Coitos rurales: 10 Fiesta en San Cipote

San Cipote celebra sus fiestas patronales... Estáis tod@s invitad@...!!!

CAPÍTULO 10º

FIESTA EN SAN CIPOTE

¡Ah, qué bonitas son las fiestas patronales de los pueblos! Con sus ferias, sus tenderetes y sus bandas de música contratadas para animar el ambiente durante esos días tan especiales.

En San Cipote no lo son menos y durante esos días el ambiente se caldea bastante, ya que la premisa principal de las fiestas patronales de San Cipote es…: ¡FOLLEMOS TODOS CON TODOS, QUÉ NO DECAIGA LA FIESTA!

Así es, amigo lector. Esto días en este pintoresco pueblo no es raro encontrarse por las calles a los sancipotenses fornicando unos con otros, sin importar que durante el resto del año se hayan llevado a rabiar y odiado a muerte unos a otros.

Y ahí los tenemos, gozando de los placeres de la carne en plena calle mientras la orquesta contratada toca “Los Pajaritos”.

Tenemos al bueno de Ceferino, el pastor follándose a Milagritos, la puta oficial del pueblo, y parece que a ella le gusta notar el enorme vergón del ovejero entrando y saliendo de su húmedo y caliente conejo.

-¡CÓMO TE GUSTA ESTO! ¿EH, MILAGRITOS? –Jadea Ceferino mientras con sus ásperas y rudas manos magrea de forma casi salvaje los rotundos senos de la voluptuosa Milagritos.

-¡CALLA Y SIGUE FOLLÁNDOME, CACHO CABRÓN! –Exclama la puta contoneándose para notar aún mejor el pollón del Cefe en el interior de su chorreante chochito.

También vemos a don Segundo el inefable Párroco de San Cipote, disfrutando de las dotes mamatorias no de una, sino de dos rollizas jovencitas, semioculto en un portal.

-¡ASÍ, HIJAS MÍAS, ASÍ! –Jadea el anciano Cura mientras las dos zagalas lamen su gordo cipote con gran deleite para el Religioso que, entre gemidos de puro placer, exclama-: ¡OS ESTÁIS GANANDO EL CIELO CON ESTO, HIJITAS MÍAS! ¡EL CIELOOO!

Pero no todos los vecinos salen a la calle a festejar, también los hay quienes prefieren quedarse en casa y celebrar en la intimidad, como es el caso de doña Clotilde y doña Concepción, que están disfrutando de nuevo con el arnés de la primera, gozando como lo que son, dos maduras solteronas, calientes como perras en celo.

De nuevo en la calle, tenemos también a don Senén, el Alcalde, sentado a las puertas del Ayuntamiento con Paquita, su querida secretaria, cabalgando  sobre su gordo pollón y resoplando como lo que es, una joven y fogosa potrilla a punto de alcanzar su cuarto orgasmo seguido gracias a las embestidas del mandamás de San Cipote.

-¡ASÍ SEÑOR ALCALDE, ASÍ! –Gime la muy guarra contoneándose y pellizcándose los duros y enhiestos pezones-. ¡QUIERO SENTIR SU GRAN POLLA EN MI COÑITO ESTRECHO Y CALIENTE! ¡MMM… SÍÍÍ… ME CORRO ME CORRO ME CORROOO!

También tenemos a la beata doña Leonor, regocijándose de los placeres carnales y mundanos en compañía del joven Peter Dick, a quien al parecer no le importa que la susodicha tenga edad para poder ser su madre y se la está follando bien follada, hincándole sus veintidós centímetros de tranca joven y dura en el chochazo mojadísimo y caliente.

-¡SÍÍÍ, OH, SÍ! –Jadea la santurrona mientras toma las manos del joven inglés y las pone sobre sus grandes y duras mamellas-. ¡FÓLLATE BIEN FUERTE A ESTA SUCIA PECADORA, QUE YA TENDRÉ LUEGO TIEMPO DE ARREPENTIRME Y HACER PENITENCIA POR MIS VICIOS!

-¡SHUT UP, BITCH! –Ordena el primogénito de los Dick mientras hace más fuerza con su pollón en el coño de la mojigata, provocándole un orgasmo tras otro en medio de salvajes convulsiones y gemidos de puro placer.

Así es, queridos lectores, la familia Dick también disfruta de las fiestas populares de San Cipote, y ahí podemos ver a Henry fornicando con su amada esposa y con la buena de Puri, la limpiadora mientras la pequeña Katy se masturba frenética, pensando quizás en la polla de su hermano.

Y aquí terminan las andanzas de los habitantes de este peculiar pueblo, que a buen seguro a más de uno nos gustaría visitar.

FIN