Cogida por el enfermo de Manuel.
Manuel descubrió el lado pervertido de Sam, y ahora tendrá que cumplir su chantaje para no ser exhibida, sin importar cuanto semen tendrá que ordeñar.
Comienzo a describirme. Soy medio alta, 1.71 de estatura, complexión delgada, blanquita aunque quemada por el sol, soy de cuerpo pequeño. Pechos pequeños y pezones cafés, culito pequeño pero paradito, acompañado de unas pequeñas y muy suaves nalguitas. Cabello largo y lacio color castaño. Estuve ausente un tiempo por problemas personales, pero espero seguir al corriente para que disfruten de mis anécdotas.
Les contaré lo sucedido con un compañero de universidad. Era un día como cualquier otro, Manuel mi compañero de clases acudió a mi casa para poder ayudarme con mis trabajos pendientes, siempre ha sido muy amable, pero a la vez raro, muchas veces me he dado cuenta que me mira muy descaradamente, principalmente mis nalgas, acostumbro mucho a usar pantalones pegados, por lo que la vista de atrás es muy buena. Siempre he ignorado ese tema, ya que como les digo ha sido muy amable.
Había finalizado el trabajo, y solo faltaba enviarlo a nuestro grupo de Facebook. Manuel me ofreció su computadora para que enviara mi trabajo, eso se me hizo muy raro, ya que nunca me había dejado usarla, no desde que accidentalmente descubrí que guardaba fotos mías que subía a mis redes. No le dí importancia, ingrese, envié mi trabajo y me aseguré de que mi cuenta quedara cerrada.
Al día siguiente me cito en su departamento, para hablar de unos temas, creí que algo había salido mal con mis trabajos por lo que acepté ir. Estando con él me comentó que había encontrado algo interesante, no sabía a qué se refería, por lo que me mostró su computadora, de primera me di cuenta que estaba en mi cuenta de Facebook…
Sam: ¿Qué haces con mi cuenta y porque estás en ella?
Manuel: Tranquila Sam, solo quise informarme un poco, tu sabes, enterarme de cosas buenas.
Sam: ¿Pero cómo es que tienes eso? Ayer me aseguré que no quedara nada abierto.
Manuel: Sí, no lo hiciste, solo que con un poco de magia pasan cosas.
Me mostró una grabación de pantalla donde claramente se puede ver como ingresaba mis datos de sesión, mi correo y mi contraseña.
Sam: Estás loco Manuel, por favor quita eso.
Manuel: Descuida, justamente eso hacía, pero me topé con unas conversaciones muy interesantes.
A lo que me mostró mis conversaciones calientes con mi novio.
Manuel: No sabía que te gustaba hablar marranadas Sam, o mejor aún, no sabía que tan fácil mandabas fotos sin ropa.
Sam: Borra eso por favor, haré lo que digas pero no le muestres a nadie esto.
Manuel: Justamente era lo que quería escuchar. – Se sentó en un sillón y bajó el cierre de su pantalón – Sabes lo que tienes que hacer, no va ser muy difícil para ti, ahora sé que te gusta dar mamadas.
No quería que me difamara por lo que accedí a su puto chantaje, me inque y comencé a masajear su entrepierna con mi mano.
Manuel: Venga zorrita, quiero que sea tú quien lo haga.
Sam: Pendejo.
Desabroche su pantalón y metí mi mano para poder sacar su miembro, me costó un poco ya que llevaba un pantalón muy ajustado, así que lo jale con un poco más de esfuerzo y salió un trozo de carne de alrededor de 17 centímetros. No sé qué cara puse pero me delate a mí misma.
Manuel: Vaya que si te gusta he Jajaja
Comencé a masturbarlo lentamente, no podía quitar mis ojos de esa verga, y menos cuando sentía que crecía más y más. Manuel me quitó mi blusa y mi sostén, así que en lo que movía ese gran miembro, él disfrutaba la vista de mis pechos.
Manuel: Venga muñeca, quiero sentir tu boca.- me tomó del cabello y hundió mi cabeza en su verga. – Joder sí, no sabes cuánto estuve esperando este momento.
Sam: Agh agh agh .- Solo se escuchaba de mi boca.
Después me soltó y ahora era yo quien me metía su verga a mi boca, comenzaban lamiendo la puntita y me lo metía lentamente hasta donde podía, subía y bajaba lentamente y poco a poco aceleraba. Mientras hacía eso, Manuel tocaba y apretaba mis pezones, joder que bien se sentía eso, mientras más lo hacía, más me excitaba y poco a poco mi lado puta salía. Me puse de pie y quite mi pantalón junto a mi interior, Manuel igual se quitó el resto de su ropa y se volvió a sentar para que siguiera mi trabajito. Está vez mientras me comía su verga, él estiraba su mano para poder jugar con mi vagina, que siendo sincera ya estaba más que mojada. Cuando más rápido me masturbaba, más rápido se la chupaba.
Sam: Aghh agh ay siii joder no pares Manuel, sii aaay.
Manuel: Quiero que te corras, venga zorrita, mójame mis dedos.
Sam: Aay si, aaay me corro siii. – Sentí como mis piernas comenzaban a temblar y mi vagina escurría por mis muslos.
Después me subí en él para montar su verga, la puse en la entrada de mi vagina y comencé a frotarla, poco a poco me la fui metiendo.
Manuel: No sabes cuantas ganas tenía de cogerte Sam.
Sam: Lo sé, he visto como me miras el culo, eres un maldito enfermo. – dije mientras me empezaba a mover de un lado a otro.
Manuel: Un maldito enfermo que te está cogiendo, un maldito enfermo que te hizo venir, un maldito enfermo que metió su verga a tu boca. – dijo mientras me comenzaba a penetrar con más fuerza. – Te gusta, sé que te gusta cómo te penetro, dímelo zorrita, quiero que me lo digas y me pidas que te penetre.
Sam: Aay sii cógeme con fuerza, maldito enfermo, me encanta como me coges pero dame más, siii.
Después de estar un rato montada en su verga me dijo que ya se iba venir, me puso de rodillas, me tomó del cabello y comenzó a coger mi boca. Metía y sacaba su verga como él quería.
Manuel: Sam no sabes lo bien que siente estar dentro de tu boca, has sido una buena zorrita, por lo que te daré tu premio.
Sam: Espera no, en la boca no aghh agh agh.
Mis suplicas eran inútiles, ya que su verga no me dejaba hablar, de repente empecé a sentir como me llenaba mi oca de su semen caliente, me metió su verga hasta la garganta y tuve que tragar un poco de caliente y espeso esperma. Sacó su verga de mi boca y embarró un poco de su semen en mi cara.
Sam: Eres un pendejo ¿qué te pasa? – dije mientras escupían su semen de mi boca.
Manuel: Si querías que cumpliera mi palabra al menos tenías que hacerlo bien.
Sam: Pues espero y si cumplas.
Manuel: Descuida, podré ser un maldito enfermo, pero al menos si cumplo mi palabra.
Me vestí, tomé un poco de agua y me fui de ahí. No sé si en un futuro me vuelva a chantajear, pero si lo hace, al menos podré disfrutar de esa buena verga otra vez.
Saben que pueden darme su opinion en mi correo. Besos en donde mas los prenda.