Cogiendo el metro de Barcelona en hora punta...

Por instinto, termine manoseando a aquella joven e ir a mas...

Me disponía a coger el metro para ir a Sants. Estaba llenísimo, jamás lo había visto tan hasta los topes.

Entré como pude y me puse en un rincón del vagón ya que mi parada estaba bastante lejos.

La gente iba saliendo, pero entraban todavía mas. Era increíble ver como podía aglomerarse tanta gente en hora punta.

Me sentía de lo mas incomodo, a mi espalda, la pared del vagón y delante, codazos y gente yendo y viniendo. No todo podía ser malo... Cuando me fije bien... Menudo bombonazo tenía delante. Una chica alta, delgada, llevaba una camiseta de tirantes rosa, y una minifalda negra. Joder, que cuerpito le hacía.

En ese momento me alegré de estar en esa situación. Salió mi vena mas morbosa y como no, me pegué bien a ella. Con las manos en alto los dos, cogiendo la barra del metro, pegué bien mi paquete a ese culazo. Ella no se percataba de nada. Total, con tanta gente cualquiera aprovecharía por tocarla fijo.

Bajé una mano y con el disimulo tocaba su pierna. Noté que se dio cuenta e hizo un gesto como apartándose, lo poco que podía. Yo me acercaba y seguía tocando con la yema de los dedos. No sé si por que estaba nerviosa, por no liarla o por vergüenza, pero no sabía que hacer la pobre.

Miraba a los lados e intentaba moverse, pero con tanta gente era imposible.

Empecé a subir mi mano por su pierna, metiendola poco a poco bajo esa corta falda. Notaba el principio de su culito y se podía intuir que llevaba un fino tanga.

Subí con mas descaro al ver que no se resistía. Metí la mano bajo la falda, agarrando una de sus nalgas. Madre mía que culazo. PERFECTO. Lo sujeté fuerte y ahí si intento apartarse todo lo que pudo, pero yo me resistía sin soltarle el culo. Me estaba poniendo durisimo.

Cogí una de sus manos con la mano que tenía libre, y la puse sobre mi paquete. Al principio la apartaba, pero miraba de reojo, y al verme la cara y ver como estaba de duro no dudo en cogérmela bien fuerte. Cogía su mano fuerte sobre mi polla, y le hacia sobarmela bien.

Puse mi mano entre sus piernas, y sobre el tanga empecé a hacer lo mismo. Frotaba y frotaba. Podía notar su caliente y mojado coñito sobre la tela del tanga. La zorrita empezó a desabrocharme el pantalón, así, de espaldas a mi. Un botón, dos... Metió la mano por dentro del bóxer y sujetó mi polla directamente.

Me sorprendía verla tan deseosa por cogerme la polla. Lo estaba gozando tanto como yo. Yo no dudé ni un segundo. Pensé: Si ella puede, por que yo no?

Aparté su tanga a un lado, y fui directo a su coñito. Increíble, súper suave y mojado. No dudé en acariciarlo y poco después en meter un par de dedos dentro de ella. Tenia mi mano entre sus nalgas, masturbando con los dedos ese apetecible coñito. Los movía con todas mis ganas. Joder, chorreaba muchísimo. Notaba mi mano empapada.

La situación la estaba poniendo cachondisima. Ella pajeaba mi polla como podía. Sin espacio, con su mano izquierda. No lo dudé, aparté su mano de mi polla y me puse tras ella. Puse mi polla entre sus nalgas y empecé a frotarme como pude, sin dar mucho el cante.

Me acerqué bien a ella. Puse mi mano en su vientre y la subí por dentro de su camiseta. La metí bajo el sujetador y cogí bien fuerte una de sus tetas. Bajé la otra mano, sujeté mi polla y la dirigí a la entrada de su coñito, no sin antes frotarla bien por su ano, y las ingles.. La metí despacito, sin soltar su teta con mi mano. Me la empecé a follar despacio, muy despacio. Estaba contra la pared del vagón, y con ella delante ofreciéndome todo su cuerpo.

Ponía las manos hacia atrás y masajeaba mis huevos con dificultad. Me quedaba quieto y ella se movía, follándose... Saqué la polla... clave dos dedos y empecé a masturbarla con todas mis ganas.

Puso una de sus manos en su boca, mordiéndose el dedo para no gemir ahí mismo. No duró ni un par de minutos cuando empecé a notar como su coño se contraía y empezaba a empapar mi mano... Notaba todos sus fluidos por mi mano, muñeca... Estaba temblando.

La sujeté con fuerza por que la notaba temblorosa, como si se fuera a caer ahí mismo. Sujeté mi polla con la derecha y empecé a pajearme, tocando ese culazo. Bien fuerte. La acerqué a mi todo lo que pude y empecé a descargar toda mi leche sobre su culo y coñito, dirigiéndolo lo mejor que podía. Goteaba por toda su raja, veía como caía por sus muslos... Me encantaba.

Una vez terminé de correrme, subí su tanga, subí mi bóxer y me puse bien el pantalón.

La giré, le comí la boca como si me fuera la vida en ello y le dije: Espero que nos volvamos a ver. Y me fui como pude entre la multitud, ya que mi parada estaba al venir.

La dejé ahí, temblorosa, con toda mi corrida bajo su tangua y espera que deseosa por volverme a ver. Ahora sí... me encanta coger el metro en hora punta.

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