estaba castigando con la lengua y chorro tras chorro, los empezó a recibir en la boca, no dejaba que nada se le escapara, puesto que según ella, nunca se habían venido en su boca, pero era una de sus fantasías y ella me conoce, sabe que mi primera venida es abundante, pero no duro tanto duro, pero en las demás, párenme, así que decidió hacerme acabar con una mamada para después llenarse la vagina, por eso me encanta. Después de tragarse el semen, pedimos unos tragos, "porque necesito algo para pasarme la comida" me dijo, ordenamos al bar y luego me tocó a mí darle cumplimiento, entonces le pedí que se parara en el sillón donde estaba sentado, me quedó su vagina justo a la altura de mi boca y comencé a lamerle toda la raja, desde abajo hasta arriba. Yo sí llevaba prisa y comencé a chuparle el clítoris, despacio, mientras empezaba a meter un dedo hasta el fondo, después fueron dos y hasta tres, mientras le chupaba los labios, eso me gusta mucho, llenarme la boca con los labios de la vagina, ¡qué maravilla! y le chupaba y sorbía los líquidos que salían de ella, mientras se le doblaban las rodillas y decía "mámame, así, chúpame, no te detengas!, es una mujer muy fogosa; ella me detenía la cabeza para que no me separara y ni que yo quisiera, me llenaba las manos con sus nalgotas. Cuando llegaron las bebidas, ella pidió que entraran y entró un muchacho, que nomás dijo "ay cabrón", ella le pidió "ahí déjalas", yo no alcanzaba a ver pero me imaginé que el muchacho no sabía qué hacer, hasta que dejó las bebidas encima del tocador y en ese momento, ella empezó a venirse y gritaba y gemía, hasta que se dejó caer encima de mí, totalmente floja. Entonces fue cuando el muchacho atinó a salirse del cuarto y ella me dijo que le encantaba como mamaba, pero que lo que la hizo venirse fue saber que el muchacho la había visto, que eso la había excitado mucho y decidimos repetir le escena. Después de bañarnos y descansar un rato, me senté en el sillón y me la mamó un rato, después se sentó arriba de mí, grandioso, con sus tetas a la altura de mi boca y sus nalgotas en mis manos, entonces ella, ensartada, pidió por teléfono que si le podían traer toallas limpias y aún antes de colgar, ella ya estaba subiendo y bajando, con sus manos en mis hombros y sus tetas en mi boca, subía y bajaba, despacio primero, para después empezar un furioso arriba y abajo, gritábamos, gemíamos, "métemela" gritaba María y abría los ojos muy grandes, demostrando el placer que sentía, movía las nalgotas en círculos, mientras las apretaba, para penetrarse mejor. Mientras tanto, yo chupaba un pezón y luego otro, mientras no podía dejar de agarrar esas nalgotas divinas, sentía como botaban y rebotaban, eso me tenía con la verga dura hasta el tope, de esas veces que no sabes como es que la puedes tener tan dura, es más, hasta duele de tan dura, pero eso no parecía importarle mucho a María, que seguía torturándome la verga con sus nalgotas, mientras me asfixiaba con sus tetas. "Así, chúpame" me dijo cuando entró la muchacha que llevaba las toallas, "ay" fue todo lo que dijo, pero de manera muy tímida y agachó la cabeza; entonces, María cubierta de sudor y entre pujido y gemidos le dijo "bonita, ¿me traes una toalla?" sin dejar de botar contra mi verga y la muchacha no pudo hacer nada más que caminar hacia nosotros, le dio una toalla y salio prácticamente corriendo. Maria empezó a decir "¡qué delicia, qué rico!" y comenzó a venirse, apretaba las nalgas y me aventaba la vagina contra mi verga, un orgasmo delicado, nada violento, pero placentero y yo sentía como me apretaba la verga con la vagina y no aguanté más y también empecé a venirme, sentía como la llenaba por dentro y como empezaba a salir el semen de la vagina de María. Después, nos quedamos quietos un buen rato, recuperando la respiración y acariciándonos, luego nos levantamos, nos bañamos, nos vestimos y salimos del hotel, ella tenía que llegar a su casa, es casada y no tiene permiso del marido, tenía que llegar antes que él y también tenía que atender a sus hijos, pero ¡qué mujer!, es una delicia, gracias María. Y déjenme seguir contando, porque me falta Cananea, Imuris, Santa Ana, Magdalena y las otras rutas de cogiendo por Sonora; ahora que si me ayudan a completar la ruta, les estaría más que agradecido. Comentarios, mentadas, correcciones y la etcétera, por favor a golo_son@hotmail.com .