Cogida en mi habitación - Parte II

Llegó el momento! Tenía tantas ganas de ser cogida en casa y había un hombre dispuesto a ello.

Imaginen a Mariana (yo): chica alta (1.77), piel blanca, cabello largo-negro-rizado, cuerpo depilado, tanga negra, brassiere strapless negro con mini falda negra, zapatillas negras con blusa roja y bolsa ¿morada? En el momento en que puse mis piernitas en la calle y sonaron los tacones camino al auto me puse a pensar:

  • A ver Mariana! Cómo vas a llevar bolsa morada? No combina burra.

Hablo mucho conmigo misma, se habrán dado cuenta de ello, pero es importante para tomar decisiones aunque a veces no siempre elijo la más adecuada. Me detuve y le dije:

  • Cariño! (Al tiempo que tomaba su brazo) Me esperas un momento, olvidé algo en casa.
  • Claro que sí muñequita, yo te espero mamacita hermosa! -dijo-

Uff! Con la emoción y adrenalina a tope, entré a casa nuevamente y corrí a mi habitación. No les dije pero también me había comprado una blusa morada escotada, más para ir de antro y combinaba perfecto con la mini falda negra por lo que decidí colocármela ya que combinaba más con la bolsa que tomé de mi hermana. Y bueno, pero ahora la blusa morada combinaba más con la tanga rosa que había comprado por la mañana así que me quité la tanga negra y me coloqué una tanga rosa con encaje y un moñito al frente. Me coloqué unas medias al muslo porque, si la noche se ponía bien, quería darle una sorpresa a mi amante. Me puse más lipstick para hacer mis labios irresistibles y estaba lista para irme de fiesta, caminé nuevamente hacia la puerta, el sonido de los tacones me excitaba demasiado porque eran míos, y saliendo él estaba ahí esperándome para decir:

  • Por qué te cambiaste chiquita? Te veías muy linda de rojo mamita pero si te sientes más cómoda así también te ves chula. (Se acercó y me dio un beso)

Estaba roja porque los vecinos no sabían de Mariana, y menos que era tan provocativa, estaba parada en mini falda con is largas piernas blancas besando un chico! Cerré la puerta, caminé hacia el coche y él caballerosamente me abrió la puerta para dirigirnos hacia la Zona Rosa de fiesta.

Durante el camino la verdad que fuimos platicando bobadas, él había sido muy caballeroso en su trato por email, MSN, y en persona, seguro que me quería coger pero nunca me le dijo o se portó soez, él quería llevarme de fiesta porque eso fue lo que la princesa quería y amo que se preocupen en cuidar mis caprichos de niña adolescente.

Llegamos a Zona Rosa y la verdad que al inicio sentía que alguien me iba a reconocer pero la realidad es que en cuando comienzas a caminar te das cuenta de que eres una más, nadie se fija, y si lo hacen les da igual por lo que me sentí con más confianza de andar enseñando pierna en la noche. Él me tomaba todas las fotos que le pedía, jamás sentí una negativa de su parte y siempre me hizo sentir muy cómoda. Caminamos del Estacionamiento a un antro donde había música pop en español, yo feliz escuchando a JNS, OV7, Kabah, etc. y tomando una piña colada. Ya sé, qué fresa! Estuvimos platicando y al cabo de 3 piñas coladas ya estaba mareada y me dijo:

  • Oye chiquita, y si vamos a tu casa?
  • Vamos corazón! (Guiñándole el ojo y con el popote entre mis labios sacando la lengua lo más sexy posible)

Ya estaba mareada, excitada de haber salido de casa como Mariana, haber ido de fiesta, me sentía una niña en una cita y eso me tenía feliz. El regreso a casa fue tranquilo, íbamos escuchando música y yo tenía muchas ganas de tocarle la verga y mamársela mientras manejaba como en las películas pero como él no se me había insinuado de esa manera el pensamiento sexoso quedó sólo en mi cabeza.

Llegamos a casa y había gente en la calle, me puse un poco nerviosa pero el poco alcohol que había tomado y lo emocionada que estaba me hicieron pensar:

  • No te van a reconocer Mariana! Hazlo!

Bajé lenta y provocativamente del auto después de que mi hombre abriera mi puerta, me quedé parada con mis tacones para que el viento entrara por mis piernas al tiempo que escuchaba:

  • Ay mira qué bonita vecina! Dónde vivirá?

Caminé rumbo a la puerta de mi casa moviendo las nalgas lo más sexy que pude porque quería que supieran que ahí vivía una hembra como yo. Al meter las llaves y abrir la puerta escuché cómo chiflaban y decían:

  • Mamacita!
  • Avísame a qué hora terminas para pasar después!

Lo sé! Un poco nacos (guarros) pero me gustó, me hizo feliz. Cerramos la puerta y lo tomé de la mano para pasarlo a casa. Entramos, lo senté en el sillón y él seguía sin decirme nada, así que hice lo que toda chica hubiera hecho en mi lugar: calentarlo a más no poder!

Siempre me ha gustado grabar videos bailando cuando me visto de mujer, me liberó, me suelto, me siento feliz. Él lo sabía porque tenía unos cuantos videos subidos en YouTube así que me senté en el sillón lo más sexy posible a modo que pudiera ver la tanga rosa que traía debajo de la falda y le dije sensualmente:

  • Oye! Me filmarías mientras bailo una canción?
  • Claro que si mamacita, tú muévete y yo grabo lo que quieras. -dijo-

Coloqué “Baila mi corazón” de Belanova ( https://youtu.be/N6XNcl0-V4g ) y comencé con movimientos sexys frente a él, movía la cadera de un lado a otro a modo que supiera que mi falda quería ser levantada, pero no me decía nada. Me quedé mirando fijamente a su verga cuando comencé a bailar y veía cómo se le paró, vaya autocontrol. Esto ya era un reto a mi feminidad! Hora de pasar al plan B:

  • Oye! Deja me pongo la blusa roja que traía cuando llegaste y tómame unas fotos así! (Esa blusa estaba más escotada así que seguro me diría algo)
  • Claro que si mamita!

Corrí a mi habitación y me coloqué la blusa roja, salí para que me tomara fotos mientras posaba de la manera más sexy: mini falda negra + blusa roja escotada, sin medias no podía fallar, son los colores más sensuales para acostarse con alguien. No me insinuaba nada, veía que su verga seguía parada pero no dabe el paso siguiente. Me puse a pensar:

  • Diablos Mariana, ni para puta sirves! (Luego vi que sí y bastante bien)

Corrí a la habitación, me cambié la tanga rosa por una negra y me coloqué unos jeans de Sexy Jeans que había comprado y le pedí que me tomara fotos mientras yo me agachaba y se me veía sensualmente la tanga:

  • Así papito? -le decía-
  • Ay si mamita! Oye, qué ricas nalguitas tienes corazón, mira nada más esa tanguita cómo se te mete entre las nalguitas mi amor.

Bueno, ya comenzaba a decirme cosas así que tenía lista mi estrategia final, si con eso no caía me retiraba. Me acerqué a él, lo miré a los ojos y le dije:

  • Te tengo una sorpresa, ahora vengo!
  • Qué es mi amor? -dijo-

No dije más, me di la vuelta sensualmente y “sin querer” toqué su verga parada con mis manos. Entré en mi habitación y me coloqué el corset negro con liguero que había comprado, me coloqué nuevamente las medias y me puse una chamarra negra mi hermana que apenas tapaba mis nalgas. Él estaba en la sala, salí de la habitación y me paré en el pasillo (tacones, medias al muslo negras, tanga negra, corset, cubiertos por un abrigo pequeño) y le dije muy sensualmente:

  • Puedes venir por favor?
  • Claro princesa, estás bien? -dijo-

Llegó al pasillo y su cara jamás la olvidaré, se volvió un lobo y su mirada de lujuria quería encuerarme con la mirada, me dijo:

  • Mamita, quieres que te tome fotos? -dijo-
  • Obviamente!

Comencé lentamente:

Foto 1: Frente a él, mirada tierna y toda tapada.

Foto 2: Mirada sexy abriendo la chaqueta para que viera lo que había debajo de ella.

Foto 3: Sin chaqueta, solo lencería y una mirada sexy!

Foto 4: De espaldas, quería que contemplara mis nalgas!

  • Te ves hermosísima mi amor! -dijo-

Lo tomé de la mano, lo llevé a la sala y le dije:

  • Me filmas nuevamente por favor, ésta vez tú eliges la canción.
  • “Mueve la pompa” -dijo-

Frente a él y estando en lencería comencé a bailar lo más sensual que pude, creo que no era buena en ese entonces pero lo disfrutaba lo más que podía. Por fin! Por fin mi sensualidad hizo efecto porque mientras movías la nalgas sensualmente él comenzó a decirme con un tono de lujuria:

  • Eso mamita! Eso! Ahora de frente! Eso mamita!
  • Bien mamita, muy bien!
  • Eso mamita! Qué rico te mueves!

Me acerqué y le dije:

  • Quiero bailarte otra canción, me dejas?
  • Claro mi amor la que quieras chiquita.

Coloqué “Las de la Intuición” de Shakira: sexy, con ritmo sensual y amaba esa canción. Comenzó a sonar la canción y mi cadera se movía lentamente al ritmo de la música, me dejé llevar y poco a poco comencé a acercarme a él. Me puse de espaldas a él (para provocarlo) y acerqué mis nalgas a su verga, la tenía bien paradita, me prendió y me incliné quedando totalmente empinada a lo que dijo:

  • Ay mamita! Te quiero coger! (Simplemente sonreí)

Me di la vuelta, le toqué la verga y le dije:

  • Vamos a mi habitación! Cógeme ahí, serás el primer hombre que me coja en MI casa, en MI cama, vamos!
  • Claro mi amor, vamos chiquita! -dijo-

Entramos a mi habitación, apagué las luces y encendí una vela. Soy puta pero romántica! Comenzamos a besarnos tiernamente, tenía sus manos en mis nalgas y yo en su cara. Sentía su verga parada, ya la quería.

Comencé a desabrochar su pantalón y a acariciar su verga por encima de su bóxer, por fin la saque y la tenía como me gustan: depiladas, circuncidada, y ancha para mayor placer.

Coloqué un cojín en el suelo, me arrodillé y comencé a mamársela:

  • Uy mamita! Qué rico la chupas, cuántas te has comido así?
  • Golosa! Sabía que eras fresa y te gusta la verga, pero no sabía que te gustara tanto.
  • Eres una experta Marianita! (Me prende que digan mi nombre y se la comencé a mamar con más ganas)
  • Espérate mi amor, vas a hacer que me venga y quiero cogerte.

Amo el sabor del semen, amo chupárselas a los chicos que me tratan bien, que me complacen, que cumplen mis caprichos, que me consienten. Me detuve lentamente, me saqué su verga, me di unos golpes en la cara con ella y me limpié un poco de salva al rededor de mis labios con la lengua, me puse de pie y nos volvimos a besar. Posteriormente sacó de su bolsa un lubricante vaginal, y me dijo:

  • Colócatelo putita! Quiero ver cómo te pones lubricante en tu vagina. (Ay mi amor, sí que sabes calentarme)
  • Claro que si mi amor!

Me recosté en la cama, me coloqué lubricante en las manos, abrí las piernas e hice a un lado mi tanga negra para dejar bien lubricadas mis nalgas. Él estaba colocándose el condón, me puse de rodillas y de espalda a él, de perrito, y le dije:

  • Cógeme mi amor!
  • Ay chiquita! Claro que te voy a coger mamacita putita hermosa!

Me hizo a un lado la tanga y comenzó a penetrarme lentamente. Wow! Sabía tratar a mujercitas como yo, no dejó ir todo su paquete porque sabe que duele, fue lentamente penetrándome hasta que tuve toda su verga adentro y me decía:

  • Así mamita? Sientes rico? Con tu tanguita toda mojadita y empinada como toda una putita?
  • Si mi amor, así! Así está muy rico.

Comenzó a nalguearme, me cogió con las dos manos y me penetraba duro:

  • Ay! Ay! Ay! Aaaaay! Papito qué rica verga, me gusta la verga, soy bien putaaaa -gemía-

  • Uy mamacita! A las niñas putas como tú hay que darles verga para que se porten bien -dijo-

  • Si amor! Dame verga, soy bien putaaaa -seguía gimiendo-
  • Ay Marianita! Eres maravillosa mi amor -dijo-

En mi cabeza sólo pasaban pensamientos de felicidad y excitación, todo lo que fue representaba ésta aventura para mí me tenía con los calzones abajo y empinada en mi cama, me sentía mujer, quería ser mujer y amo verme como mujer.

Él no paraba de darme de nalgadas y decirme cosas sexys hasta que con un gritó de placer dijo:

  • Mariaaanaaaaa! Qué rico es cogerteeeeee! (Se estaba viniendo y yo también, fue maravilloso!)

Me sacó la verga y me dijo:

  • Mira toda la leche que saqué por ti mamacita! Mírala! Eres una princesa.

Se quitó el condón y me dijo:

  • Anda! Chúpamela así para que pruebes mi flechita.
  • Si mi amor -dije mientras me metía su verga-

Nos volvimos a besar y como toda aventura, se vistió, se despidió y salió a su casa. Como era de esperarse yo estaba super feliz, había pasado mi día como Mariana, como la mujer que me sentía pero algo me faltaba, identidad. Tenía una amiga que era muy sensual y me contaba cosas muy extremas, y me dije:

  • Soy como ella! Definitivamente soy Daniela!

Desde entonces no he cambiado mi nombre y he hecho mil locuras. Me conquista un hombre caballeroso, amables, limpio, que me trate bien, que no le de vergüenza salir conmigo a la calle y llevarme al e.g.: cine, restaurante, motel, etc. Esos son los hombres con los que disfruto estar, esos que entienden que el previo es muy importante, esos que me hacen bajarme los calzones para abrir las piernas y no esos que me los quieren bajar sin quierer conquistarme.