Cogida por un amigo de mi hija 4
Aaaah ahh ooooooooh mmmmmmm así no te detengas me estoy viniendo chiquito, sigue mi vida, métemela mas fuerte, hasta dentro mmm aah papi! Decía como una perra, necesitaba todo dentro de mí. Manuel acelero el golpeo de su verga contra mi, haciendo que mis piernas temblaran al mismo tiempo que me corría muy duro, me acalambraba toda, y sentía como mi vagina hervía, ahhhhhhh
Al día siguiente, de lo sucedido con Manuel yo no tenia cabeza ni cara para mirar a mi familia, o si se enteraba la familia de Edgar, los Amigos de mi marido, que pena estaba a punto de perder todo… aun así por la mañana, aun sentía ciertas pulsaciones en mi retaguardia por las embestidas de Manuel, algo que independientemente de la frustración, el problema en el que estaba metida, me excitaba mucho saber, que había tenido toda su carne dentro de mi, llena de lujuria.
No baje a desayunar, algo que si fue un tanto raro. Mi marido me pregunto, ¿que pasa Chapina? ¿Te sientes mal?, No conteste, solo estoy con mucho sueño.
OK Chapina, baja cuando te sientas mejor, ¿quieres que te mande un Alka Seltzer? – No Gracias amor, estoy bien bajare en una media hora.
No quería ver a nadie, estaba muy apenada con mi actitud, ¿Cómo podía yo ser capaz de tanta lujuria? Y lo peor con un joven amigo de mi hija… me levante y me puse un jeans y una blusa roja con unos zapatos de piso rojos, el cabello suelto y esponjado.
Pero lo que yo no sabía es que no terminaban las cosas ahí, para cuando baje, estaban alberca con mi marido, mis dos hijos y una sobrina mía. Hola tía! Me dijo mi sobrina Laura, Hola hija, ¿que tal durmieron? Bien contesto mi hija. Que bueno conteste al mismo tiempo que me sentaba en un tapanco con toallas. Mi marido nadaba de un lado al otro de la alberca, yo sentía que el sabia todo, pero la realidad era mi delirio de persecución por la culpabilidad que traía. Me senté y se acerco Lupita, una persona que trabaja con nosotros desde hace años… ¿le traigo algo de tomar Señora Josefina? No gracias Lupe, así estoy bien. Mi hijo que estaba en la orilla de la alberca volteo y me dijo, - que carita Ma! - si hijo ya ni me digas, oye Ma, van a venir mis amigos en un rato, me dijo, de inmediato me sorprendí y pregunte, ¿Quiénes?... Manuel me hablo hace un rato y me dijo que si podía venir con manolo, Edgar, Lucia y Rubén… mi papa dijo que si, ¿como ves Ma? Si hijo nada mas no me hagan desastre en la casa, ¿OK? OK Ma.
De inmediato me subí hasta mi habitación y busque el celular que había dejado cargando en la noche, y el penúltimo numero ahí recibido había sido el de Manuel, o por lo menos eso pensaba yo. Le marque para ver sus intenciones. Yo ya estaba perdiendo la cabeza. Ya no sabia que hacer… aunque no dejaba de excitarme.
Entro la contestadota del celular, estaba apagado, ¿Qué podía yo hacer? ¿Si me iba? Esa podía ser una solución, si esa era la mejor idea que había tenido en meses.
Hable con una amiga y le dije que si nos veíamos en Angelopolis una hora una Plaza Comercial en Puebla. Me di un baño y me vestí rápidamente con un jeans azul cielo y un sweater negro, mis botas negras por encima del pantalón hasta mi rodilla de tacón alto y fino. Me recogí el cabello y me hice una cola de caballo, me pinte con sobras tenues los ojos, fue suerper rápido para poder irme. Bueno niños les dije a todos- es hora de irme, regreso en unas horas, ¿quieren que traiga algo de la calle? -¿Dónde vas Ma? Pregunto mi hijo, a Angelopolis, ¿quieres algo?, No Ma gracias, diviértete.
Mi marido me mando un beso desde la esquina de la alberca donde estaba, a lo que levante una mano y me despedí.
Tome mi auto y me Salí de la casa, llegue a la plaza comercial, donde no había pasado una hora cuando mi celular sonó. ¿Bueno? Conteste- ¿Dónde estas? Me pregunto Manuel, me di cuenta que ya no me hablaba de usted. ¿Quién habla? Respondí sabiendo que era el. ¿Dónde estas? Pregunto de nuevo, - En Angelopolis, ¿Por qué? Le conteste- ¿y se puede saber por que no estas en tu casa? – Ah! Caray! Perdone Usted!! ¿Quiere que le pida permiso Jovencito? Le dije con sarcasmo. No estoy jugando Josefina, regrésate para acá, me dijo un tanto molesto. Haber, haber Manuel ¿Qué te pasa? Le dije de una manera mas seria, No me pasa nada Josefina, la pregunta es ¿Qué te pasa a ti?, ¿Por qué no estas aquí? ¿Sabias que venia a verte no?. No Manuel, no sabía nada, yo tuve que hacer unas compras y estoy fuera de casa, y por favor háblame con un poquito mas de respeto, ¿se puede?
Después de lo que te hice ayer, ¿tú dime si se puede? – Manuel por favor no sigas con eso!!! Le dije, olvídalo de una ves, No puedo, y mejor vienes a tu casa, no quiero volver a llamarte. Colgó de inmediato, y me sentí muy nerviosa, Ángela mi amiga estaba probándose una falda, me acerque al probador y le dije que algo había salido mal, que si me acompañaba a la casa, y ella me dijo que no, que esperaría ahí a su novio. Pague una chamarra y un bolso mas el boleto de la plaza comercial y me fui a mi casa.
Llegando me di cuenta que estaban autos de los jóvenes compañeros de mis hijos, entre directo hasta la sala donde no había nadie, deje ahí un par de bolsas de mis compras, pase hasta el comedor y ahí pude ver a través de las ventanas que estaban en la alberca aun, eran como las dos de la tarde, hacia un sol bonito a lo que el sweater me daba un poco de calor, aunque es ligero no quería quitármelo por aquello de la seducción. Entonces fui hasta la cocina y ahí me encontré a Lupe y su esposo, buenas tardes- hola Señora – dijo Don Lalo, Señora! Que bueno que ya llego – dijo Lupe, gracias Lupe, voy a mi cuarto si se ofrece algo me avisan, si Señora, dijo Lupe.
Subí por unas escaleras que tenemos con duela y una ventana que llega desde el piso hasta la segunda planta, así es que si alguien sube será visto por quienes sea que este afuera. Entrando a mí habitación puse mi bolsa en la cama, y busque el control de la televisión, me senté en una salita que tenemos de estar en la habitación, me quede ahí cambiando los canales saltando de uno en otro, esperando a que Manuel diera signos de vida, entonces lo hice. Saque el celular de mi bolsa y marque el numero de Manuel, sonó varias veces hasta que me mando a buzón de voz, me enoje, y lo intente de nuevo, dos veces mas… ¿Bueno? Contesto Manuel- ya estoy aquí, ¿Qué querías? Le dije un tanto nerviosa, como una niña de 15 años. ¿Dónde estas?, aquí en mi habitación Manuel, le dije, ¿y tu? – abajo vine a mi auto a bajar unas Películas que quiero ver en tu sala de televisión. Me quede helada, cuando me dijo eso, ya no me preguntaba nada, eran órdenes directas, y con fuerza que ya quisieran algunos caballeros.
Esta bien, bajo cuando me avises- le dije, si Josefina yo te aviso para que te bajes. Me puse el celular en el vientre esperando su llamada, pasaron unos treinta minutos y sonó mi celular, y vi que era Manuel, ¿bueno? – baje en unos veinte minutos, ya estaremos en la sala de televisión – me dijo seriamente, si ahí te veo.
Entonces me pregunte, ¿pasaría de nuevo? Tendría que buscar un atuendo que me permitiera facilitar las cosas. Me puse a revolotear en mi vestidor tratando de encontrar la solución, no podía ponerme nada provocativo dado que ahí estaba mi marido y no estaba tomando como acostumbra con sus cuates, estaba ahí con mis hijos y si el estaría con nosotros seguramente no pasaría nada ese día. Lo único de mi lado era que mi marido no es nada atento ni cariñoso conmigo, y en muchas ocasiones pues no se sienta conmigo, por lo tanto ese día podía haber algo con mucha suerte.
Decidí no usar ropa interior, bajo una faldita muy suelta y arriba de la rodilla, con cierto vuelo, entonces hacia fácil levantarla en alguna situación rápida. Una blusa azul floreadita muy bonita, y fresca, y me atreví a bajar descalza. Para cuando baje después de unos cuarenta minutos ya estaban en los diferentes sillones acomodados todos, hay un sillón de tres personas en la sala de televisión de lado izquierdo a la pantalla, donde estaban mis hijos con mi sobrina, con un traste y palomitas en el, refrescos y un baso de agua en el piso, junto hay un taburete de una persona, estaba vació, luego sigue una chimenea y fotos de la familia, luego hay otro sillón de diferente color especialmente escogido para dar contraste al los demás sillones, ahí estaba Manuel solo, con una sabana en las piernas, que ridículo se veía, con el calor que hacia en ese momento, y a un lado dos reposet, que mi marido adora, obvio en uno de ellos estaba mi marido con una cerveza en la mano, uno de los dos estaba vació, seguido de otro sillón de lado derecho de dos personas con dos amigos de mis hijos, con hamburguesas y papas, y en el piso otros cuatro jóvenes con dos amigas de ellos con botana y un par de cervezas. Éramos muchos para ver la película Avatar, una película especialmente larga. Siéntese aquí sobando discretamente el sillón- dijo Manuel, - si gracias, conteste.
Pase de prisa sin estorbar, y dije Hola niños!, algunos contestaron y otros solo movieron la cabeza, pues comían. Que fodonga dijo mi marido, y se rieron un par de los jóvenes, me senté con más gusto a lado de Manuel, quien ni volteo a ver a nadie.
Hola le dije al mismo tiempo que le di un beso en la mejilla, Hola Josefina me contesto. Me acomode a un ladito de el, dejando poco espacio entre el y yo, para dejar libre mi lado derecho y poderme acostar dejando mi trasero a su alcance.
No me acosté hasta avanzada una media hora de la película para no verme tan obvia. Para cuando me acosté casi instintivamente Manuel me tapo con la dichosa sabanita, y por la película al parecer nadie le había tomado importantancia. Fue como si alguien se estira por su refresco o por las palomitas Etc. Etc. Nadie lo percato. Subí mis piernas y las doble para dejar mis pies a un par de centímetros de su pierna derecha, con m cabeza hacia el contrario de donde estaba Manuel, dejando mis nalgas al alcance de su mano derecha. Después con un pequeño movimiento levante mi trasero para dejar salir mi falda y subirla por debajo de la sabana para no ser descubierta, dejando mi culo a la merced de Manuel. Por mi posición tenia abierto todo para el, a lo que Manuel parecía no importarle, el solo veía la pantalla, sin voltear a ningún lado. Yo solo estaba pendiente de mi marido, con miraditas furtivas que no dejaban sospecha a nadie de lo que pasaba, o mejor aun, de lo que esperaba que pasara. Estaba viendo a todos los que veían la película casi sin mover mi cabeza cuando sentí un par de dedos entre mi nalga y mi vagina, a lo que me saco un leve suspiro, sabia que empezaba algo de lo que ya no estaba ni cerca de arrepentirme. Manuel con movimientos hábiles y sutiles hurgaba en mi vagina que ya un tanto húmeda estaba abierta a lo que el quisiera, cerré unos minutos los ojos, tratando de controlar las ganas de moverme al ritmo de los dedos de Manuel, a lo que en un par de minutos nuevamente un dedo entro hasta los nudillos de Manuel, y con un poco de presión restregaba parte de su puño los labios vaginales mientras dentro de mi un dedo salía y entraba mustiamente delante de todos los invitados en la sala. Yo tenia que morderme los labios para no soltar un gemido que me moría por dar, tenia que controlarme, pero mi corazón parecía oírse en toda la sala, estaba tan excitada que quería decir, Bueno jóvenes, marido mió los dejo viendo la película, regreso, me llevo a Manuel, a mi habitación, no suban que me van a coger…
Por el contrario tenia que soportar tenerlo ahí detrás de mi haciendo que me sobrecalentara con esos dedos que yo deseaba chupar ya, aguantando todo el torrente de deseos que sucumbían ante formidable dedeada que sufría en ese momento, por el amigo de mi hija. Yo estaba que casi mojaba el sillón, la mano de Manuel, quien se movía a veces, supongo que se cansaba por nuestras posiciones. No aguante mas y me levante me pase con cuidado y le dije a mi marido que me iba a mi habitación, que me había dado sueño. Solo movió la cabeza como diciendo, que raro! Y arriesgándome a todo, le envié un mensaje al celular de Manuel diciéndole que buscara un pretexto para salirse de la casa dejara su automóvil fuera y entrara por atrás, por donde salen para hacer los mandados Lupita, y que yo lo estaría esperando ahí.
Subí y me cambie, me puse una tanga roja muy menudita con encaje muy fino, con un conjunto de ligueros que llegaban hasta unas medias arriba de mis rodillas, y un bra con tirantes hasta una cinta que rodeaba mi tanga, todo de color rojo, unas zapatillas de tacón alto, parecía yo todo menos una esposa con dos hijos. Me solté el pelo, no terminaba aun cuando sonó mi celular, ¿Bueno? Conteste- ya estoy afuera de la puerta de la cocina, me dijo Manuel,- espera- le dije y colegue. Me puse un pants encima de todo, aunque me veía súper ridícula con mis zapatillas, casi como una ladrona dentro de mi propia casa me escabullí para no ser vista por nadie, ni por Lupita ni su marido o su hija, o peor aun por mi marido o mis hijos. Atravesé parte del jardín, y llegue hasta el pasillo que daba con la puerta de atrás de la casa, abrí y ahí estaba Manuel fumando, le dije espera dejare abierto y te mentes “por ahí” señalándole la parte de atrás de la cocina que seria menos riesgoso para el.
Espérate dos o tres minutos y entra, te espero en mi recamara, si mi amor- me contesto. Subí casi volando, perdiendo toda clase y estilo para llegar a mi habitación. Todo tenia que ser con mucho cuidado, cuando llegue me asome por un pasillo saliendo de mi habitación, desde ahí podía oír lo que pasaba en la sala de televisión en la planta baja, solo oía la película, regrese y pude ver como Manuel subía por la escalera, camine mas rápido que el y me metí en la recamara, y me subí en la cama, ahí donde había sido prácticamente violada por el tiempo atrás, entro y cerro la puerta detrás de el, llegando hasta mi su olor a tabaco, con un jeans azul petróleo, y una camisa vaquera, negra con colores verdes obscuros y unas botas de montar sucias, cuando me quite la ropa deportiva pude ver como casi se le salían los ojos al ver lo que tenia puesto para el, al mismo tiempo que me volvía a poner las zapatillas que se me cayeron a la hora de quitarme el pantalón deportivo, el se quitaba mas nervioso que nuca el pantalón, nunca lo había visto así, todo aquel joven seguro y dominante no existía en ese momento, era un manojo de nervios, lo único que pude ver era que su verga estaba cada ves mas grande, y era toda para mi.
Me voltee y me puse de perrito para el, y voltee por encima de mi hombro con los labios entre abiertos, para que pudiera ver lo formidable que era mi trasero parado con ese atuendo, me sentía sexy para el, me sentía una perra. Te voy a dar la cogida mas grande de tu vida pinche Josefina – dijo Manuel casi como un borracho sin dejar de verme, a lo que yo meneaba despacio mi trasero, bajaba mi cintura y subía mi cola, bajaba mi cola y subía mi cintura, esperando a que se desnudara por completo. Dejando caer su camisa al final de toda su ropa se acerco de inmediato y se hinco al pie de mi cama, tomando con sus manos mis nalgas abriéndolas dejando un poco de encaje sobre mi vagina y ano, para entonces meter con fuerza que casi me tiende en la cama su boca en mi, pude sentir como su lengua batía con fuerza, llegando hasta parte de mis labios y encaje que ni si quiera había tomado la molestia de hacer a un lado, que rico te huele el culo mamacita – dijo de manera poco entendible, pues se engullía todo mi trasero junto con mi vagina mas húmeda que nunca, y yo convulsionaba cada que su lengua lograba entrar por un lado de mi tanga, y llegaba hasta mi vagina, que quería ser masacrada por Manuel, movía fuertemente mis caderas, aunque estaba presas por sus manos, de pronto sin mas, el se levanto con esa enorme verga roja, llena de venas, con una mano hizo de lado mi tanga mas mojada que si la hubiera lavado ese día, y me la coloco todo ese brazo que tiene por pene entre mis nalgas, la empujo varias veces, haciéndola pasar por mi vagina y mi ano, entonces tuve mi primer orgasmo, aaah oh ooooh dije sin poder ver que nunca en mi vida había vitoreado un orgasmo.
¿Te gusta Puta? ¿Te gusta mi verga? – me pregunto Manuel
Métemela ya cabron, métemela toda le dije con mucha lujuria
Y sin esperar mas me dejo ir la primera embestida hasta adentro lo que me hizo relinchar como yegua, casi me levanto de lo profundo que llego de una sola estocada, me agarre de una parte de la cabecera de la cama, aaaaahhh ah Manuel aah ooooh, que rico, exclamaba toda clase de cosas al ser pinchada como una mariposa, era otra mujer, no era yo, no me conocía, jadeaba y apenas empezaba una de las mejores cogidas de mi vida… Manuel siguió como un pistón, el que no tenia compasión de mi culo, el que me golpeaba constantemente, aquel que no había sido tratado así nunca. La cama cada vez estaba más destendida por la faena que se desenvolvía ahí, una puta recibiendo todo lo que aquel precoz y loco joven le daba, engullía toda su carne con mi vagina, esperando tener mas espacio para no dejar nada de su verga fuera de mi, quería que me saliera por la boca, no por otro lado, Tap! Tap! Tap! Sonaba la cabecera golpeando la pared, y no era menos excitante que el ruido que producían su pelvis y mis nalgas al chocar tan enérgicamente cada cogida, tire un relojito que tenemos en un buró a lado de la cabecera, le siguió un marco con la foto de mi marido y mis hijos, y mis llaves de la casa, estaba temblando en mi habitación! Aaah Manuuuuu eeel! Ah ooOOHH ah sigue, sigue, no pares me voy a venir! Otra ves! Le exclame con mis piernas escurriendo sudor y fluidos vaginales… fenomenal cogida de a perrito me estaba ofreciendo Manuel, y yo cerraba las rodillas cada que se desacomodaban por las embestidas brutales de mi amante.
Aaaah ahh ooooooooh mmmmmmm así no te detengas me estoy viniendo chiquito, sigue mi vida, métemela mas fuerte, hasta dentro mmm aah papi! Decía como una perra, necesitaba todo dentro de mí. Manuel acelero el golpeo de su verga contra mi, haciendo que mis piernas temblaran al mismo tiempo que me corría muy duro, me acalambraba toda, y sentía como mi vagina hervía, ahhhhhhh
Saco la verga de un jalón y me volteo para dejarme con las piernas abiertas boca arriba, podía sentir la colcha hecha bolas debajo de mi espalda, pero no me importaba, Manuel me bajo el bra con todo y tirantes hasta mi cintura, dejando de fuera mis senos coquetos y duros por la excitación, a los que les empezó a pegar una mamada de lo mas rico, y podía sentir como su pene bamboleaba cerca de mis piernas, a lo que me agache sin distraer a Manuel y le tome con una mano su pene, al que empecé a jalar como si quisiera arrancarle, de pronto hizo una ves mas de lado mi tanga y me acomodo su verga para dejármela ir una ves mas, a lo que me arquee por semejante sensación al mi vagina dejar pasar tal cilindro. OoooOOOOHH exclame un tanto seductora en su oído… pegando mis labios en su oreja y metiendo mi lengua, a lo que no pude seguir cuando empezó a cogerme con la misma rudeza que caracteriza a Manuel, ¿esta caliente mami? - me pregunto al oído mientras yo me desplazaba en mi lecho por las cogidas, estoy muy pero muy caliente por tu culpa niño malo – le dije provocando toda clase de ritmos con fuerza a sus embestidas, de pronto se levanto y me quito la tanga con todo y ligueros, a lo que supuse que nunca había quitado unos, pero no me importaba, yo tampoco había cogido con nadie así… me levanto las piernas por su pecho y me coloco justo en mi ano la punta de su verga, a lo que le costo trabajo poder ingresarla por que mis nalgas por la posición estaban perfectamente cerradas, después de un par de intentos me bajo las piernas y me puso boca abajo, con una almohada bajo mi pelvis, dejando plenamente al aire mi ano, libre, desprotegido, casi abierto, y no lo dudo y empezó a puntear mi apretado orificio, luego puso con sus dedos fluidos vaginales y masajeo mi ano y dejo ir parte de semejante animal, poco a poco, me dolió muchísimo por que en esa posición no tenia mas que morder la sabana, aaaaaahhhh no, des- pacio, ma nu eeeel!! Aah oooooooOOO hay hay, no dejaba de gemir de dolor, mientras mordía lo que estuviera a mi alcance. Con sus rodillas en medio de mis piernas obstaculizando el que pudiera cerrarlas, dejo ir poco a poco toda la verga hasta que sentí como sus huevos chocaban conmigo, La tenia toda hasta dentro!! Me había logrado penetrar toda!! Estaba mas empalada que nadie en la vida, y entonces fue lo que nunca, tierno y metió y saco la verga despacio, pasando de un dolor insoportable a una fuerte sensación de ser cogida por mi orificio, todo lo que Manuel quisiera…
Sentía el esfuerzo de sus brazos jalando y luego metiendo poco a poco su verga, pudo observar mi dolor y trato de ser suave, sin dejar de gozarme, Manuel empezaba a preocuparse por lo que yo quería en la cama, no del todo, pero por algún lado empezaría. Después de unos diez minutos de ser empalada se detuvo y se salio de mi, me volteo, me dejo boca arriba cerca de la orilla de mi cama, y camino hasta mi cara y empezó a darme golpes con su pene en mi mejilla, yo abría la boca para que me la metiera, pero al sentir los golpes de su animalito, cerraba los ojos instintivamente a veces, de pronto me la metió a lo que yo intente chupársela y pude sentir espasmos en su pene, se venia en mi boca!!! – aah exclamo, y de pronto mientras se jalaba con la mano parte de su miembro y otra parte estaba dentro de mi boca inyectando semen, la saco y escupió parte del semen en mi rostro, entonces tuve un nuevo orgasmo, a lo que el me metió la mano entre mis piernas y me toco mientras me movía agitadamente, al mismo tiempo que sentía como escurría su semen en mi boca, mejillas, un ojo, y mi cabello.
OooooOOOHH exclame una ves mas, mientras el ya con su verga ordeñada seguía masturbándome con todos los dedos de su mano, seguía moviendo mi cadera boca arriba, aaah Manuel que cogida me diste, aah ooh Manuel. No tuvimos mucho tiempo dijo el- si lo se conteste
Ya habrá mas tiempo, y solo se que lo único que quiero en la vida es cogerte diario a todas horas Chapina… tendremos que buscar otro lado y no escondernos para que te haga el amor.
Manuel tú no me haces el amor – le dije
Como tu digas Josefina, pero debemos buscar la manera de vernos en otro lado
Esta bien Manuel, pero nunca le vallas a decir a nadie lo que esta pasando entre nosotros…
Por favor mamita, lo único que quiero es estar dentro de ti, olvida tu miedo
Gracias, pero si quieres seguirme cogiendo espero tu discreción.
Es perfecto, y quiero que sigas poniéndote ese tipo de ropita tan sabrosa-
¿Te gusto? Que bueno, así será
Se vistió y yo también, me puse solo la ropa deportiva y el salio de mi casa de la misma manera que entro, pero no volvió…
Las llamadas al celular fueron muy frecuentes, dos tres cuatro veces, cinco al día, me estaba enamorando del amigo de mi hija.