Cogiendo en el trabajo

La primera ves que cogí con un completo extraño.

¡Hola sabrosos lectores! Me presento, mi nombre es Lola, 25 años, vivo en La Ciudad de México y actualmente estudio la uni. Mido 167cm, cadera ancha y cintura marcada, buenas nalgas y bubis medianas con aureolas marrones y algo grandes. Desde la secundaria nació mi lado caliente, me masturbaba sola en mi cuarto e introducía mi cepillo de dientes en mi vagina, pero traté de mantener todo ese lado en privado obviamente. A los 17 perdí mi virginidad con un novio de la prepa, tal ves lo escriba después; desde los 18 estoy con mi actual pareja, a los 22 decidimos ser mas libres y abiertos con nuestra sexualidad. Podemos coger con quien queramos, las únicas reglas son cuidarnos y contarnos cada detalle.

En este relato quiero contarles una aventura muy excitante que tuve cuando trabajé por un mes en un instituto famoso aquí en México que realiza encuestas de casa en casa.

Era un jueves por la mañana cuando estaba en un edificio de departamentos tocando puerta por puerta para realizar las encuestas, iba vestida con leggins deportivos azules, un braa y tanga blancos, sudadera; llegué al último piso, al último depa, toqué el timbre y abrió un señor maduro, entre 40 y 50 años, alto, delgado, barba blanca perfectamente recortada, con ojos claros, de inmediato me miró de arriba a abajo, me sentí un poco intimidada pero excitada, estaba muy guapo el señor, me presenté y le dije el motivo de mi visita, mientras hablaba el no dejaba de mirarme de forma penetrante, intensa, con lujuria, yo ya empezaba a sentir mi vagina humedecer, me comencé a comportar de forma tímida y sumisa para provocarlo mas, me invitó a pasar a sentarme, le dije que no lo tenía permitido, insistió y acepté, yo ya me estaba imaginando una escena porno con él, pasé, nos sentamos en su sala, frente a frente, le hice todas las preguntas de la encuesta, terminé y me levanté para retirarme, nuestros ojos no perdían contacto, nos estábamos comiendo con la mirada, pero me fui…

No dejé de pensar en él todo el día y en la noche me masturbe pensando en rico sexo salvaje con él.

Al siguiente día fui al mismo edificio porque tenía pendiente dos departamentos en los cuales no me habían abierto el día anterior. Estaba tan nerviosa, tan caliente; llevaba leggins negros y blusa azul, braa y tanga negros, lo dudé pero al final la calentura pudo más y subí al último piso, al último depa, toqué el timbre y salió él, me miró y se dibujó una enorme y maliciosa sonrisa en su cara, yo me mordí el labio inferior y puse mi cara de puta que bien me sale aja… sabía a lo que había ido nuestras miradas lo dijeron todo, me tomó de la mano y me introdujo en su departamento, cerró la puerta y de inmediato empezamos a besarnos apasionadamente, su lengua inundaba mi boca y sus manos acariciaban mis nalgas, yo sólo me dejé llevar, una combinación de nervios, excitación y deseo inundaban mi cuerpo, me llevó a su sala y en seguida nos quitamos la ropa y de repente ya estábamos desnudos uno frente al otro, a escasos centímetros, nos tomamos unos segundos para admirarnos, se acercó lentamente hacia mi para preguntarme al oído si estaba segura de hacerlo, moví la cabeza para decir si, sus manos acariciaron mis hombros, bajaron por mis senos, por mi cintura, hasta llegar a mis nalgas, sus manos se sentían suaves y grandes, me dijo -que buena estas; despacio me recostó en su sofá y el se acostó sobre mi, nos empezamos a besar, me besó el cuello para después besar mis pechos, chupar mis pezones, eso me vuelve loca de placer, tenía una mano apretando un pezón, su boca en el otro y su otra mano bajo a mi sexo y con sus expertos dedos hacía círculos en mi clítoris mientras presionaba suavemente, yo estaba de verdad en el cielo, sentía tan rico todo, me hizo llegar al clímax en poco tiempo, mi espalda se arqueó y con un grito ahogado tuve mi primer orgasmo…

Me moría de ganas por sentirlo dentro, me senté en el sofá y se lo pedí con la mirada, me dijo, -espera; regresó con un condón en la mano que me mostró y lo abrió, se lo puso en su pene erecto y gordo, no era muy largo pero era grueso como me gustan, me volteé para ponerme en 4 con mi cara pegada al sofá y mis nalgas lo mas arriba y abiertas que pude, acarició mis nalgas con ambas manos, puso su pene en la entrada de mi vagina y lo introdujo de una sola ves por completo, hasta dentro, fue fácil porque estaba muy lubricada por mi reciente orgasmo pero aún así me dolió un poco, quise gritar pero me contuve, me dio una fuerte y deliciosa nalgada y comenzó a moverse de forma lenta pero fuerte, lo metía por completo, era tan rico, me sentía la mas puta estando ahí, en cuatro, siendo cogida por un completo extraño que me doblaba la edad, jamás me creí capaz de hacer algo así, me encantaba esta parte de mi recién descubierta… Me sentía en el cielo por tanto placer que me causaban sus embestidas y toda la escena en su totalidad, no pude aguantar mas y comencé a gemir muy fuerte, estaba perdida con los ojos en blanco, dejé de pensar y sólo me concentré en sentir y gozar ese placentero momento, pronto mi cuerpo me avisaba que el próximo orgasmo se acercaba, sentí mi vagina apretarse, y por sus gemidos supe que él también lo sintió, comenzó a penetrarme con mas fuerza y más rápido, yo gritaba que no parara, que me diera mas fuerte, el hizo caso a mis súplicas, me agarraba fuerte con sus manos de mi cadera, gemía muy rico y yo gritaba como loca de placer, sentí cada músculo de mi cuerpo tensarse, esa electricidad que nace en mi clítoris y se esparce a cada rincón de mi cuerpo, siento como si mi corazón se detuviera por segundos, dejo de respirar y siento la explosión intensa de un orgasmo real, él grita y se queda quieto, yo siento mi cuerpo relajarse por completo, él sale de mi y yo me levanto, veo que se quita el condón y lo coloca en la mesita que esta frente a nosotros.

Él se sienta en el sofá y yo me siento arriba de él con las piernas abiertas, lo beso y le digo -gracias; él sólo sonríe.

Me tengo que ir porque se supone yo debería estar trabajando así que me levanto y me pongo la ropa, él se queda sentado desnudo mirándome en todo momento, me siento un poco intimidada, me despido y se levanta y se pone sus pantalones para irme a abrir la puerta, nos besamos de nuevo y no pierde oportunidad de apretarme las nalgas, abre la puerta y me voy…

El resto del día me sentía en las nubes, no me concentraba en nada, no dejaba de recrear la escena en mi mente y sonreía como boba.

Por la noche, me puse lencería sexy, le hice un rico oral a mi esposo y me subí sobre él, para contarle cada detalle de lo que pasó mientras lo tenía dentro, llegamos a un rico orgasmo los dos y me dormí exhausta por un día tan orgásmico.