Cogiendo con mi novia y su tía

Eran las cinco de la tarde un sábado cualquiera, me había peleado con mi novia porque no me apetecía nada ir a visitar a unos parientes lejanos que habían venido desde Madrid hasta Tenerife...

Espero que el final no deje indiferente, mi intención es continuar este relato en sucesivas entregas, aquí empiezo con una pequeña introducción, si gusta la lectura, continuaré, esperaré ansioso vuestros comentarios y sobretodo algo de ayuda si debo mejorar en algo, es mi primer relato, espero que os guste..

COGIENDO CON MI NOVIA Y SU TIA: INTRODUCCIÓN

Eran las cinco de la tarde un sábado cualquiera, me había peleado con mi novia porque no me apetecía nada ir a visitar a unos parientes lejanos que habían venido desde Madrid hasta Tenerife a pasar unos días de descanso, la verdad es que apenas los conocía, nos habíamos visto un par de veces y debo decir que él era un pesado y ella aunque muy guapa, un poco borde.

Mi novia no está mal, algo rellenita de muslos, 90 de pecho y un culo bien parado que incita a tocarlo cada dos por tres, y a parte de ser muy guapa, cuando quiere es muy convincente, así que me llamó al móvil y hablándome con su dulce voz consiguió convencerme para ir a ver sus parientes, los cuales eran tíos segundos por parte de padre, y dejándome caer que a la noche me esperaría una grata sorpresa.

La pasé a buscar como a las 7 de la tarde, era un día cálido, no hacía mucho calor y la temperatura era fresquita, por lo que decidí ir arreglado pero informal, es decir, un pantalón corto tipo pirata, un jersey ajustado negro de manga corta y unas zapatillas de vestir, tipo deportivas, porque supuse que cenaríamos con ellos y que menos que ir un poco arreglado, aunque a mi eso de la etiqueta no me va mucho.

Cuando llegué donde me esperaba Carla, así se llama mi novia, me quedé de piedra, iba muy sexy, con un top blanco sin sujetador ajustado en el cual se apreciaban sus lindos pechos y una falda muy corta con un pequeño tanga de color azul, parecía una colegiala recién salida del instituto, y mucho más joven de lo que parecía, y eso que solamente tiene 25 años, pero estaba realmente bella.

Subimos al coche, y mientras nos dirigíamos a ver a sus tíos, no podía dejar de mirar sus muslos, intentar acariciarlos, ella de vez en cuando posaba su mano en mi entrepierna y notaba la tremenda erección que tenía y lo único que me decía era que la reservara para esta noche, que iba a ser muy intensa.

Llegamos donde nos esperaban, charlamos durante largo rato y cenamos algo ligero, debo reconocer que respecto a lo que pensaba de ellos, realmente estaba disfrutando de la velada, y cambió mi actitud respecto a ellos, es más, no podía dejar de mirar a su tía, una mujer de 35 años, morena, con unas medidas de impresión, unos pechos grandes que no podías dejar de mirar un culo bien parado que te daban ganas de tocarlo y hacerlo tuyo en una noche de pasión sin límites.

Mi novia que se dió cuenta de ello, haciéndome un gesto me dijo que la acompañara a tomar un poco el aire, y cuando estábamos fuera, me dice:

He visto como mirabas a mi tía, ¿ te gustaría darle tenerla en tu cama ?

Yo sin saber que decir le contesto con una voz entrecortada:

No sé si sería buena idea tener sexo con tu tía, pero de la forma que viene hoy no puedo resistirme a desear meterle mi verga por su coño y darle fuerte y duro toda la noche.

Pues esta noche lo podrás hacer, porque ella desea que le des toda tu leche, que la poseas, me lo dijo nada más llegar y yo estoy de acuerdo, hemos decidido que esta noche nos tengas a las dos.

No podía creerme lo que estaba oyendo, por un lado estaba deseando que llegara el momento, por otro sólo pensaba que no estaría bien, pero bueno, dejé que siguiera la noche y ya veríamos como iba todo. A todo esto volvimos con ellos, vi como Carla le hacía una seña a su tía para que supiera que todo estaba maquinado, y como a eso de las 22, su tío nos dejó por cuestiones de trabajo y tanto Carla como Adriana, su tía, dijeron que si no iba a volver hasta mañana a la tarde, que se quedaría esa noche durmiendo con Carla, a lo cual su tío no puso ningún problema.

Durante el trayecto a casa de mi novia, ellas empezaron a calentarme con un show que no olvidaré jamás. Comenzaron a besarse, Carla le quitó el jersey a su tía y comenzó a acariciar sus pezones, mientras la besaba y de vez en cuando me decía, esto y mucho más lo tendrás esta noche, por su parte Adriana le metía la mano debajo de la falda a mi novia y acariciaba su coño caliente y húmedo deseoso de sentir una verga grande y caliente.

Llegamos a casa y una vez dentro, no me dieron tiempo a reaccionar, Carla empezó a besarme como nunca lo había hecho, mientras su tía se agachaba para desabrochar mi pantalón y después de sacar mi polla, empezar a chuparla despacito y suave. Primero con la lengua rodeaba la punta de mi erecto pene, para después metérsela toda en la boca y hacerme una comida como nunca me habían hecho, mientras yo no dejaba de besar a mi novia, le quitaba el top, acariciaba sus pezones, los saboreaba con mi boca, mientras mis manos le quitaban la falda y ese diminuto tanga para introducir en su vagina dos dedos y sentir la humedad de su coño y lo caliente que estaba.

Su tía después de cinco minutos de estar comiéndome la polla, se levanta para acabar de desvestirme, me tira en la cama, y una vez que se hubo quitado toda la ropa, pensando que en ese momento me iba a coger, pero mi sorpresa fue que cogió a mi novia que para entonces se había tumbado conmigo en la cama y le hizo una comida de coño espectacular, era digno de ver como con su lengua recorría toda su vagina, como succionaba sus jugos calientes y yo lo único que podía hacer ante tan bello espectáculo era masajear mi pene para que no perdiera su erección, aunque sería difícil que todo eso ocurriera porque me encontraba demasiado caliente y con ganas de coger tanto a mi novia como a su tía.

Y ellas seguían a lo suyo, montando su particular show lésbico, comiéndose las dos el coño haciendo el 69, se veía delicioso y aún me calentaba más tan tremendo espectáculo, pero no me dejaban participar, al menos de momento, me tenían apartado, como diciéndome que ya llegaría mi turno, y yo no aguantaba más, necesitaba participar del juego y descargar toda mi rabia y calentura penetrando fuerte y duro a Carla o Adriana, no resistía más, aunque lo intentaba, ¿ cuando llegaría el momento de participar de la fiesta ?, quien sabe, por el momento solamente podía mirar desde mi pequeño lado de la cama........